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halloween por tobio

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Notas del fanfic:

éste es cómo uno de mis fics favoritos (??) imaginarme a Kagami vestido de hércules, me calienta más que sol de verano. 

Notas del capitulo:

nada el pato en la laguna.

—Ponte de pie —ordena Kagami con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

 

Aomine ha estado haciendo rabietas y tirándose al piso durante los últimos cuarenta y cinco minutos, por la única razón de no querer ir a la fiesta de disfraces que Kise organizó para celebrar Halloween.

 

—Esto no es gracioso, levantate —repite con la mirada seria y chasquea la lengua al no obtener respuesta.

 

No es que Kagami sea un fanático de la fiesta, pero si, Kagami es un fanático de las fiestas.

 

—No quiero ir —responde con voz perezosa—, ¿Por qué no vas sin mí? Kise no se dará cuenta que no estoy, él ya está acostumbrado a que yo no me aparezca por su casa cuando celebra —reclama, mientras está recostado en el suelo de la cocina.

 

Kagami frunce el ceño y lo jalonea del pie.

 

—Tú irás a esa tonta fiesta conmigo, quieras o no. —Aprieta los dientes y tironea el inactivo cuerpo de su novio, hasta arrastrarlo a la entrada dela sala—, Joder —murmura cansado.

 

—Realmente no quiero ir a esa boba fiesta amor, ¿Por qué quieres llevarme en contra de mi voluntad? —pregunta con un adorable puchero y mira de manera suplicante a Kagami.

 

Aomine odia las fiestas. Él prefiere quedarse en casa, ver una película y manosear a Kagami en el sofá hasta que ellos terminen uniendo sus cuerpos majestuosamente.

 

¿Es demasiado pedir?

 

—Uf, de acuerdo —dice Kagami con resignación y suelta el pie de su novio, dejándolo en el suelo de manera delicada—, Lo siento. Ya no voy a obligate a ir a un lugar al que no quieres —confiesa con una sonrisa cálida y se queda de pie en el umbral de la puerta.

 

— ¿De verdad? —pregunta entusiasmado.

 

Quizá Kagami se arrepintió de ir a la estúpida fiesta y se quedará con él. ¡Yay!

 

—Sí, es muy egoísta de mi parte obligarte a hacerlo.

 

— ¿Te quedarás conmigo entonces? —Se apoya sobre sus codos y alza la cabeza, mirando de mejor manera los hermosos ojos de su novio.

 

— ¿Te has vuelto loco? Estuve una semana completa confeccionando el disfraz, no pienso haber malgasto mi tiempo para nada —declara con una mirada despreocupada—, Si no quieres ir, perfecto no vayas. Mientras que yo, iré a esa fiesta y luciré mi magnifico traje de Hércules. —Y sin decir nada más, se da la media vuelta y se dirige a la habitación.

 

Abre su closet y saca el dicho disfraz. Sonríe con alegría al imaginarse así mismo con el traje puesto y una mueca burlona aparece en su rostro, al escuchar el rechinido de la puerta abriéndose.

 

— ¿Hércules? —pregunta Aomine, cerrando la puerta detrás de si—, Me dijiste que había cambiado de opinión e irías de Superman, para así formar la liga de la justicia con los chicos. —Sus brazos cruzados, le hacen saber a Kagami que Aomine no está nada conforme con su decisión.

 

—Pues..., yo dije desde un principio que iría de Hércules y los chicos los saben. —Se encoge de hombros y saca el colgador que tiene su disfraz—, ¡Me veré increíble con esto!

 

—Tú no saldrás de esta casa con esas fachas —declara Aomine con voz ronca y se acerca a Kagami con el ceño fruncido.

 

—Si tú quieres quedarte aquí, has lo que se te antoje. Yo quiero gozar de la atención que recibiré al llegar vestido de Hércules.

 

Claramente Kagami está exagerando todo. Porque él jamás alardearía nada, ni tomaría en cuenta los cumplidos de ningún chico desconocido.

 

—Uf…, supongo que tendré que ir contigo —murmura molesto. Aomine odia perder contra Kagami, pero odia aún más que miren a su novio con otras intensiones—, ¿Cuál es mi disfraz? Porque estoy seguro que ya tienes todo planeado —habla fastidiado y se sienta a orillas de la cama.

