Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

HANABI por LECTERSWAN

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ya sé, ya sé, no acabo mis long fics pero aquí ando con otro one shot, si así es, este será un one shot ¿Y porque decidí hacerlo? Pues simplemente porque el día de ayer en mi rancho hubo feria y ayude a mi mamá en la tienda que tiene vendiendo muchas cosas XD nos fue bien. Pero en fin la cosa es que al final de la noche encendieron el castillo y lanzaron fuegos artificiales y PUM¡ mi mente fundashi comenzó a imaginar a Sanji y Zoro como una pareja contemplando los fuegos artificiales y todo llego a su lugar XD así que sin más les dejo este hermoso fanfic.

Notas del capitulo:

Antes de iniciar solo quiero aclarar, again, que debido a que me hackearon la otra cuenta estaré resubiendo mis trabajos aquí en esta nueva cuenta, no estoy plagiando nada de nadie, estso son mis trabajos, la anterior cuenta llevaba el nombre de LECTER_SWAN ahora usaré solo esta. Gracias por su atención

--------Todo inicia ------

La primera vez que le vi fue una patada en las bolas, si, no hay mejor expresión que esa y es que, en el nombre de Dios, ¿Quién daba semejante primera impresión?

Si, su nombre era Roronoa Zoro, era estudiante del sexto semestre de la carrera de Biología, no era el típico nerd de escuela pero sus calificaciones eran aceptabas, también era buen deportista, era capitán del club de kendo. Su único defecto era que no tenía un buen sentido de la orientación, vaya que una vez se perdió en su casa de camino de su habitación a la sala.

Todo un caso, pero volvamos al problema principal: Él.

Si, el idiota que se metió en los pensamientos se Zoro cuando recién cumplió los veinte. Ese día recordaba estarla pasando con un grupo de amigos de su carrera entre los cuales se encontraba Luffy, un chico bastante hiperactivo, Usopp un narigón bastante carismático pero con tendencias a inventar historias inverosímiles y su amiga quejosa de nombre Nami.

Sí, todos estaban reunidos en un bar cercano a la Facultad para celebrar sus recién cumplidos veinte años, bebían y charlaban como si nada riendo de vez en vez ante las locas historias de Usopp; cuando de la nada apareció ese rubio estirado que le saco de sus casillas y es que ¡Joder¡ ¿Qué universitario en su sano juicio llevaba traje a sus clases? ¿Y más aún cuando se trataba de ir a celebrar a un bar?

Casi vomita cuando se acercó como si nada a su amiga Nami con claras intenciones de ligársela. Peor cumpleaños no pudo tener, y más porque el rubio pareció hacerse amigo de todos en un santiamén. Cuando fue consiente ya estaba sentado en su mesa bebiendo junto con los demás.

Lo hubiera pasado por alto de no ser porque en cierto punto de la plática comenzó a llamarle marimo. ¡Ósea¡ ni siquiera le había dirigido dos palabras y ya se sentía con suficiente confianza como para ponerle motes.

Simplemente no lo resitúo y comenzó con las peleas, eran solo palabras pero todos ahí podían ver la agresividad con la que se las decían, incluso el dueño del bar les pidió se retiraran pues no iba a soportar pelas de adolescentes en su establecimiento.

Si, en definitiva Zoro le empezó a odiar ese día.

-------Los problemas vienen-----

Tratar con gente tan terca y de cabeza hueca como lo era ese peliverde de verdad le sacaba de sus casillas. Ósea el tipo era bien parecido y tenía una musculatura de infarto pero ¡Por todos los dioses¡ que horribles modales y esa cara fruncida en un gesto de antipatía total le sacaba de sus casillas.

Más aún ¿Cómo era posible que alguien así tuviera a su lado a semejante belleza como lo era su Nami-swan? Simplemente eso no tenía sentido ni lógica alguna.

