Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tan gordo como un hámster por The_King_Under_The_Mountain

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los invito a dejar comentarios, no es tan difícil, no sea flojos. (A menos que esto sea muy malo)

Tenía que suceder algún día, que Naruto se interesara en las mascotas. Perros, gatos, aves, peces, el rubio quería todos el día que su padre lo llevó a la veterinaria, hasta que llegó a las jaulas de los roedores. Minato vio que su hijo se quedaba hipnotizado mirando algo dentro de esa jaula, embelesado, así que curioso él también fue a ver. Dentro de esa casita había solo un animal, una bolita peluda de tonalidad oscura, tan chiquita que temió que Naruto podría aplastarla o perderla fácilmente.



"¡Quiero ese papi! ¡Ese, ese, ese!", el rubio exclamó revoloteando alrededor de su padre señalando la jaula, dando saltitos que demostraban su emoción por el diminuto ser adormilado.



"Pero, Naruto, ¿no crees que podría perderse en la casa?"


"¡Lo voy a cuidar bien dattebayo! Le haré una camita, y le pondré una tapita para su comidita y también le voy a poner un suéter para que no le dé frío, y se llamará... ¡Itachi Ham!"


"¿I-Itachi?", tartamudeó incrédulo.



"¡Si! ¿Sabes porqué? ¡Porque Itachi es tan gordo como un hámster, dattebayo!"



"¿Qu...? Pero... estás más gordo tú..."



Evidentemente, Naruto lo ignoró.




[~]





"¿¡Porqué le compraste eso!? ¡Es una rata, por Dios! ¡Y le puso 'Itachi', dattebane! ¿¡Qué van a decir de nosotros, Minato!?"



"Tranquila, Kushina... él quería un hámster y si lo piensas bien... es más accesible que el perro que pidió primero...", alzó las manos, sonriendo nervioso. Ella suspiró, dándole vuelta a la cena de su hijo que aun estaba al fuego. Naruto había llegado a casa con una jaula plástica de colores fosforescentes en las manos y un hámster ruso de mascota, un ratón miniatura que ya había mordido tres veces al niño.




"¡Papá! ¡Itachi me mordió, ttebayo!", el susodicho llegó a la cocina corriendo, apretando su dedito índice con una diminuta herida sangrante en él.




"Te dije que lo dejaras tranquilo hijo... si te muerde es porque lo molestas...", como padre comprensivo, lo alzó de las axilas y lo sentó en sus piernas, le besó el piquetito del dedo.




"¿¡Y si algo le pasa ttebane!? ¡Minato!", exigió la gruñona madre, el niño hizo un puchero abrazándose al mayor.




"No le pasará nada, Kushina, si no... bueno, ya tiene sus vacunas contra la rabia... de la vez que lo mordió el perro de tu tía.", ¡ja! Minato podría respirar y ser reprimido por eso, y jamás defenderse, pero cuando Kushina hacía algo que le desagradara a su pacifista personalidad, él estaría ahí para recordarlo.



"Mami, si te enojas estás fea."



La pelirroja sonrió enternecida. "Mi amor..."



"Así que deja de estar enojada todo el tiempo y papá y yo no nos iremos con una chica bonita de grandes pechos dattebayo, y tampoco te abandonaremos.", terminado de decir esto, Naruto bajó de su padre y se fue bastante satisfecho, olvidando la mordida de su hámster que fue el motivo por el cual bajó en primer lugar de su cuarto. Kushina y Minato estaban estupefactos, mirándose el uno al otro.



"¿Sabes qué? Creo que es hora de contratarle una niñera en vez de llevárselo a mi padre..."



"El señor Orochimaru va a saber esto...", chirrió los dientes.