 

Kagami sonríe con alegría y saca otro colgador del closet.

 

—Serás Hades —confiesa con una sonrisa emocionada y deja el disfraz sobre la cama.

 

Aomine alza una ceja y ríe.

 

—Claro que si —dice sarcástico—, Pero hablando en serio… ¿Cuál es mi disfraz?

 

—Ese. —Señala el disfraz sobre la cama.

 

— ¿En serio Hades? —Pregunta desconfiado—, ¿No pudiste escoger un Dios más afeminado que ese, amor? —reclama desconforme y se deja caer de espaldas en el colchón.

 

—Que mal agradecido eres —dice con una sonrisa y se sube a horcajadas sobre su novio, sentándose en el regazo de éste—, ¿No crees que Hércules y Hades irradian tensión sexual? ¡Son perfectos! —exclama sonriente y Aomine suspira, mirando fijamente a Kagami.

 

—Vale, lo haré —dice resignado y se gana un pequeño beso en los labios—, Pero ten claro que me debes una grande…, Taiga.

 

Y Kagami traga en seco cuando escucha su primer nombre, porque él sabe que Aomine solo lo llama así cuando quiere favores. Oh, le pasarán tantas cosas malas a Kagami.

 

[…]

 

Kagami está usando orgullosamente su disfraz de Hércules. Su túnica blanca hasta las rodillas y es sujetada por un solo tirante en su hombro izquierdo, sandalias y una liga a la altura de la frente, que le rodea la cabeza completan su disfraz.

 

A su lado y tomando su mano, está Aomine.

 

Está molesto, por cierto.

 

La túnica negra le llega a los tobillos, al igual que la toga de color azul. Su cabello está engominado en un tupé adorable y sus ojos están delineados, dándole una apariencia tenebrosa.

 

No está nada feliz, porque Kagami muestra demasiada piel y él parece una monja.

 

—Odio esto —murmura Aomine con voz seria y Kagami aprieta los labios para no reír.

 

Las rabietas de Aomine lo hacen ver adorable.

 

—Tú amas esto —corrige con una sonrisa y Aomine niega con la cabeza—, Y cuando digo esto, me refiero a nada más ni nada menos que mi cuerpo en este traje de Hércules —explica con orgullo y Aomine ríe.

 

—Por supuesto, amor.

 

Cuando finalmente llegan a la casa de Kise, Aomine abraza a Kagami de la cintura y lo apega a su cuerpo. La casa está llena de gente con patéticos disfraces y Aomine gruñe al notar que varios tipos y tipas se voltearon a mirar a su Hércules.

 

¡Ahora odia con todo su corazón el día de Halloween y a Kise!

 

—Kagami-kun. —El mencionado gira su cabeza a la izquierda, luego a la derecha y se encoge de hombros. Entonces da un salta cuando se encuentra a un Power Ranger azul, frente a sus ojos.

 

— ¿Kuroko? —pregunta con cierta curiosidad. Se suponía que vendrían con algún traje de la liga de la justicia.

 

—El mismo —responde Kuroko, mientras se saca la máscara y deja a la vista su inexpresiva cara—, Pensé que no vendrías, Aomine-kun. —Hace una pequeña reverencia.

 

—Si no venía, lo más probable es que ya tendría a una gran manada de buitres coqueteándole a mi dulce Hércules —aclara con el ceño fruncido.

 

— ¿Y dónde está Kise? —pregunta Kagami, mirando hacia todas las direcciones.

 

—Allá. —Señala la sala de estar, la cual por cierto ha sido perfectamente decorada e implementada como una pista de baile. En medio de un tumulto de gente, puede apreciarse a Kise vestido de diablo, quien baila alocadamente con quien parece ser…, Takao, vestido de Peter Pan.

 

—Oh. —Kagami abre su boca un momento y curva sus labios en una sonrisa—, ¿Quieres ir por algún bocadillo? —Mira a Aomine con emoción y éste niega con la cabeza.

 

—En realidad quiero sentarme —confiesa con un suspiro. Suelta la cintura de Kagami y camina perezosamente hacia un gran sofá que hay en un rincón de la sala.

