¿Alguna vez han sentido que con solo ver a una persona su corazón parece salir de su pecho y casi por instinto sonríen? ¿Alguna vez han pensado que sería increíble poder decirle a esa persona lo que sienten cuando la miran, lo que sienten cuando aunque sea por casualidad se encuentran sus miradas y lo que siente cuando aún por más casualidad sus manos se rozan? Sería maravilloso, pero sería aún mejor que esa persona les correspondiera…sin embargo en ocasiones llega el miedo ¿qué pasaría si esa no te corresponde? Ya no podrías mirarla a los ojos y tal vez esa persona no quiera estar cerca de ti de nuevo… o aun peor, seguirse viendo y estar condenado a saber que no te corresponde.
Akira Sendoh nunca se había mostrado inseguro de sí mismo, si le preguntaban a sus compañeros de equipo, o de escuela en general, todos dirían que era un líder por naturaleza, que los animaba y los apoyaba, desde luego le faltaba desarrollar ciertas habilidades para ser aún mejor pero eso no le restaba ninguna de sus cualidades; por otro lado, si le preguntabas a las chicas, sin duda contestaría, en primer lugar, lo guapo que es, para después de hablar sobre ser un caballero y sin duda un gran jugador; sin embargo justo ahora, si le preguntaba a Sendoh qué sentía, solo podría contestar una cosa “miedo”.
Si, justo ahora el gran Akira Sendoh sentía miedo, porque había encontrado a esa persona que con solo verle le hacía sonreír y ahora que estaba por confesarle su amor, solo habían dos posibilidades, esa en la que le correspondieran y la condena eterna a ser rechazado, sin embargo ya no podía hacer nada, no podría salir corriendo, ya había llegado a la escuela del otro, ya había logrado llegar hasta en gimnasio y los miembros de Shohoku ya lo había visto (aunque después de mirarlo raro simplemente siguieran con su entrenamiento), salir corriendo ahora ya no tendría sentido.
El entrenamiento termino y los jugadores fueron a las duchas, la asistente del entrenador se acercó a él y le pregunto si le podía ayudar en algo, él simplemente negó y salió de gimnasio para quedarse afuera del mismo. Desde afuera escuchaba risas y algunas bromas que realizaban entre los miembros del equipo, sin embargo la voz que esperaba escuchar no sonó, aunque en realidad eso no le sorprendió en lo más mínimo, sin embargo cuando al fin lo miró salir, ya con sus audífonos puestos y listo para ir por su bicicleta el miedo regreso a él, suspiro con fuerza y lo alcanzó, le detuvo por el hombro, el otro pareció no sorprenderse, así que simplemente se giró y las intensas miradas azules por fin se encontraron.
-Hola Kaede- le dijo con una sonrisa aun cuando como también esperaba el otro lo miro como si nada.
La noche estaba por llegar cuando terminaron de practicar en una cancha cercana a Shohoku, Rukawa tomaba agua de forma tranquila y mantenía los ojos cerrados, y por su parte Akira no podía dejar de verlo, no era la primera vez que jugaban juntos, incluso a veces intercambiaban estrategias, algo que desde luego el menor fingía que no ocurría o que no le interesaba aunque por dentro casi tomara nota de todo lo que podía aprender de Sendoh.
-Kaede…yo en realidad vine a decirte algo- al fin se animó a decir y el tono en su voz fue lo que realmente hizo que el nombrado lo mirara y aunque no le dijo nada, el que pareciera prestarle toda su atención y se acercara más a él para mirarlo de frente hizo que Akira entendiera que era el momento para hablar. Ya no había vuelta atrás.
-Kaede tu… tu me gustas… no, es más que eso, yo te amo- dijo al fin sintiendo que toda esa desesperación que le hacía sentir el tener que ocultarlo al fin se iba, pero al mirar la cara de sorpresa del otro hizo que su miedo regresara, porque a veces tu puedes estar completamente enamorado de la otra persona y eso no significara que él te corresponderá y entonces comenzó a dudar pero ya no podía cambiar nada- yo entiendo si ahora te sientes raro, si te desagrado, si quieres golpearme, o si simplemente quieres fingir que nada de esto pasó, yo lo respetare y si quieres que me aleje de ti lo hare y me conformare con mirarte de lejos, con ver cada uno de tus perfectos movimientos en tus partidos, con ver esas diminutas sonrisas cada que encestas, cada que con tu equipo hacen un gran trabajo y con ver la tristeza cuando el partido no resulta favorable, porque te aseguro que te amo en todas tus facetas y te amo porque aunque no lo sepas tú me complementas-quiso decir más, pero la realidad es que las palabras nunca podrían demostrar todo lo que sentía
-Akira- contesto el otro de forma casi apática – eso de golpearte… realmente lo hare si no te callas y comienzas a besarme-Sendoh lo miró extrañado como no entendiendo
-¿Qué?- pregunto pensando haber escuchado mal
-tonto- contesto acercándose hasta él para tomarlo por el rosto y al fin besarlo, el beso tan esperadamente ansiado, tan cálido- yo también te amo- le dijo, cuando al fin se separaron, con un extraño cariño en su voz que seguramente muy pocos habían escuchado en Rukawa que hacia una perfecta combinación con el bello sonrojo en su rostro.