No quería ver a Sasuke, estaba avergonzado.
Al entrar a la universidad lo vi caminando en dirección a su facultad ¡Bien! tengo chance para esconderme unos minutos.
Lo bueno es que no ha notado mi presencia y voltee en dirección contraria listo para fugarme.
– ¡Naruto! – ¡El hijo de su buena madre! ¡Mi queridísimo amigo Kiba me grito a viva voz! – ¡Hey! ¡Sordo! ¡Aquí! – e insistía.
Logre divisarlo y fui directo a él, casi corriendo, esperaba que Sasuke no haya escuchado. Llegue a Kiba y le grite susurrando – ¡¿Kiba puedes cerrar el hocico?!– y el soltó una gran carcajada.
–Hola, a mí también me alegra verte, ya nos estábamos preocupando, no respondías el celular desde el viernes – y susurró picaron – ¿Que paso en la fiesta? Cuenta y exagera, sabes que me gusta el chisme.
Me agarre los cabellos en señal de frustración. No me comunique con nadie desde la fiesta porque no sabía cómo asimilar todo lo que había pasado, ¡Dios! Bese a un chico! Y no cualquier chico, es el pesado y engreído de Sasuke Uchiha.
– ¡Es difícil hombre! ¡Me quiero morir!
–Hombre, hombre, cálmate. Todo tiene solución, a menos que aparezca un apocalipsis. Dale, cuéntame – comento con una sonrisa relajada, creándome algo de confianza.
Dude en contarle lo que pasó en la fiesta, pero necesitaba contarle a alguien.
– Beseaunchico – lo dije rapidito y con vergüenza.
– ¿Qué? – Dijo alzando la ceja – Repítelo lento, si, respira.
– Yo…b – No puede ser, los nervios me estaban atacando.
– Suéltalo, rubio.
– Bese...– lo dije lento y me arrepentí – No, no.. no puedo.
– Soy tu amigo y casi hermano – puso su mano sobre mi hombro.
Exhale soltando todo el aire de mis pulmones y me sincere.
– En la fiesta – dije casi desesperado – fui al baño y... estaba a oscuras, y pues... ¡Sasuke tiene la culpa por salir del baño!
– ¿Qué? no me digas que… tú – se llevó una mano a la boca como si a él lo hubieran besado y sus ojos chinos se abrieron como canicas – ... lo besaste.
– B–bueno, es que no veía bien, jeje – le replique llevando mi mano a mi nuca.
– pero ¿Cómo no te has dado cuenta de que no tenía pechos? Es decir, Sakura no es tan plana… ¿o sí? – lo último se preguntó para sí mismo.
Yo estaba avergonzado y oculte mi rostro con mi mano y comencé a maldecir.
– ¡El de seguro te quiere colgar de las pelotas!... Si de algo estoy seguro es que los Uchihas nacen creídos, y con deseos de venganza.
– ¡Lo sé! Por eso tengo que cambiarme de nombre, que importa de sexo ¡pero que no me reconozca!
Kiba de pronto agarra su celular y marca
– ¿Qué haces? – le pregunto confundido.
– Necesitamos un plan – ¡Que no joda!
– ¡No! El último salió hecho mierda. Y ni se te ocurra decirle a alguien más sobre esto Kiba – le mire amenazadoramente.
– Y si le contamos solo a nuestro pequeñísimo grupo –me dijo con inocencia.
– Kiba – le dije con tono de advertencia.
El suspiro con desgano – ya ya... no saldrá nada de mi boca.
Después ingrese a mi facultad, llegue a mi salón. Solté un suspiro de alivio, hasta que vi al mismísimo Sasuke sentado entre las primeras filas. ¿Dónde hay un balcón para tirarme? Espere afuera para que no me viera, y me olvide que él está en mi clase. Hiperventile un poquito y camine "valientemente" como pude a un asiento, el más lejano, al EXTREMO del salón. Incline mi cabeza en dirección contraria a él y me tapaba con mi mano tratando de esconder mi rostro, podía sentir su mirada asesina en mi nuca.