 

—Él no luce feliz —dice Kuroko, mirando en dirección a Aomine, quien acaba de sentarse en el sofá, acomodándose de una manera tosca y poco atractiva.

 

—Es que lo chantajeé para que viniera. —Muerde su labio y frunce el ceño con tristeza—, No tuve que haberlo hecho. Tuve que haberlo dejado solo como me lo pidió y…, ugh- soy el peor novio del mundo. —Suspira apenado y Kuroko le da una pequeña palmada en la espalda.

 

—No Kagami-lun, tú eres ese tipo de novio empalagoso que no sería capaz de levantar un dedo si eso le causa alguna molestia a su pareja —explica tranquilo y Kagami asiente—, Ven, vamos por un poco de limonada.

 

—Pero…, vino obligado. Ahora él estará toda la noche sentado en ese sofá y se quedará dormido —comenta con una mueca y caminan en dirección a una amplia mesa.

 

— ¿Y por qué lo hiciste? Tú no eres el tipo de persona que extorsiona. —Ladea la cabeza—, Por lo general tú lo dejas en casa y vienes solo… ¿Qué pasó? —Se quita la máscara y la deja en su bolsillo, mientras toma un pequeño camarón.

 

—No sé —murmura inseguro—, Yo solo…, no quería que él se quedara en casa y viera una maratón de La ley y el orden uve, mientras yo estaba aquí bailando y emborrachándome…, quería compartir esto con él —explica con un pequeño puchero y toma un vaso.

 

—No sabría aconsejarte porque con Himuro-kun no solemos tener este tipo de problemas. —Se encoge de hombros.

 

—Lo sé, ustedes se complementan perfectamente.

 

—Pues…, algo así. Pero si quieres que te diga algo, creo que deberías dejarlo en su burbuja de amargura y simplemente divertirte.

 

—Eso sería desconsiderado de mi parte, ¿Para qué iba a invitarlo si lo voy a dejar solo? —Kagami toma otro vaso y se dirigen hacia Aomine.

 

—Tampoco sería justo para ti quedarte toda la noche sentado, ¿No crees?

 

—No me importa lo que sea justo, vine para estar con él. —Se encoge de hombros y le sonríe a Aomine, entregándole el vaso de limonada.

 

—Gracias —responde el más alto y vuelve a desparramarse en el sofá.

 

— ¿No te gustaría ir a bailar? —pregunta Kagami, sentándose junto a su novio y acurrucándose discretamente junto a él.

 

—Hum…, no realmente —dice con un suspiro—, Pero si tú quieres ir a bailar, siéntete libre de hacerlo.

 

Tal vez Kagami se decepciona un poco de la respuesta de su novio y se entristece, porque él no quiere bailar con nadie que no sea Aomine.

 

—De acuerdo —dice algo cabizbajo y se aleja un poco de Aomine, recargando su brazo en el posa brazo del sillón.

 

El silencio se hace presente entre los tres chicos y la música retumba toda la enorme mansión.

 

— ¡Kagamicchi! —El mencionado sonríe al ver a Kise dando pequeños brinquitos hacia ellos y le hace una seña con el mano—, Que alegría que hayas… ¡¿Qué?! —Kise mira estupefacto a Aomine y éste le enseña el dedo medio—, ¿Esto es real? ¿No es una ilusión?

 

—Ya quisiera que fuera una ilusión —dice Aomine con voz seria y se cruza de brazos.

 

— ¡Feliz Halloween~! —Canturrea el rubio, mientras se mueve de un lado a otro, bailando suavemente la pegadiza canción.

 

—Ni siquiera sabes que porqué se celebra Halloween. —Aomine chasquea la lengua y Kise se encoge de hombros.

 

— ¿Por qué están aquí sentados? ¡Vamos a divertirnos! —Kise mueve su pelvis de manera graciosa y Kagami sonríe, porque él está muriendo por pararse de ese asiento e ir a mover su cuerpo como un loco.

 

—Yo me apunto. —Kuroko se pone de pie y mira a Kagami.

 

—Yo no—

 

—Ve —irrumpe Aomine con una mueca despreocupada.

 

—Pero yo no quiero que estés—

 

—Tengo dieciocho años, no necesito que estés cuidándome todo el tiempo —habla con voz áspera y Kagami quiere que se lo trague la tierra. Aomine no tiene por qué ser tan cortante con él.

