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Mi inspiración eres tú. por KaruraTakashima

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Notas del fanfic:

Un pequeño one-shot que escribí hace mucho tiempo. Surgió cuando hablaba con alguien sobre una serie de vídeos en los que los miembros tenían que dibujar a otro. En el caso de Kei, fue dibujar a yo-ka y nuestro amado líder dijo que se le facilitaba, ya que lo dibujaba todos los días (palabras textuales de Kei) y bueno... adivinarán con este pequeño resumen de lo que trata el OS.

Ojo, esta inspirado en ese vídeo, no quiere decir que esta ambientando en tal momento.

También pueden encontrarlo en wattpad.

Notas del capitulo:

Volviendo aquí. (?) Pues solo me queda decirles que lean y espero gocen.

Ya era tarde cuando salió de la ducha, casi las once de la noche, y pese a la hora y que al día siguiente tendría otro concierto, no se sentía precisamente cansado, todo lo contrario, se sentía inquieto, con la necesidad de poner a trabajar su cuerpo y mente en algo, siendo ese algo, el tocar su adorado instrumento de cuerdas hasta que el cansancio y el dolor de tanto tocar y rasgar aquellas cuerdas fuera tal que lo hicieran dormir apenas tocará la cama. Era gracioso como tantas veces se habían burlado de Tatsuya tanto Shoya y yo-ka cuando este se ponía así, pero él no, porque entendía el sentimiento, o al menos, lo comprendía.


 


Una vez se hubo secado y puesto un simple bóxer bajo la bata, se dirigió a la habitación compartida que tenía con yo-ka, el cual se hallaba profundamente dormido sobre su cama desordenada, una imagen que se le hacía ya normal, después de todo, era de quienes más daban todo en el escenario y era normal que fuera el primero de todos ellos en caer rendido. Ni él, siendo quién hacía la magia para que las letras del vocalista quedaran acordes a las melodías que creaba cada día, quedaba así de exhausto, y justo en esos momentos, deseaba poder liberar aquellas energías que le habían invadido de la nada haciendo lo que más amaba: tocar. Pero para su mala suerte, esto no iba a ser posible; su instrumento se hallaba seguramente en el recinto siguiente donde tocarían, y este distaba mucho del hotel donde habían pasado las últimas dos noches, por lo tanto, le sería imposible descargarse de esa manera.


 


Frustrado, fue hacia su maleta desordenada dispuesto a sacar alguna camisa que usaría de pijama improvisada, pero justo en el momento que abrió esta, se encontró con algo que no recordaba hasta en ese momento, haber sacado de su maleta: algo desgastado y con las cubiertas por caerse, el cuaderno donde solía escribir sus ideas para nuevas melodías se hallaba encima de todas las prendas y pertenencias que había empacado a excepción de una camisa que lo había cubierto; era raro, no recordaba haberlo sacado ni esa mañana cuando salió apresurado, ni cuando fue a sacar un bóxer cuando solo tanteo el interior de la misma y luego la cerró. Pero, ¿de qué se extrañaba? Muchas veces solía ensimismarse en sus pensamientos, haciendo cosas sin ser conscientes de que las ha hecho o había hecho, a veces hasta olvidando que las hizo. Suspiro y ojeo algunas páginas, perdiéndose entre notas y garabatos hechos mientras escuchaba al vocalista murmurar quién sabe cuántas cosas que soñaba.


 


Pero de pronto, algo se le ocurrió; miro hacia las últimas páginas de aquel desgastado cuaderno y luego hacia atrás, una idea estaba formulándose en su cabeza, idea que iba tomando fuerza en cuanto rebusco entre algunas bolsas de la maleta, dando pronto con un lápiz y borrador que había llevado consigo por emergencias, sonrió; ser un obsesivo precavido tenía sus ventajas de vez en cuando.


