Luces, colores extravagantes, mucho ruido, gente de un lado para otro, cualquiera que viera a Gaara en ese lugar se sorprendería pues no eran de los lugares que frecuentaba, sin embargo cuando él le pidió que lo acompañara al circo que acaba de llegar a la ciudad le fue imposible negarse.
Tenía que admitir que había sido espectacular y completamente diferente, incluso habían actos como los del mago que parecieran imposibles para cualquier persona normal. Cuando salieron la noche ya había hecho presencia, estaban por dirigirse a la parada del autobús cuando una persona se detuvo frente a ellos, sorprendiéndose al notar que se trataba del mago del circo.
— Lamento molestarlos, quería pedirle que me acompañara un momento — comento dirigiéndose a su rubio amigo, por algún motivo tuvo un mal presentimiento.
— Disculpe, pero ya debemos irnos, es algo tarde y…
— La pregunta se la hice a Naruto
— ¡Ehhh! ¿Cómo sabe mi nombre?
— Un mago nunca revela sus secretos — el desconocido azabache mostro una sonrisa de superioridad antes de acercarse demasiado a Naruto para verlo a los ojos mientras acariciaba una mejilla — Entonces… ¿vienes?
— Señor, ya le dije que…
— Claro, ttebayo
— ¿Qué? Naruto ¡no puedes hacerlo! se trata de un desconocido
— Tranquilo Gaara estaré bien — Naruto ni siquiera se dignó a dirigirle la mirada antes de caminar tras el desconocido.
Gaara se quedó estático por un momento pero la preocupación lo hizo reaccionar y decidió buscar a su amigo se sorprendió al haberlos perdido de vista tan rápido. Tras caminar un poco llego a una parte solitaria y oscura rodeada de diversas carpas, una sensación de escalofríos lo recorrió, dio la vuelta en una esquina y entonces los vio…
“Te dejara…”
Cállate
“Ya no le importas…”
Mentira
“Otra vez quedaras sólo…”
¡Qué te calles!
Despertó de sobresalto, nuevamente ese sueño, nuevamente esas voces que no hacían más que sacarlo de sus casillas y lo peor es que cada vez eran más frecuentes, no sabía el motivo pero si sabía cuándo habían comenzado: la visita al circo. Había pasado más de un mes desde entonces y las cosas habían comenzado a ponerse raras, su círculo de amigos cada vez era más distante con él y Naruto, se había vuelto recurrente era el escuchar el nombre de Sasuke — como ahora sabía se llamaba aquel mago — pues desde entonces no había día que Naruto no fuera a verlo.
“Te remplazo…”
Llevo sus manos a su cabeza como si eso sirviera de algo para callar esas voces. Realmente tenía miedo ¿acaso se estaba volviendo loco?
“Si no es para ti no debería ser de nadie”
“Mátalo”
“Mátalo”
“Mátalo”
Naruto golpeaba insistentemente el piso en muestra de su desagrado y es que el ser paciente no era precisamente una de sus virtudes, volteo a ambos lados de la calle en busca de señales de su mejor amigo, no entendía porque Gaara lo había llamado tan repentinamente y le había pedido verse a la afueras de la ciudad, sin embargo no se negó por la culpa que sentía y es que no podía negar que había dejado de lado a su amigo desde que había conocido a Sasuke y más cuando se habían hecho novios. Pero quería arreglar eso, no quería descuidar a ninguno por lo que había pedido a Sasuke que también asistiera, tenía la esperanza de que pudieran ser buenos amigos así podría pasar tiempo con ambos.
— ¡Aquí estoy Gaara! ¡Tardaste demasiado ttebayo! — su amigo lo veía fijamente sin embargo no contestaba — ¿Gaara? Hola, tierra llamando a Gaara ¿Estas bi…? — no termino la frase cuando un dolor lo recorrió, abrió los ojos de sobremanera al ver que tenía enterrado un cuchillo en su abdomen y una mancha de sangre se extendía rápidamente.
— ¿Pero qué? — Nuevamente el dolor, a cada apuñalada el dolor se volvía más intenso “¿Por qué Gaara está haciendo esto?” — Ese fue su pensamiento sin embargo fue incapaz de pronunciar palabra, poco a poco sentía como perdía las fuerzas.
“Por favor detente”
“Naruto”
“Esa voz es de Sasuke”
“¡¡Narutoooo!!”
— Así que al fin Lo encontraste, interesante que no cambiará mucho de la última vez — mencionaba un hombre alto y pálido que veía a un Naruto inconsciente como a un raro espécimen — Si te soy sincero pensé que no lo encontrarías, llevas décadas viajando con otros de tu especie usando la pinta de circo y no habías logrado nada.
— Cállate Orochimaru, eso ya no importa.
— Entonces ¿Para qué me llamaste? Dudo que fuera para presentarnos.
— No me hace muy feliz el tener que pedirte ayuda, sin embargo no puedo cumplir mi plan sólo y tus habilidades son más útiles en esta ocasión.
— ¿Otra vez piensas convertirlo? ¿Aun después del fallo anterior?
— Esta vez no fallare, investigue lo necesario: no se puede trasformar a alguien a quien mataste así que necesito que alguien más lo haga, además necesito que él me escoja por encima de cualquier vínculo que tenga actualmente. Esta vez es huérfano por lo que será más fácil, cuenta con algunos amigos de los que te harás cargo, por algo eres un experto en manipular mentes y corazones. En cuanto a lo otro, ya tenemos voluntario — dijo mientras volteaba a la dirección donde aparecía Gaara.
Naruto estuvo inconsciente por varios días pero a Sasuke no le preocupo pues sabía que la transformación se tomaba su tiempo y durante esos días no se despegó de su lado. Cuando al sexto día lo vio abrir los ojos sintió la mayor felicidad del mundo, por fin podrían estar juntos por el resto de la eternidad. Sabría que explicarle a su novio su nueva condición sería difícil pero estaba seguro que este terminaría aceptando sin ningún problema a fin y al cabo no tenía nadie más en el mundo, claro que no tenía por qué enterarse que él era el responsable y para estar seguro iría a matar a Orochimaru esa misma noche era mejor que no quedaran testigos.