Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La gran ola de Kanagawa por Bill Dean

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es una historia bastante tonta y aburrida a decir verdad, pero me gusta de alguna manera, me parece lindo establecerlo desde el punto de vista de un chico que no sabe poner sus palabras y su cabeza es un desastre, la manera en que se expresa... algo como eso. 

Notas del capitulo:

El comienzo de la carta es el inicio de la relación simple entre Uruha que es el remitente y Tanabe que es el destinatariol.

Aunque en un punto Uruha dejó de escirbir y comienza hacerlo después de que muchas cosas suceden en su "simple" relación. 

1

 

Estaba solo, pensando en las mil oportunidades que tenía pese a eso era demasiado tonto, esperaba tan sólo lo comprendieras, estaba cansado de tener miedo, de no decir claramente las cosas. Y me di cuenta con mirar el cielo a tu lado, verlo reflejado en tus ojos que ahí estaba mí verdad; mi mente es un cliché, sí, puede que lo sea, sin embargo no encuentro la manera correcta de decirlo, la metáfora no es mi fuerte, el verso una debilidad y la prosa no va por buen camino, no soy un buen redactor, tampoco soy un gran lector.

Dime qué ves fue lo primero que mencionaste en toda la noche.

Qué veo, veo que el cielo es como nosotros, Kai mi respuesta tal vez fue demasiado simple, aunque tuviera toda la verdad para mí.

 No lo entiendo, es oscuro, profundo, da miedo si me lo preguntas… aunque también es hermoso, es tan claro como oscuro esa manera de responder tan tuya, tan sincera y simple que lo piensas demasiado, que no por ti mismo que esa era la respuesta.  

 Estar siempre en la calle te hará daño es demasiada gente boba para ti, tonto. — Hice una pausa sólo por alargar el tiempo— es obvio, somos así, ¿nunca has notado que todo nuestro ser y pensamiento es igual al cielo?  sonreí tal cual tonto al verte, mis respuestas no eran coherentes, en realidad eran bastante estúpidas, pero quería que fueras tú él que ocupara el papel de tonto cuando no lo eras.

  Y ¿le tienes miedo a tus pensamientos? Es decir, ¿tienes miedo de ti?  era una de esas veces en las que tu rostro era una inocente muestra de expectación.  

 Sí,  tengo miedo a mis pensamientos, tengo miedo de mí, de mis deseos  ― pensé en tu manera de ser, ese modo tan inocente y puro que reflejabas  con un alma pícara y un toque de perversidad. 

Tienes razón, lo entiendo, somos tan incomprensibles porque nunca conocemos todo de nosotros mismos y está bien. 

Sí, está bien.

Pero significa afrontarte a ellos, a expresar lo que sientes porque el cielo se refleja en nuestros ojos y es ahí donde pertenecemos  te reíste con ganas, me reí contigo tonterías, digo tonterías, el sabiondo eres tú miré mi reflejo en tus ojos y parte del cielo en ellos, no, yo no era sabiondo ¿Algún día me dirás tus secretos? Soy tu amigo igual a  un hermano, por qué no ser algo más que las pupilas que te reflejan.volviste a reír, no lo decías en broma, te conocía lo suficiente para saber eso y yo desee decirte la verdad, aunque en ese momento riera.

En mi mente siempre se reproducía una de esas típicas conversaciones que manteníamos, confesando mi sentir de manera natural, como en una película vieja, tenía cierta manía con eso; estupidez, eso era lo que tenía en realidad. No quería algo común todas las historias de amor, no, en su mayoría tienen un patrón a seguir, cliché, tengo un complejo con el cliché, con o sin romanticismo pensaba decirte la verdad. ¿Miedo? Sí, tengo demasiado miedo, es inútil decir que no. Estoy harto de la COBARDÍA, no puedo ser un cobarde y tenerte de amigo. 

En el momento que leas esto procurare no estar presente, aquí no termina es obvio, faltan demasiadas cosas que desconozco del futuro, es sólo un horrible intento de carta para describir el  comienzo de esta historia en la que seguro me rechazas, ¿rechazo? Me siento demasiado tonto con esa palabra ¡Soy un hombre! sí, bueno al menos físicamente, pero no quiere decir que me comporte como una chica, en este punto te darás  cuenta que tengo demasiados complejos, ¿un complejo con el complejo?, es obvio que la comedia no es lo mío; en realidad, bien sabes tú, casi nada se me da bien, sin embargo a pesar de que mucha gente diga que está mal, amarte es una de las pocas cosas que sí se me da bien y está bien.                

