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Lazos por RozenDark

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Notas del fanfic:

Nueva historia, más dolores de cabeza y muchas lágrimas se prometen en esta historia xD

 

No me pude resistir más, porque en serio, esta historia lleva rondando en mi cabeza desde que comencé con los extras de “¡¿Mi Hijo?!”.

Notas del capitulo:

“CAPÍTULO EDITADO”

Nueva historia Brooken con un crossover de la pareja Rex x Noah, espero y les agrade la idea, y que logren sobrevivir sin derramar lágrimas, porque desde aquí les doy por aviso que va a haber mucho drama en torno a la vida de Ben. Habrá muchas lágrimas de machos en lo que va del fic xD

En fin, los personajes de Ben 10 y Generador Rex son propiedad de sus respectivos autores.  La imagen utilizada para la portada, es de mi entera propiedad y la del capítulo la base en una que me encontré en google :D

La historia, así como la numeración y la idea del universo 18, es 100% mía, así que para cualquier adaptación, bien pueden preguntar.

Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/

 

Sus verdes ojos estaban vacíos, hasta el punto de haber perdido las ganas de vivir.

¿De que valía vivir?, si desde los ocho años se la ha pasado viajando de planeta en planeta junto a su familia. Familia que por cierto, fue reducida a solamente él y su abuelo con el pasar de los años.

Y ahora que por fin creyó tener algo porque vivir, su pareja destinada lo rechazaba, aun cuando sabía que con la marca hecha, él podría morir de dolor y tristeza. No era justo, el solamente quería que alguien lo amara. Quería tener la misma pura y amorosa relación que sus abuelos, padres, tíos y primos llegaron a tener con su respectiva pareja destinada, pero en su lugar, el destino jugaba para hacerlo perder todo.

Su abuelo estaba decepcionado, todo porque torpemente creyó que su Alfa lo amaría por ser destinados, y por supuesto, por dejarse marcar con demasiada facilidad. ¿Era mejor quitarse del camino de su querido abuelo y liberar a su Alfa de la marca?, ¿o es que acaso debía vivir con la tristeza de haber sido rechazado por el destino?...

Miró una vez más la nave tras de él, para luego mirar aquel precipicio por el que estaba dispuesto a lanzarse. Era obvio que había optado por el camino del suicidio, pues al menos así, su abuelo quedaría libre de una carga como él y a su vez, su amado Alfa podría seguir con su vida, como mejor le plazca…

 

— ¡No lo hagas Ben! —

  

 

“Lazo Del Destino”

 

Como ya era costumbre en su día a día, se levantó con toda la flojera que se permitía tener y salió de la que era su pequeña habitación. No se extrañó en lo absoluto, cuando su verde mirada se fijó en lo que parecía ser una ventana y que en esta el día pareciera noche.

Y en aquella vieja nave, solamente eran él y su querido abuelo Max.

 

—Buenos días Ben —saludó alegre el regordete hombre.

—Buenos días abuelo —sonriente y más que dispuesto a comer, devolvió el saludo.

 

Ambos una vez se dieron los buenos días, comenzaron a desayunar para así tener las suficientes energías para seguir con su interminable viaje por el universo. Lo normal en su vida.

Su situación no era fácil, de hecho, ya había olvidado la última vez que algo le resultó fácil.

Desde que tenía ocho años, él, junto a sus abuelos, padres, tíos y primos se la han pasado viajando de planeta en planeta, siempre huyendo de todo aquel que intentará destruir a su familia. Y todo comenzó por un cruel malentendido en contra de su abuelo.

Maxwell Tennyson era un reconocido Magistrado en una organización secreta que se auto proclamaba como “Plomeros”, y dicha organización se encargaba de mantener la paz entre los seres humanos y los alienígenas que llegaban a la tierra, y claro, eso sería demasiado raro de descubrir, pero al tener a una abuela alienígena, y que a su vez, su prima haya heredado esos mismos poderes a tan corta edad, no era absolutamente raro saber del trabajo de su abuelo.