Como sea estaba dispuesto a llevar la fiesta en paz si el otro se comportaba, cosa que no hizo y en un segundo se vieron enfrascados en peleas de palabras bastante cargadas de odio. Para acabar de hacer todo mucho peor el idiota no solo estudiaba en su misma Facultad sino que también estudiaba la misma carrera que él solo que iban en turnos distintos. Sanji iba en la mañana y Zoro tomaba clases en la tarde.

Fatal. Esa era la palabra para describir eso.

Por si fuera poco empezó a topárselo muchas veces en los pasillos y por la biblioteca de la Facultad. Dios , el mundo estaba conspirando en su contra, esa era la única respuesta que encontraba pues nunca antes se había topado con ese idiota peliverde y ahora hasta parecía seguirle a todo lados…¿O era él que le seguía?

¡Pero claro que no¡ ¡Que estupidez¡

-En serio, deberían besarse de una buena vez-esa simple frase te hizo escupir el jugo que hasta entonces estabas tomando, con cara de sorpresa te giras para ver a tu adorada Nami-swan, ese día se veía hermosa con ese vestido que se ajustaba a la perfección a su cuerpo y…¡Céntrate Sanji¡

-Mi bella dama, no sé de qué hablas…

-A mí me parece que sí, no te hagas.

-Nami-swan yo…

-Ash¡ Venga Sanji, sabes bien de lo que hablo, así que no te hagas idiota, ve y dile a Zoro lo que sientes por él.

-¿Perdón?

-Es obvia la tensión sexual entre ustedes dos. Todos lo hemos notado, hasta el despistado de Luffy puede ver que entre ustedes dos hay algo más que simple aversión.

-Nami-san yo…

-Hagamos un trato- con un simple gesto de su mano te manda a callar, vaya que Nami sabía muy bien cómo controlarte y eso no era nada bueno, al menos no en este preciso momento- sal con él.

-¿Perdón?-en definitiva escuchaste mal, simplemente tu bella dama no podía estarte pidiendo esas cosas.

-Ya me oíste, si tu sales con él, en plan “vamos a dejar de lado las rencillas y conocernos mejor” te prometo que iré contigo a donde quieras. ¿Te parece justo?

Nami-san te estaba ofreciendo a salir contigo solo si soportabas por un par de horas al estúpido cabeza de alga …¡Esa es la jodida oportunidad de tu vida¡ no podías dejarla pasar. Pero tenía algo malo, no estabas seguro de poder soportar a esa alga parlante por más de unos cuantos minutos, al menos no sin estamparle la cara en el piso de una patada.

-¿Cuáles son los términos?-si, al menos debías dejar las cosas bien en claro para que después la pelirroja no te diera la vuelta con las letras pequeñas del contrato.

-Nada de peleas, deben salir en plan amigos, la cita debe durar mínimo unas cuatro horas, no puedes separarte para nada de Zoro y si por alguna razón uno de los dos se va o termina la cita antes de tiempo el trato se cancela ¿Me oyes?

-Ughhh, me la pones demasiado difícil bella dama.

-Esas son mis condiciones, tómalas o déjalas.

Momento difícil, de verdad querías la cita con Nami y si para eso tenías que aguantar al alga un par de horas pues entonces que así fuera, después de todo nada te obligaba a seguir siendo amigo del peliverde una vez haya pasado esa dichosa cita.

-Muy bien, acepto.

La sonrisa que le dio la pelirroja solo le dejo en claro una idea: había caído en la trampa.

 

----------Los problemas están aquí-----

Bien, en primera fue risible cuando el rubio se le acerco, un día de esos en los que se cruzaban en los pasillos, por mera casualidad claro está, a hablarle de no sé qué restaurante para ir a comer. Bien, tal vez no fue lo más apropiado mirarle con esa cara de burla y menos aún decirle que estaba loco por invitarle pero ¡Hey¡ ¿Ustedes cómo habrían reaccionado si el chico que les caía en la punta del hígado de la nada se portaba educado y les invitaba a comer?