Un plan. Las personas siempre tienen un plan, yo no, tengo demasiadas esperanzas en mi corazón y mente con su enorme capacidad de improvisación. Pensé en poner un título para que la lectura no resulte tan simple “Eres esa persona que nunca de los nunca será mía”, es temporal.

1           

     2                     

             3                  

              4

         5   

6…

Siete, siete, era el día siete, es un día de descanso, debo aclarar que comencé a contar desde lunes. El domingo se considera “el día de descanso” mi duda es si aplica para el alma y la mente también, no, la mente nunca descansa es cierto, tal vez me refiero a las emociones.   

― Estás perdido –– murmuraste con esa sonrisilla de burla.

–– Estoy perdido en los recuerdos –– dije pensando en el cielo estrellado de tus pupilas, tú eras mi cielo.

–– Estás enamorado –– volviste a sonreír aún más burlón.

–– Estoy enamorado –– te miré sin censura, decidí que te miraría de este modo aunque fuera sólo por ese día –– ¿Qué me dices tú?

–– Estoy enamorado –– admitiste, me brinco el corazón, de alguna manera el  amor se sentía en todo el cuerpo, el corazón parecía interesado en esforzarse por demostrarlo más –– sin embargo yo no soy el entrevistado, ese eres tú Kouyou o  ¿Uruha? ¿Era eso cierto?–– ambos sabíamos que ese apodo “no me gustaba” porque tú te reías cada que me llamabas así jurando que era verdad mi belleza y sólo me sentía herido, al ver mi cara de pocos amigos negaste con la cabeza.

Yo por en realidad pensaba en tonterías, no quería sentir el peso de las emociones que salieron cuando mencionaste que sí te gustaba alguien, aunque me imaginaba como era la chica que seguramente te gustaba, sabía bastante de tus gustos.

 –– ¿Quién es? O es un amor secreto. — Tu voz seria me sacó de mi alucine, aunque me gustaba cuando estabas serio porque en algún momento tus comisuras comenzarían a tirar hacia arriba y tus hoyuelos se verían… no fue el caso.

–– Era secreto –– ¿la voz podía sonar distante en la cabeza de uno? –– Es una tontería –– sonreí tímido decidido a ignorar el frio del cuerpo y el nudo del estómago.

–– ¿Quién es? –– tu sonrisa era demasiado falsa, pensaba en eso, no en qué la provocaba.         

–– Eres tu –– lo admití con lentitud, el miedo paraliza, me hace un idiota… sí, más de lo que soy; mis vagas alucinaciones de cuando esto sucediera se hicieron demasiado real, salió demasiado natural e incluso parecía mentira y lo odie porque fui demasiado sincero –– ¿Sabes? estuve pensando en meterme diez pastillas con sabor a manzana y besarte después de confesar que me enamoré de ti, lo leí en un libro, una chica comía manzana y después la besaban, fue su regalo de cumpleaños, no es mi cumpleaños, lo sé. ––  te reíste, no te partí la cara.

–– Mientes –– aseguraste con los ojos demasiado brillosos, por primera vez no te comprendí  con una mirada.

–– No lo hago, deja de reírte idiota Tanabe. 

–– Soy un idiota, tú eres un idiota la próxima no me llames por mi apodo especial, ahora seré sólo Tanabe –– sonreíste aún más, desee detestar tu rostro inocente y mente perversa–– ¿Por qué somos amigos?  

–– Porque somos idiotas, eres un idiota–– repetí desesperado comenzando a tirar de mi playera.

–– Y así te gusto –– ¡Maldito!

–– No soy estúpido, deja de jugar al chico genial que es un experto en el amor, es un cliché–– era pésimo para enojarme contigo y demasiado bueno para hacerlo conmigo mismo al grado de sentir caliente los ojos.

–– Tú y tus complejos con el cliché ––  la estúpida risa volvió a surgir –– nunca has besado ¿cierto?

–– Sabes la respuesta a eso, sólo pegue mis labios a los de otra persona ¿es eso un beso? –– en la vida sólo había tenido un novio, creí tontamente que las chicas me gustaban también, el problema era que no llegaba la adecuada, tú sabias eso, sin embargo me  equivoqué. Esa parte tú no la conocías.