 

—Yo…, si vamos. —Se pone de pie con la mirada triste y sin decirle nada a Aomine, ni siquiera mirarlo, se encamina con sus amigos hasta la pista de baile.

 

—Pero si es nuestro señor del inframundo —dice una voz suave y Aomine dirige su mirada hacia la izquierda, observando a Himuro en un perfecto disfraz de Batman.

 

—Pero si es nuestra dama de la noche —dice con burla y Himuro suspira.

 

—Caballero de la noche, perra —corrige mientras alza su dedo índice y mueve su cabeza de izquierda a derecha.

 

—Bueno, marica de la noche. —Rueda los ojos—, Tetsu acaba de irse a bailar.

 

—Me alegro por él —comenta con una pequeña sonrisa y se sienta frente al moreno, quien alza una ceja.

 

— ¿No irás a cuidar su pequeño trasero en ese ajustado traje de Power Ranger?

 

— ¿Por qué debería? —Pregunta con voz despreocupada—, Él nunca ha traicionado mi confianza, por lo cual me siento seguro de saber que no cometerá alguna locura. —Se encoge de hombros.

 

—De todas formas… ¿Por qué él es un Power Ranger y tú eres Batman? Pensé que vendrían como La liga de la justicia. —Ladea la cabeza en confusión y Himuro ríe.

 

— ¿Taiga no te lo dijo? —Pregunta divertido y Aomine niega—, Los chicos se agarraron a golpes - literalmente- hace una semana, porque Kise, Kuroko y Taiga querían ser Los Vengadores, mientras que Atsushi, Midorima y Takao querían La liga de la justicia.

 

— ¿Y tú que querías?

 

—No importa cual saliera porque…, soy Batman —dice con voz ronca y Aomine ríe.

 

—Bueno, por culpa de ustedes tuve que venir disfrazado de Hades. —Chasquea la lengua y Himuro lo escanea de pies a cabeza.

 

—Pero luce bien en ti ese disfraz…, aunque debo admitir que Hades es algo afeminado en comparación a los otros dioses.

 

—Si…, Kagami dijo que la tensión sexual entre Hades y Hércules era perfecta para nosotros.             

 

—Tiene sentido. —Se encoge de hombros.

 

[…]

 

—Si cuando Shrek tomó de la poción de felices por siempre y Fiona se transformó con él al ser su verdadero amor… ¿En qué se transformó la Dragona, si el Burro también tomó de la pócima?

 

Himuro observa sorprendido a Midorima -quien por cierto llegó hace diez minutos con un adorable disfraz de vaquero- y Aomine frunce el ceño.

 

—Yo… ¡Mierda! Jamás pensé en eso —Himuro ríe tontamente y trata de buscar alguna solución mientras Midorima acomoda sus gafas.

 

—Bueno, me toca preguntar —dice Aomine y carraspea exageradamente—, ¿Por qué los Picapiedras celebraban navidad, si los cavernícolas son como…, no sé cuántos años antes de Cristo?

 

— ¡Oh! —exclama Himuro sorprendido. Midorima y Aomine han estado haciendo muchas preguntas, que él no ha sabido responder—, Sus preguntas son demasiado para mi…, me rindo —dice con voz tranquila y Aomine choca puños con Midorima.

 

— ¡Bebelo hasta el fondo! —Canturrea Aomine con una sonrisa divertida y Himuro suspira, empinando su vaso de tequila y bebiendo hasta la última gota.

 

Desde muy poco apareció el alcohol y los aburridos de la fiesta no pensaron en mejor entretención que jugar con él.

 

— ¡Ugh! —Himuro arruga la nariz al sentir el ardor en su garganta y deja el vaso en el suelo. Dirige su mirada hacia Kagami y luego mira a Aomine—, Hum- ¿Aomine? —El mencionado mira a su cuñado—, ¿Estás seguro de no querer ir allá? —Una pequeña sonrisa divertida aparece en los labios de Himuro y Aomine gira la cabeza.

 

Ahora, hay casi el triple de personas y la casa está completamente infestada de personas disfrazadas. Sin embargo, en medio de ellos se puede ver a Kagami, quien está bailando algo alocado y despavorido con una botella de vodka en su mano derecha.