 


Aunque no era precisamente un hobby, ni mucho menos algo a lo que se dedicaría, el dibujar era uno de esos talentos que poseía y que rara vez mostraba, y para no perder la costumbre, cuando se sentía sin ideas para escribir o cuando quería salir de un bloqueo, se ponía a hacer garabatos o incluso bosquejos que nunca concluía en las últimas páginas de aquel cuaderno, el cual había tenido que reemplazar cada cierto tiempo cuando ya no le quedaba espacio alguno por las tantas melodías que había plasmado en sus blancas hojas. Cualquier otro habría borrado aquellos molestos garabatos, pero para él, hacer eso significaría no solo perder el tiempo, sino perder algo que lo había liberado en esos momentos de mayor estrés, o tal vez porque tuvieran algún otro significado, no lo sabía en realidad, pero la idea de borrar aquellos dibujos, por muy terribles que fueran, le parecía aberrante.


 


Aunque en esos momentos, no necesito hacer garabatos o bosquejos que imágenes que vinieran de su mente para liberarse como hacía normalmente, pues aparte de que no se sentía preso de la presión en la que había estado sometido este último tiempo, justo en esa habitación, tenía algo que, aunque sonase raro, era una de sus mayores fuentes de inspiración.


 


Paso el tiempo y lo único que se escuchó aparte de la acompasada respiración del vocalista, era el lápiz de Kei rasgando el papel mientras trazaba línea por línea la imagen de un yo-ka dormido y relajado en aquella cama desordenada: era increíble ver como con facilidad, Kei lograba retratar cada línea y detalle que sus ojos podían captar de la imagen tan relajada de yo-ka, quién extrañamente, se hallaba en una posición curiosa e ideal: con el cuerpo boca abajo, sus brazos extendidos sobre las blancas sábanas de la cama y una pierna doblada mientras la otra la tenía extendida; esa noche había dormido con un pantalón de pijama oscuro que contrastaba con la blancura de las sábanas y la piel de su espalda, pues había dormido descamisado. Su expresión no era ninguna de las que mostraba en sus fotos, con un aire serio rayando en lo sensual, sino totalmente tranquila, con la boca algo entreabierta, el ceño relajado y sin otro rastro de maquillaje más que el delineador. Kei trato de retratar lo mejor posible aquella imagen tan perfecta, borrando en veces con frustración cuando algo no salía y retocándolo lo mejor posible. Por supuesto, esto ocurría pocas veces, pues estaba tan acostumbrado a dibujarlo que raras eran las ocasiones en las que cometía un error.


 


No quería admitirlo, pero aquel hombre a quién consideraba tanto su amigo como mano derecha, era quién mayormente le inspiraba a seguir. Hubo algo en él desde el primer momento que lo escucho, que le decía que él era todo lo que necesitaba para sacar a relucir lo mejor de si mismo, aunque en un comienzo, fue todo relacionado con la música, con el tiempo, incluso empezó a sacar lo mejor de si mismo como persona, ¿por qué? No lo sabía, pero si algo estaba seguro, es que yo-ka era quién le inspiraba y motivaba a ser cada día un mejor músico, a exprimir hasta la última gota de su cerebro para componer otra melodía que fuera acorde a las letras que el vocalista escribía, y que cada vez que leía, le hacía pensar que estaba lejos de ser un genio como él.


 


No supo con exactitud cuánto tiempo paso, pero debió ser mucho ya que cuando Kei concluyó aparentemente, al levantarse sintió como sus articulaciones crujían después de tanto tiempo en la misma posición, sin contar que su muñeca derecha le dolía, pero esto no le importo cuando finalmente vio como pudo con sus ojos cansados el retrato que había hecho del vocalista, quién a su parecer (y aunque no quisiera sonar presumido) era el mejor que había hecho, mucho mejor que otros dibujos que había hecho anteriormente, justamente en la misma situación, porque sí, en otras noches en las que él no había podido conciliar el sueño ya fuese por las energías que tenía o porque sus pensamientos lo mantenían despierto, lo único que se le ocurría era dibujar al adormilado vocalista.


