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Conversación nocturna por BlackPhilip

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Notas del capitulo:

Este es mi primer fanfic terminado en este fandom. 

En realidad es muy malo, lo escribí a las 4 de la mañana escuchando canciones de Cher y comiendo Skittles, así que posiblemente carece de sentido.

La personalidad de los personajes son de mi cosecha pero ninguno de ellos me pertenecen. 

Asi que, Ooc advertido. 

PD: Tal vez vean por ahí otra entrada de este fanfic, tardé mucho en subirlo porque olvide como hacerlo. Si lo ven, me saludan ♥

(ESTE SOLO ES UN INTENTO, no tiene sentido ni coherencia y no lo tomo en cuenta pero se me hizo mala leche no subirlo xd)

(Por cierto, tampoco esta corregido ortograficamente, por lo que hay muchos errores por ahí <3 )

Los pasillos se encontraban vacíos para esa hora. La nocturna luz que se asomaba por las ventanas no era suficiente para alumbrar las paredes. En medio de estos eternos pasillos se podía ver la figura de un cardenal, solitario en la penumbra, ninguna otra alma deambulaba por ahí a esas horas de la madrugada. Pero Copia solo estaba presente físicamente, pues estaba totalmente atrapado en sus pensamientos. Desde hacía un par de horas no era capaz de conciliar el sueño, así que decidió hacer una pequeña caminata nocturna para aclarar sus ideas. Claro que eso no había funcionado, así que su segunda opción fue mirar al vació allá afuera, pero ni siquiera la luz opaca de la luna pudo darle la calma que buscaba. El frió se colaba entre la seda negra de su pijama, estaba nevando afuera y el frágil vidrio no pudo impedir que la baja temperatura se colara en el edificio. Aún así, el cardenal se mantenía firme en medio de la negrura, pues sabia que ni el cálido fuego de su chimenea podría consolarlo en ese momento.

Y lo que ahuyentaba su sueño no eran más que sus propias inseguridades. A decir verdad, el cardenal Copia no sabia que esperar del futuro, dentro de poco partiría a su primer tour. El primer tour liderado por alguien ajeno al linaje de Nihil. Claro que estaba satisfecho consigo mismo, su largo trabajo en el clero por fin estaba siendo recompensado, pero su propia ansiedad dificultaba las cosas. El nunca fue un sujeto inseguro, al contrario, siempre estuvo orgulloso de si mismo que hasta caía en lo soberbio. Entonces, ¿Por qué ahora tenia esa incertidumbre?

Dejó salir un pesado suspiro, observando el vaho salir de su boca, la temperatura descendía con cada minuto que pasaba ahí pero no podía desprenderse de su lugar. Por fin apartó la mirada de la ventana y observó el lado izquierdo del pasillo, por donde vino. No había nadie alrededor y posiblemente no lo habría hasta las siguientes horas.

Gracias a la oscuridad, pudo imaginar con facilidad los escenarios que pisará, los mismos escenarios que los los papas pisaron, ¿Pero sera tan bueno como ellos? ¿Tendrá el mismo carisma? ¿Enamorara al público de la misma manera en que ellos lo hicieron? ¿En realidad era lo suficientemente bueno para repartir el mensaje de libertinaje por todo el mundo?

Emeritus III tenia esa aura sexual que atraía tanto mujeres como hombres a su iglesia. Emeritus II tenia una presencia y mirada que reflejaba dominio entre los seguidores de Lucifer. ¿El? Tenia sus cualidades, claro, pero no estaba seguro de que pudieran competir. Cerró los ojos, respirando con calma. No sabia de donde venían esas ideas. Claro que podía cautivar al mundo, no era solo un simple hombre, era el cardenal Copia, se ganó su lugar entre los seguidores del señor de la oscuridad. Poseía toda la naturaleza de un líder, ¿O no?, por alguna razón fue escogido para ser el próximo líder.

¿Pero si decepciona a todos?

- No estas pensando con claridad, Copia - Murmuró para si mismo, rompiendo el silencio que hasta hace un segundo gobernada en el lugar.

Se llevó una mano a la cabeza. Necesitaba dormir de una vez pero sabia que no lo lograría así. Abrió los ojos con cansancio, volviendo a ver las oscuras paredes, pero vio por el rabillo del ojo una silueta ajena a el que lo obligó a voltear.