Me senté como pude en el último asiento a la derecha y como nunca saque como el mismísimo flash mi cuaderno, y me lo lleve directo a la cara.
¡Por favor! ¡Que llegue el puto profesor!
Hasta que al fin llego, y pude bajar el cuaderno.
– ¡Chicos! Les tengo una agradable noticia – exclamó el profesor al entrar al salón. El profesor Obito Uchiha, quien también era el tío de Sasuke y también se decía que era la ovejita negra de los Uchiha.
Y con una sonrisota exclamó –se acuerdan del trabajo final de este ciclo, pues, converse con mi queridísimo colega y conseguí que fuera en parejas – se puso en una pose de soy lo máximo – Lo sé, soy grandioso, no me agradezcan.
Todos nos alegramos, obvio, nos repartiremos el trabajo y será menos pesado; pero sentía un pequeño presentimiento, como si algo grande se aproximara a mi vida, no, no,… como si algo cambiara mi vida, inexplicablemente estaba nervioso.
El Uchiha volvió a hablar – ¡Bien! Nombrare las parejas.
Fue nombrando uno por uno, mis pies seguían inquietos, mi mano movía mi lapicero rápidamente, y mi corazón se agitó al escuchar mi nombre.
–Naruto Uzumaki y ... – hizo una pausa el muy desgraciado, solo faltaba que dijera "un corte comercial y regresamos" – y ... Sasuke Uchiha.
– ¡¿QUE!? ¡NO! ¡ME OPONGO! ¡Profesor no me puede hacer esto! ¡No puede ser! ¡No puedo hacer equipo con Sasuke! – grité angustiado y aterrado.
– Esto es una atrocidad – la voz de Sasuke se hizo presente – ¿Cómo me voy a hacer grupo con Uzumaki? Prefiero hacer el trabajo individual.
– Es por su bien, después nos lo agradecerán– dijo otra voz cortando a Sasuke, Kakashi Hatake, el profesor apareció en el marco de la puerta. Un buen amigo de mi familia y discípulo de mi padre – es para que limpien las perezas, y creen una buena relación amical.
– ¿Que? El dobe es el que siempre empieza – me señalo con su dedo índice el muy bastardo.
– Sasuke– le reprendió su tío y volvió a hablar con un tono meloso y pícaro – Mi querido y estimado Kakashi déjame explicarle un poco a los chicos – nos miró detenidamente – Haber… desde que los conozco están con sus peleítas, y ya los tuve como alumnos en la prepa aguantando sus pendejadas... ¿Pero en la universidad? Ya no pues, cánsense.
- Óbito - dijo entre dientes el peli blanco.
- ¡¿Qué? ¡La última vez casi me sacan el ojo derecho!
Kakashi rodo los ojos y retiro de su hombro el brazo del profesor Obito que lo había puesto mientras hablaba.
– ¡No! No nos pueden obligar. No estoy de acuerdo – reaccionó Sasuke repentinamente.
– ¡Exacto, no voy a reprobar por el! – Me miro como diciendo “Esa es mi línea, tonto”, y le rete con la mirada – No voy a hacer equipo con el bastardo engreído.
– ¡Que bueno! Ya está funcionando, se están poniendo de acuerdo en algo – habló Obito.
- ¡No se pase de verga Profesor!
Kakashi me reprendió con la mirada y le hice un puchero, después le dio un ligero golpe al Uchiha mayor en el brazo – vámonos.
–Puede ser cualquier tema a escoger y para su suerte pueden irse poniendo de acuerdo, tienen una hora– nos dijo Obito con una sonrisa brillante mientras seguía a Kakashi.
Enmudecí, me quede en la misma posición por lo menos unos 10 minutos que los sentí una eternidad.
