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Ese mayordomo, sorprendido (halloween) por angel-san

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Notas del capitulo:

Bueno esta idea vino del maga de Kuroshitsuji  capitulo 120, donde dan la fiesta de Halloween, lo hice con mucho entusiasmo pues me gusta mucho esta fecha así que me divertí mucho haciéndolo, aunque me tarde 3 días en terminarlo aquí esta, espero que disfruten leyendo.

Pertenece a la serie una y mil travesuras de Ciel Phantomhive, donde nuestro pequeño Ciel es un travieso. 

Especial halloween


Sebastián Michaelis era el mayordomo perfecto, pero eso no quiere decir que no tenga inconvenientes a la hora de cumplir una orden de su amo. Tal era el caso de ese momento.

 

- en caso de que ya lo haya olvidado, ya me asigno una larga lista de tareas para completar las preparaciones para el salón de música FUNTOM, ¿recuerda? - pero que desconsiderado Joven Amo tenía, mira que obligarlo a armar un salón de música en unos días, y aparte pedirle que se encargará de las preparaciones de la fiesta anual de Halloween en la mansión Phantomahive,  incluso para el era demasiado.
- oh y yo aquí pensando que podrías manejar un trabajo tan intrascendente, ¿es posible que haya sobre estimado las capacidades mi mayordomo y, demoníaco amante?- ese niño si que sabía jugar bien, porque mencionar eso le golpeaba directo al orgullo,  ¿acaso decía que era un mal mayordomo y amante?, con eso si que no se jugaba.

 

Para Ciel Phantomahive  era costumbre usar hasta agotar todos sus recursos, porque solo así salían las cosas como el quería, no dudo ni por un segundo utilizar su arma más poderosa contra aquel que era su mayordomo: su relación, y es sabía muy bien que a Sebastián le enfurecia que se insinuara que no podía hacer algo, y mucho más si esto era en la cama, aunque sabía muy bien que tendría más adelante que pagar las consecuencias por insinuar tales mentiras (y baya que el sabía bien que eran unas completas mentiras).

 

- no en absoluto, sus deseos son mis órdenes - ese niño si que le fastidiada, pero sin duda se iba a cobrar todas esas tareas que le había encomendado, ahora no por supuesto tenía muchas cosas que hacer, con una reverencia  salió de la habitación y se apresuró, todo tenía que estar perfecto, y no le quedaba mucho tiempo.

 

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- Joven Amo, por favor apresurece, necesitamos cambiarlo para la celebración, los invitados están apunto de llegar - había terminado las preparaciones a tiempo, solo faltaba que el pequeño estuviera listo y daba por concluida sus obligaciones, por lo menos en esa actividad.

 

A pesar de que a él (Sebastián) le hubiera gustado elegir un disfraz de gato para su Joven Amo, pues pensaba que se iba a ver adorable, se decidió mejor por un pequeño "demonio" con dos adorables cuernos, una coña larga de diablito, una camisa holgada, con un shots corto y medias, aún así no podía negar que se veía delicioso, si hubiera tenido tiempo, no lo hubiera pensado dos veces para tirarlo a la cama y hacerlo suyo, lástima que estaban con el tiempo justo.

 

La fiesta fue estupenda, todos quedaron muy emocionados por la combinación de diferentes formas de festejar halloween, sin duda fue una fiesta digna de conde Phantomahive.

 

- Sebastián quiero leche caliente - cuando concluyeron la fiesta Ciel fue directo a su habitación seguido por Sebastián el cual estaba ansioso por que su amo se acostara para poder arrancarle la ropa.

- Ciel ya es muy tarde, mejor deja que te cambie-  a lo largo del tiempo que llevaban  juntos habían adoptado la costumbre de hablarse informalmente cuando estaban solos, después de todo ya habían llevado la relación Amo-Sirviente a otro nivel.

- Sebastián- ese pequeño si que sabe convenser, pensó el demonio mies tras veía al menor sentado en la cama mientras lo veía con sus grandes ojos azules, con una sonrisa se retiro.

 

Para Ciel ya no era extraño tener familiaridad con el demonio pues hace ya bastante tiempo había aceptado la atracción que sentía hacia este, ahora ya se le hacia completamente común que ellos dos durmiera juntos, la verdad que eso le tranquilizaba bastante, aunque casi nunca hablaban en el día de la relación que tenían, en la noche era completamente distinto.

Se levantó para cambiarse de atuendo, ese de verdad que se le hacia ridículo, empezó desistiendose, sabía que a Sebastián le gustaba desvestirlo pero la verdad hoy no tenía ganas de nada más que dormir, la fiesta le hizo recordar a sus padre y eso lo canso mentalmente. Busco su ropa y estaba por vestirse cuando  algo le llamó la atención, unos piezas de ropa que estaban dobladas encima de la mesa, se acerco curioso para verlas, al parecer era un dizfraz.