Sintió como su cuerpo daba un fuerte sobresalto, al igual que su corazón. Entre la oscuridad se encontraba un ghoul, observándolo tras esa enigmática mascara que su especie especie esta obligada a usar. El demonio permaneció en silencio, firme, viéndolo con unos grandes y brillantes ojos. Copia nunca había estado familiarizado con esos demonios, claro que los veía ir y venir por toda la iglesia, y cruzaba palabras con algunos una que otra vez, pero nunca los sintió como verdaderos confidentes o algo más que solo criaturillas que iban detrás de los papas. Incluso ahora que estaba a semanas de empezar el tour, no divisaba una gran relación con esos seres. Se percató de que aquel ghoul seguía viéndolo, estático en un solo lugar de manera que no parecía real. De no ser por la cola del demonio que se mecía suavemente hubiese pensado que solo se trataba de alguna extraña figura acartonada. Copia estaba apunto de decir algo, pero apenas abrió la boca, la voz del demonio sonó en el lúgubre lugar.

- Hace mucho frió para usar una pijama de seda - La voz del ghoul era un sonido susurrante y casi dulce - Quiero decir... - Comenzó otra vez - Es una linda pijama, yo también la usaría todo el año.

Copia solo asintió, sin saber que responder, quizá aunque sea debía darle una sonrisa pero de alguna manera se sentía molesto, sentía su "calma" interrumpida. Volvió a ver por la ventana a esperar que el ghoul siguiera su camino.

- ¿Sabia que la seda es una secreción proteínica hecha por insectos como las arañas? - Volvió a hablar el ghoul.

Esta vez, la criatura comenzó a caminar al rededor, para terminar al lado del cardenal.

- Bien. Gracias por el dato - Contestó Copia secamente. Nunca hablaba más de un minuto con un ghoul y ciertamente no quería empezar hoy.

- Si, lo leí en un libro.

Nuevamente el cardenal solo asintió, empezando a sentirse algo incomodo.

- Soy Special, por cierto - Al decir esto, el ghoul levantó su mano para un saludo cordial.

Copia miró la mano del demonio un segundo y creyó ver algo parecido a sangre seca en las largas y afiladas uñas de este. No podía estar completamente seguro por la poca luz, pero para no arriesgarse a tocar lo que sea que manchaba al demonio, correspondió al saludo a medias, pues solo tocó al contrario con las puntas de sus dedos y los movió de arriba a abajo en un muy incomodo saludo.

- Si... eh-... Se quien eres... Te he visto... Haciendo lo tuyo - Mintió el cardenal.

- ¿En serio? - Preguntó Special con cierta emoción.

- Algo así - Respondió Copia en un murmuro seco.

- ¿Que hace a estas horas, cardenal? Podría resfriarse o tropezarse y lastimarse.

- Solo quería despejar un poco mi mente...

- Bueno, pudo abrigarse más, digo... Por el clima... Ya sabe, mucho frió... - Comentó Special por partes.

El cardenal supuso que ese molesto titubeo era buena señal. El ghoul no encontraría nada más que decir y se largaría por donde vino. Esas criaturas siempre le crispaban los nervios, si, algunos de ellos eran músicos increíbles, inteligentes, tipos agradables y todo eso, pero aun así mantenía cierta distancia de ellos. Le dio a este una hojeada rápida a su aspecto. En realidad lucía como cualquier otro ghoul, aunque las valencianas de su pantalón negro y zapatos parecían cubiertos de lodo, su cola se movia de un lado a otro con suavidad, la mascara plateada era idéntica a la de todos los ejemplares machos. Pero los ojos de este eran algo que sobresalía de lo normal. Eran de color verde, un hermoso verde jade, tan abiertos que le daban un aire infantil a su mirada, casi demasiado inocente para pertenecer a un ser de la oscuridad. Sin darse cuenta, Copia estaba absorto en esa unica mirada. Se preguntaba si alguna vez había visto semejante esplendor en un par de ojos.

- Perdón si me tomo esta confianza pero... Es genial que usted se convertirá en nuestro nuevo líder. No puedo esperar a ver los asombrosos rituales que celebrara junto a los ghouls - La voz de Special lo trajo a la realidad, y por la manera en que sus ojos se entrecerraban ligeramente supo que bajo la mascara estaba sonriendo - Debe sentirse muy emocionado.

Y ante ese ultimo comentario, Copia volvió a su postura anterior.

- Si. Emocionante.

- Miles de personas de todo el mundo viajaran para verlo - La voz del chico se volvía más conmovida y soñadora conforme más hablaba del tema - Esparcir el mensaje de nuestra iglesia, cantarle al libre albedrío, tener un lugar al lado de nuestros papas. Lo felicito mucho, cardenal.

- ¿Tanto te emociona? - Preguntó Copia con desdén. Claro que a el lo emocionó tanto como a Special hace un par de días, pero ahora no estaba seguro - Tal vez deberías ir tu.