Yo sé que Sasuke es orgulloso a mas no poder, estoy 1000 por ciento seguro que el muy bastardo ni se va a acercar a mí, lo más probable es que quiera hacer solo el trabajo y me ignore, pero no voy a permitir que me excluya, puedo ser juguetón, medio imbécil, algo relajado, también media bestia, pero doy todo de mi por aprender, estudiar, y ser responsable en mis tareas aunque a veces dan flojerita. Así que voy a hacerme respetar, iré y daré el primer paso para besar, d–digo, hablar para ¡empezar el proyecto! Como que soy Naruto Namikase Uzumaki ¡El número uno en sorprender a la gente! ¡El defensor de inocentes! ¡El rompe cadenas! ¡Padre de Dragones! ….Sorry, sorry, aún sigo traumado, es que Juego de Tronos destrozo mi corazón con ese final.
– Bestia, despierta de tu mundo de dobes – y chasqueo la mano al mismo estilo de Thanos.
Y di un pequeño gritito poco masculino, y el negó con la cabeza, y me hablo fulminándome con la mirada.
– Hare el trabajo, tu solo – dio un suspiro – has lo que sabes hacer... – alzo sus cejas como si dijera algo obvio – vagar.
– No jodas, teme. Sabes que yo tampoco quiero hacer equipo contigo– me levanté de mi asiento y sobrepase su estatura – pero haremos el trabajo, somos equipo y siendo dos cabezas seremos más productivos –... Ok, creo que lo último sonó un poquito raro.
– Pues te aguantas. No voy a permitir que un orangutan desteñido arruine MI proyecto, MI perfecto promedio.
– ¡Oye altanero! que preste atención tus peeeeerfectos oídos porque voy a participar, no te desharás de mí, así QUE.TE.JODES– le dije con una sonrisa burlona y para cuando me di cuenta, me había acercado a su rostro.
Nos miramos fijamente.
Y.. ¡rayos! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué su sola presencia me abrumaba tanto?! ¿Por qué tenía que ser tan … tan Sasuke?!
Bendito Sasuke Uchiha y mi poca cordura, me estaba abrumando su cercanía. Sin querer, porque en serio, no quería, pero empecé a delinear su lindo rostro, su piel blanquita como potito de bebe, sus profundos y misteriosos ojos negros, baje un poco la vista topándome con su naricita perfecta, instintivamente mi mirada se fue a sus bonitos labios carnosos y rosaditos, recordé el suave tacto que poseía cuando lo bese en la fiesta y mi corazón comenzó a latir desbocadamente, mi boca se secó, trague fuerte.
– Si van a besarse háganlo ya y lárguense. Estorban, quiero abrir las condenadas ventanas – trágame tierra y escúpeme lejos. Estoy en un salón, con más de veinte alumnos alrededor ¿Qué estaba pensando?
Cuando intente voltear, si, se quedó en un intento porque un cuerpo femenino pasó arrolladoramente a abrir la ventana mientras se abanicaba con su mano y se fue tranquilamente. Con ella no es.
– Que mujer tan loca– susurré volviendo la vista a Sasuke, quien solo estaba maldiciendo en voz baja y al regresar su mirada hacia mí, volvió a mirar a la ventana.
– No te rendirás, ¿verdad? Tsk, buscaré un tema y nos repartiremos los deberes; apunta rápido, solo lo diré una vez – busque un lapicero y abrí mi cuaderno, el maldito estaba ya dictándome su número de celular.
– Bastardo, no tan rápido – me queje y él se rio, cuando digo reír, no es una sonrisa grande y esplendorosa, sino, es una muy chiquita y diminuta sonrisa, muy al estilo Uchiha.
– No te rías bastardo, al menos disimula que te divierte molestarme –
– ¡Hum! No tengo por qué, es tan sencillo como quitarle un ojo a Fury. – Eso me sorprendió, ¿Es que acaso me estaba troleando?, iba a hablarle otra vez, pero el muy Uchiha giro rápidamente de vuelta a su asiento, recogió su mochila retirándose del aula.
(...)
