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Me quedaré a tu lado por IchirinNoHana

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Notas del fanfic:

Hola!

Llevo muuuuuuchos años sin publicar un fanfic jejeje y este es mi primer fanfic de Gintama, ya que por lo general siempre me he quedado en el lado de Príncipe del Tenis, esta vez he decidido explorar a una de mis parejas favoritas, a la vez con que mato las ganas de volver a publicar un fic después de mucho tiempo.

¡Espero que les guste!

Dejó de escribir por unos momentos, estiró las manos, el cuello y se dejó caer hacia atrás.

 

Ser libre al fin

pájaro de tu fuego

real soledad

 

En meses no había podido escribir ni una sola línea de su nueva novela, más los haikús los escribía como agua de río, rápidamente y sin descanso. Ya se le estaba acabando el tiempo, le quedaban aproximadamente ocho meses para sacar la nueva novela a la venta y no sabía por dónde empezar.

Para su desgracia y aunque se negaba a admitirlo, la vida de Hijikata había caído en una rutina horrible, en la cual si ya era dependiente de los cigarrillos, además se estaba volviendo un alcohólico, y eso que su última novela publicada “Los llantos del viento” no llevaba más de seis meses en el comercio, pero por contrato ya debía estar trabajando en la siguiente. Sin embargo ahí estaba él, tendido en el suelo con una rutina agobiante.

No recordaba la última vez que había tenido vacaciones de verdad, ya que todos los viajes que había hecho en los últimos años se debían a ferias de libros y eventos con gente dentro del mundo literario y no tan literario.

 - Hijikata-san -golpeó Yamazaki, su asistente- ya es hora de que salga a caminar un poco o va a pasar lo mismo que la última vez.

- Ya sé, ya sé -asintió levantándose mientras Yamazaki entraba en la habitación y abría las ventanas para ventilar el olor a cigarro.

- No querrá estar con dolor en los tobillos por dos semanas después de pasarse una semana completa dentro de este lugar.

- Iré a la tienda, ¿necesitas algo?

- Anpan.

 

Calzó sus zapatillas y salió del departamento, uno no muy grande y algo escondido para mantener en resguardo su vida personal. Cuando hizo su debut como escritor y logró recibir el Premio Literario Franz Kafka, una sórdida multitud de paparazzis irrumpieron en su vida. Querían saberlo todo sobre la nueva revelación literaria, y aunque en un principio le pareció divertido, resultó ser agobiante. Tuvo que cambiarse de casa, salir disfrazado a la calle y cortó durante mucho tiempo sus relaciones personales, terminando por sacrificar su relación amorosa.

 

Habían pasado ya cuatro años y no había vuelto a ver a Sougo desde ese entonces, ya que el castaño había sido el más dolido con el término de su relación. Lo bloqueó por todos lados y al parecer se había ido de la ciudad, lo que a pesar de ser extraño en él, la manera en la que Hijikata había dado por finalizada la relación no había sido de una muy buena forma, lo que gatilló en Okita una actitud extraña.

 

Soltó un suspiro, a veces volvía a echarlo de menos y sentir que no podía olvidarse de Sougo, había sido la mejor relación que había tenido en su vida, eso sin contar cuando al castaño le daban sus ataques de odio y volvía a atacarlo como cuando estudiaban juntos en la universidad, en donde se habían conocido.

Todo había fluido de una manera bastante extraña, Sougo aparecía por los pasillos con una clara (y bastante real) intención de matarlo, tantas veces durante el día que Hijikata había terminado por acostumbrarse y además lograr esquivar casi todos sus ataques.

 

Respiró hondo y botó el aire lentamente. ¿Dónde había quedado el viejo Toushirou? Ése que cargaba libretas hasta en los bolsillos del pantalón, buscando una inspiración, cualquiera, que le permitiera seguir escribiendo, sin importar si fuese un cuento, un poema, o terminase siendo una novela de quinientas páginas. Se necesitaba de vuelta.

 

Tal vez unas vacaciones no le vendrían mal.

 - Diga -contestó su teléfono móvil.

- Toshi, es urgente, por favor no me digas que no.

- Kondo-san, qué sucede -contestó con calma sabiendo que no sería nada bueno.

- Hay una inauguración de una galería de arte hoy, la cual pertenece al mayor inversor en nuestro grupo editorial y necesito que vayas.

- ¿Ah? ¿Y por qué yo? sólo soy su escritor, no tengo nada que ver en sí con la editorial.

- Vamos, por favor, sólo por hoy, créeme que no eres el único al que estoy llamando, necesitamos que la mayor cantidad de gente posible asista a este evento.