- ¿En serio lo cree? - Preguntó Special, emocionado como un niño y sin captar malicia alguna en el comentario del cardenal.

- Por supuesto, eres la clase de ghoul que buscamos - Siguió el hombre con un tono sarcástico.

- Nada me haría más feliz que eso - Parecía que sus ojos no podrían brillar más.

- Bien. ¿Que te parece si tomas mi lugar? ¿Si, cardenal Special?

- ¿Qué?

- Vamos, apuesto que tienes mucho que decirle al mundo. Estas de suerte, puedes liderar al grupo, y no se, usar mi sotana roja.

- No se burle de mi, por favor - Dijo Special, perdiendo toda la dicha en su voz.

- Oh, ¿Que ocurre, amigo? Pensé que esparcir el mensaje de Lucifer era tan importante para ti.

Special no respondió, bajó la mirada y frotó su brazo derecho avergonzado.

- Deberías venir con nosotros - Siguió Copia - Podríamos necesitar a alguien para, no se, tal vez-

- Fui traído a la tierra para una misión, no para ser el blanco de un chiste.

- Oh, ¿Y cual es esa misión?

- Honrar a mi Señor de otras maneras.

- Jamás pensé que los ghouls fueran tan devotos.

- Lo somos, algunos más que otros.

Copia solo asintió desinteresado. Se cruzó de brazos, el frió del pasillo ya empezaba a apoderarse de el.

- ¿Por qué esta de mal humor, cardenal? - Cuestionó el demonio, captando la atención del mencionado.

- No estoy de mal humor.

- Usted fue cruel conmigo hace un minuto, pero se que no es algo que haría normalmente, así que debe estar un mal momento ahora.

- ¿Como sabes que es algo que no haría?

- Porque usted es un buen hombre.

El cardenal bufó. Aquel demonio era extraño. Claro que era lo que hacia normalmente, los ghouls no eran completamente de su agrado y aquel comenzaba a irritarlo, parecía no captar el mensaje de que se fuera. Pero por otro lado, ¿Podia culparlo? Parecía la clase de ghoul que es molestado por sus otros compañeros más experimentados. El chico solo trataba de ser amigable, y tenia razón, no estaba en su mejor momento.

- Si, estoy un poco malhumorado. Solo necesito un poco de silencio, ¿Si? Bien.

Miró a la ventana, perdiéndose en los pequeños copos de nieve que caían afuera. Poco a poco estos empezaban a empapar las ventanas.

- Cuando era más joven, me perdí en una tormenta invernal. Me tomó 3 meses volver.

Copia rodó sus ojos y miró a Special con un gesto de: "¿Qué acabo de pedirte?". Pero el demonio no lo notó y siguió contando su anécdota, y el humano supo que no iba a callarse pronto.

- ¿Cuando pasó eso? - Preguntó Copia resignándose se a conversar con el chico.

- No recuerdo bien. Fue mucho antes de que usted se uniera a la iglesia. Incluso puede que antes que naciera.

El cardenal solo soltó un pequeño: oh. Sabia que un ghoul podía vivir hasta 300 años, así que no preguntó más. Ellos estuvieron ahí antes que el. Aun así notaba que ese demonio era mucho más joven que el resto.

- ¿Sabe? Hablar con usted es más sencillo de lo que los ghouls dicen.

Y esto, sin querer, captó completamente la atención del cardenal.

- ¿Qué es lo que los ghouls dicen? - Preguntó sutilmente.

- Nada importante.

- Vamos, Special, dime.

El ghoul sintió una sensación singular al oír al cardenal decir su nombre, y lo demostró oscilando su cola con un poco más de jovialidad.

- Bueno... a ellos no les agrada mucho - Comenzó el ghoul un poco nervioso - Dicen que usted es una persona desagradable.

Esto golpeó un poco el orgullo del hombre. Y ciertamente no era de mucha ayuda en ese momento.

- ¿Desagradable?

- Cardenal, no creo que sea necesario que-

- No, vamos, continua - Interrumpió Copia.

- Dicen que es ridículo - El ghoul bajó la voz en la ultima palabra - Pero yo no creo que usted sea-

- ¿Ridículo como?

- No lo se, Cardenal ellos solo-

- ¿Qué más? - Volvió a interrumpir.

- Que su recámara es un nido de ratas... literal... y siempre que se acercan por ahí escuchan los chillidos de estas...

- ¿Qué más dicen de mis ratas? - Esta vez Copia preguntó con más enojo. ¿Qué se creían esos seres rastreros?

- En realidad los ghouls no hablan mucho de sus mascotas, cardenal, ellos hablan más sobre su comportamiento hacia ellos.