[~]



Naruto había tenido una brillante idea el segundo día después de que le compraran el hámster. Había decidido dejarlo caminar por su habitación en la noche, porque supuso que debía estar cansado del encierro, y antes de dormir le dejó la puertita de su casa abierta. Ahora no paraba de lloriquear en el regazo de Orochimaru, arrepentido y triste por perder a su Itachi y negándose a que su madre lo consolara en todo el día, algo bastante significativo para los analíticos ojos dorados del terapeuta.




"¡Te compraremos otro, Naruto! ¿Eh? ¿Qué dices?", Jiraiya trató de animarlo, sentado al lado de su esposo.



"¡No! ¡Itachi era único dattebayo! ¡Y lo perdí abuelo!", gritó con lágrimas de cocodrilo en las mejillas, enterrando su carita en el pecho del doncel mientras seguía con su llanto. Después de un rato en que trataban de consolarlo Minato pensó en silencio que la única forma de calmarlo sería invitando al verdadero Itachi a dormir en la casa, así podría también invitar a los Uchihas a cenar con ellos.



"Naruto, ¿qué te parece si invitamos a Itachi a una pijamada? Así pueden jugar y esperamos a que... Itachi... caiga en una de las trampas que pusimos, ¿qué te parece?", la sonrisa de su hijo brilló rápidamente, alegrando su pobre corazón.



"¡Si! ¡Si, ttebayo! ¡Quiero que Itachi venga!", brincoteó de emoción en las piernas de su abuelo, aplaudiendo infantilmente. Orochimaru le secó las lágrimas con la manga amplia de su camisa estilo japonesa color lila, le besó también la frente y le acomodó el cabello revuelto.



"Ven, vamos a ponerte guapo antes de que tu abuelo y yo nos vayamos...", con el niño en brazos, el silencioso y hasta cierto punto perturbador doncel se levantó llevándolo a su habitación en la planta superior, desde la sala los otros adultos los escuchaban hablar (más bien Naruto aullaba) sobre cosas del kínder o el cabello lindo negro y largo que tenían las dos personas más favoritas del niño en el mundo, Itachi y su abuelo político Orochimaru Sannin. Kushina suspiró, consciente del rechazo que su primogénito le profesaba desde hace un tiempo, aunque el terapeuta le había asegurado que su hijo solo tenía un típico apego de la niñez con otras personas aparte de ella.



"¿Se van a ir antes de la cena, papá?"



"Sí... temo que Oro estaba algo ocupado cuando me llamaste, pero ya sabes, se muere por consentir a ese latoso, en cuanto me subió a mí al auto pudimos venirnos..", las arrugas desaparecieron del rostro avejentado en contraste con la jovial sonrisa, sonrisa que Minato había sacado y posteriormente heredado a su primogénito.



"Ahora que me acuerdo... ¿¡porqué le anda diciendo a mi hijo sus perversiones!? ¡Me llamaron del kínder porque le levantó la falda a una niña!"



"¡Ese es mi nieto!"



[~]



El fruto del sagrado matrimonio Namikaze aun seguía cabizbajo cuando los Uchiha llegaron a cenar, el bebé Sasuke dormido profundamente en brazos de su madre fue el primero que Naruto corrió a saludar, susurrando en voz bajita y luego besándole la carita. Después corrió directamente por el niño de su edad, el pequeño azabache apenas seis meses mayor que él, con su bolsita de sus típicos dulces de cereza. Mikoto se sentó en el sofá dejando que el hijo de su mejor amiga examinara si había algo diferente en el bebé, acariciando su carita suavemente.




"Cuidado con él Naruto, recuerda que es un bebé...", la pelirroja acarició la cabecita de su hijo y se retiró a servir la mesa, antes de que se hiciera más tarde.


"¿Como estás Naruto? ¿Has hecho travesuras?"



De inmediato se percibió el cambio en el blondo, entristecido. "Mi papi me compró un hámster..."



"Vaya, ¿y donde está? Seguro Sasuke quiere verlo, cariño."