 


Solo había un pequeño detalle que estaba molestándole, y era lo que había estado tratando de corregir en todo ese rato que estuvo dibujándolo; un mechón rebelde que se posaba sobre un ojo de yo-ka había estado interponiéndose en completar las líneas que conformaban este. Como todo un artista (o eso creía) había estado tratando de incluirlo, pero le era prácticamente imposible, pues su deseo era completar la expresión tan apacible de su rostro y aquel mechón se lo impedía. Y aunque sabía que podía dejarlo así como a cualquiera de sus otros bosquejos, esta vez, sentía la necesidad de completarlo a como dé lugar. Lo que significaría una cosa: tener que ir el mismo a levantar aquel mechón.


 


Pero, ¿en verdad debía hacerlo? Su sentido común le decía que no era necesario y que podía dejarlo así, pero eso sería ir en contra de su propia naturaleza, no terminar lo que empezó era algo imperdonable para él, y al día siguiente eso le traería problemas. Se mordió los labios, mirando primero al vocalista y luego al dibujo, indeciso, podría ahora mismo volverlo a guardar entre lo más recóndito de su maleta y tratar de olvidarse de este con todo el trabajo que le esperaba mañana, o…


 


No,  en definitiva no. Por mucho que deseará concluir aquel dibujo, no podía alterar por nada en el mundo al “modelo”, no solo porque eso podría arruinar la imagen que hasta ahora había captado, sino porque su mente imaginativa le hacía pensar en lo peor.


 


-“¿Sé puede saber qué haces?”


 


La escena de un yo-ka, despierto y pillándolo con una mano cerca de su rostro en ese momento podía escucharse como algo muy cliché y predecible, pero nada le aseguraba que el solo intento de apartar ese molesto mechón de su cabello conllevaría a ella, y eso si no contaba su propia reacción, que seguramente será quedarse congelado, sin saber muy bien que decir o que hacer, ¿titubear y verse como una colegiala enamorada que fue pillada por el chico que le gustaba al espiarlo? Era ridículo sí lo pensaba, pero nada le aseguraba que eso no podría pasar, ¿o sí?


 


Suspiro, frotándose los ojos por la irritación que hasta ahora había tratado de ignorar por estar concentrado en dibujar, estaba haciéndose escenas ridículas en la cabeza, posiblemente por el cansancio que había vuelto a apoderarse de él. Será mejor dejarlo para la próxima vez, se dijo mentalmente mientras se levantaba e iba hacia su desordenada maleta para guardar aquel cuaderno, cubriéndolo con algunas prendas  que serían las que usaría en unas horas, además de colocarse solo una simple camisa para dormir. Finalmente pudo apagar esa luz que hasta ahora había estado acompañándole en su pequeño momento de inspiración y recostarse; descansaría al menos un par de horas antes de someterse a otro pesado pero productivo día en su vida de músico.


 


 


 


 


 


 


Cuando creyó que Kei se hallaba sumergido en un profundo sueño, se reacomodo en la cama, había hecho algo de ruido al golpearse por accidente con la cabecera de la cama, y aunque le dolió, con ello pudo confirmar que Kei estaba sumido en su mundo de sueños.


 


Tras haberse sobado el codo para apaciguar un poco el dolor, tomo su celular que había dejado bajo la almohada y se levantó, ayudándose con la luz de la pantalla a guiarse por la oscura habitación hasta hallarse frente a la cama del guitarrista. Yo-ka pudo apreciar, iluminando pocos segundos con su móvil, la expresión relajada en el rostro de Kei, una que solo veía cuando este, o dormía, o tocaba alguna que otra melodía ya fuera algo improvisado o una de sus canciones favoritas. Muchos decían y recalcaban que Kei era un muy buen guitarrista, pero para él, yo-ka, creía que no había nadie como él, ni lo habría nunca, nadie era tan capaz de producir unas melodías que calcaran casi a la perfección con sus líricas, y sí lo había, no quería descubrirlo. Tal vez fuese la relación que establecieron desde antes de la formación de Valluna la que lo hacía pensar de esa manera, pero yo-ka creía que tuvo una gran suerte y fortuna de que Kei se cruzará en su camino; nadie había sido capaz, hasta ahora, de sacar lo mejor de sí mismo y que también lo hacía mejorar día tras día, en lugar de estancarse.


 


Una  retroalimentación mutua entre ambos.


