—Eh... Esto es una broma ¿cierto? —murmuró confundido mientras miraba hacia los lados tratando de encontrar alguna señal de que aquello se trataba de, efectivamente, de una broma, sin embargo en ese vago intento lo único que recibió fueron negativas a su pregunta de parte de sus otros compañeros. Algo que hizo a su corazón latir con impaciencia y bochorno—. Eh... —tartamudeo, porque él usualmente tartamudeaba ante la presión de una situación como esa y aunque sus instintos de sobrevivencia le decÃan que dijera alguna mentira, él nunca lo harÃa por lo menos no ante esa situación, asà que, reunió toda su valentÃa para responder con la verdad aun sabiendo que eso significara una muerte prematura—. Pues, lo siento, tú no me gustas…
La voz de Stiles se detuvo a tomar una gran bocanada de aire que necesitaba con urgencia, a decir verdad, todo aquello le parecÃa muy absurdo ante sus oÃdos, ¿no habÃan escapado apenas unos segundos atrás de una mujer serpiente cuya única intención era comerse a todos los hombres de Beacon Hills? Una declaración de amor en esos momentos no parecÃa ser una buena idea, por lo menos no cuando apenas podÃan agradecer estar vivos, ¡y aún más él! ¿No tenÃa una herida sangrante en la yugular? Eso lo habrÃa matado de no ser por los hombres lobo quien atacaron a la mujer serpiente… pero luego de todo eso ahà estaba, rodeado por todos los integrantes de la manada, no protegiéndolo y en vez de ello recriminándole con sus potentes miradas lobunas como si sus palabras fueran una mentira a pesar de que no lo eran y ellos mismos lo supieran.
Stiles frunció el ceño nunca le habÃa gustado que lo juzgasen de esa manera y de ninguna manera en realidad.
—¿Qué? —preguntó atónito Derek Hale, quién a los ojos de Stiles, siempre se habÃa tratado de un hombre que nunca en su vida habÃa sido rechazado y menos por alguien como él, joven, necesitado de amor, de atención y de sexo—. ¿Qué?
El corazón de Derek Hale latÃa demasiado rápido como nunca antes lo habÃa hecho, estaba conmocionado porque al ver la reacción que tenÃa en la cara el chico enfrente de él hizo que todos esos nervios se transformarán en pánico. No podÃa decir que lo habÃa planeado durante semanas enteras o que lo habÃa planeado desde que lo conoció y desde que se dio cuenta que le gustaba muchÃsimo. En realidad fue un tema que le dio vueltas desde hacÃa mucho, y luego de verlo casi morir… bueno, habÃa un buen punto para decir que aquello no era precisamente la cosa más romántica del mundo, ni siquiera parecÃa ser una confesión de verdad, lo habÃa precipitado todo y solo dijo lo que su corazón le dictaba en el peor momento pero ahora que la situación frustro sus planes se dio cuenta que quizás si hubiera esperado un poco más para decÃrselo, un poco después de que los estragos de la criatura sobrenatural que los habÃa intentado matar hubiera desaparecido, quizás y solo quizás, la respuesta se habrÃa acercado a lo que esperaba escuchar.
—Ya lo oÃste Derek —continuó Stiles ante el silencio de Derek, atendiendo la herida con una gasa que habÃa sacado de algún lugar del loft donde el hombre lobo tenÃa el botiquÃn exclusivamente para él—. No creo que me vayan mucho los chicos... oh, bueno, no lo sé aún, pero mi relación contigo nunca ha sido buena y tú no me gustas ni una pequeña pizca... asà que…
Stiles frunció el ceño un poco más, nunca habrÃa esperado escucharse a sà mismo decir tales palabras y la cosa comenzaba a sonar un poco más bizarra de lo que ya era. De hecho, nadie de ahà hubiera esperado que Stiles dijera esas cosas. Scott, por ejemplo, le miro mientras se dibujaba en su rostro un gesto que le indicaba lo muy alarmado que se encontraba ante la situación entre Stiles y Derek, quien apenas se habÃa dado cuenta de los nervios de los demás, sabiendo inmediatamente que más de uno parecÃa no creer del todo lo que el castaño habÃa declarado, inclusive él.
La tensión sexual entre ellos era demasiado visible, le habrÃan dicho, pero ahora que Stiles soltaba esas palabras…
Derek ya no sabe en que creer y el hecho le hacÃa sentirse estúpido ¿Siempre terminaba ilusionándose con amores como ese? Tal vez deberÃa recapacitar ante sus preferencias, pero sabÃa en el fondo de su ser que algo como eso no podÃa ser cuando se trataba de Stiles porque… era Stiles del que estaban hablando. El mismo del que se habÃa enamorado, del que no podÃa deshacerse aunque de eso dependiera su vida, porque…
—Ehm... —Stiles miro hacia un lugar fijo en el suelo y dio un paso hacia atrás con la herida torpemente tratada. Paso su mano sobre la gasa y luego miro a los presentes con el nerviosismo en su mirada—. Yo... creo que... quizás serÃa mejor sÃ... ¿me voy?