Si, tenía ahora no solo la pinta de ser malo sino que sus compañeros le dijeron que en efecto, era malo por haber tratado así a Sanji. Así que para el final de las clases estaba pidiéndole perdón a Sanji y aceptando la invitación.

No supo decirlo con exactitud pero al parecer el rubio lucia contrariado por su repentino cambio de decisión.

Al final tuvo que comprar ropa pues no consideraba que la que él solía usar siempre fuera la adecuada, después de todo el rubio le había invitado al Baratie. Y por lo que sabía era que ese restaurante era de alta categoría. Sus pantalones de mezclilla y sus camisetas informales no iban a estar acorde al lugar. Para el final del día tenía una bolsa con un pantalón formal negro, una camisa azul cielo y un saco a juego.

A las 8 de la noche había tomado una ducha y se había preparado. Habían quedado de verse a dos cuadras del restaurant, así que iría caminando. Solo se despidió de su familia y se fue directo al restaurante caminando con calma, cuando por fin llego pudo ver que desde la otra acera apenas iba llegando el rubio. Iba vestido con traje y corbata, nada nuevo en el paisaje, lo que si le sorprendió fue verlo fumando y sacando nubes de humo como si fuera chimenea.

-Roronoa- fue el escueto saludo que le dio.

-Umm, buenas noches- sip, el peor saludo de todos pero igual no sabía cómo actuar enfrente del rubio.

-Anda, es hora de irnos ya- le siguió como si fuera un perrito sin dueño. Al entrar en el restaurante se dio cuenta que en definitiva no encajaba en ese lugar, era como un restaurante cinco estrellas, de solo ver que necesitabas reservación para entrar en ese lugar se lo confirmo todo.

-Mesa para dos, hice una reservación-les dijo el rubio con total control de la situación, se veía que sabía lo que hacía.

-En seguida señores, síganme por favor-fueron detrás del host que les llevo hasta la parte trasera del restaurante, ahí al meno son serian molestados para nada y podrían platicar a gusto. Mala suerte, Zoro ya se había arrepentido por completo de haber aceptado ir.

-Dime una cosa- fue lo primero que dijo una vez se hubieron instalados en la mesa-¿Exactamente cuáles son tus intenciones al invitarme a este lugar?-el rubio le miro ceñudo-venga ya, ambos sabemos que no te caigo bien y el sentimiento es mutuo. No me caes para nada bien.

-Bueno al menos en eso estamos de acuerdo-tomo una de las copas en las que el mesero le había servido agua fría.-si te soy sincero estoy aquí por una especia de apuesta que hice.

-Dios, dime que esa apuesta no implica matarme o envenenarme con la comida.

-¡Claro que no¡ ¿Qué acaso crees que soy un asesino serial?- el rubio dio un trago a su copa y le miro directo a los ojos- Además, no vale la pena ni matarte, no iré a la cárcel por un alga como tú.

-Siempre tan encantador-se rio ante el gesto que hizo el rubio- así que…¿Cuánto tiempo tenemos que estar soportando esto? –señalo todo el espacio que le rodeaba.

-Al menos por unas cuatro horas-se encogió de hombros- así que aprovecha y ordena, que será la única vez que pruebes comida de semejante nivel.

-Si claro, como no, solo es comida ¿Me oyes?. Nada fuera de lo normal.

-Eso quisieras-

Fue lo último que le dijo antes de que el mesero llegara y les diera los menús. Todo parecía muy caro, y para ser sinceros nada de los nombres que había en ese menú se le antojaba.

-Para serte sincero no sé qué sean estas cosas, es más ¿Siquiera esto se come?

-Claro que si, marimo tonto, agh, me desesperas, deja eso, yo voy a ordenar por ti.- y tal como dijo el rubio tuvo que pedir su comida. Bueno, mejor para él, así se evitaba problemas y si la comida no le gustaba siempre podía echarle la culpa al rubio por su decisión.