Los ojos azules se llenaron de lágrimas. "Se perdió y no lo encuentro tía Mikoto...", Minato, sentado junto al Uchiha mayor, hizo un puchero con los labios mostrando solidaridad por la pena de su hijo, tanto que le gustaba a él también el animalito.



"Oh... vaya... ¿y como se llamaba?"



Fugaku sospechaba que tal vez ese niño tenía bipolaridad porque no había pasado ni un segundo y ya estaba feliz otra vez, disimuladamente alejó a su hijo mayor de él. "¡Se llama Itachi Ham!", al Uchiha mayor no le hizo gracia alguna mientras Mikoto e Itachi estaban perplejos, aunque claro, solo Naruto pudo haber tenido una ocurrencia de ese tamaño.



"¿P-porqué le pusiste así, cariño?", tartamudeó la elegante dama.



"¡Porque Itachi es tan gordo como un hámster!"



Brillante explicación. Niño lelo. ¿Como es que alguien tan inteligente como Minato tuvo un hijo tan idiota como Naruto? Los genes brutos de Kushina, pensó Fugaku, quizá hasta haya sido ese niño producto de una violación de esa horrible mujer hacia su colega.



"En cuanto lo vi, supe que debía llamarse Itachi, porque estaba tan suave y tan negro como su cabello y también muy gordito, ¡igualito a ti Itachi!"



El aludido frunció el ceño, curioso. "¿Estoy gordo?"



"No más que Naruto, Itachi...", Minato le sonrió, jalando a su hijo a su regazo para controlar cualquier insensatez que pudiera decir en el futuro. El joven Uchiha, por su parte, se examinó a si mismo intrigado.



"Todos los niños son gorditos a esa edad, Naruto, también tú estás gordito igual que Itachi...", aclaró tranquilamente la dama, arrullando al bebé que parecía despertar.



"¡Oh! Sasuke también está gordito, pero mi abue dice que es porque él no hace muchas cosas todavía, ¿verdad? También dice que cuando crezcamos, vamos a ponernos muy lindos y vamos a tener muchas novias, aunque yo quiero que Itachi sea mi novia, porque él es más bonito que cualquier niña que haya visto, menos mi abue Orochimaru, él es la persona más linda que conozco ttebayo. Mi abuelo Jiraiya dice que debo presentarle a muchas chicas lindas, porque cree que soy muy guapo y podré presentarle muchas amigas, aunque no entiendo eso, y mi abue Oro siempre lo golpea.", Fugaku apenas fue capaz de seguir la perorata del niño Namikaze, hablaba tan rápido y hacía tantos gestos que era difícil atender ambas cosas, pero terminó solo con mayor convicción acerca de que ese niño, era un lelo. ¡De ninguna manera iba a tocar ese monstruo a su precioso hijo! Itachi era tan perfecto, con sus pestañas largas y sus ojitos de muñeca y sus delicadas maneras de dirigirse a todo el mundo, no como ese niño que había heredado la brutalidad de su madre para todo, la horripilante Kushina que siempre lo estaba molestando con comentarios disfrazados y miradas que le costaba interpretar. Jamás, jamás, capaz que sus nietos salían tan brutos como ese lado de la familia.



La dulce Mikoto rió discretamente, tapándose su boquita de piñón. "Así es corazón, vas a ser muy fuerte y guapo, pero es muy pronto para pensar en novias... ¿porqué no vas con Itachi a jugar? Voy por ustedes cuando la cena esté lista.", delicadamente entregó al Namikaze padre su bebé, Minato lo recibió contento, tal vez pensara en tener otro hijo, le estaba gustando demasiado ser la niñera casual de Sasuke. Mikoto vio a los niños irse por las escaleras mientras ella iba al comedor, sonrió alegremente esperando que el futuro les fuera favorable a esos dos niños inquietos.