En esos días todo era paz y tranquilidad, pero un día toda esa apacible calma cambió. Lo recuerda muy bien, pues por mera coincidencia, estaban disfrutando de una parrillada en familia. Él y su prima esperaban emocionados a que su abuelo llegara, pues Max les había prometido un viaje por el resto de sus vacaciones, pero al ver como el mayor de los Tennyson entraba herido y cansado, todos se preocuparon. Y con tan solo una mirada de Maxwell Tennyson, todos supieron que sus vidas cambiarían por completo.

En sí, el viaje si se hizo, solamente que no eran él y su prima los que acompañaban a Max, pues también se encontraban sus padres y el hermano de su prima, incluso iba su querida abuela, la cual los abrazaba a él y a su prima, como si temiera que algo malo les estuviera esperando. Tampoco fue un viaje en camper, todo lo contrario, su viaje dio inicio con todas las cosas importantes que empacaron como para meses, y aunque la nave estaba llena, todos se acomodaron como pudieron.

Aún recuerda las palabras de su abuelo, y la mirada llena de preocupación que su abuela le daba.

“Lo lamento familia, pero desde ahora, nuestra vida ha cambiado”

 

—Perdón abuelo, ¿me hablabas? —Ben salió de su estupor, al ver la mano de su abuelo, pasearse frente a su rostro.

— ¿Estas bien hijo? —preguntó preocupado, el mayor.

—Nada de qué preocuparse, solamente divagaba con cosas del pasado —respondió sin ganas.

—Max suspiró abatido, pues aún seguía el sentimiento de culpa por lo que su familia pasó—. Pues te sugiero que te apresures y por esta vez, hazme caso  y lleva tu bolsa y tu collar puesto.

—Generalmente no te tomas la molestia de recordarme lo del collar, ¿a dónde vamos exactamente? —Ben se encontraba sumamente extrañado.

—Como sabrás, Azmuth nos ofreció ayuda, pero el planeta de la raza Galván se encuentra demasiado lejos de nuestra posición, además de que nuestra nave necesita combustible y uno que otro chequeo y arreglo, junto con más provisiones y cosas que necesitaremos para el camino. En conclusión, si no paramos en un lugar, nos veremos en más problemas, aunque tendremos que estar demasiado atentos, porque el planeta donde aterrizaremos de emergencia es el planeta Omnitrix.

 

Azmuth, un ser que a pesar de su diminuto tamaño, tenía un gran intelecto y era reconocido por todo el universo como el ser más inteligente entre todos. Y a pesar de las falsas acusaciones en contra del Maxwell Tennyson, el viejo Galván conocía demasiado al ex Plomero como para creer en las malas palabras en su contra, además de conocer a la difunta esposa del ex Plomero, pues la señora Tennyson siempre se daba sus escapadas a Galván Prime en su época de juventud.

 

— ¡¿Es en serio abuelo?! —preguntó exaltado.

 

Y no era para menos la reacción del menor, pues el planeta Omnitrix era sumamente peligroso.

Para empezar, se le había dado ese nombre justo después de que la guerra entre alienígenas y Plomeros estalló. Se creía que en otro universo, totalmente paralelo al que vivían, que la palabra Omnitrix iba ligada a un aparato que tenía la capacidad de otorgarle la habilidad de convertirse en cualquier especie alienígena a aquel que lo tuviera en su poder. Y ese rumor era más que verídico cuando lo escucharon por boca de un Chronosapien que después de hacer mención del Omnitrix, desapareció tan pronto causó conmoción. Después de eso, y porque en ese planeta remoto y abandonado comenzaron a hacer su base varios alienígenas rebeldes, fue que se decidió llamar a ese planeta “Omnitrix”.