Pasaron la comida en bastante silencio, venga que solo se oía el ruido de los cubiertos en los platos. Si, en definitiva esa salida estaba por demás echada a perder.

-Esto es muy incómodo- dijo de la nada el rubio- de verdad que no quiero pensar en las demás horas que tenemos que pasar juntos.

-Bueno, para serte sincero jamás espere que alguien me trajera a un lugar así. Estos sitios no son lo mío.

-Si eso puedo notarlo.

-Somos demasiado jóvenes como para esto-hizo un gesto de desdén- ¿Acaso no te han enseñado a divertirte? Ya sabes, salir al cine, al parque de diversiones, ya sabes algo más animado que una cena de gala.

-Oh, vaya parece que el alga parlante sabe más que yo en eso de divertirse- se burló de nuevo.

-Pues al menos no es este el lugar al que llevaría a una chica- al decir eso la cara del rubio se descompuso- ¡Aja¡ ¡Te descubrí¡

-¿De qué hablas?

-No soy idiota, antes has dicho que solo estabas aquí por una simple apuesta. ¿Qué tipo de apuesta te haría traerme a un lugar así? En cualquier apuesta se tiene que hacer que el que acepta sea ridiculizado. Eso aunado a que estoy aquí sentado solo quiere decir que alguien te reto a invitarme a salir ¿Estoy en lo correcto?

-…-oh si, había acertado de lleno, la cara de idiota que puso Sanji fue toda la respuesta que necesito- pareces idiota pero la verdad es que sabes usar el cerebro.

-Tomare eso como un cumplido-le sonrió descarado mientras le apuntaba con el tenedor- así que, dime de una buena vez, ¿Quién te obligo a humillarte así?

-No creo deba decírtelo…

-¿Acaso eso está incluido en las letras pequeñas del contrato?

-Eh no…de hecho no…

-Entonces no hay nada que te obligue a no decírmelo. –Puso los codos en la mesa mirándole con una sonrisa- anda, dime.

-¿Para qué? ¿Qué ganas con eso?

-¿Has oído esa frase que dice: ”una vez jodido hay que saber joder al enemigo”?-al ver asentir al rubio continuo- pues si me dices igual y te puedo ayudar a hacer que ganes la apuesta.

-¿Ah? Sigo sin entender que vas a ganar con eso.

-Haremos que esto sea más creíble y además no andaremos sufriendo en estas… ¿Cuatro horas, dijiste? – al verle no muy convencido decidió hacer uso de sus dotes de convencimiento- vamos, esto será menos difícil, dejaremos de pelear y entre más rápido acabe esto más rápido te vas a librar de mí. ¿Qué dices?

-Tengo que admitir que me has sorprendido…no creí que fueras así de perceptivo- guardo silencio un rato- pero, digamos que tu propuesta me interesa y mucho. Así que iniciemos- con palabras sencillas le explico todo, si las caras que puso fueron de desconcierto total, ¿De dónde carajos había sacado Nami esa estúpida idea?. ¿Qué a él le gustaba el cejas de sushi? Si como no.

-¿En serio? Aceptaste esto solo para conseguir una cita con ella ¿De verdad? ¡No jodas¡ ¿Qué tan desesperado puedes estar?

-¡oh cállate marimo idiota¡ ¿Vas a ayudarme si o no?

-Bueno para empezar yo solo tengo unas preguntas. La primera sería ¿Cómo rayos va a estar Nami segura de que permanecimos juntos?

-He de admitir que es una buena pregunta- se quedó pensando un rato en eso- tal vez confía en que no le voy a mentir.

-O tal vez nos está espiando desde la mesa de allá atrás- casi golpea al rubio cuando este, de forma nada discreta, se giró para ver- ¡Idiota no hagas eso¡- tuvo que enderezarse y jalarle la cara para que no volteara- si lo haces va a descubrir que ya me contaste todo y por ende tu apuesta se ira al inodoro.