 


Se alejó del dormido guitarrista y camino con mucho cuidado por la habitación hasta hallarse frente a su objetivo, resoplo al ver algunas cuantas prendas en el suelo cerca de su equipaje, sí algo no le gustaba de Kei era lo desordenado que podía ser a veces, él también lo era, por supuesto, pero lo suyo, había veces que lo molestaba, mayormente cuando Kei dejaba sus prendas de vestir en la camioneta. Pero, pensó mientras se hincaba, que si no fuera por eso, seguramente no habría confirmado lo que Kei llego a decir una vez y que pensó, había sido una broma.  Dejo su móvil en el suelo y abrió con cuidado la maleta, teniendo la mayor precaución de dejar al lado las prendas que había puesto Kei sobre el cuaderno, pobre Kei, sí no fuese tan ensimismado, habría sido más cuidadoso.


 


Aunque era mejor para él.


 


Tomo aquel cuaderno y lo abrió en las últimas hojas, ojeándolo un poco para ver de aquellos garabatos hechos por la mano del guitarrista, y los cuales yo-ka ya conocía, aunque había uno que otro que era nuevo, pero no le prestó mucha atención, pues esta se centró de inmediato en la página de su interés. Logro sofocar un respigo, pero no contuvo la gran sonrisa que se formó en sus labios al ver tan maravillosa obra; Kei sin dudas era un artista, pero no únicamente con la guitarra. Yo-ka iluminaba con su celular la hoja en la que su retrato estaba plasmado, y estaba sencillamente maravillado; los pocos dibujos que había visto por parte de Kei (los que contaba con su autorización de verlos, por supuesto), eran bonitos, pero se notaba que en este había puesto el mismo empeño que ponía a la hora de componer. Era impresionante como pudo retratar con la única luz que tenía a la par su imagen cuando estaba dormido, o aparentemente dormido. Porque sí, fue y siempre estuvo consciente que Kei lo estaba retratando aquella noche.


 


No era la primera vez que estaba enterado, pero había sido de esas veces en la que era consciente que lo estaba retratando. ¿El por qué? Porque le encantaba ver los resultados que lograba cuando creía que no estaba enterado. Ya habían existido ocasiones en las que bromeo con Kei de que sí quería, podía retratarlo, pero este se negaba rotundamente, haciéndolo enojar pero ni así era capaz de hacer que Kei siquiera dibujará una imagen como la que logro retratar para uno de aquellos retos que habían hecho hace un par de años cuando salió MY RESISTANCE. Por supuesto, aquella noche fue particularmente difícil poder mantenerse despierto para que Kei lo retratara sin ningún problema, más que todo por la incomodidad que sentía al estar en la misma posición; incluso el estómago le dolió por estar bocabajo quien sabe cuánto tiempo, pero todo aquello lo valía si podía ver uno de los mejores dibujos del guitarrista.


 


Antes de guardar aquel cuaderno, le tomo una única fotografía teniendo que utilizar el flash, tuvo que tener un extremo cuidado cuando escucho que Kei se movía, pues creyó que este se había despertado y lo pillaría infraganti, pero esto afortunadamente no paso, y tras tomarle otra fotografía al dibujo, cerró las tapas del cuaderno y lo volvió a colocar nuevamente en su lugar, teniendo una gran precaución de hacer que no pareciera que alguien removió entre sus cosas; esa mañana había sido muy descuidado al no haberlo guardado hasta el fondo de toda su ropa como solía Kei solía tenerlo, y lo que menos deseaba era que Kei lo descubriera, por suerte este seguramente se hallaba tan atareado como para haber sospechado algo. Algún día, si supiera como tocar el tema, le gustaría poder decirle lo que piensa de sus bosquejos, y lo mucho que significan para él.


 


Porque aunque no lo supiera, pensó tras volver a la cama y cubrirse perfectamente con las mantas, esos dibujos, muchas veces eran la motivación que lo inspiraban a continuar escribiendo como había hecho hasta ahora, no solo para la banda, sino para él mismo y para Kei.

Notas finales:

Espero haya sido de su agrado. Hasta en otro OS.


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