Ahora, después de tantos años y con la casi eliminación de los Plomeros, el planeta no solo servía de base, pues en sí, el planeta se volvió un enganche para alienígenas que buscaban dinero, poder y fama, o como él decía: una pelea de brutos. Pues en sí, el planeta Omnitrix era para eso, para peleas clandestinas y que años atrás se consideraban ilegales, incluso para ventas que para cualquiera que aún creía en la justicia, eran de lo más bajas e ilegales.

En sí, Omnitrix no era un lugar como para que su nave decidiera que debían aterrizar de emergencia. Y no solo por el hecho de que casi todo el universo buscaba eliminar a su abuelo y a él, también porque él era un Omega y el último de su especie. Su abuela Verdona, aparte de ser una Omega, no era del todo humana. Verdona Tennyson era de una especie alienígena llamada “Anodita”. En sí, los Anodita eran de las especies más raras, junto a los Celestiales y los Chronosapiens, todo debido a los rumores de que al igual que los dos últimos, los Anoditas también podían viajar por el tiempo e incluso entre dimensiones, aunque aún eran rumores. Pero debido a la herencia familiar, él y su prima habían heredado ese lado Anodita. Desgraciadamente, alguien sumamente malvado, había eliminado no solo el planeta de los Anoditas, también a Verdona y a Gwen Tennyson. Así que Ben sabía muy bien, que probablemente él era el último Anodita existente y con el solo hecho de haber nacido Omega, venían un montón de cuidados, un ejemplo claro era el mentado collar que su abuelo le recordaba cada que aterrizaban en algún planeta, el otro eran los supresores para calmar su celo.

Así que resignado y completamente desganado, fue a su habitación y se colocó el collar, ingirió sus supresores y tomó a su fiel bolsa y la colocó en su cinturón, también tomo una mochila para cargar todo lo que comprarían.

 

—Ya estoy listo abuelo —le dijo de brazos cruzados, pues no estaba del todo seguro de bajar a ese planeta.

—Pues abróchate el cinturón, y prepárate para aterrizar, y tampoco te olvides de usar la capucha hijo.

 

Ben asintió algo abatido. Nunca le negaba nada a su abuelo, especialmente cuando se aseguraba de protegerlo demasiado, pero todo tenía un triste porque.

Para empezar, su familia fue disminuyendo, empezando por su padre y su madre, quienes lo protegieron de un ataque cuando aterrizaron por primera vez para buscar provisiones. Decir que eso no fue traumático, sería una reverenda mentira, pues mientras él estaba escondido, miraba a la perfección como sus padres morían uno a uno, y para cuando sus abuelos llegaron, ya era demasiado tarde.

Ben recuerda que no habló palabra alguna en un aproximado de dos meses, preocupando al resto de su familia. Incluso a su prima Gwen, con quien siempre peleaba, se mostró demasiado preocupada por su salud.

Sacudió su cabeza de lado a lado, mientras palmeaba sus mejillas, ese no era el momento ni el lugar para andar divagando en penosos y trágicos recuerdos. Con sorpresa, dirigió su verde mirada al frente, mostrándose aún más sorprendido de ver el gran planeta al que estaban por llegar. Sin duda, Omnitrix era un planeta bello y abundante por fuera, aunque según los rumores y chismes, por dentro era algo totalmente diferente a la apariencia que tenía por fuera.

Y aun cuando seguía renuente a pisar ese lugar, sabía que aun así debía hacerlo, claro, no sin antes recitar un pequeño hechizo para ocultar la apariencia y voz de su abuelo.

 

— ¿Llevas contigo el libro de hechizos? —Max preguntó aquello, mientras recibía su mochila ya hechizada por su nieto.

—Si abuelo, y también llevó las piedras y una que otra distracción. Además de que tengo a la mano a Green —respondió Ben algo fastidiado por la sobreprotección que su abuelo le daba, mientras le mostraba la bolsa de objetos mágicos.

