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Liberador por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

Fanfic originado por el meme de los tres jueces que fue denunciado por alguna arenosita puberta en nuestra pagina de FB La torre de Jamir, asi que decidimos hacer un especial de Alone/Hades & los tres jueces para que le escociera más la vagina.

Porn&Angst

Portada del fanfic y meme en cuestion: 

https://www.wattpad.com/718639993

La lujuria de dos lenguas acariciándolo por delante y por detrás, envolviendo su cuello en un circulo perfecto entre ambos. Las respiraciones, los pujidos y el calor de los hombres lo rodeaban también. La saliva escurria de su boca abierta al máximo, sus ojos nublados de placer se entreabrían apenas un poco, apenas lo suficiente para mirar que todo fuera real, todo, dentro de aquella jaula en que lo habían confinado los dioses gemelos.

Radamanthys empujo y su miembro se deslizo por el interior superior de su boca, el glande presionando el velo suave de su paladar, provocándole una sensación de invacion extrema, las comisuras restiradas de sus labios haciéndolo sentir que no podía con mas verga, y sin embargo…

Minos y Aiacos embestían dentro de su trasero, los dos a la vez, uno contra el otro dentro de su túnel calido y a punto de reventar. La piel de su borde se sentía muy caliente, una sensación de dolor lo acompañaba junto al placer que dos vergas le proporcionaban, invadiendo cada una a su ritmo, buscando cada uno de sus jueces el placer de la manera en que mejor lo encontraba.

Aplastado entre ellos dos se sostenia sobre rodillas y manos, Radamanthys se encargaba de sujetarle la cabeza por los cabellos, para penetrarle la boca como del agujero mas del que se trataba, colmándoselo de tal manera que su saliva escurria, cayendo sobre el fleco de Minos, mezclada con los propios jugos previos del de Wyvern.

Minos gemia con un movimiento cada vez mas pronunciado, su boca se abria y en ella caia parte del presimiente de su compañero, de la saliva de su dios. Con una risa insana cogio al jovencito por las caderas, apretando las manos de Aiacos que separaban sus nalgas para penetrarlo mejor y movio directamente a Alone (estaba bien seguro de que era Alone) y no solo a si mismo dentro de su cuerpo.

El chico vibro; lo sintió temblar de la cabeza a los pies. Su compañero de Garuda protesto y retiro las manos, palmeando sonoras nalgadas sobre los ya de por si castigados glúteos del jovencito.  “Vamos a rellenar a esta perra”, sabia Minos que pensaba, y reia todavía mas, mirando por entre su fleco húmedo las nalgas apretadas de Wyvern empujando, esas nalgas apretadas de seme, con sus testículos colgando, bien hinchados, meneándose en un intenso frenesí.

Cada vez mas cercano al paroxismo de placer, Alone/Hades estaba a punto de olvidarse de todo. Las botas de la sapuri de Radamanthys, de un color morado oscuro brillante, eran lo opuesto al castaño rojizo, tan propio de los orientales, de los ojos de Tenma. Su gentil amigo jamas habría participado en algo asi, jamas lo habría sometido de la manera en que sus tres jueces lo hacían, siguiendo las instrucciones de los dioses gemelos y sin protesta alguna de su parte. Simplemente se dejaba llevar, como ahora, coger de la mano por alguno de ellos, abandonando su pincel y su lienzo perdido, como abandonaba el dolor, la culpa y el cansancio de incontables guerras desde la era mitológica.

Era curioso. Como Hades, quería olvidarse del dolor y de la culpa, del que sentía por todas las personas a quienes habia fallado. Como Hades deseaba castigar y ejercer justicia; todo le estaba permitido, pues era un dios.

Incluso aquellos viles subordinados; podría aniquilarlos el mismo, y mandar traer a otros tres, cinco, los que le cupieran. A alguno de los incontables mostruos a su servicio, curiosos y pervertidos. Incluso a ese par de gemelos, que lo habían acostumbrado a un tratamiento asi, igual por ambos agujeros.