–– No, no es un beso.

–– Deja de preguntar tonterías, no comprendo lo que dices, siempre lo hago aunque no seas claro con las palabras, hoy no puedo, creo saberlo y ¡Me confundes! –– lo dije parecido a  un grito enojado, frustrado, libre, triste, un poco feliz y desesperado.

–– Estoy enamorado de tus complejos, me enamore de ti y te comprendo… lo que dices lo comprendo y por todos los cielos lo que acabo de decir es igual a un cliché –– sonreíste de  nuevo, demasiada sinceridad y alegría en tu rostro; aquello que mi nublada vista y sentidos no notaban, aquel tono algo nervioso que no escuché de ti momentos antes, tus expresiones descompuestas entre el terror y la alegría que ignoré presa de ¿nervios? se hicieron presentes.

Sí, me quedé como estúpido viéndote.

–– Nunca me has dicho que te gustan los chicos –– te miré incrédulo, me miraste con admiración.

–– Es lo primero que dices después de observarme por minutos con la boca abierta, ¡Acerté! –– Ese día parecías estar demasiado alegre –– No te lo dije porque tienes complejos y no quería ser un complejo para ti, ni siquiera para ser uno importante retumbando en tu cabeza todo el maldito día, después fue un complejo para mí, eres mi amigo y creí que las chicas te gustaba ¿sabes? Después de que anduviste una semana con ese tipo llegaste a decirme “sólo estaba confundido, las niñas sí me gustan” ¿Qué esperabas que pensara?

–– Creí que llegaría la chica, una muy rocanrolera, me equivoqué –– Me reí no sé por qué — ¿y a qué venía lo del beso? — inquirí al recordar arrugando el ceño, porque en ese momento no había nada mejor que hacer aparte de preguntar pues en mi interior todo era un desastre.

 

––  Pues que mientras que tú nunca has besado, tu posible futuro novio ya ha besado chicas y…  chicos, los chicos besan exageradamente bien –– tu estúpido rostro lleno de satisfacción me toco la sonrisa, conocías excesivamente bien mi humor.

–– ¿Te han dicho que eres horrible? No sé cómo son capaces de besarte –– pregunté molesto.

–– No, así te gusto ¿cierto?, las chicas juran que soy un ángel encarnado, los chicos opinan que soy hermoso, no tienen problema para meter su lengua en mí boca.

–– Lamentable y cierto.

–– Me quieres más de lo que te gustaría ––  aseguraste jactante.    

–– No, no sabía que podría quererte de esta manera, así que no. 

–– Me desesperas –– arrugaste el ceño frustrado por no conseguir lo que querías. 

–– Y tú a mí, es mutuo –– me molestó el saber que en tus labios, en tu boca, habían estado otros, no porque sintiera que me pertenecías, era molesto ni siquiera sentía que eras mío.  

Era molesto porque yo no sabía besar, era molesto porque quería ser el primero en tu vida en muchos aspectos como tú lo eras en mi vida.

Mi imaginación siempre fue grandiosa, pero quise descubrir más, mentiría si digo “no supe quien se movió primero, sólo que nos besamos”, te desesperé, me desesperé, nos movimos juntos, yo no sabía besar, tu sí, la realidad era mil veces mejor que mi imaginación. El tiempo  corrió tomando un siglo por segundo, miles de segundos, el tiempo no era lo que presumía, el frío era un mal sueño, la comodidad nunca se sintió mejor, me embriagué de ti. Fui torpe, eso no importó. No escuché canto angelical, si no el eco de mis sueños que se consumían y pude sentir la libertad, me sentí con el poder suficiente para hacerlo todo, descubrí por un momento el interior de nuestras almas. Por primera vez no existían complejos, la devoción tenía cabida entre tus labios, ¿volé? sí volé, era mejor que un beso de manzana, era más dulce y suave que un algodón de azúcar, su sonido inundó mi interior.

–– Es posible que el deseo me estuviera consumiendo –– sonreí a medias, eran emociones diversas y ninguna estaba cómoda con la actitud que tomaba.  

–– Sabes a manzana –– reí al escucharte, era mentira, antes habíamos estado con paletas. 