- Kondo-san, ya hablamos hace unos días sobre el período en el que estoy pasando, si no escribo de igual forma no seré parte de su editorial.

- Lo entiendo Toshi, pero por favor, sólo será esta vez, luego te consigo unos pasajes a dónde tú quieras.

- ¿Dónde yo quiera? -dudó un momento, no es que no pudiese costear unos pasajes, pero si eran de regalo sería mucho mejor- está bien, dónde queda esta famosa galería.

- ¡Gracias Toshi! -sollozó- te debo una, creo que también van a presentar allí mismo a los últimos inversores en la compañía, no pelees con nadie por favor.

- No lo haré -rió antes de colgar.

 

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Se miró al espejo mientras se ajustaba la corbata al cuello, le sentaba realmente bien usar trajes, aunque no fuesen sus favoritos.

Okita diría algo como “por qué no llevas una corbata hecha de mayonesa” o algo por el estilo, para molestarlo cuando estaba apurado. Últimamente había pensado demasiado en él y eso no le gustaba, realmente necesitaba salir de la ciudad a despejar la mente.

Por otro lado también podía deberse a que no había conocido a mucha gente en el último tiempo, tenía buenos amigos pero tampoco solían verse con frecuencia, siempre estaba ocupado.

 

sollozo sutil

cuando llueve de noche

marchito serás

 

Tampoco había tenido sexo desde que Okita se había ido, lo que se convertían casi cuatro años en completo celibato. Y es que Hijikata no era de aventuras de una noche, prefería la comodidad y confianza de su pareja antes que un desconocido cualquiera.

 

------

 

Asintió mientras Otae Shimura, escritora de novelas juveniles, le hablaba con cierto entusiasmo sobre la última novela que acababa de publicar. Como autores de una misma editorial, a él le había tocado leer parte de su trabajo para saber qué cosas escribían sus otros colegas, y Otae era una escritora con mucho talento, además de una de las más famosas dentro de los jóvenes.

 

Llevaban casi la mayor parte de la noche conversando, ya se había inaugurado la galería y él ya había recorrido a cuanto conocido y desconocido por haber, que ya comenzaba a hartarse, de no ser por Otae y el viejo Matsudaira, editor célebre, no estaría allí.

 - Queremos su atención un momento por favor -habló Hinowa, dueña del 20% de la editorial- hoy no sólo inauguramos la galería de Yagyuu-san, si no que también queremos presentar a los nuevos socios.

- ¿Conoces a esos dos? -preguntó Hijikata a Otae.

- Sí, uno es…

- Por favor -continuó Hinowa- demosle una cálida bienvenida a... ¡Gintoki Sakata y Saigou Tokumori!

- Sakata-san es amigo de Shinpachi -habló en voz alta Otae junto con el aplauso del resto de la gente.

Hijikata comenzó a sentirse incómodo, juraría haber visto al peliplata en otro lado.

 

Se dice que tenemos un sexto sentido, que puedes darte cuenta cuando alguien te observa, y así se había sentido Toushirou toda la noche, ¿dónde había visto a ese condenado? Según Otae, era amigo de Shinpachi, pero tampoco solía ver al de anteojos de manera regular, por lo que quedaba casi completamente descartada la idea.

 

¿Sería acaso en la universidad?

Momento....

Varios recuerdos difusos aparecieron por su mente, claramente había sido en la universidad. En una de las fiestas en su primer año, habían juntado a todo el campus de letras y humanismo, y estaba seguro que a él lo había visto ahí.

Y peor, ése día se habían besado en una de las salas abiertas dentro de la universidad. Hijikata había olvidado completamente su existencia.

 - ¿Pasa algo Hijikata-kun? -preguntó Otae.

- Nada, nada -rió nervioso, sabiendo que comenzaba a ponerse rojo- he bebido algo demás, voy al baño y vuelvo enseguida.

- Apresúrate para que salgamos juntos de aquí.

- Voy.

 

Dios.

Se escurrió en uno de los cubículos del baño, no recordaba casi nada de esa noche, sólo sabía que habían bailado un rato y luego imágenes del salón, con ellos a medio vestir.

La puerta de su cubículo se abrió bruscamente y casi se muere del susto.

 - Hijikata-kun -sonrió Gintoki burlonamente- te encontré.

Notas finales:

Hola!

Nuevamente un gusto, soy IchirinNoHana, nueva en el territorio de Gintama. Espero escribir con regularidad ya que llevo muchos años sin publicar nada de nada, pero tenía tantas ganas de volver a las pistas que... aquí está!

Espero que les guste, y nos estaremos viendo pronto!!

Jaa ne!

IchirinNoHana.


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