 

—Estoy seguro —responde Aomine con una expresión seria. La verdad es que, ver a Kagami bailar con Kise, Kuroko e incluso Takao…, no le es tan desagradable.

 

—Bueno, entonces sigamos con las preguntas —comenta Himuro con una pequeña sonrisa. Él ha sido el único que ha bebido, porque Midorima y Aomine tienen esta conexión mental, que los ayuda a coordinarse y no perder.

 

—Juguemos al nunca, nunca —dice Aomine con una mueca aburrida—, Las reglas son sencillas, cada uno beberá un shot si ha hecho la penitencia —propone con una sonrisa.

 

—Yo comienzo —dice Midorima, mientras Himuro sirve los tres shot—, Yo nunca he besado a un hombre —dice con una sonrisa victoriosa y tanto Aomine como Himuro chasquean la lengua, bebiendo todo de un sorbo.

 

—Yo nunca he usado gafas —dice Himuro, chocando puños con Aomine.

 

Midorima rueda los ojos y se bebe su vaso.

 

—Yo nunca he estado en el gimnasio de Shutoku —dice Aomine con burla y Midorima gruñe, porque ya captó que los malditos se pusieron en su contra.

 

Sin decir nada, se bebe su vaso.

 

—Yo nunca he besado a Kagami —explica Midorima con una sonrisa burlona y Aomine chasquea la lengua, bebiendo su vaso y Himuro hace lo mismo.

 

— ¿Has besado a Kagami? —Pregunta el moreno, con una ceja alzada.

 

—Él no especificó una parte y siempre le beso las mejillas o la frente. —Se encoge de hombros.

 

—Ah…, yo nunca había venido a una fiesta de Kise —dice con una mueca despreocupada.

 

Midorima y Himuro beben.

 

— ¿Estás seguro de no querer ir? —pregunta el de cabello negro, mirando con cierta preocupación a Kagami, quien está abrazando a Kise del cuello mientras bailan una canción lenta.

 

—No quiero ir —dice con los dientes apretados.

 

Confío en él. Confío en él. Confío en él.

 

—Nunca me he enamorado de nadie —dice Midorima con una expresión neutra y Aomine sonríe, bebiendo su vaso de un sorbo al igual que Himuro.

 

—Yo nunca me he corrido una paja en la escuela —dice Himuro con burla y Aomine chasquea la lengua, bebiendo su vaso.

 

—Eres un asqueroso. —Midorima arruga la nariz y se aleja de Aomine con una mueca de asco.

 

— ¿Qué querías que hiciera? Ese día Kagami estaba resfriado y me envió un audio mientras se tocaba. —Se encoge de hombros—, Yo nunca le he sido infiel a mi novio —dice Aomine despreocupado, pero nadie bebe.

 

—Yo nunca… —Himuro cierra la boca y mira desconcertado a la pista de baile—, Eh…, yo nunca he abrazado a Kise —dice confundido y Aomine frunce el ceño.

 

Cuando voltea la cabeza, se encuentra a Kise abrazando a Kagami de manera protectora, mientras éste llora desconsolado.

 

— ¿Qué mierda? —gruñe Aomine, desconcertado.

 

—Él está un poco sensible —dice Kuroko, quien repentinamente aparece sentado junto a Himuro—, Tal vez deberías llevártelo a casa.

 

Aomine se pone de pie -porque ellos estaban jugando en el suelo- y con el ceño fruncido camina en dirección a Kagami.

 

Si él fuera el verdadero Hades, lo más probable es que su cabello estaría en llamas.

 

Empuja a cuanta persona que interpone en su camino y gruñe al sentir como se restriegan contra él al bailar. Observa a Kagami un momento y su corazón se parte cuando su novio llora desconsolado, siendo contenido por otra persona.

 

—Kise —dice Aomine en voz alta y el mencionado lo mira—, Yo me haré cargo. —El rubio asiente con la cabeza y suelta a Kagami, quien se queda de pie con la mirada gacha y dándole la espalda a Aomine—, Ven amor…, nos iremos a casa —explica con voz suave y lo empuja cuidadosamente del hombro, para poder mirarlo a la cara.

 

—Está bien —susurra en respuesta y sin levantar la mirada. Aomine lo toma de la cintura y lo guía en medio de todas las personas hasta que llega a la zona de aburridos.