Ante eso, el hombre se calmó un poco, respiró lenta y calmadamente. El ghoul no habló por unos segundos, reflejando confusión en sus ojos. Finalmente Copia solo asintió, en realidad la opinión de los ghouls no afectaría tanto su triunfo (o fracaso) en el escenario, no necesitaba la aceptación de ellos sino del publico. Además, sabía que ni siquiera los hermanos Emeritus habían podido controlar en su totalidad las lenguas de esas criaturas.

- Quienes más hablan de sus ratas son las hermanas...

La seguridad del cardenal se sintió ligeramente magullada ante ese nuevo comentario pues la opinión de las hermanas empezaba a importar.

- ¿Qué es lo que dicen?

- Dicen que es un hombre muy interesante - Respondió el demonio tratando de restar importancia a lo que dijo segundos antes

- Sobre mis animales - Especificó Copia.

Luego de un largo silencio, Special se animó a responder

- Que es algo asqueroso que mantenga esa clase de animales sucios, pueden contraer enfermedades y... son realmente repulsivas.

Hubo otro largo silencio. Algo en Copia se sintió realmente herido. Podrían hablar mal de el, ¿que le importaba? Tanto ghouls como hermanas y otros miembros del clero, lo superaría, ¿pero de sus ratas? Lo sentía como un golpe muy bajo. Los demás simplemente no podían comprender el amor que le tenia a esos pequeños seres. No entendía porque amaban a los demás roedores pero no a las ratas. Copia ya no respondió ni insistió en el tema. Dejó de mirar al ghoul y bajó la mirada al piso. Se sentía completamente inseguro y lo odiaba. El no era esa clase de persona. La vergüenza y la pena no eran parte de su vocabulario, hacía lo que quería y lo hacía con estilo. Pero por ahora no lo percibía como tal.

Largos minutos de silencio siguieron después. Ninguno de los dos dijo nada, Copia no se sentía de ánimos para hablar y Special se creía culpable por haber contado lo que escuchaba. Aun así, no se apartó de su lado. El silencio se hizo tan grande que casi podían escuchar el sonido del gélido viento allá afuera. Ambos miraban por la ventana, el cielo era tan denso como para dejar entrar la luz lunar.

El ghoul podía sentir como el cuerpo del humano empezaba a tiritar por el frío. No sabia que hacer, no encontraba algo bueno que decir pero tampoco quiso irse. Un tema trivial vino a su cabeza pero cuando estaba a punto de hablar, el cardenal se agachó. Antes de que Special pudiera preguntar que ocurría vio al hombre sentarse en el suelo, con sus piernas extendidas y la mirada puesto en el techo, que para esa hora no parecía más que un abismo negro. El ghoul decidió no dejarlo solo en su momento de derrota. Se unió a Copia en el suelo, sentándose a su lado, cruzando sus piernas y viendo a un punto aleatorio en la pared. Se quedaron así por unos 10 minutos, sin hablar. Special miró al cardenal fijamente hasta que este correspondió su mirada. Pasaron así otros 2 minutos, observándose sin más hasta que una vez más el demonio reanudó la conversación

- Creo que es muy lindo que cuide ratas. Cualquiera puede amar a un perro o a un gato pero se necesita valor para amar a las ratas - Comentó Special despacio - No porque sean feas o algo así, no tengo nada en contra de ellas, solo...

Pero sus palabras se perdieron entre las paredes pues no hubo respuesta. La respiración calmada del cardenal era lo único con vida en los pasillos a oscuras. Special había dejado de verlo hace rato y después de otra tanda de minutos realmente creyó que el hombre se había quedado dormido, pero la voz de este lo despertó del silencio.

- Realmente es una mierda...- Murmuró Copia con voz anodina.

- ¿Qué cosa?

- Soy la mano derecha de Papa Nihil, el cardenal, ¿Sabes lo que significa eso? - Miró al ghoul negar ligeramente - Significa que soy tu jefe. Haré rituales por toda Europa, Asia, América. Bien podrías empezar a llamarme Papa Copia porque sin dudas lo seré. En este momento yo debería estar celebrando con licores y música y mujeres hermosas. Debería estar cogiendo con esas mujeres hermosas. Pero en lugar de eso estoy aquí, congelándome el trasero en un rincón hablando con un ghoul cualquiera. Y todo porque mi maldita cabeza no puede asimilar nada de esto.

Special escuchó todo con atención. No sabia que decir ante eso. Sintió algo de decepción al ver que el cardenal no disfrutaba su compañía tanto como el demonio disfrutaba la de el.

- Lo siento... - Fue lo único que atinó a decir.