[~]



Itachi no era capaz de concentrarse en su juego de dragones y caballeros por estar pensando en su densidad corporal. Naruto, aburrido, recargó su barbilla en su manita, echado en la alfombra azul de su cuarto. El Uchiha, intrigado, levantó su camiseta, picoteó su blando abdomen frunciendo el entrecejo. "¿Porqué no me dijiste antes que estoy gordo?"



"¿Eh? ¡Porque no me importa! Estés como pelota o como palito, me casaré contigo. Estás muy bonito Itachi, muy, muy bonito, dattebayo.", con una sonrisa enorme, Naruto le explicó. Itachi dejó de examinarse para mirar atentamente al rubio, aun tirado en el piso.



"Tú eres feo como la gripe.", dijo secamente, lastimando el ego infantil de su compañero de juegos.



"¡Grosero, dattebayo!"



[~]



Fue en la cena, compuesta de algún plato italiano que Fugaku no estudió demasiado, que la bola de pelusa prófuga pasó velozmente por la sala, corriendo a esconderse tras el mueble de la televisión. Naruto exclamó en cuanto la vio dejando de contar sus chistes y de jugar con su comida, jalando insistentemente la manga de su padre señalando el lugar. "¡Ahí, ahí está Itachi Ham dattebayo!"



Minato ni tardo ni perezoso saltó de la silla antes de que a su esposa se le ocurriera ir con la escoba, agachado en el piso estiró la mano, apenas pudo rozar con los dedos el pelaje del animalito. Pronto todos estaban reunidos cuidando que el bicho no se escapara a otro lado pero fue Mikoto quien lo capturó dejando la mano cerca y esperando que se acercara pacientemente, la bolita estaba tan pequeña y rechoncha que enternecía, ella misma estuvo de acuerdo con que Itachi le quedaba perfecto de nombre, aunque no lo exteriorizó por respeto a su acomplejado hijo.



"¡Gracias tía Mikoto! ¡Te extrañé tanto, Itachi Ham!", el niño Uchiha entrecerró los ojos. Naruto acercó el pequeñín a su cara frotando su mejilla, tan feliz que su felicidad se contagiaría a cualquiera. Excepto a Fugaku, pero esa es harina de otro costal. "¡Ven, Ita, vamos a ponerlo en su casita!"



"Dale comida, Naruto, estuvo fuera un día entero y debe estar hambriento.", Kushina le alborotó el cabello a su hijo viéndolo tan feliz, definitivamente era un angelito. Pero vaya ángel que le mandó Dios.



[~]



Como un huracán, el pequeño Naruto entró corriendo en la casa Uchiha para perturbar la paz lectora del señor Fugaku, Itachi lo invitó por teléfono a jugar y porque quería mostrarle algo que sus papás le compraron recientemente, así que Naruto encantado insistió en visitarlo esa misma tarde, tras terminar sus tareas y terminar de limpiar la casa de su mascota. Los padres regañaron la intempestiva entrada pero de nada les sirvió como de costumbre, sumido en sus pensamientos Fugaku observó con cierto desdén que definitivamente esa cría iba idéntico a Kushina, hasta en el comportamiento escolar, ya iban varios reportes que le levantaban al mocoso por andar de buscapleitos.



"¿Donde está Itachi, tía Mikoto?"



"En un momento baja... ¿no me vas a saludar, cariño?"



"¡Si tía! ¡Hola tío Fugaku!", el hombre asintió con la cabeza.



"Naruto.", Itachi llamó la atención del rubio antes de que este pudiera correr sobre su tío adoptivo, llevaba en sus manitas una jaula rosada fosforescente y tenía una sonrisa de triunfo.



"¡Woah! ¿¡Qué tienes ahí Ita!?"



"Es mi nueva mascota, se llama... Naruto.", tal para cual, de nuevo pensó Fugaku navegando en los mares de la miseria personal, observando la criatura dorada que vivía en esa casa ridículamente costosa para roedores. Luego sonrió tenuemente, podría acostumbrarse al chillón Namikaze.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).