Sphintus mentiría si afirmara que no tiene idea de en que momento se enamoró de Aladdin. Si bien ocurrió paulatinamente sucedió desde el instante en que sus ojos se posaron en ese hermoso ser de pequeño recipiente. Su sonrisa, largo cabello, mejillas rosadas, gracia al caminar, dulce voz, valentía, inteligencia, perseverancia, sentido de la responsabilidad, madurez y al tiempo curiosa ingenuidad son algunos aspectos por mencionar los menos. El palpitar en su pecho se volvió demasiado evidente para un joven estudiante de medicina. Llegado a este punto es primordial confesar la razón de sus múltiples desvelos. Es sencillo. Debe reunirse con su valioso amigo en un sitio preferentemente poco concurrido, con el sol en el punto óptimo y con un bello paisaje de fondo. Claro que irónicamente eso de la planeacion no se le da en absoluto. La histeria le ataca por lo que inevitablemente termina gritando tonterías, por fortuna Aladdin lo atribuye a su exótica personalidad y no locura temporal. Suspira con pesar tirado en el lecho mientras Kukulcan pasea como amo y señor del mismo.
- ¿Cómo se lo digo?
Y aún si pudiera, ¿cuál sería su reacción? Imaginar que se lanza a sus brazos conmovido es tentador pero no realista. Ha de ser honesto, constantemente se paraliza en su presencia. Incluso en una ocasión, cuando se quedó a dormir en su casa se armó de valor para iniciar un monólogo amoroso, vaya susto le metió su amigo al darse vuelta en la cama, creía que estaba despierto.
Se levanta abruptamente y llega hasta el escritorio, enciende la computadora y busca en Internet alguna solución. Escribe a su parecer sinsentidos: "No te corresponden" "Pociones mágicas para... " "Cómo entender a... " "Lenguaje corporal" y más. Una cosa lleva a la otra y de alguna manera llega a un foro donde un comentario se roba por completo la atención.
- "Ja ja ja. ¡Que cosas! ¡No tenía idea de que existían los fanfics! Buscaba imágenes de mi personaje favorito y lo encontré en una historia romántica que... ! ¡No los veía como pareja!"
Mueve el cursor para leer más.
- "Que pequeño es el mundo. Aquí me quité el miedo a escribir, pude cumplir mi sueño. Hice muchos amigos e incluso me volví novio de mi autor favorito."
Pero la publicación que le da un poco de luz en la oscuridad es:
- "Hay cosas que no me atrevo a decir. Mis personajes tienen mucho de mi y... En pocas palabras puedo hacer realidad mi más grande anhelo. Si solo pudiera mostrarselo... "
¿Fics? ¿Personajes que tienen un poco de si? ¿Sueños? ¿Anhelos? Y como si le hubiera poseído un ente diabólico se pone a escribir como loco una historia romántica nacida desde el fondo del corazón. Al finalizar la guarda y busca la página mencionada en el foro pero, al hacer click en el link le baña una cubetada de agua helada.
"Error la página que... "
No, no y no. Esto no puede estar pasando. La actualizó tantas veces que bien pudo perder el dedo, más el estado del portal no cambió. Con el corazón destrozado se tira de nueva cuenta en la cama, aún más deprimido. Se da ánimos, no es bueno ser tan negativo, mañana será un nuevo día. Quizá estén en mantenimiento, debe ser eso.
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En una cafetería.
Aladdin contempla preocupado a su amigo mientras se toma su malteada de manzana.
- ¿Tienes algún problema Sphintus-kun?
- No, ¿por qué lo dices?
- Entiendo - sonríe dolido sin que el otro lo note.
¿Por qué de buenas a primeras Sphintus muestra tanto interés en su móvil? ¿Por qué no deja de escribir? ¿Le manda mensajes a alguien mucho más importante que pasar tiempo con él?
- ¡Todavía no!
El alarido hace que el niño pegue un brinco en su asiento además de obligarle a abrir los orbes consternado.
- ¿Todavía... no?
- Ah este... aún no suben los resultados del examen.
- Oh...
Aladdin se confunde aún más, muchas sensaciones le atacan despiadadamente y lo peor de todo es que le miente sin problema.
- Lo lamento Sphintus-kun, recordé que mañana tengo que entregar un proyecto que no terminé.
- ¿Necesitas ayuda?
- No, gracias.
Aladdin se retira. La intuición de Sphintus se dispara, algo no va bien. El tono empleado por el chico fue apagado, inusual. Por si fuera poco dejó más de la mitad de la bebida siendo su favorita. Da un golpe a la mesa que contempla con rabia.
- ¿En qué estoy pensado? No tengo la más mínima oportunidad.
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Los días siguientes fueron relativamente normales. Aladdin recuperó a su amigo pues este decidió brindarle tiempo de calidad, más en casa:
- ¡Todavía no funciona! ¡¿Qué sucede?!
Los berrinches se hicieron cotidianos, necesitaba liberar esos asfixiantes sentimientos. También creció la curiosidad por saber el tipo de página que era. Pasadas dos semanas perdió la esperanza más cuando estuvo a punto de borrarla del historial:
- "A todos los usuarios se les informa que la empresa que... "
Los encargados daban una explicación que le hizo sentir miserable. Resulta que quien les brindaba el servicio del dominio simplemente les dejó a su suerte sin dar razón ni nada. Vaya que le hirvió la sangre. Subir su historia resulta tentador entonces, debe agradecer el esfuerzo de los fundadores. Más se encuentra con la incógnita de cómo tiene que hacerlo así que le da a la opción de categorías, encontrándose con la celda "Magi" arquea la ceja.
- ¿Qué no es esa la historia que Aladdin y yo inventamos para su tarea hace años?
Al entrar esperaba encontrar muchas cosas pero no a un autor llamado Aladdin Jehoahaz Abraham, era el único pero tenía más de cincuenta fics, el más viejo con antigüedad de dieciocho meses y todos eran de corte romántico y amistoso ... de una sola pareja. El corazón se le oprime y sale corriendo de su hogar para tocar la puerta del vecino como si tuviese intención de tirarla. Cuando el pequeño abre es recibido por un demandante beso en tan suaves labios. Queda perplejo cuando Sphintus le mira llorando al tiempo que estruja inconcientemente sus hombros.
- Perdóname Aladdin, soy un idiota. No, no tenía idea. Te amo. Te lo compensaré. Vivamos muchas aventuras.
- ¿L-lo dices enserio?
- Si. Te amo, te adoro. No puedo vivir sin ti.
El mayor le abraza enterrandole en su pecho. Aladdin deja en libertad un alegre llanto, se pone colorado hasta las orejas y corresponde tan cálida acción.
Esa página era mucho más que un lugar para subir historias, también era un paraíso para el amor. Solo había algo sale debía hacer para dibujar una sonrisa en los rostros de la gente y llenar de magia los corazones: volver a funcionar.