– ¡Ah! – Tenten daba grititos y saltos como nunca la había visto, y se llevó la mano al pecho con dramatismo– Se besaron en la fiesta por circunstancias del destino, dos polos opuestos, uno rubio y el otro pelinegro, ¡el sol y la luna! Y ahora su profesor les ha dado un trabajo grupal, es.. es .. ¡Tan cliché!, pero sigue siendo romántico. Sabía que el drama de Sasuke no era por gusto, algo debía de haber pasado, pero ¡¿cómo no me di cuenta?! Y él que se hace el muy digno, ¡Bien que le gusto el fogoso y caliente beso francés que le diste, rubio!
Estaba con mi cara de culo mirando al muy "discreto de Kiba, este, soltaba unos – jijiji.
Al instante que llegué al comedor de la universidad, estaban mis amigos rodeando al parlanchin de Kiba, ciertamente me pareció extraño, hasta que se dieron cuenta de mi presencia y Tenten no dudo en hacer todo este melodrama.
– ¡Kiba! ¿Qué rayos te dije sobre lo de "discreción"?
Y de nuevo empezaron a hablar como viejas chismosas.
– Bajen la voz viejas cotorras.. ¿Es que acaso quieren que media universidad se entere? – les hable a todos, Tenten seguía perdida en su mundo y susurraba cosas como que "El yaoi dominara el mundo". Lee alzo su dedo pulgar y se puso en una pose que me dio vergüenza ajena. A Chouji ni lo lograba escuchar y es que, trataba de hablar con la boca llena de papitas ¡uhg!. Shikamaru solo decía que esto era problemático, Sai estaba dibujando, por lo menos no soltaba alguna burrada.
Suspire, bueno, era obvio que en algún momento tenían que enterarse, Kiba no iba a tener el hocico cerrado por siempre.
Negué con la cabeza y empecé a reírme de mi mismo y por toda la extraña situación que se había dado.
De pronto algo sonó, era el celular de Tenten. Ella reviso – ¡OH! ¡Actualizo! ¡Mi autora favorita actualizó!
– ¿Que leerá esa chica? – le pregunte a Kiba y los otros chicos la miraban raro – Mejor ni le pregunto.
Y rápidamente Kiba retomó el tema de Sasuke.
– Solo fue un besito. No creo que sea para tanto… el ya habrá tenido varios de tantas mujeres que lo acosan de aquí para allá – exclamo Kiba con mala cara y con una pizca de….
– ♫Envidiaaaaaaa, envidia . Me tienen envidia, me tienen envidia.. de mi ♫ – bailaba Lee de una manera muy graciosa.
– No mames Lee – dice Tenten al borde de la risa.
Nos reímos a carcajadas, no sabía si Lee lo hacía apropósito o no, pero dio en el clavo.
– Ese Uchiha es un frígido, te aseguro que hasta tú has sido su primer beso.
Me pare en seco ante lo que dijo Shikamaru, era imposible, Sasuke tiene seguidoras no solo en esta universidad también en otras – Nah... No creo.
– Rubio, ¿Lo vas a conquistar? – pregunto una emocionada Tenten. Kiba se atoro y Lee saltaba y formaba con sus brazos un corazón mientras decía que el amor está en el aire... Y por eso señores, ninguno en este grupo tiene pareja, Lee espanta a cualquiera.
– ¿Que? No, No tiro a ese bando... eso solo fue un accidente –me refería al beso – Solo tengo ojos para mi Sakura chan.
– ¡Que desgracia! – las burlas de Kiba no cesaban –Me solidarizo con Sasuke.
Shikamaru soltó un bostezo sonriendo y puso una mueca divertida – pobre, con ese beso que le diste pago todo su karma. – Reí con mala cara y me preguntó – ¿y cómo no te diste cuenta que era un chico? Ni que Sakura fuera tan plana.
– ¡Aja! ¡Eso mismo le dije! – grito Kiba señalándome.
– Ya baja la pata – palmee su mano, riéndome.