- No es tu culpa - Respondió Copia secamente.

- ¿Quiere que lo llame Papa Copia desde ahora?

Copia soltó una amarga carcajada.

- Puedo asegurarte que seras el único que me llamará así. No seré más que un bufón para los miembros de esta iglesia.

- ¡Por supuesto que no! - Exclamó Special, alzando un poco su suave voz - Usted es un gran hombre y será un buen líder. Todos lo amaran y... Todos caerán bajo su encanto.

- Special. - Empezó Copia - Aprecio lo que intentas hacer, de verdad. Pero no hay forma que me gane el amor de esta gente de la misma forma que Emeritus III lo hizo.

- ¡Claro que si! Tiene un gran ritmo y aportará algo nuevo a la banda. Hablando de eso, ¿adivine que?

Copia no respondió pero miró al ghoul esperando a que continuara.

- ¡Los ghouls músicos no han dicho nada malo de usted! Es un gran comienzo.

El hombre solo sonrió un poco. La primera vez que lo hacía con sinceridad esa noche.

- ¿Los mismos ghouls que dijeron que soy desagradable y ridículo?

- ¿Que importa lo que digan un grupo de ghouls o de hermanas? ¡Usted es el cardenal Copia! Y todos creemos que es increíble que por primera vez alguien fuera de la línea de sangre tome el poder.

- Si, yo también pienso que es increíble.

- Tiene mucho carisma y... para muchos es usted muy atractivo. Y no solo lo digo porque si, las hermanas y hermanos han hablado de su buen parecer. El publico morirá por usted. Será grandioso.

Para entonces, Copia ya no apartaba la vista del ghoul.

- Y viajara a Europa, America, Asia, ¡Tal vez a la Antártida!

- Es imposible tocar en la Antártida - Dijo, soltando una risa ante la idea

- ¡Claro que no! ¡No para usted! - Prorrumpió el demonio.

- No, Special. Es imposible.

- Oh, vamos. ¿Por que lo dice?

- Porque el frío nos mataría antes de darnos cuenta, ademas, ¿Para quienes tocaríamos? ¿Para los pingüinos?

- ¿Pingüinos? - Repitió Special - ¿Por qué pingüinos?

- Porque es la Antártida.

- No puede hacer un ritual para pingüinos, cardenal, eso suena como algo muy tonto.

- Si, también ir a la Antártida - Comentó Copia con una sonrisa, pero vio como el ghoul miraba a otras direcciones como síntoma de confusión - Europa, Asia y América, dejémoslo así.

- Mire, todos nuestros Papas han tenido algo que los diferencia y los vuelve únicos - Dijo Special en un tono más calmado - No puede compararse con ellos porque jamás será igual, porque usted tendrá sus propias virtudes.

Para Copia, normalmente eso parecería sacado de algún libro de auto ayuda barato, pero en ese momento le sonaba como el mayor secreto del universo. Poco a poco las cosas cuadraban más en su cabeza, por algo fue elegido, algo vieron en el, solo necesitaba descubrir que era y usarlo a su favor. Por primera vez en la noche recuperó algo de su antigua confianza.

- Los humanos se sentirán subyugados con su sola presencia.

- Tal vez no sea para tanto.

- Por supuesto que si. Si le soy honesto, nunca fue capaz de hablar con usted porque me sentía intimidado por su porte elegante - Susurró Special como si se tratara de un gran secreto.

Copia no dio contestación a eso. En lugar, mantuvo su mirada fija en los verdes ojos del contrario que ahora tenían una expresión sedosa. Ese par de jades que seguían llamando tanto su atención.

- Y... yo también pienso que es muy apuesto - Esto fue dicho en un susurro más suave.

- Bueno, Special, si te quitaras esa mascara apuesto que diría lo mismo de ti

El ghoul abrió ligeramente los ojos, como si realmente no se esperaba ese último comentario. Se apartó un poco y soltó una pequeña risilla nerviosa mientras su cola se movía un poco más brusco. El cardenal no podía verlo, pero bajo la plateada mascara el demonio podía sentir un ligero sonrojo. Y el sonido de esa pequeña risa fue una de las cosas más autenticas que el cardenal había escuchado en toda su vida. Special carraspeó un poco volviendo a mirar a Copia con unos ojos que delataban una sonrisa.

Poco a poco, el hombre empezó a notar una calma que le transmitía ese ghoul, sabia que solo decía toda esa basura para animarlo, pero funcionaba, estaba subiendo su animo, y tal vez un poco su ego. Vio como la mano de Special empezaba a moverse nerviosamente hacia la suya. Cuando finalmente se unen, el ghoul apretó ligeramente la mano del otro.