-Lo siento… es que me tomo por sorpresa- se recompuso rápidamente- no me esperaba eso…

-Debe estar muy convencida si está dispuesta  sacrificar su viernes por la noche para vigilarnos…

-Eso solo nos complica las cosas-murmuro entre dientes.

-Qué suerte tienes, porque tengo la forma perfecta de arreglar esos problemas, claro que si estás dispuesto a resolver esto y ganar vamos a tener que salir de aquí.

-No me agrada esa idea- le miro ceñudo- no voy  a ir a esos extraños bares a los que seguramente frecuentas.

-Idiota, no me refiero a eso-gruño bastante molesto- ¿Quieres ganar esa apuesta o no?

-¡Joder¡ claro que si…

-Pues tienes dos opciones, o me sigues y sigues las letras pequeñas del contrato que seguro Nami te dio-el rubio alzo una ceja- o te quedas aquí con un palmo de narices porque yo-señalo su pecho al decir esto- me voy a divertir, a divertir de verdad.

Y como si fuera lo más normal del mundo se levantó de su ligar y se fue caminado de forma relajada. Su rubio compañero se quedó ahí un par de minutos asimilando la situación, cuando por fin pudo reaccionar busco en su saco y dejo sobre la mesa el dinero de la comida, incluso hasta dejo de más. No importaba, tenía que alcanzar al marimo idiota. Nadie ¡Nadie¡ le dejaba así en un acita, aunque fuera fingida.

-¡No puedes irte así como así¡

-Lastima, ya lo hice- siguió su camino- y el que me hayas seguido quiere decir que estás dispuesto a divertirte hoy.

-Solo vine porque no voy a perder esa apuesta, no importa que cosas retorcidas estés planeando.

-JA¡ ¿Quién te crees que soy? ¿Un asesino en serie?-el silencio fue toda la respuesta que le dio, igual no importaba, siguieron caminado desviándose de las calles concurridas hasta llegar a las orillas de la playa. Si, así es, donde vivían había una playa y en uno de los muelles se había puesto una feria, era de esas típicas ferias infantiles, solo que esta también tenía un apartado para la gente un poco más grande en busca de emociones extremas.

-¿Qué hacemos aquí?-el rubio veía a todos lados sintiéndose muy fuera de lugar, cientos de parejas pasaban a su lado, algunas con algodones de azúcar en sus manos, otras con globos o con unas extrañas diademas que parpadeaban y brillaban en la oscuridad.

-Ya te dije, vinimos a divertirnos- esa fue la única respuesta que le pudo sacar, se tuvo que conformar con seguirle, paseando entre los puestos de regalos y comida que había por ahí.

La noche era cálida y el aroma del azúcar de los dulces envolvía a todo el lugar,  por aquí y por allá había puestos con frutas y fuentes de chocolate. El rubio no hubiera querido admitirlo pero todo se veía muy bien, para ser una feria de pueblo, como él los llamaba.

-Oye marimo…-estaba por decirle que se fueran pero no lo encontró a su lado, ¡Maldición¡ se supone debían de estar esa noche juntos, si no la apuesta se anulaba y…

-Ten-de la nada apareció con unas brochetas de fritas en sus manos, Sanji le miró interrogante mientras el peliverde le ofrecía una de estas- anda, cómela. No tiene veneno ni nada parecido.

-¿De dónde las sacaste?-mientras la tomas señala un puesto a sus espaldas.

-Creí te gustaría.-se encogió de hombros dándole una mordida  a una fresa cubierta de chocolate, el jugo de la frita se escapa por la comisura de sus labios bajando por su barbilla. Sanji no puede menos que centrar su atención en esa gotita traviesa que se curva y sigue un camino un tanto pecaminoso para su mente.

“¡Contrólate Sanji¡ ¿En qué andas pensando?”

-Anda cejillas, vamos a ver los juegos de puntería.

-¿A quién le dices cejillas? ¡Estúpido marimo¡

-¿Quién es estúpido?- de la nada ambos chicos chocaron sus frentes lanzando rayos por los ojos, a su alrededor la gente se apartó pues el aura a su alrededor era muy densa, eran como dos perros que se iban a ahechar a pelear en un momento a otro.