—Bien, entonces toma la lista de lo que necesitamos para comer y asearnos. Yo mientras iré por combustible y equipo necesario para la reparación de la nave,  y cualquier cosa, no dudes en contactarme —el mayor aun cuando no deseaba separarse de su nieto, sabía que entre más pronto terminarán, más pronto se irían de ese planeta—. Casi se me olvida, hijo, recuerda comprarte más supresores.

—Ben solamente miro hacia otro lado con indignación—. No lo olvido abuelo.

 

∞•*•♥•*•∞

 

Ben llevaba ya cerca de dos horas andando en la zona de mercadería del planeta. Y en verdad adoraba y agradecía haber aprendido a encantar su mochila para que esta no aparentará estar tan llena como debería parecerlo. Pero bueno, ya lo único que le faltaba, eran sus supresores, así que hasta no hallarlos y comprar suficientes para el viaje, no regresaría a su nave, pero justo antes de llegar a un pequeño puesto farmacéutico, vio a lo lejos que tres imbéciles que sabía y aseguraba, eran Alfas, molestaban a un Omega rubio que parecía molesto y asustado.

 

— ¿Pero qué? —

 

Obviamente, Ben como era, dejó de lado sus compras y se desvío para ayudar a ese Omega. Claro, todo sin saber que ese Omega, ayudaría a que su vida diera un enorme giro.

 

∞•*•♥•*•∞

 

—Vamos Noah, solo queremos saber lo que te hace tan especial para Rex.

— ¿Seguro que es solo eso?, porque más bien, esto parece una sucia venganza en contra de mi Alfa, ¿es que acaso no tienen dignidad?, mejor acepten que Rex los venció y a mi déjenme tranquilo —el rubio sonrió algo arrogante, aun sabiendo que esos tres Alfas podrían hacerle daño.

— ¡Sucio Omega!, ¡no te creas superior solo por ser el Omega de ese maldito fenómeno robótico! —espetó uno de aquellos Alfas, al parecer el líder de los tres.

— ¡No me creo tanto!, más bien, ustedes creen que pueden intimidarme para hacerle daño a Rex, pero sepan que si algo me pasa, él no estará nada contento —les dijo exaltado. Olvidando el detalle, de que su Alfa no estaba ni cerca de saber lo que le ocurría en esos instantes.

— ¡Maldito Omega! —

 

Noah cerró los ojos, esperando un golpe que con el pasar de los minutos, nunca llego. Intrigado, los abrió de nueva cuenta, esperanzado de ver a su Alfa, pero en su lugar, solamente vio una especie de campo de energía magenta que lo rodeaba.

Miró detrás de sí, al escuchar la voz de un chico y se sorprendió de ver justamente a esa especie Alienígena.

 

— ¿Eso es lo que creo que es? —preguntó en susurro uno de los Alfas.

— ¡Imposible!, esa especie estaba extinta por culpa de Maxwell Tennyson —respondió otro.

— ¡Es un Anodita! —exclamó fascinado el líder bravucón.

 

Noah por su parte, no daba crédito a lo que veía. Es decir, todos conocían la historia de la aniquilación de los Anoditas, y él no era la excepción, pero ver a uno, que por cierto lo había salvado justo a tiempo, era poco creíble. Sin duda alguna, el planeta Omnitrix atraía cada vez más a especies extraterrestres que algunos conocían como un mito, en este caso, a alguien cuya raza se creía extinta.

Ben por su parte, solamente tenía la intención de dormir a ese trío de trogloditas y así salvar a ese Omega, pero conforme se iba acercando al lugar, más furioso se ponía, tanto que sin poder controlarlo, había tomado su forma Anodita y revelado su más grande secreto.

Es decir, por una parte estaba más que molesto por haber escuchado las patéticas razones de esos Alfas para molestar y tratar de herir a ese Omega, pero luego de ver y sentir como se referían a los Omegas, simplemente no pudo controlarse y tomó su forma Anodita. Y claro, al oír de nueva cuenta, como se referían a su más que inocente abuelo, tenía ganas de ver correr sangre. Lástima que él no era así, ni tampoco tenía ganas de que los problemas acecharan a su abuelo y a él.