 

—Nos vamos a casa —dice con voz seria y todos asienten con la cabeza.

 

En todo el camino hacia la puerta principal, Kagami no dice nada.

 

— ¿Estás bien? —Aomine lo observa preocupado, porque el Kagami borracho no es de llorar o lamentarse, ni nada parecido. El Kagami borracho es divertido, risueño, coqueto y Aomine no entiende que sucede.

 

— ¿Estás enojado? —pregunta en un susurro y sorbe su nariz.

 

— ¿Debería estar enojado? —Responde con una pequeña sonrisa y finalmente consigue salir de la mansión de Kise.

 

—Te veías enojado —comenta con un hilo de voz y alza la mirada, observando el amplio jardín—, ¿Dónde estamos?

 

—No sé —responde confundido y rasca su nuca con su mano libre—, Ugh…, ven, será mejor regresar. —Sin soltar la cintura de Kagami, se da la media vuelta y caminan nuevamente hacia la casa.

 

—Tú…, hum- ¿No quieres bailar conmigo? —pregunta inseguro y mira de reojo a su novio.

 

—Creo que ya bailaste demasiado el día hoy —explica tranquilo—, Ahora buscaremos un cuarto y dormirás, ¿Si? —propone calmado y Kagami agacha la mirada asintiendo.

 

— ¿Estás muy aburrido? —pregunta con un hipido y Aomine suelta una pequeña carcajada.

 

—No amor, la verdad es que me estaba divirtiendo.

 

—Oh. —Asiente con la cabeza y levanta la mirada, fijándola en el rostro de su novio—, Me gusta tu cabello, se ve bonito peinado de esa manera —confiesa con los labios curvados en una pequeña sonrisa.

 

—Gracias —responde con una boba sonrisa. A pesar de que Aomine intente hacerse el duro y serio, él nunca podrá ganarle a la ternura de su novio cuando está borracho.

 

[05:23am]

 

— ¿Te sientes mejor? —pregunta Aomine, mientras da pequeña palmaditas a la espalda de Kagami, quien tiene su rostro hundido en el retrete, deshaciéndose de todo el alcohol.

 

—Si —responde con un suspiro—, Vomitar siempre me ayuda a…, —No termina de hablar cuando abre su boca y el vómito vuelve a salir.

 

Gracias al cielo (Y al dinero), Kise tiene un baño propio en su habitación.

 

— ¿Cuánto bebiste? —pregunta curioso.

 

—Mucho —responde con una arcada—, Vodka, Tequila, Margaritas…, —Vomita—, Y creo que un Manhattan y un Cosmopo... —Arcada—, litan.

 

— ¿Que mierda? Eso fue demasiado alcohol para ti —regaña con el ceño fruncido—, ¿Por qué bebiste tanto?

 

—Me sentía como la mierda. —Alza la cabeza y limpia sus labios con un trozo de papel higiénico.

 

— ¿En serio? —Pregunta incrédulo—, Pero…, te veías feliz bailando con los chicos. —Ayuda a Kagami a ponerse de pie y lo guía hasta la cama.

 

—Solo fingía divertirme cuando tú me mirabas. —Suspira agotado y se deja caer de espaldas en el colchón—, La verdad es que me sentía horrible porque te obligué a venir.

 

—No me obligaste a venir —dice con voz suave y se sienta a orillas de la cama—, Tú sabes que si no quería venir, no lo hubiera hecho. —Estira su mano y entierra sus dedos en la rojiza cabellera de su novio.

 

—Lo sé, por eso te chantajeé con el disfraz para que vinieras y…, bueno, indirectamente de obligué a venir, sabiendo que odias las fiestas —explica con voz perezosa y cierra sus ojos. Ronroneando al igual que un gatito mientras es mimado.

 

—Y las odio —afirma—, Pero si no venía contigo, te hubiera estado llamando cada cinco minutos y lo más probable es que me hubiera enojado con el mundo por no haberte acompañado.

 

—De todas formas te obligué a venir. —Suspira—, Y cada vez que te miraba te veías tan aburrido y molesto y…, me sentí como el peor novio del mundo por haberte traído —susurra con la voz rota y las lágrimas caen silenciosamente por sus cerrados ojos.