- Cualquier ghoul sería afortunado de tocar con usted.

- ¿Eso crees?

- Claro. Tener a alguien tan responsable y perspicaz como usted como líder, suena increíble.

- Bueno, veremos que piensan los demás.

- Todo saldrá perfecto - Animó el ghoul - Tal vez no pueda estar presente pero lo estaré apoyando desde aquí. Cuando usted cante, yo también cantaré. No me perderé ninguno de sus rituales, lo prometo.

- Te lo agradezco...

Mantuvieron sus manos unidas un rato más. Se sentía agradable. Al menos Copia ya tenia un fiel seguidor, uno con una mirada que le transmitía paz. Le parecía que ahora le sería imposible olvidarlos. Mientras sus dedos jugueteaban con la mano del otro recordó como le negó el saludo al ghoul cuando este se presentó, y claro, recordó el motivo.

- Special - Llamó Copia.

El demonio respondió con un sonido.

- ¿Es sangre lo de tus manos? - Preguntó sin soltarle.

- Oh, si. Sangre seca.

- ¿Por qué hay sangre seca en tus manos?

- Aproveché la noche para ir a cazar - Respondió Special con simpleza.

- ¿Cazar? ¿De que-

- No había mucho, supongo que por el frió, pero pude atrapar una ardilla.

- ¿Y qué hiciste con ella?

- Me la comí.

El aura apacible, tal vez incluso cautivador, se sintió rota ante esa respuesta. Copia empezó a separar su mano lentamente hasta romper el contacto e involuntariamente empezó a limpiarla contra la tela de su pantalón. No tenia idea de que los ghouls cazaban animales silvestres o que comían carne cruda de esa manera.

- Una vez atrapé a un zorro. Le prometo que le traeré uno la próxima vez que salga.

- No, por favor, no hagas eso - Se apresuró a responder - No es necesario, créeme.

Special solo asintió, comenzando a tallar con sus dedos la sangre seca de sus uñas.

- Fuiste una compañía sorpresivamente agradable pero debo regresar a mi recámara ahora o moriré de pulmonía - Dijo el humano, comenzando a ponerse de pie.

El de la mascara lo siguió levantándose del suelo. El humano iba a empezar a despedirse cuando el ghoul se ofreció a acompañarlo con la excusa de: "es muy tarde y podría ser peligroso para usted ir solo". Caminaron por la oscuridad, guiándose por la poca luz de la ventana. El sonido de sus voces conversando en la nada razonaban por las altas paredes. Nadie, ni siquiera un ghoul pasaba por ahí. Poco a poco se acercaron a los pasillos iluminados y Copia casi lamentaba el hecho de que se estuvieran acercando a su destino. Pero finalmente ocurrió. La puerta estaba frente a ellos.

- Bueno, Cardenal, fue un gran honor poder conversar con usted. Que descanse - Se despidió el demonio.

Copia asintió viendo a Special darse la vuelta y comenzar a avanzar hacia al fondo del pasillo.

- Special - Lo llamó antes de que fuera más lejos, y continuó cuando captó la atención del nombrado - ¿Quieres entrar un rato?

- Me gustaría - Respondió Special luego de unos segundos pensando - Pero ya es tarde y debe descansar.

- Vamos. No dormiré de todos modos.

El cardenal giró la perilla de la puerta y entró al cuarto, prendiendo las luces y escuchando los pasos del otro acercándose. Cuando ambos estuvieron dentro cerró la puerta. Le señaló al invitado el pequeño sofá aterciopelado que estaba en el centro. El demonio se sentó, un poco incomodo, pues era su primera vez en un cuarto ajeno, en especial en uno mucho más elegante que el suyo. Escuchó al cardenal ofreciéndole algo pero negó y pronto sintió la presencia de este a su lado. Quería voltear a los lados para ver pero sabia que sería algo muy grosero, así que se conformó con mirar el piso. Todo parecía caro, se sentía apenado por llevar la ropa tan desarreglada debido a su pequeña cacería nocturna. Pronto, en una esquina, reconoció unas pequeñas figuras oscuras moviéndose, y en cuanto las vio correr por ahí identificó lo que eran.

- ¿Esas son suyas? - Preguntó el ghoul, señalando a las ratas.

- Si, lo son. ¿Te molestan? Puedo meterlas en sus jaulas.

- No, no, esta bien. Supongo que se sienten más cómodas explorando libremente.