 

— ¡Aléjense de ese chico! —advirtió con seriedad, todo mientras se preparaba para lanzar un conjuro de amnesia a esos imbéciles Alfas.

 

Dos de ellos estaban dispuestos a rendirse, pero el líder se relamió los labios más que ansioso. Contaría todo acerca de lo que había visto, y así ayudaría al más grande rico y proveedor de todo el universo a conseguir a un Omega de la especie Anodita, claro, eso creyó que lograría, de no ser porque un leve flasheo de luz, hizo que tanto él como sus compañeros cerraran los ojos, y para cuando lograron abrirlos, no había nadie más que ellos tres y su falta de memoria, ¿qué se supone que estaban haciendo?...

 

∞•*•♥•*•∞

 

— ¿Qué se supone que hiciste? —el Omega rubio veía con tremenda sorpresa al ahora chico de cabellos castaños.

—Les borre la memoria y nos  transporte a otro sitio, incluso debieron olvidar la razón por la que te estaban molestando —respondió Ben con simpleza, ya más calmado y con su forma humana.

— ¿Y a mí me harás lo mismo? —cuestionó algo nervioso, pues de alguna manera, temía que le borraran más memoria de la que debía.

—Quiero creer que no dirás nada de lo que viste, puesto que se supone que los Anoditas ya no existen, además, escuché que tenías a un Alfa, así que no correré el riesgo de hacer que lo olvides, a no ser que tengas las intenciones de revelar lo ocurrido —respondió lo más calmado posible, esperando de verdad no equivocarse en su decisión.

—El rubio suspiro más calmado con esa respuesta—. Descuida, se lo que es tener razones para guardar secretos, además, tú fuiste muy amable al ayudarme, cuando ni siquiera nos conocemos —dijo—. Por cierto, soy Noah Nixon —sonriente extendió su mano en son de saludo.

—Ben Ten… —por un momento se había olvidado del detalle de no mencionar su apellido.

—Un gusto, Ben Ten, aunque ese apellido tuyo es algo inusual —el rubio devolvió el gesto de saludo un tanto nervioso, pues parecía que el otro Omega había parado de hablar al mencionar su apellido.

 

El Omega castaño suspiro aliviado de que Noah no se hubiera dado cuenta de su terrible equivocación o que al menos, no le cuestionara por su manera abrupta de presentarse.

 

—Bueno, ya que nos presentamos, y que yo te debo una buena, te invito a ver la razón por la que me metí en líos ¿te apetece ver una pelea?

 

Ben quería decir que no, y estaba más que dispuesto de responder de manera negativa, sin embargo, algo le decía que debía de asistir aunque sea a una pelea, aun si horas atrás, Omnitrix y sus peleas clandestinas le parecían lo peor de lo peor.

 

—Creo que aceptaré, si no tardamos mucho —respondió nervioso.

—Noah miro la hora en su reloj de mano y sonrió complacido—. Bueno, usualmente soy egoísta y algo celoso, pero en favor de que me salvaste, dejaré que veas la pelea de mi Alfa y un amigo.

 

El rubio fue rápido, pues vio duda y arrepentimiento en la verde mirada de Ben, así que de manera tomó la mano del otro y comenzó a caminar con el castaño detrás.

 

∞•*•♥•*•∞

 

Ben trataba de no soltar la mano del rubio, cosa que era algo difícil con tanta muchedumbre gritando y apoyando a los luchadores en el ring. Y justo cuando creía que Noah, no pararía de caminar, este había parado, justo en una zona algo tranquila y con buena vista.

 

—Beneficios de ser el Omega de un ganador como mi Alfa.