–– Tu sabes a dulce –– la sangre debería aprender a seguir su curso en vez de subir a las mejillas.

No dijiste nada, el silencio en realidad me ponía impaciente, parecerá tonto y sí, lo es, me pellizque. Estabas demasiado risueño y yo muy incrédulo. Decidí dejar la incredulidad. 

[«Llegado a este punto, me doy cuenta que debí seguir escribiendo día con día, no detenerme para continuar después de mucho tiempo, creí que no habría un final, me equivoqué y cuando me dispuse a retomar la historia ocurrió lo impensable. Duele, he llegado a descubrir que las personas son felices sin embargo una parte de ellas duele, no aseguro que todas, muchas lo superan, y hay unos pocos que, al igual que yo, prefieren recordarlo diariamente por que ha dejado una huella igual de importante que la felicidad, porque de la alegría viene el sufrimiento y una sin la otra no son nada »]

–– Entonces ¿qué somos? –– Veías mis ojos con intensidad –– Señorito, he venido ante su presencia, antes que nada disculpa mi falta de cortesía obsequio alguno no le traje, empero, he traído lo que ha mi noble parecer es aún más valioso, mis sentimientos le pertenecen si así lo desea –– fue una perfecta reverencia con pésima actuación.    

–– Yo… los quiero todos para mi… creo –– fue algo pedante de mi parte, yo estaba feliz, la felicidad era tanta que terminaba escapando de maneras extrañas, una de esas pocas veces que no se olvidan, permanecen intactas –– y tú, tú debes aceptar los míos — ordené con el ceño arrugado.

–– No esperes que no lo haga, callé mucho tiempo––  mordisqueaste tu labio superior cerca de la comisura, esa era una de tus tantas manías––   Mañana vamos a la noria, te enseñaré a besar, no eres el mejor besador ni un fiasco –– la forma en que decía ciertas cosas me hacían escéptico ante una probable inteligencia dentro de ti.

–– Desgraciado. –– nunca volveré a sonreír como contigo.

–– Vamos a algún lugar esta noche ¿sí?

–– ¿Pensabas cancelar lo que teníamos planeado, Yutaka? –– Levanté una ceja –– eso sigue en pie, justo ahora aún más.

–– ¡Oh! No lo dije antes, pensaba cancelar. A veces yo también me deprimo, perdería un día a tu lado, pero no estaba muy seguro de soportarlo, te lo dije, creaste un complejo.   

–– Sueles mentir también suelo dudar.

–– A ti no, casi nunca –– Jamás una persona contemplará a otra siendo tan sincera, lo tuyo no era mentirme.

Pocas noches son como aquella, tú eras todo en mi mente,  eras todo de mí mismo, en una inocencia que se perdía, el futuro relato de la noche eterna, fuimos ingenuos, me lamenté por el constante “me, mí, yo” en la narración de mi cabeza, es la historia de este soñador con complejos así que no hay mucho por hacer.

Corrimos en la profundidad de la noche huyendo de monstruos imaginarios, reímos bailando, rompimos algunas normas, empujamos a la gente en un vaivén de divertidas ideas, me ensañaste a besar y estuvo bien, estuvo bien, sí lo estuvo; duele recordar, una noche bastó, sentíamos el mundo tan nuestro bajo los pies que podíamos hacer todo, tuvimos miedo y algo de incredulidad, demasiado jóvenes para creer que todo ello era verdad.  

Fue cierto “La primera noche eterna y maravillosa de muchas que deparaban el futuro”, Nadé en un océano de sorpresas, aventuras, sentimientos, sufrimientos y bellas ilusiones. Nadé a tu lado, me cambiaste, me hice mejor en muchos aspectos, cometimos el error más grande, nos equivocamos de camino cada uno por su lado, no juntos, perdimos la realidad que creamos,  perdió la credibilidad en el “yo mismo”. 

Describiría cada día a tu lado o todos los que considero más importantes, no lo haré,  daré algunos que guardan grandes sentimientos, una parte importante de mí. Sólo tú recodaras aquellos días, eso es lo que quiero, que sea nuestro.                                                               

Notas finales:

Espero no sea tan aburrido como creo que es, recalco de alguna manera me gusta, tal vez porque le invertí tiempo y unas pocas neuronas. 

 

Gracias por leer /inserte corazones bine jotos y llenos de cariño. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).