Desde hace aproximadamente un año después del “accidente” que tuvo comenzó a trabajar como el asistente de Seto.
Cuando despertó en el hospital, a la última persona que esperaba ver ahí era a Kaiba
-¿Qué haces aquí Kaiba?
-No hables perro, solo a ti se te ocurre meterte en una pelea callejera y desmayarte frente a mi auto.
Suspiro por lo menos Seto pensaba que había sido una pelea callejera y no un intento de violación de alguna manera se sentía aliviado.
Por otro lado Seto se encontraba más tranquilo, Su cachorro se encontraba bien, solo tenía algunos golpes un brazo roto pero nada serio que atentara contra su vida, o Sí alguien iba a morir nadie toca lo que le pertenece a Kaiba y él había decidió que Joey le pertenecía desde el primer momento que le vio llegando tarde al colegio, desde el momento en que le grito bastardo ricachón engreído, desde ese momento Joey era propiedad de Seto dios del universo Kaiba, no por nada el cachorro no tenía una novia o novio, ya que Seto se encargó personalmente de dejarles en claro a todos a quien perecía Joey Wheeler, claro no se tomó la molestia de decirle al cachorro, pues era más divertido pelear, ese mismo día en el hospital Seto le menciono al cachorro sobre su deuda pues él había pagado las facturas y medicamentos así que lo convirtió en su asistente hasta que le pagara su deuda, cosa imposible según el rubio, pues seto podría hacer su deuda eterna si se le apetecía.
Toda KC sabía que cuando Seto se ausentaba ahí el que mandaba y ordenaba era el chico rubio con ojos color miel, realmente no les molestaba, el chico era muy tierno y adorable y más cuando ponía sus ojos de cachorro nadie podía decirle que no a esos adorables ojos, si les pidiera su vida con esos ojos ellos morirán por él.
-Joven Joey, le llamo la secretaria de Seto, los documentos y el café que solicito, además ya prepare la sala de juntas, y cancele la cita con Maruka del señor Kaiba
- Gracias, Naomi
O si por esa sonrisa trabajaría horas extras sin sueldo si podía presumir que el cachorro del señor Kaiba le sonrió única y exclusivamente a ella.
Pero no todos estaban felices – podrías quitar esa cara Kaiba, al menos finge que estas feliz de estar conmigo.
-Leiko deja tus dramas a un lado y termina de almorzar tengo que volver a la compañía, tengo asuntos que resolver
- con respecto a los negocios o al perro callejero.
-Leiko Madoka, o si no avía nada más aterrador que escuchar la voz de ultra tumba de Seto.
-¿Qué? es la verdad, para nadie es un secreto que tu prioridad es Joey el perro Whueeler, aunque la verdad no sé qué le viste teniendo a una ex modelo con buen gusto como yo de esposa, pero sabes mientras sea yo la que lleve el nombre de señora Kaiba él seguirá siendo solo el perro no la perra de Seto Kaiba
- No te discuto eso Madoka, tienes un poco de razón, pero dime no te duele que un perro callejero tenga más respeto de mi gente que tú, que sea precisamente él el que maneje mis negocios cuando me ausento del país que sea un perro con el que comparta mi cama todas las noches.
Porque si el día que Seto Kaiba se casó, no paso su noche de bodas con su esposa, no a Leiko le toco quedarse sola en una suid de hotel lujoso, sola, vestida con un lindo y hermoso bebydol, tomando de un solo trajo su realidad disfrazado de un buen wiski, pues horas antes, en el que se supone seria el día más feliz de su vida, pues se casaría con nada más ni nada menos que Seto Kaiba, aun recordaba el día en el que sus padres le dieron la feliz noticia le dijeron que el joven Kaiba avía aceptado la entrevista para compromiso, ella pensaba que no tendría ninguna oportunidad con alguien tan frio como Seto, durante las citas que tuvieron Seto se comportaba como todo un príncipe de cuentos de hadas, y ella sería la princesa ideal, un día le dieron ganas de ir a la empresa de su prometido, una linda sorpresa peso ingenuamente, pues cuando llego la secretaria de Seto le menciono que el joven se encontraba ocupado con su asistente, poco le importo, amenazó a la pobre secretaria con que en cuanto se convirtiera en la esposa de Kaiba la correría por inoportuna, claro la secretaria sabía que podría perder su trabajo antes si la que se hacía llamar la prometida de su jefe lo descubría, teniendo sexo en la oficina con su asistente personal, bien a armarse de valor, la secretaria llamo a Lucio la mano derecha de su jefe, - ho señorita Madoka, no la esperaba por aquí esto sí que es una sorpresa, supongo que vienes a ver a Seto pero él está un poco ocupado con asuntos de suma importancia, venga por aquí lo podemos esperar, Naomi en cuanto puedas avísale al Jefe que su prometida está aquí. – si señor Lucio.