Para su suerte los gritos de un montón de personas les distrajeron, ambos alzaron la vista y pudieron ver una enorme Dragón mecánico, de esos que daban la vuelta en 360 grados dejando a veces a sus ocupantes. Ese juego se veía bastante extremo para su gusto, jamás se subiría ahí, pero cuál no sería su sorpresa al sentir la mano de Zoro alrededor de la suya jalándole hacía el juego del demonio.

-Espera ¿A dónde se supone vamos?.

-Quiero subirme a ese juego- señalo el dragón mecánico, justo cuando este se quedaba con la gente de cabeza gritando por el miedo de estar así.

-¿Estás loco? ¡Jamás me subiré a esa cosa¡

-¿Por qué no? se ve divertido.

-Si vomitar es divertido para ti, adelante, pero yo no me voy a subir a esa cosa del demonio.

-oh…¿Acaso le tienes miedo?-tal vez fue el tono de burla o la cara que puso zoro, pero en un dos por tres estaba subido en esa cosa esperando a que los técnicos le acabaran de ajustar el cinturón. Oh si, era un idiota y por eso iba a morir en ese juego de mierda.

-¿Por qué tan serio?- de nuevo la voz burlona del peliverde pareció sacarlo de sus pensamientos.

-¡Cállate marimo¡ mira que aún estoy a tiempo de zafar tu cinturón de seguridad a ver si así te mueres y liberas a la humanidad de tu apestosa presencia.

-Mira que yo no te lo recomendaría después de todo si quitas el seguro tú también te caerías, no por nada estamos en el mismo asiento.

Una nueva pelea estaba por iniciarse cuando los mecanismos del juego iniciaron a moverse. Primero fue un movimiento de adelante hacía tras, no estaba tan mal o al menos eso pensó hasta que de la nada el juego aceleró dejándoles casi en un ángulo de 90° . Fue ahí cuando dejo de lado su porte de caballero y empezó a gritar como loco, la cosa iba peor y peor pues en cierto punto todos quedaron de cabeza en ese juego del demonio.

Todas las personas ahí subidas gritaban, unas de gozo y otras; como el rubio; de puro terror. Claro el Marimo estaba que se partía de risa y no era para menos pues los gritos del rubio podían escucharse hasta el muelle más próximo.

Por fin, cuando el juego se detuvo el rubio fue el primero en salir, dando traspiés hasta poder detenerse en una de las paredes más cercanas que pudo encontrar.

-¿Estás bien?-la mano del peliverde se posó en su hombro en un extraño gesto que representaba su apoyo hacía el rubio a quién aún se le movía el piso-¿Quieres algo de agua?

-Ughh…hacerte el interesado…no te queda…-trato de no vomitar la poca comida que había podido comer en la cena de hacía pocos minutos.

-No es que esté interesado, más bien no quiero que parezcas un ebrio-con un fuerte brazo le enderezó-vaya, te ves algo verde.

-No es mi mejor momento-por toda respuesta el peliverde le pasó un brazo por la cintura y pasando el brazo del rubio por detrás de su cuello. Así le llevó hasta un local donde vendían refrescos y otras bebidas más espirituosas.

-Dele un vaso con agua mineral y muchos hielos-una vez le hubo sentado y pidió la bebida solo se dedicó a quedarse ahí sentado y mirar a las personas pasar, los minutos pasaron mientras el mareo se le fue pasando al rubio. Por fin cuando ya se sintió mucho mejor pudo girarse para ver a Zoro que parecía muy entretenido en ver a lo lejos la gente pasar.

-Gracias…

-Ni lo menciones-le interrumpió- anda, vamos a otro juego, esta vez puedes elegir tu, pero nada que tenga que ver con chicas o besos, por favor.

-¿Acaso te has puesto celoso?

