La bella mujer de castaños cabellos esperaba impaciente por respuestas, todo había sucedido tan de repente que apenas pudo salir del shock. Estaba sola, no tenía familia que la apoyara en ese duro momento.
—Señora Jeon —la enfermera que acompañaba a aquel doctor, amigo de su esposo, se acercó a ella—, ya puede pasar —la mujer sonrió—. Fue un éxito.
Ambas entraron a la habitación, encontrándose así una imagen que le robó el aliento. Su esposo reposaba en la camilla, gruesas gotas de sudor corrían por su bello rostro mientras el doctor hacía una última revisión.
—Jihyun —la mujer se acercó a él—, míralo. Es hermoso.
Jihyun tomó el pequeño bulto que antes su esposo sostenía, su pequeño hijo había nacido sano. La mujer mordió su tembloroso labio mientras lágrimas descendían de sus ojos.
—Es perfecto —susurró.
—Para su tranquilidad, recomiendo que lo lleven a la clínica donde trabajo y así poder monitorearlo por un par de días. Los bebés adictos traen problemas imperceptibles —informó el doctor.
—Gracias, Hangeng.
—No hay de que, es mi trabajo —expresó con una sonrisa—. Iré preparando el informe y registro médico, si quieres vivir de esta manera debes tener pruebas que lo abalen.
—Cuento contigo y tu discreción, y, nuevamente, gracias por todo.
El médico y la enfermera abandonaron la habitación, dejando a la pareja disfrutar de su hijo. Loa pequeña criatura hacia mínimos movimientos torpes que maravillaban a los dos adultos, y pensar que algo tan bonito surgió de una situación tan horrible.
—Es tan perfecto. Se ve tan saludable y rellenito. Mi pequeño… —susurró la mujer.
—¿Aun quieres seguir con esto? —interrogó el hombre al contemplar el rostro de su compañera—. Sabes que puedes tener una vida completamente normal sin estar atada a mí y…
—Yifan —lo interrumpió—, no voy a abandonarte luego del largo recorrido que hemos hecho. No ahora y probablemente nunca lo haga, no lo mereces y este pequeño tampoco.
Yifan observó el rostro de su hijo recién nacido, tan pequeño y frágil, dormitando en los brazos de Jihyun. Su pequeño necesitaba de dos personas que pudieran cuidarlo y amarlo, dos padres que puedan protegerlos de la dura vida que podría vivir.
Él no huyó para que su hijo viviera algo peor y no hizo a Jihyun huir solo para que al final volviera al mismo lugar. Con decisión tomó la mano de Jihyun y la entrelazó con la propia.
—Vuelvo a preguntártelo, como aquella vez bajo las estrellas de Nueva York —empezó a recitar—. Nam Jihyun, ¿te casarías conmigo?
El bebé abrió por primera vez sus ojos obsidianas y contempló la escena, a las dos personas que lo amarían de por vida.
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Hola, hermosuras~
Traje una nueva historia que anda rondando mi cabeza desde hace meses y necesitaba escribirla, y aproveché que voy terminando la otra historia (;-;)
Espero que les guste y que me apoyen, y me disculpan si no les gusta el mpreg o si esto es muy weird para ustedes. Les juro que en mi cabeza esto tiene sentido, solo denle tiempo.
Nos leemos pronto. Dejenme comentarios y mucho amor para seguir escribiendo.