Copia se levantó, acercándose a la pequeña chimenea frente al sofá. Colocó un poco de leña y encendió una ligera llama. El humano regresó al sofá, esperando el calor de la lumbre, pero esta vez se sentó más cerca del ghoul, detalle que no pasó desapercibido por el chico. El chasquido de la leña relajaba el ambiente. Special dirigió su mirada a Copia, sorprendiéndose un poco al notar que este también lo miraba. Apoyaba su cabeza sobre su mano, y su otra mano descansaba sobre su pierna. Special intentó ponerse más cómodo, pero no lo lograba, pues no quería arruinar algo.

- Antes tenia un gato - Dijo Special, tratando de reanimar la conversación - Lo llamé Sonny. Su pelaje era amarillo.

- ¿En serio?

- Solía acompañarme a cazar.

- ¿Qué pasó con el?

- Un ghoul se lo comió. Yo me molesté y todos creyeron que fue porque era mi presa. Pero no fue por eso, fue porque era mi amigo.

- Lamento escuchar eso - Dijo, colocando una mano sobre el hombro del otro, lo que le causó a Special algo similar a un escalofrío.

- Yo no dejaré que nadie se coma a sus ratas.

- Eres un buen ghoul, Special

Special sonrió al escuchar el halago e iba a hablar mas sobre su gato cuando vio que el cardenal se acercó aún más a el, quedando a pocos centímetros de el. Pronto empezó a sentir calor en todo su rostro, sus manos sudaban ligeramente y su ritmo cardíaco aumentaba. Su garganta se sentía seca y se sentía muy nervioso para mirarlo a los ojos. Pero era un buen sentimiento. No era esa clase de ansiedad que le daba cuando le pedían recitar complicadas oraciones o cuando debía cantar en los coros. Era un nerviosismo agradable, no sabia explicarlo, sentir la cercanía del otro lo hacía sentir como si se derritiera.

- ¿P-Puedo volver a ser honesto con usted? - Pregunto Special, tartamudeando un poco. Al escuchar la afirmativa del otro continuó - Siempre que puedo lo observo. Si camina a la oficina de la Hermana, en los rituales, cuando va a ensayar...

- ¿Debería acusarte de acoso, Special? - Preguntó Copia en un tono burlón.

- N-No, yo solo-

- ¿Cuanto tiempo llevabas entre las sombras cuando te miré en el pasillo?

Special no contestó, solo volvió a abrir los ojos, y Copia pensó que no nunca podría tener suficiente de esa mirada.

- Vamos, Special, respondeme.

- M-Mucho tiempo - Susurró el ghoul.

- Lo sabia.

La cercanía era peligrosa, Special podía sentir el calor que emanaba del cuerpo del humano. Ninguno de los dos hizo ningún movimiento, ambos se miraban fijamente como si en sus ojos encontraban todas las respuestas a lo que estaba pasando. La mirada bicolor del cardenal era algo sumamente interesante para el demonio, y el sentimiento era mutuo, pues Copia veía paz y ternura en los ojos de Special. Mientras, el cardenal trataba de encajar las piezas en su cabeza. No le importaba sentirse atraído por un hombre, no seria la primera vez. Hombres, mujeres, le daba igual. ¿Pero de un ghoul? Eso era algo totalmente nuevo para el.

- ¿Por qué tienes una mirada tan... endemoniadamente hermosa?

- Lo mismo pregunto - Respondió Special.

- ¿En serio piensas todas esas cosas buenas que dijiste de mi o solo fue porque te di lastima?

- Creo cada palabra que salió de mi boca - Susurró Special.

- Jamás pensé que los ghouls fueran tan interesantes.

- Lo somos, algunos más que otros.

Ambos sonrieron. Copia llevó una mano a la mascara del ghoul, acarició un momento, de la mejilla hasta la puntiaguda barbilla, y Special deseó fuertemente poder sentir eso en su propia piel. Pero cuando vio que el hombre trataba de retirar la mascara, tomo su muñeca deteniendo la acción. No la sujetó con mucha fuerza, solo la suficiente para apartar la mano.

- Un ghoul no puede quitarse la máscara frente a los humanos - Susurró sin romper el contacto visual.

- ¿Ni siquiera yo?

- Algún día. Lo juro.

Copia solo sonrió, retirando su mano de la zona facial.

- ¿Vamos a besarnos? P-Porque si vamos a besarnos puedo quitarme la mascara ahora - Comentó Special, arrepintiéndose al instante por eso pues escuchó al humano reír.

- Algún día. Lo juro. Un día en el que no hayas comido una ardilla.

Esto lo hizo reír nerviosamente. En un principio pensó que el anhelo de besarlo era solo suyo y que había arruinado todo al decir algo tan extraño, pero tal vez no era tan imposible de cumplir. Todo transcurría con una calma, Special sintió unas fuertes ganas de abrazarse al cardenal, y estaba apunto de pedírselo cuando de un momento a otro sintió el calor del contrario sobre su propia piel, Copia se había acomodado sobre el regazo del ghoul, mirándolo fijamente, con ambas piernas a cada lado del chico, aprisionándolo contra el sofá.