 

Ben solamente sonrió de manera nerviosa ante la manera presuntuosa en la que Noah hacía mención de su Alfa, pero decidió prestar toda su atención a los individuos que peleaban.

Y aunque veía difícil que aquel chico humano y ese Revonnahgander derrotaran a ese gran To'kustar y a ese tramposo Aerofibio, Noah ni se inmutaba y seguía ovacionando a su Alfa. Así que una vez más, presto atención en la batalla y se sorprendió al ver que el chico que parecía humano, más bien era una máquina viviente, pues este ahora tenía unas inmensas manos metálicas con las que golpeó al To'kustar.

 

—Ese es mi Alfa, Rex Salazar —mencionó Noah con orgullo.

—Juro que pensé que era humano, ¿de qué raza es? —preguntó Ben con incredulidad.

—Noah rió ante aquella pregunta—. Rex es terrícola como yo, pero debido a una serie de problemas, tiene esas habilidades —explicó sin entrar en detalle acerca de su Alfa.

—Créeme que entiendo de esas cosas, una vez conocí a un grupo de chicos que pasaron por experimentos, y así como tú no mencionaste nada acerca del origen de tu pareja, yo no mencionaré nada más y así estaremos a mano —Ben guiño su ojo derecho al hacer mención de aquel peculiar grupo que conoció en su niñez. Había entrado en confianza con Nixon, y al ver que este si sabía guardar secretos, decidió hablar con más confianza sin entrar en detalles.

—Suena justo —respondió Noah de manera divertida.

 

Ambos comenzaron a reír ante aquel intercambio de palabras, pero al ver como el alíen grandulón mandaba a volar al humanoide robótico, Noah miró preocupado a su pareja.

 

— ¡VAMOS!, ¡TÚ PUEDES! —gritó nervioso.

 

Ben decidió darle apoyo moral también, pues a lo lejos podía ver que el equipo conformado por el Alfa de Noah y aquel Revonahgander no era del todo malo, o al menos no eran tramposos como los integrantes del equipo contrario.

Y después de varios intentos, gritos emocionados y uno que otro golpe de muerte, el gran To'kustar cayó sin poder levantarse más. Ahora solo quedaba el problema del Aerofibio, pero al parecer el tal Rex había agotado todas sus energías con el gigantesco alienígeno.

 

—Parece que ha llegado el turno de Rook para pelear en serio.

 

Ben miró extrañado a Noah, ¿o sea que el Revonahgander no había peleado en serio?, y su respuesta llegó casi de manera inmediata. Ese tal Rook se movía de manera veloz, y a pesar de no tener la habilidad de volar como el Aerofibio, sí que le estaba dando una paliza en el aire.

Y solamente bastaron unos minutos para que el tramposo Aerofibio cayera de manera estruendosa al suelo y no pudiera levantarse más, declarando por fin, al equipo ganador.

 

—Parece ser que no les funciono su táctica, ni poniendo a un To'kustar —mencionó Nixon con burla.

— ¿Disculpa? —Ben no entendía a qué se refería.

—Que casi todos, quieren que Rex y Rook pierdan aunque sea una vez, especialmente los principales organizadores de las peleas, pero por más que lo intenten, Rex y Rook nunca pierden —explicó presuntuoso—. Por lo pronto, vamos te presento como se debe, y descuida, no mencionaré tu secreto, solo necesito decir una mentirita para justificar que no llegue con lo que había dicho que iría a comprar.

 

Ben asintió no muy seguro de acompañarlo, pero aquel sentimiento que su Omega interno tenía, le hacía seguir a Noah sin rechistar.

Y para cuando Ben quiso negarse, ya se encontraban justo frente a los vencedores de aquella pelea.

 

—Buena pelea la de hoy Rex —dijo Noah.

—Ni que lo digas, esta vez sí que se veían las ganas de vernos perder, pero como siempre, nosotros ganamos, a todo esto, ¿quién es él?...