Su cuerpo era suyo, no un templo como le habían enseñado en la iglesia, no estaba consagrado para Tenma, quien no habia querido tomarlo… Rechazar el regalo de un dios, ¡¿Cómo se atrevia!? Solo pensarlo lo hacia henchirse de ira, apretando los dientes y el culo en un acto reflejo, obteniendo un castigo de Radamanthys y mas nalgadas de parte de Aiacos, en lo que Minos mordisqueaba sus pezones de tal manera que no tardarían en sangrar.

Sangre, dolor, placer; eran los elementos con los que componía su lienzo, pero también culpa, anhelo, libertad… o deseo de la misma.

Era el punto de inflexión entre Hades y Alone; ambos querían ser libres, para dedicarse a aquello que mas les gustaba. En las puntas de las vergas de los tres jueces obtenia alivio, olvido, paz. Llevado por ellos a limite de la sensación, de la propia capacidad corporal de recibirlos, se encontraba tranquilo, sin pensar mas, solo sintiendo intensamente, dolor, placer, plenura.

La leche de uno de ellos lo comenzó a llenar, de uno de los que estaban en su culo. Debia tratarse de Minos, o Aiacos estaría llenándolo de insultos. El semen facilitaba aquello, rebozaba, con Aiacos martilleandolo incesantemente, con Minos aun dentro de el, aun duro, gimiendo adolorido por la intensidad de la sensación. Con Radamanthys tirándole con mas fuerza de los cabellos, obligándolo a mirarlo mientras le decía “Mi señor” y se corria en su boca.

Mamo el pene que convulsionaba, y luego, retirándoselo de la boca, dejo caer todos los fluidos que mal contenia esta abierta sobre el de fleco blanco, bañándolo de babas y semen, que este atrajo a su propia boca con lengua picara, despejándose luego uno de sus bellos ojos para verlo, alzando la mano para atraerlo por la nuca a un beso baboso, donde ambos compartieron el semen de Radamanthys.

Un beso estorbado por los violentos embates de Aiacos, que ahora si lo insultaba y lo golpeaba, dando nalgadas que eran verdaderos golpes, la piel de su trasero tan enrojecida e hinchada como la del miembro que lo penetraba, lo penetraba sin piedad, llenándolo de semen y castigándolo.

Minos, siempre tan fino, habia enredado su miembro entre unos hilos mas gruesos que los de costumbre, y con mano de experto titiritero le estimulaba la polla con aquella intrincada red.

Aiacos se salio, tirándose sin aliento bocaarriba, Hades se hecho atrás, apoyándose sobre sus manos extendidas a los lados de los muslos de Minos, mostrándoles a todos la agitada y sudada piel de su vientre, sus enrojecidos y chupados pezones, duros aun bajo el contacto de los hilos, un lazo simple, que los rodeaba y estimulaba. Entre sus muslos carnosos y blancos, enrojecidos solo en los laterales, su miembro bien sonrosado, perlado de blanco en la punta y con algunas gotas que escurrían, hasta que la red las atrapaba y las distribuia en un brillo uniforme sobre el miembro erecto y de pequeño tamaño.

Radamanthys, de pie, siempre tan estoico, seguía observando. Minos también lo hacia, pero con un gesto diferente, una sonrisa que hubiera sido muy inusual de ver en su compañero de Wyvern. Una sonrisa que no era tan burlona como la del que habia cambiado de bando, que le dio un codazo y comento:

-Haz que se corra ya ese puto, a ver si se baña su propia cara con su leche.

Al escuchar aquello Hades jadeo. Minos noto que lo deseaba, y el intrincando de su red cambio el angulo, estimulo mas, mientras que el peliblanco, con su propia mano, apretaba los testículos como duraznitos de su dios, forzándolos a liberar su carga, una carga liberadora que cruzo en arcos magnificos y dispersos el aire, para aterrizar en el rostro boquiabierto y anhelante del que esperaba aquella lluvia, sobre sus pezones momentáneamente estrangulados por los hilos de Griffon, mientras que otros hilos, aun mas duros y subtetricios, rojos lo ataban irremediablemente al que no podía tener.

 

Fin

Notas finales:

Gracias por leer.  Pronto retomare mis otros fics; he tenido unos meses muy malos.

Slán!


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