-No, simplemente no aguanto cuando empiezas a fingir cosas que no eres.- con esas últimas palabras se levantó esperando a que el rubio le siguiera. Este se quedó sentado un par de segundos antes de asimilar lo que le había dicho el otro.

-Vamos, no tengo toda la noche y quiero ver los fuegos artificiales- Sanji asintió y fue detrás del peliverde, los siguientes minutos se dedicaron a pasear entre los diferentes puestos y juegos, poco a poco van adentrándose en la feria legando hasta los juegos en donde puedes probar suerte. Sanji propone el probar algo de suerte y ver quién podía ganar los premios que se exhibían en los aparadores.

Así pasaron los minutos, no tardaron nada en olvidarse de lo recién ocurrido y empezar a comportarse como viejos amigos, reían y competían de forma sana hasta el punto en que ambos se olvidaron de que estaban ahí por una simple apuesta que había hecho el rubio.

-Anda, cejillas, ya estuviste mucho tiempo intentando anotar una canasta, es obvio que no vas a ganar, no importa cuanto lo intentes.

-La última, esta es la última que lo intento, será la vencida-pasaba el balón entre sus manos con nerviosismo, de verdad que quería ganar un peluche para Nami san y lo iba a hacer, de eso no había duda alguna.

-Ya van como 15 intentos y sigues igual, no has conseguido nada, no va a ser diferente ahora.

-Calla y déjame concentrarme, tu voz chillona hace que me ponga de nervios.

Dio un paso atrás fijando su vista en la canasta frente a él, suspiro tratando de concentrase y lanzo…lástima que la pelota reboto en el aro de la canasta y salió lejos.

-¡MALDICIÖN¡

-Te lo dije-el rubio casi se moría del coraje por haber fallado de nuevo.-anda ya, es hora.

-¡Puedo intentarlo de nuevo¡

-No- eso sonó bastante duro, no quería que fuera así pero sabía que era la única forme en que el terco de su compañero le haría caso. Y funcionó pues lo siguiente que pasó fue que el rubio empezó a perseguirle lanzando patadas a diestra y siniestra.

Y Sanji era muy bueno, de no ser porque Zoro podía bloquear y esquivar las patadas la pelea hubiera terminado en el mismo lugar donde inició, claro que no fue así. Cuando Sanji empezó a cansarse y Zoro pudo inmovilizar por completo su pierna ya estaban en la playa.

Ambos chicos jadeaban por el esfuerzo y sus cuerpos estaban empapados de sudor. Era más que obvio que ambos habían forzado a su cuerpo hasta su límite y ya no podían más.

-¿Te vas a rendir?-murmuro de forma entrecortada el peliverde.

-¿Acaso tengo opción?- ya no tenía más fuerzas, así que se dejó caer sobre la suave arena de la playa, no se dio cuenta cuando llegado ahí, pero de seguro habían causado un bien lio en la feria.

-Yo tampoco tengo energía ya- se dejó caer a su lado respirando entre cortado por el esfuerzo- ¿Qué tienes en las piernas? Pateas con demasiada fuerza.

-Tu tampoco golpeas con suavidad si me dejas decirte- se sobó una de sus costillas, donde había recibido un puñetazo de Zoro que trataba de detener sus patadas-¿Por qué sonríes ahora marimo? ¿Acaso los golpes te fundieron el cerebro?

-No, es solo que estoy satisfecho- el rubio alzo una ceja como diciendo “estás loco”- logré lo que quería.

Antes de que Sanji pudiera exigir una respuesta el peliverde señalo hacía el cielo en el instante en que una enorme flor de fuegos artificiales estallara e iluminara el cielo nocturno.

---------Catarsis------

Realmente no esperaba todo eso, cierto era que se había dado cuenta de lo que sentía por el rubio en el mismo instante en que empezaron a pelear, tampoco era tonto y Nami ayudo bastante a que entendiera, de una buena vez que no era aversión sino atracción aquello que se suscitaba entre ellos.