Special, hecho ya un manojo de nervios, colocó ambas manos temblorosas en la cintura del otro. La ligera tela de seda no ayudaba mucho, podía sentir con facilidad el cuerpo debajo de esta, lo que disparaba un sinfín de imágenes a su cabeza. El pobre demonio no sabia que hacer, estaba seguro de que su rostro ahora estaba totalmente rojo, sus ojos no podrían estar más abiertos esa noche. Respiraba con dificultad y podía escuchar los latidos de su corazón sonando en sus oídos. Copia por otra parte, estaba tan divertido por los movimientos ansiosos del ghoul. Tomó con fineza la parte posterior de la cabeza de Special para unir sus frentes, tratando de transmitirle quietud. La mirada del ghoul poco a poco empezaba a suavizarse, y después de unos segundos cerró ligeramente sus parpados. El miedo y la ansiedad estaban pasando, sentir la calmada respiración del cardenal lo relajaban, su olor lo embriagaba y su calor le dormía el cuerpo. Por el podían quedarse así el resto de sus vidas. Sin embargo, Copia tenia otros planes. Special percibía las manos del contrario recorriendo su torso, cosa que no lo alteró para nada, incluso lo hacia casi ronronear, pero de pronto sintió como este empezaba a palpar su entrepierna. El ghoul volvió a abrir los ojos y un suspiro murió en sus labios. La experta mano del cardenal masajeaba la zona con calma y el cuerpo del demonio estaba empezando a reaccionar y se sentía bien pero aun así, detuvo la mano del hombre.

- C-Cardenal... - Murmuró Special, empezando a escuchar un zumbido en su cabeza - Cardenal... - Repitió, incapaz de formular otra palabra.

- Haz sido un buen chico, Special - Susurró Copia, con una voz tan aterciopelada que enviaba toda clase de sensaciones al demonio.

Copia se soltó del agarré y reanudó su tarea, suspirando cerca del odio del otro. Special, en medio del contacto. sintió que tal vez todo eso era más de lo que su cabeza podía procesar. Incapaz de llegar más lejos, empujó el cuerpo del cardenal al otro lado del sofá (con más fuerza de la que hubiese querido), y se levantó de ahí, aturdido e incapaz de mirar a la cara al humano por temor de haberlo molestado.

- S-Se esta haciendo realmente tarde - Musitó Special, totalmente avergonzado - C-Creo que debería irme.

Estaba a punto de hacerlo, sin dedicarle una ultima mirada al hombre, cuando sintió que era tomado del brazo.

- Espera, Special. Malinterprete la situación. Lo lamento. Es solo que... tu sabes, estoy acostumbrado a que las cosas terminen así en mi sofá.

Tras decir eso, soltó al demonio, quien empezó a juguetear con sus manos nerviosamente.

- Si, lo entiendo. Y no estoy diciendo que-... - Se interrumpió a si mismo pensando en lo que quería decir. Luego de unos segundos y totalmente apenado, se confesó - Realmente me gusta Cardenal, mucho. Y... desde hace tiempo he soñado con esto. Es solo que... hacerlo en el primer día no es para mi. No quiero no ser tomado en serio...

- Vaya, siento como si ya estuviéramos saliendo - Bromeó Copia, poniéndose de pie junto a Special - ¿Sabes? Tienes razón. Deberíamos conversar más, conocernos mejor, y tal vez con el tiempo una cosa llegué a la otra, ¿Si? ¿Suena bien?

- Suena bien...

- Bien...

- Buenas noches, Cardenal.

- Buenas noches.

Special ya estaba por abrir la puerta cuando nuevamente Copia le habló antes de que se fuera.

- Por cierto, Solo por curiosidad ¿Tocas algún instrumento?

- Guitarra.

- Eso es... interesante - Dijo Copia asintiendo.

- También puedo cantar.

- Deberías ir mañana a la sala de ensayo a tocarnos algo.

- Lo haré - Respondió el ghoul después de unos segundos

- Bien. Buenas noches.

La puerta se cerró y Copia se quedó solo en su habitación. Soltó un suspiro y se tumbó en el sofá. Había sido una noche de muchas experiencias, más de las que pensó que tendría, pero ahora se sentía todavía más incapaz de dormir. Cerró los ojos un momento, pensando en que quizás debería meter a Special en la banda.

Notas finales:

¿Me quieren muerta?


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