 

Él está tan sensible y triste ahora mismo.

 

—Amor —dice Aomine con una sonrisa enternecida y se acuesta junto a Kagami, abrazándolo suavemente de la cintura—, Me siento feliz de haberte acompañado, porque sé que nadie puede cuidarte mejor que yo. Y sé nadie podrá vigilarte mejor que yo y definitivamente nadie podrá consolarte mejor que yo —confiesa en un susurro y Kagami sorbe su nariz, girándose para mirar a Aomine a los ojos.

 

—No sabía qué hacer, porque no quería dejarte solo y…, te veías tan incómodo aquí.

 

—Tú no tenías que hacer nada, solo bailar y cantar y beber y disfrutar en grande de la fiesta —explica—, Yo solo vine porque necesitaba cuidarte.

 

—Pero yo quería que nos divirtiéramos juntos. —Sorbe su nariz—, Quería bailar contigo, y embriagarme contigo…, incluso quería vomitar hasta los órganos o despertar con dolor de cabeza, pero contigo —solloza con una mueca triste y Aomine le besa la frente.

 

—Lo siento, no sabía que querías hacer eso. Nuestras ideas de diversión son un poco distintas —dice con voz suave—, Sabes que no bailo, ni bebo, ni canto…, pero me sentiría como la mierda si te lo prohíbo, porque sé que amas bailar y cantar a todo pulmón.

 

—Sólo…, sólo quería intentar algo diferente, no me importaba si no bailabas o cantabas o bebías…, solo quería estar contigo —susurra con la voz rota y Aomine le limpia las lágrimas con sus dedos pulgares.

 

—Lo siento, amor. —Vuelve a besarle la frente y Kagami se acurruca—, Prometo que para la fiesta que Kise haga para navidad, nos emborracharemos, cantaremos karaoke, bailaremos y al otro día despertaremos con dolor de cabeza y vomitados, meados e incluso cagados por no recordar nada —propone con una pequeña sonrisa.

 

—Pero yo no quiero despertar lleno de vómito, meados y mierda. —Arruga la nariz y sorbe su nariz.

 

—Lamentablemente eso es lo que pasará —dice con resignación y deja un beso en la punta de la nariz de Kagami—, Llenos de vómitos mesclados y olores putrefactos y—

 

—Voy a vomitarte encima ahora —amenaza con una mueca de asco.

 

—Y juntos —dice con una sonrisa—, No me dejaste terminar.

 

—Claro. No hay nada más romántico que mesclar tu vomito con el de tu novio —dice con sarcasmo y Aomine sonríe.

 

—Dormir hizo que despabilaras bastante —confiesa divertido—, ¿Sabes qué hora es? —pregunta mirando fijamente a los ojos de su novio.

 

—No lo sé y no me importa tampoco.

 

— ¿Beso esquimal? —propone con voz infantil.

 

—Beso esquimal —concuerda con un asentimiento de cabeza.

 

Ellos acercan sus rostros unos centímetros y rozan sus narices de forma tierna.

 

—Las fiestas no son tan malas —comenta Aomine con una expresión seria.

 

—Lo dice el que se la pasó sentado, jugando a esa mierda de pregunta o penitencia.

 

—Oye, le gané todo el tiempo a tu hermano —confiesa orgulloso—, Además, puedo celebrar una fiesta personal con Hércules ahora mismo. —De un movimiento queda a horcajadas de Kagami.

 

—Alejate de mí Hades, o no dudaré en vomitarte.

 

—Has sido un chico malo, Herc —comenta con una sonrisa coqueta—, Tú creías que no me enteraría, pero ya lo sé todo.

 

— ¿Qué?

 

—Me has estado engañando desde hace casi dos años, con ese infame mortal llamado Aomine Daiki…, puede que te ame mucho, pero no puedo perdonar una traición. —Niega con la cabeza y Kagami sonríe.

 

—Supongo que deberías castigarme —susurra con coquetería y abraza el cuello de su novio, conectando inmediatamente sus labios de forma hambrienta.

 

Y quizá ellos tienen su celebración de Halloween en el cuarto de Kise, quien por cierto durmió en el pasillo, al no poder abrir la puerta de su cuarto.

Notas finales:

esto es tan cute <3


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