Derek miró por el rabillo del ojo que Scott asentÃa mientras miraba a su amigo con sorpresa, todos de hecho le miraban como si fuera un bicho raro y al no sentirse con apoyo moral Stiles habÃa llegado a la conclusión de que debÃa irse antes de que los lobos perdieran su autocontrol y fueran a su yugular que ya de por si estaba en una terrible situación. Asà que pasó de largo a Derek y cogió su mochila para ponérsela en el hombro, miró a todos por un segundo y después hecho a correr hacÃa su adorado Jeep como si eso dependiera su vida.
Entonces, cuando Stiles los dejo a todos en medio del loft, Derek se desplomó en el suelo sintiéndose miserable. Sus Betas lo ayudaron a incorporarse y una vez ya tranquilo, se sentaron alrededor de él para que sintiera su apoyo, sin embargo aquello parecÃa no funcionar del todo, todos estaban exhaustos con la última misión… todos están genuinamente ofuscados con sus propios problemas que atenderlo a él, le parecÃa injusto y egoÃsta.
Pero Derek no podÃa decir nada al respecto… no teniendo el corazón roto.
—¿Qué le pasa? —preguntó de pronto Lydia Martin no tan convencida de estar sentada en la el suelo del lugar, con todo ese lodo y suciedad, cosa que estropeaba su diminuta falda y sus tacones de charol—. Estaba convencida de que le gustaba Derek… ¿Por qué no tienes ninguna silla?
—Yo también —se apresuró a decir Scott con la mirada ida en un punto fijo de los pilares, ignorando por completo la pregunta de Lydia—. El olor que desprendÃa él siempre cuando te veÃa era muy distinto al normal... —afirmó mientras posaba un segundo su mirada en Derek cómo tratando que con eso sintiera su apoyo emocional, aunque eso no ayudo en absoluto, regreso su mirada al pilar que miraba—. ¿No se supone que los compañeros de vida se
atraen independientemente de todo lo demás?
—Yo creo que Stiles estaba sorprendido —murmuró Isaac con los brazos cruzados y sin mirar a nadie en especÃfico—. Digo, no fue muy buena tu declaración de amor ¿a quién se le ocurre voltearse tan de repente y decirle "me gustas Stiles ¿quieres ser mi pareja de por vida?"? Eso es creepy... y de mal gusto incluso ¿De por vida, en serio? ¿No es eso como pedirle matrimonio? ¡Apenas somos adolescentes!
Todo mundo le miro mal, y Lahey se quedó callado después de que nadie estuviese de su lado. Era absurdo porque sabÃa que tenÃa razón, asà que se escondió entre sus brazos, decidido a no volver a opinar al respecto.
«Malditos cortos de mente» sentenció.
—Nunca me habÃan rechazado —hablo por fin Derek después de un rato—. Paige se hizo la difÃcil pero... a ella no le dije de esa forma que me gustaba —el mayor recordó aquella vez, ahora estando grande, lo de Paige se le hacÃa cómo un juego, un amor adolescente que creÃa en las falsas promesas, pero Stiles era distinto—. Creà que Stiles me aceptarÃa... ya habÃa planeado lo que harÃa esta noche.
Y al igual que como lo habÃan hecho con Lahey, todo mundo se le quedo mirando a Derek cómo si lo que hubiese dicho fuese muy extraño. Pero al mayor no pareció importarle lo mal que lo veÃan, se sentÃa muy dolido cómo para importarle algo como eso.
—No se acaba el mundo por qué alguien te rechace Derek —dijo Lydia con una pequeña sonrisa alentadora en los labios bien perfilados con un lápiz labial rojo—. Estoy segura que, como dijo Isaac, Stiles estaba asustado por la forma en que lo dijiste. Quizás debas volver a intentarlo, pero esta vez con más romance ¡Yo puedo planearlo todo! Ten un poco de fe Derek, estoy segura que Stiles terminará aceptándote.
Todos sus betas dijeron lo que restaba de esa tarde que Stiles y él terminarÃan saliendo luego de que Lydia terminase de preparar su plan. Derek los miro a todos con una sonrisa complacida por sentirse comprendido y aceptado por sus betas, y decidido a que Stiles no lo rechazarÃa de nuevo, a la larga lo convencieron de que el adolescente también le gustaba Derek, asà que asintió, y Lydia sonrió mostrando sus dientes perlados aceptando su próxima misión.
De todos modos, no perdÃa nada con volverlo a intentar.
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