 

Ben se puso demasiado nervioso al tener la completa atención de ese par de Alfas, especialmente con la mirada del Alfa Revonahgander.

 

—Qué curioso que preguntes Rex, pues verás, unos tipos quisieron pasarse de listos conmigo y…

— ¿Te hicieron algo?, ¿quiénes son? —el Alfa Salazar se mostró demasiado preocupado, hasta el punto de tomar a su Omega por los hombros—. Noah dime quienes son para que ahora mismo vaya a enseñarles que nadie se mete contigo.

—El rubio sonrió agradecido—. Tranquilo Rex, en primera, no sé quiénes eran porque llevaban máscaras y en segunda, no lograron hacerme nada, todo gracias a los movimientos de karate de este chico —respondió algo nervioso, mientras señalaba al castaño—. Él es Ben Ten y créeme que tiene unas increíbles habilidades en el combate.

—Mucho gusto —saludó nervioso el Omega Tennyson.

 

Tanto Noah como Ben esperaban que Rex hubiera creído aquello, pero esa mirada inquisidora por parte de ambos Alfas los ponía aún más nerviosos.

 

—El gusto es mío Ben Ten —respondió Rex con un apretón de manos—. Supongo que Noah te lo habrá dicho, pero mejor me presento como se debe. Soy Rex Salazar o como me conocen en batalla, Generador Rex —el Alfa se señaló a sí mismo, mientras sonreía de manera ladina—. Y mi compañero de batallas aquí presente, puede llegar a parecerte un tanto rudo y demasiado serio, pero créeme que no es tan malo cuando lo conoces.

 

El Revonahgander entendió la indirecta de su amigo, así que se acomodó su coleta como se debía y se acercó al nuevo amigo de Noah.

 

—Rook Blonko —saludó con seriedad.

—Ben… Ben Ten —respondió demasiado nervioso.

 

Ambos estrecharon sus manos para formalizar el saludo, y apenas sus manos se tocaron entre sí, una extraña corriente comenzó a viajar por todo su cuerpo.

Rook Blonko miró sorprendido al Omega, pues en toda su vida, jamás había sentido aquella placentera corriente al tocar algún Omega, ni siquiera cuando andaba emparejado con su ahora ex-novia. Y aunque no creía en las leyendas de las parejas destinadas, ver  y sentir a ese Omega hacía que su Alfa interno se volviera loco, pero había un impedimento más fuerte que los profundos deseos de su Alfa: su eterno odio hacia Maxwell Tennyson y los Plomeros. Si bien ese tema no parecía tener relación con su reciente sentir, sabía que una pareja sería una tremenda distracción para sus planes de lograr conseguir hallar a Tennyson y entregarlo para que obtenga lo que se merecía o incluso eliminarlo con sus propias manos.

Ben por su parte sentía su rostro arder, lo cual significaba que estaba más que sonrojado. Si bien, nunca había sentido esa chispeante corriente ir de aquí para allá por todo su cuerpo, sabía perfectamente lo que significaba: que aquel Alfa era su destinado. Y aun cuando su Omega le pedía a gritos estar más y más cerca, había algo que se lo impedía: los recuerdos de su primer amor. Aunque si se ponía a pensarlo, aquello era algo que su difunta prima hubiera deseado, así que trataría de seguir adelante y tratar de conquistar a aquel Alfa, o eso mismo estaba dispuesto a hacer, hasta que se dio cuenta de que estaba huyendo a gran velocidad.

 

— ¡¿A dónde vas Ben?! —gritó Noah un tanto divertido por la reciente situación.

— ¡Recordé que debo apresurarme! —gritó en respuesta—. ¡Nos vemos luego! —y aunque había dicho aquello por impulso, sabía que tenía que cumplir esa promesa.

— ¿Qué fue eso? —preguntó Rex demasiado extrañado por ese comportamiento.

—Creo saber que fue, pero no te lo diré o sino nos meterás en problemas —respondió Noah de brazos cruzados, mientras sonreía divertido al ver la pose en la que Rook se había quedado.