– La que te espera, Sasuke te va a poner en su lista negra – agrego nuestro gordito, Chouji – Yo que tú, me cuido el culito.
Y todos estallamos en risas. ¿Cómo que lista negra? Eso suena muy infantil, sobretodo viniendo de Sasuke, con lo seriecito que es.
Salimos de la universidad riéndonos, con cada cosa. Hasta me dijeron que considerara la idea de irme a argentina a casarme con Sasuke. ¡Si! Cada pendejada que hablábamos, me hacía reír aún más. Me reí a carcajadas, hasta que nuestro pintor volteo su cuaderno de pintura, y era... ¡Yo besando a Sasuke!
– ¡Agárrenme! ¡Voy a romper ese cuaderno! – y de paso a su dueño.
.
De pronto unos chicos, ¿chicos? quise decir malandros, caminaban en nuestra dirección, y específicamente, uno con cara de rata y con cuerpo de mole, quien espeto fuerte y amedrentador.
– ¡Hey! Tú, cara de perro.
Sabía a quién se refería, a Kiba, no hay que ser genios. Esos chicos lo tenían en la mira desde que se iban acercando.
Escuché un susurro de Kiba – Por la conc...
– Me debes una grande y aún estoy esperando mi paga, perro conchudo – alzó la voz dirigiéndose a Kiba, sin importar que estemos en la puerta de la Universidad ¡Por dios!
– ¡Ey, bro! C–Calma... lo podemos solucionar en otro lugar – Kiba se acercó apresuradamente a ellos dejándonos atrás y tartamudeaba con preocupación. ¿Qué ha hecho para que este tan nervioso? ¡Y más aún! para que se haya metido con ese grupillo de malechores.
Entre todos nos miramos, nos acercamos desafiándolos con la mirada, podemos parecer un grupillo de estudiantes simplones y algo ridículos, lo último gracias a la vestimenta del teletuvi de Lee.
Me detuve frente a él, y si, podrá ser una masa llena de testosterona, pero no me intimidaba ni un poquito. Y que ni me subestimara, que soy más de lo que aparento.
– ¡¿Quién eres y que quieres con mi amigo? Y además .. ¿Cómo osas llamarlo "perro conchudo"? – En todo este tiempo que conozco a mi amigo, nunca había sido conchudo, siempre me paga a tiempo.
–No te metas, o te esperará lo mismo que al chucho – miró a nuestro grupo, uno por uno y solo bufo divertido – lo mismo va para los otros.
Su grupo de cinco personas pareciera estar esperando tan solo un movimiento para atacarnos, algunos de ellos tenían las manos dentro del pantalón ¿quién sabe qué sacarían de allí? Otros estaban ansiosos por empezar a pelear, se veía por la inquietud en sus manos y sus rostros de chuleria como si fuésemos presa fácil.
– Váyanse y no hagan que se enoje – exclamé firme y en serio que les hago un favor, si nuestra potencial asesina en serie, nuestra alma de ninja, nuestra próxima a ser la Viuda negra, nuestra Chun Li de Street Fighter, nuestra Arya Stark del grupo decide pelear, le va a llover un arsenal de armas ¡Sí! Me refiero a nuestra dulce Tenten.
El hombre al frente mío alzo una ceja y me barrio con la mirada, lanzando una estruendosa carcajada – Vayan a cambiarse los pañales y luego hablamos – dirigió su vista a mi amigo – ¡Chucho, ya paso el plazo!
Kiba me agarro el hombro y se puso delante de mí para hablar con el cara de rata – Te dije que me esperaras wey... vámonos a otro lado.
–¡Me estás viendo la cara de imbécil, sobestia, pedazo de porquería! – le espeto en la cara, con las venas salidas, el rostro enfurecido, en tan solo segundos y para sorpresa de nosotros, le dio un fuerte puñete en la mejilla derecha haciendo que caiga de golpe al piso.
Nadie se mete con mi amigo, y sale ileso, prepárense...
¡Esta mierda se va a prender!