¿EL REGRESO? PRIMERA PARTE.
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Barry observó el ataúd frente a él con la sensación de que las piernas temblaban, aunque no fuese realmente el caso. Estaba nervioso, incrédulo incluso. No terminaba de entender cómo es que la situación se le fue de las manos. Se suponía que el señor Wayne hablaría con él para tratar de enmendar las cosas, no lo mataría. Eso no era parte del plan.
Mira a su alrededor. Ha aprovechado su velocidad para dar esa pequeña visita. Nunca le conoció antes, así que aparecerse por allí públicamente estaba fuera de sus opciones, la curiosidad le carcomía, pese a ello. ¿Qué cualidad tenía Superman que convenció al señor Wayne? ¿Qué pasó realmente durante las noches pasadas? Alfred le había dicho que Wayne dejó la mansión dos días antes del gran evento. Regresó con el peor humor que el mayordomo le viera nunca, y eso era mucho decir.
Barry miró a Lois, sentada en primera fila junto a los mandatarios de distintos estados. Si no fuese tan peligroso, incluso el Presidente estaría allí. Se preguntó por un momento por qué ella estaba ahí, aunque enseguida recordó los rumores de su relación con el hombre de acero. Ella nunca lo negó, no propiamente... Sin embargo el velocista tenía la rara sensación de que no era una casualidad. Luego descubriría que ni a ella ni al mismo héroe les convenía decir nada al respecto.
No había cuerpo dentro de la caja. Solamente el traje descansaba dentro, pero eso era más que suficiente para que Allen decidiera observar en primera fila.
Estaba saliendo cuando la familiar silueta que distinguió a lo lejos del recinto llamó su atención. La sorpresa fue tan grande que se detuvo abruptamente y el tiempo siguió su curso antes de que pudiera notarlo.
La sonora cachetada dejó un eco en el aire que le heló la sangre. Bruce Wayne se encontraba delante de una mujer mayor que él, que le miraba con furia y el dolor destilando del alma. Barry bajó la mirada cuando ella cayó en cuenta de su presencia. No alcanzó a escuchar qué es lo que ella dijo, pero vio claramente cuando lanzó al millonario un objeto inusualmente pequeño que rebotó dos veces una vez que alcanzó el suelo.
Ella se alejó mientras el llanto la atacaba y Barry dudó en acercarse al otro. Notó la tensión en su cuerpo cuando estaba a un paso.
-Señor Wayne...-le llamó
-No ahora, Barry-fue la escueta respuesta, y él no insistió
Bruce dejó el lugar segundos después, el velocista pronto recordó lo que la otra lanzó, lo recogió del suelo pero cuando miró por donde el otro se fue no consiguió encontrarlo por ningún lado.
-Realmente desaparece-murmuró, con cierta sorpresa, antes de mirar el objeto en sus manos.
No lo dejó ir. La situación. La duda. Necesitaba sacarse de encima esa sensación de que algo que no entendía estaba pasando. Su curiosidad era grande, sí, pero ver al otro derrumbarse era algo que le animó a ir más allá. Estaba herido, y él estaba dispuesto a ayudarlo de la manera en que fuera necesaria.
El anillo viajó junto a él por días antes de que consiguiera informarse sobre su procedencia. Nunca pensó que necesitaría ayuda de esa persona, pero era la mejor en lo que hacía, y luego de que Alfred admitiera que ni él mismo lo sabía, se vio en la necesidad de tocar a su puerta.
Aunque decir cubículo era más apropiado.
-Esto sigue siendo súper secreto, ¿puedo confiar en ti?... No es que crea que no eres buena persona, él creía en ti, así que yo puedo intentarlo pero...
-Nadie más sabrá de esto, te haré saber cuando tenga más información...
Lane no parecía estar interesada en engañarlo. A veces, él resultaba bastante bueno en eso de juzgar en quien creer y en quien no. Realmente estaba convencido de que ella era al primer grupo. Ella no le decepcionó.
-Seguí la pista hasta la joyería de donde salió... Está hecho a medida. Y, de acuerdo a mi fuente, fue hecho para un hombre.
Barry intuía aquello, pero confirmarlo no hacía más que reafirmar las ideas que se cruzaban por su cabeza.
-¿Alguna idea del por qué? ¿Una graduación?
Error. No había manera. Ningún grabado estaba escrito sobre aquella pieza. Y hasta donde sabía, todos los anillos de graduación tenían inscrito el nombre de la institución junto a la generación.
-Si tuviera que adivinar, apostaría a que es un anillo de compromiso. No sería de extrañar, dado que es un material caro... No es cualquier cosa.
-¿Te dio el nombre del comprador?
Su corazón latía con fuerza. Bruce Wayne. ¿Para quién haría ese anillo? ¿Qué relación tenía con esa mujer?
-El comprador usó un nombre falso, pero me dio una descripción... Hombre en sus treinta. Cabello negro. Musculoso. Lentes. Usaba ropa sencilla.
El héroe se mostró confundido.
Lois sonrió de una manera que le pareció triste. Ella le invitó a seguirle y le guió hasta que estuvieron en una sala desocupada, le hizo esperar, regresó con una caja en sus brazos que colocó sobre la mesa. Entregó el anillo al otro.
-Algo me dice que lo que buscas está aquí...
Ella tomó un bolígrafo de su bolsillo, una nota de la caja y anotó el número que había memorizado antes de entregárselo.