Ahora el problema era que el rubio no lo aceptaría, era un amante de las faldas y para nada voltearía a verle.

Para su suerte Nami hizo uso de sus engaños para poder hacer que Sanji le invitará a salir, claro que acepto, pero al parecer la cita no iba tan bien. Debía jugarse el todo por el todo si quería ver si algo entre el rubio y él podía surgir.

Qué bueno que pensó en llevarle a la feria, ahí era su elemento, había muchos juegos y siempre podrían encontrar algo con que divertirse, todo bien…hasta que el rubio pareció marearse, si en definitiva no servía para eso de las citas. O al menos eso creyó pues cuando hubo pasado el malestar el ambiente entre ellos se relajó.

Ahora solo debía de ser astuto y guiar a Sanji hasta la playa y ahí hacer uso de todo su valor y por fin hablar claro.

Pensarlo era más fácil que decirlo pues la única forma de poder llevarlo fue por medio de una pelea, termino muy magullado y claro el rubio tampoco se fue limpio.

Ahora ya estaban ambos en la playa y justo a tiempo para ver los fuegos artificiales, era increíble ver como la solitaria playa se iluminaba junto con el resplandor de la luna.

-Vaya…es hermoso- Sanji estaba muy atento a los fuegos artificiales y yo…yo no podía apartar la mirada de su rostro. Se veía tan bien y mi estúpido corazón no dejaba de latir a prisa-Marimo…-oh rayos¡ me había quedado viéndole como idiota y se había dado cuenta que le estaba viendo ¡Raído debía pensar en algo¡

-Sanji yo…ummm…no sé como decirlo yo…¡Aghh¡ no soy bueno con las palabras- me rasque la nuca desviando la mirada y tratando de concentrarme para poder  explicarme bien.

-¿Qué tal…Qué tal si en lugar de hablar lo haces?

-…- vaya que el cejillas podía pensar rápido…bueno a lo mejor ni había notado en que plan iba yo pero igual su idea era buena-tal vez tengas razón- me acerque un poco más a él quedando por completo a su lado, muy bien debía respirar y calmarme, prepararme para lo inevitable y soportar si es que me rechazaba-Sanji yo…

Y las palabras se murieron en mi boca cuando eliminó el poco espacio entre nosotros y me beso de forma algo calmada pero con seguridad. Mi cerebro hizo corto circuito ante eso, no lo vi venir, ¡Que rayos¡

-Te dije…que te callaras marimo idiota…

-Pero…pero…yo…tu…es decir…-trataba de encontrar una explicación lógica  a esa acción, ¿Acaso había hecho eso para ganar la apuesta con Nami? ¡Dios¡ eso sería cruel-

-¿No lo entiendes verdad?-negué aun con los ojos muy abiertos por la sorpresa- Tú me gustas, estúpido marimo.

-¡Pero…¡-me callo la boca poniendo uno de sus dedos en la boca.

-¿Qué te dije? Es un alinda noche y no quiero oír tus estúpidos balbuceos, - de nuevo se acercó a mi sonriéndome de lado- ¿Por qué no usas esa boca para algo mejor?

-je…- cuando quito su dedo por fin pude salir de mi impresión-eres un idiota cejillas-estaba por reclamarme pero le tome de la nuca y le jale dejándonos con las frentes pegadas- tu también me gustas Sanji.

Y fue así como, de la nada, Sanji y yo iniciamos nuestra relación, en ese extraño día, ambos sentados en la playa y con los fuegos artificiales iluminando el cielo y la superficie del mar que se balanceaba en calma.

 

Notas finales:

Espero les haya gustado owo. GRacias por brindarme otro poco de su tiempo y dejarme compartir con ustedes mis trabajos, si gustan pueden ir a la cuenta IVAN_MENDOZA en wattpad, ahí ya tengo trabaos avanzados, pero igual voy a seguir publicando aquí, por favor djenme reviews para saber si les gustan mis fanfics¡


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).