Mientras tanto dentro de la oficina de Seto, se solo se podía escuchar un ya no puedo mas Seto, o sí a ahí me gusta Seto mmmm haaaa
-ca… cachorro eres tan sexi que con solo verte así como estas me correría, eres tan estrecho, no importa cuántas veces lo hagamos parece la primera vez. Haa Joey me aprietas tanto, dime a quien le perteneces
- a ti Seto te pertenezco solo a ti, le decía mientras se corría en medio de ambos, y sentía como Seto se corría dentro de él, tan delicioso, si le preguntaban a Joey como llego a ese punto no sabría cómo responder solo se dio un día en la oficina mientras trabajaban en un proyecto demasiado extraño, Seto no avía podido descasar lo suficiente y él se encontraba a nada de tener un colapso nervioso, pues nadie le avía entrenado para no dormir durante 5 días, bueno dormía lapsos cortos de entre una o dos horas a lo mucho durante esos días, y sobreviva a base de café y galletas, - vasta Kaiba estoy harto el que tú seas un adicto al trabajo no significa que yo te tenga que aguantar. Me largo a mi departamento. – tú no te vas a ningún lado sin mi autorización perro. – por favor Seto llevamos metidos aquí 5 días y la verdad ya estoy harto de comer solo galletas y café, prometo volver mañana a primera hora, a esos ojos que tanto ama Seto estuvo tan tentado a decirle que sí, pero no sabría cómo lidiar con el mismo sin su cachorro, he dicho que no si tienes hambre llama a algún restaurante y pide comida, y si quieres dormir hazlo en el sofá, y continuo trabajando en el proyecto, - pero Seto, o gran error Seto voltio a verlo a escasos centímetros incado y recostado en sus piernas rogándole que le diera la libertad y entonces todo su juicio y estabilidad mental se fue al traste, un beso fogoso pasional, robado, sucio y vil fue lo que sintió el cachorro mas no opuso resistencia, contesto el beso, del beso pasaron a tocarse, - Seto, o dios la voz del pecado, no pudo resistirse, volvió a besar al cachorro y una cosa llevo a la otra para cuando se dieron cuenta estaban desnudos masturbándose mutuamente hasta que se corrieron juntos, esta situación se repitió unas cuantas veces más.
Leika Maiko no sospechaba del amorío de su prometido al contrario para ella Seto solo tenía ojos para ver lo perfecta que era, hasta el día de su boda porque en el altar justo para decir si acepto, Seto no le dijo acepto a ella sino a Joey, pues no la veía a ella sino al chico de ojos miel que decía ser su asistente, y durante la fiesta Seto no la toco más que lo necesario y el momento de la luna de miel fue cuando Kaiba le conto la verdad, que él es gay que tiene un amante que ella solo era meramente una pantalla para cubrir no su homosexualidad, si no los negocios y en cuanto Lucio encontrara un vacío legal se desaíra de ella, Madoka solo vio cómo su esposo salía de la habitación y se perdía en el pasillo pues lo último que dijo fue un Leika hoy es mi noche de bodas y la pasare con mi amante tú has lo que quieras. Esa noche lloro como nuca es su vida y odio al amante de su esposo – Seto Kaiba no creas que será tan fácil desacerté de mí.
- ¿Qué? Pasa mi amor, te quedaste tan callada, dijo seto con voz sínica, si te quedaras así todo el tiempo no me molestaría estar casado contigo.