 

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Si algo podía reclamar de su Joven Amo era que es un niño caprichoso, aunque la verdad es que eso le encantaba, nunca podría predecir lo que este iba a hacer, eso se le hacia sumamente tierno, Ahh ese Joven Amo era exquisito.

Se adentro a la habitación y le extraño que las  velas estuvieran apagadas, el pequeño estaba despierto podía sentirlo, aunque estaba algo ansioso, tímido,  en que estaba pensando su Joven Amo.

- Ciel te traje la leche - le dije asercandose, se quedo al filo de la cama esperando respuesta del pequeño que parecía que no se iba a mover de su reconfortante lugar abajo de las sábanas, con cuida toma la esquina de esta y la jalo.

Sus ojos se abrieron impresionados, no lo podía creer, pero estaba ahí frente a él, su lindo, pero lindo amante, vestido con el dizfraz que hubiera querido que usará para la fiesta, se veía tan apetitoso con esas orejas falsas de gato, y un bonito trajecito de color azul marino, que le llegaba a medio muslo, con una cola de gato esponjosa que tenía atada a la cintura, y unas calcetas que le llegaban arriba de la rodilla.

Que Joven Amo tan delisioso, y tierno, nunca pensó que su fantasía se hiciera real, se apresuró a posicionarse encima de él para besarlo con hambre, mies tras acariciaba las piernas, era tan, tan hermoso, siguió bes do el cuello mientras le quitaba con cuidado en traje dejándole las orejas y la cola, se tomo unos minutos para verlo desnudo, cuantas veces lo había hecho, demasiadas, y aun así siempre le parecía un cuerpo magnífico, nunca se casaría de él, era tan pequeño y fragil, pero a la vez tan fuerte y rudo, sin duda Ciel era todo, era valiente, pero aveces tan asustadizo, eso y mucho más era lo que hacía que el demonio sintiera una gran atracción hacia el alma del pequeño humano.

Beso al pequeño escasamente, para bajar y besarle el pecho, escuchando como este gemia bajito, se dirigió a los pequeños botones besandolos con fervor, la piel de su Joven Amo era esqusitamente dulce, siguió su camino hasta el ombligo con el cual jugó, sus manos se entretenía en acariciando las piernas y glúteos, tanteando de vez en cuando su entrada, quería hacerlo lento, dejar que el menor sufriera un poco, quería escucharlo jadear y pedir más, que se apresurara, esa voz llena de placer era como un hermoso canto.

Unos minutos después escuchaba fuertemente los gemidos del menor apresurandolo, succiono rápidamente el miembro del menor para que se corriera rápido, después de todo el tampoco aguantaba ya sin estar dentro del menor, este se corrió a los pocos instantes. Lo beso dándole a probar de su propia esencia mientras que una de sus manos se encargaba de prepararlo, estaba ansioso por penetralo y sentir esa estrechez.
Quería corromperlo marcarlo una y otra vez como suyo, reclamar el cuerpo y el alma, saciarse por completo del menor hasta que no pudiera más, lástima que no pudiera hacerlo completamente pues no tenía intención alguna de lastimar tan preciado cuerpo.

Pentro al menor lentamente disfrutando el momento, escuchando los gemidos y sintiendo las uñas del pequeño arañando su espada, le suiguieron penetraciones lentas pero profundas, marcando un ritmo deliciosamente tormentoso, hasta que no pudo más y empezó a subir de ritmo, a uno fuerte, rápido, viendo al menor perlado de sudor, sonrojado, agitado, hermosamente apetecible, empezó a masturbar con su mano al pequeño sintiendo el final cerca, el pequeño se corrió primero con un fuerte germinó, y unas cuantas estocadas más le siguió el demonio besando al menor.

Salió de Ciel con cuidado, recostadose junto a él para traerlo y envolverlo en un abrazo. En esos momentos preferían no hablar, solo drinfrutaban la precensia de uno al otro.

Unos minutos después Ciel se zafó del abrazo y se encimo arriba del mayor.

 

- Sebastián este es tu recompensa por haber hecho las cosas satisfactoriamente, así que disfrutame lo más que puedas - dijo el menor con una sonrisa, miestras se balanceaba encima de la cadera del mayormo, el cual con una sonrisa y sus ojos de de color rosa destellante se abalanzaba a besarlo.

Esa fue una noche sin duda larga, ese Joven Amo si que era un completo travieso, pero no es que se quejara, después de todo el era un demonio de mayordomo que amaba poseer a su presiado Joven Amo.

 

Notas finales:

Bueno espero que hayan disfrutado, cuan duda, aclaración ya saben que pueden dejarme un review. 

Gracias por leer. 


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