-Es el número de pedido.
Barry tardó segundos en comprender. Ella le sonrió conciliadora, antes de decir.
-Sospeché esto por un tiempo... En cualquier caso, no creo estar preparada para confirmarlo. Puedes llevárselo... No creo que alguien más merezca tener lo que dejó.
Una vez solo, buscó cada nota dentro de la caja hasta que dio con lo que buscaba. Abrió los ojos como platos al confirmarlo. Sus manos temblaron cuando, al final, encontró la identificación del dueño de todas esas cosas.
Lo reconoció inmediatamente.
-Esto es una jodida broma.
Tomó todo antes de salir corriendo. Cuando estuvo delante de la mansión ni siquiera se molestó en llamar. Se apareció dentro de la cueva buscando al dueño de ésta y casi golpeó la mesa al poner la caja sobre esta.
Bruce le miró primero con enfado antes de darse cuenta de qué tenía frente suyo. Barry solamente lo miró. Sacó la nota de compra junto con el anillo. No hubo comentario de por medio. El mayor tragó grueso antes de tomarlo en sus manos. Allen no podía decir si temblaba ligeramente o no.
-No lo sabías...
No hay duda en sus palabras. Ni tampoco intenta acusarlo. Expone los hechos. Tiene solo la mitad de la historia.
-Salías con él, y no lo sabías...
-No éramos tan cercano-responde Bruce, su voz más grave de lo normal, como reteniendo la emoción
Temiendo que su tono lo delate.
-Te dio un maldito anillo de compromiso, ¿cómo puedes decir que no eran cercanos?
-Siempre fue de los que van demasiado rápido.
-Bruce-le cortó, siendo la primera vez que le alzaba la voz, además de que le llamaba por su nombre- ¡No puedo ayudarte si no hablas conmigo!
Wayne frunció el ceño.
-¿Cómo podrías ayudarme? Nadie puede hacerlo... El daño está hecho...
-¿Qué pasó realmente? Dijiste que Diana llegó a ayudarlos...
-No metas a Prince en esto.
-Ella sí lo sabía.
Bruce se puso de pie de golpe.
-¡Claro que lo sabía! No existe secreto alguno para las amazonas. Ella lo sabía... Y no dijo nada al respecto.
-Bruce...
-¡¿Por qué se supone que debo aceptarlo?! ¡Me mintió por años! ¡Cinco malditos años! ¿Cómo pude ser tan ciego?
Cuando lo abrazó Wayne no respondió de inmediato. No se alejó tampoco. Pasaron algunos minutos antes de que el millonario dijera
-Me dio el anillo dos días antes... Estaba demasiado ocupado pensando en vencer a Superman que le dije que lo mejor era dejarlo. Él no insistió. Yo le dije que iría a esa lucha a morir... Y él me dijo que Superman no quería hacerme daño. Debí darme cuenta en ese momento.
"Mientras luchábamos estuvo a punto de matarme. No era su intención, por supuesto, pero yo no iba a detenerme si él no me paraba. Doomsday apareció entonces. Pasó muy rápido... Era él, o el mundo... Estúpido boy scout... No pude detenerlo.
Lo último que recuerdo es que me miró por lo que parecieron horas, y cuando tomó mi mano puso el anillo allí. Nunca antes me di cuenta del parecido. No quise hacerlo...
Estaba bien siendo el único con posibilidades de morir en una relación. Nunca pensé en perderlo.
Es mi culpa. Por haber sido tan ciego... Durante tanto tiempo
A Barry nunca le gustó jugar con el tiempo. Era grandioso ver todo a cámara lenta, cámara rápida. Pero de eso, a alterar las cosas... No se atrevía a hacerlo. Nunca antes lo había hecho. Pero todo parecía tan jodido... Sin Superman ahí, el mundo entero era sencillamente un lugar desconocido.
-Puedo ayudarte. Pero probablemente no vayas a recordarlo-le dijo, y Bruce le miró con esa expresión de confusión que pocas veces le había visto antes- ¿Qué tan probable es que creyeras en mí, antes de conocerme?
El murciélago alzó una ceja.
-Sabes que nunca he sido particularmente creyente.
-¿Sups...?
-Creerá...
Bruce miró cuando el otro se preparaba, casi alza una ceja al verlo repetir en voz baja que era capaz de ir lejos.
-Deberás ir al comienzo de esto-le dijo, Barry le miró sin entender- Antes de que pase el tiempo... No reacionaré bien cuando me lo diga. Incluso si Clark sabe decirlo, podría adelantar los hechos... Es mejor que lo sepa desde el comienzo.
-Es arriesgado, ¿cómo sabes que te enamorarás de él si sabes que es un alien?
-No lo sé. Solo espero que sea así.
El joven casi abrió la boca en clara sorpresa.
-No necesitas hacer esto... Si funciona, podrías perder los últimos cinco años de tu vida...
-Si va bien, será como si todo esto nunca hubiera pasado... Prefiero que sea así.
Extendió su mano, y cuando el otro le abrazó en respuesta una sonrisa adornó su rostro.
-Haré lo posible por evitar todo esto.
Se apartaron. Barry estaba listo para echarse a correr cuando le escuchó decir:
-Gracias, Barry.
No respondió. El sonido de sus pasos fueron lo único que Bruce distinguió antes de verlo desaparecer.