 

Ninguno de los tres dijo algo más, simplemente comenzaron a caminar hacia la oficina de su benefactor de esa pelea. Aunque Rook iba más interesado en ver su mano y pensar en aquel Omega, que en el dinero que ganaría ese día. Mientras que Rex y Noah iban discutiendo por el asunto de lo recién sucedido, pues en verdad que a Salazar no le gustaba que su Omega le guardará secretos, eso solo hacía recordar los tormentos del pasado.

 

∞•*•♥•*•∞

 

— ¿Por qué tardaste tanto Ben? —preguntó más que preocupado Max al ver llegar a su nieto a través de un portal.

—Lo siento abuelo, los lugares que me tocaron estaban más que abarrotados —mintió nervioso.

—Entiendo, es solo que pensé lo peor hijo —respondió más calmado —. Ahora, me puedes decir la razón de tu sonrojado rostro —preocupado de que su nieto se estuviera enfermando, situó su mano en la frente del Omega—. Fiebre no es.

—Tranquilo abuelo, tal vez fue por correr de puesto en puesto, ahora si me disculpas, usar un portal me agotó demasiado, así que iré a dormir por un rato.

 

No espero respuesta alguna, simplemente dejó su mochila y se fue corriendo a la que era su habitación. Se quitó su chamarra y collar y soltó su larga cabellera. Para después acostarse en su cama y mirar de manera melancólica una foto de su prima y el que fue su primer amor.

 

— ¿Qué crees que paso hoy Gwen? —susurró con una sonrisa melancólica—. Por fin lo pude encontrar… Encontré a mi Alfa destinado Gwen.

 

 

Continuará

Notas finales:

Y hasta aquí lo dejamos con este capítulo xD

¿Qué les pareció la idea?, ¿les gustó o no?, en todo caso, bien pueden dejar sus hermosos comentarios y críticas constructivas, bien saben que yo con mucho gusto responderé y agradeceré muchísimo ;)

Ahora bien, originalmente este fic lo iba a publicar antes de que acabara el año, incluso iba a actualizar “Blonko”, pero mi mala suerte me lo impidió, verán, desde agosto me ando enfermando, o sea, literalmente pasa un mes y si alguien en mi familia tiene catarro, se me pega y me mata toda la inspiración y ganas de hacer algo. Esta vez no fue la excepción, pues a unos días de 31 comencé con simples estornudos que parecían alergia, pero apenas inició el año, oficialmente lo inicie con mala suerte, pues me enferme de nueva cuenta Dx

Pero bueno, también he estado practicando mis dibujos, y ya no me avergüenzo tanto, así que esperen más dibujos de mi parte y actualización de “Blonko” xD

Y bueno, nada más aclarar algo de suma importancia que no podía hacer en las notas del inicio, pues sería como darles un spoiler. En sí, cada capítulo revelará ya sea un fragmento del pasado o como en este caso, uno del “futuro”, pues como ven en este pequeño fragmento, alguien lo va a arruinar todo Dx

Pero bueno, para que vean que no soy mala, les dejo unos spoilers del siguiente capítulo…

 

.- Ben comienza a darse sus escapadas (no por nada aprendió los hechizos tele transportadores de su abuela y Gwen).

.- La relación Alfa-Omega comienza a rendir frutos.

.- Veremos un fragmento del primer Alfa que Ben amo (¿quién será?).

.- Y saldrá el nombre del villano que causó todo ese odio hacia Max y la casi extinción de los Anoditas (¿Quién creen que es?).

Todo eso y más en… “Fortaleciendo Lazos”

 

Y si tres personas adivinan la respuesta a las dos preguntas en los spoilers que deje, les hago un dibujo del genio antes de actualizar “Blonko” (tómenlo como un spoiler).

En fin, nos leemos pronto

Chau chau (^3-)/


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