Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Recordar como volver. por momu

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Le puse un colchón de la bodega, y lo acomode a unos metros de mi cama, después de todo lo único dividido en el gran almacén que era mi casa, era el baño y la habitación de los materiales -- ¿Esta es tu casa? -- pregunto asombrado cuando entramos.

 

-- Si se le puede llamar así.

 

-- Es increíble-- dijo asomándose por el domo que abarcaba toda la pared y daba a la calle -- desde aquí puedo ver toda la ciudad. ¿Como conseguiste este sitio?, has de pagar una fortuna por él--

 

-- No realmente, estaba abandonado antes de que llegara aquí, así que no es tan costoso como aparenta. -- se quedó mirando por el domo lateral un minuto y luego se volvió hacia mi. -- 

¿quieres que te presté algo para dormir? --pregunte y él asintió.

Mi ropa le quedaba grande, muy grande. -- ¿tienes hambre? -- negó.

 

Finalmente me acosté y él igual lo hizo.

 

Me quedé mirando el domo lateral, estaba inquieto, tener a Olíver en mi casa, durmiendo a un lado me resultaba extraño. Me quedé un rato así, suficiente para escucharlo dormir mientras yo sufriendo una inquietud persistente no encontraba el cansancio.

 

Olí hacia unos ruidos al dormir, se movía en la cama y gimoteaba, como si de una pesadilla se tratara, poco a poco dejo de emitir ruidos y se quedó quieto y en silencio, yo igualmente comencé a quedarme dormido, y todo fue bien durante las siguientes 2 horas quizás.

 

Luego un movimiento sobre la cama perturbo mi ligero sueño y me removí.

 

Oliver se había arrastrado hasta mi cama por debajo de las colchas, sus delgados y fríos dedos intentaban deslizarse por debajo de mis pantalones. Al caer en cuenta me retiré inquieto y lo destape enseguida.

 

-- ¿Que mierda haces? -- lo reprendí, estaba echado sobre la cama, con el cabello revuelto y una suave sonrisa.

 

-- ¿Vas a rechazarme?

 

-- ¿Que mierda? ¿Dijiste que querías descansar no? vete a tu lugar. -- le dije, pero llevo su mano sobre mi entre pierna. --¡¡Puta madre!! -- quite su mano y lo sometí sobre la cama, sosteniendo sus manos sobre su cabeza sin percatarme de lo sugerente de la posición y lo indefenso que había resultado él -justo lo que quería.

 

Era jodidamente sensual, con el cabello revuelto, la camiseta gigantesca descubriendo su vientre y sus labios entre abiertos humedecidos con saliva.

 

-- Creí que me deseabas

 

-- ¿No te cansas de esto? ¿De entregarte a cualquiera que esté cerca? ¿Que te usen a su placer? -- reproche, se quedó callado y luego se carcajeo dejando a un lado su tierno papel.

 

-- ¿Que eres? ¿Un niño de preescolar?

 

-- Vete ya de aquí... -- le dije y lo solté bruscamente.

 

Me quite de la cama y camine lejos unos pasos dándole la espalda, se quedo quieto unos segundos, yo estaba molesto, pero no era por la situación, era por mi, por que estuve a punto de sucumbir y era algo que ya había decidió olvidar.

 

Me gire y me lleve las manos a la nuca, jadee. Tenía calor y no sabía si era por la ira o por otra cosa.

 

-- Ahora quieres ser condescendiente... hace unos meses no te importo nada en absoluto ¿no? -- dijo detrás mío, sabía cuál era mi punto débil y se empeñaba en golpearlo.

 

Levantó sus cosas del suelo, se cambió de mala gana y se dirigió a la salida. Espere, espere, pero no podía controlarlo. La caída, ya era tan tarde.

 

Me encamine hacia él para alcanzarlo y lo detuve antes de que tomara la perilla.

 

--Jodido enano...-- bufé, lo empuje a la pared y lo besé, se tambaleó y dejo caer sus cosas al suelo, lo atraje de las caderas y la inevitable necesidad de apretar su trasero le hizo emitir un quejido en mi boca, no tardó en corresponder, envolvió los brazos en mi cuello y dando un saltito lo cargue mientras me envolvía con sus piernas a cada lado -era ligero- lo lleve con facilidad hasta la cama mientras nuestro intenso beso continuaba. Caímos los dos.

 

Recorría con mis manos sus muslos y los costados de su abdomen provocando que su ropa se me enredara en los dedos. 

 

Al fin nos separamos gracias a la falta de oxígeno, llevó sus manos a los cordones del pans que yo traía puesto y lo desató, metió su mano y estrujo mi miembro mientras me volvía a besar. 

 

Mientras tanto un solo pensamiento surcaba mi cabeza "no pierdas el control"

 

Nuestras respiraciones comenzaban a acelerarse, cuando el timbre, uno estridente e insistente interrumpió nuestra atmósfera burbujeante y desesperada.

 

Sin embargo todavía los siguientes minutos Oliver intento ignorarlo, hasta que fue imposible hacerlo y tuve que separarme con esfuerzo --más de voluntad que físico--

 

--¿Enserio? son casi las 2 de la madrugada. -- bufo liberando la tensión de su cuerpo previamente empeñado en tragarme los labios. Respire fuertemente, casi como si jadeara y tomándome un minuto de respiro me levante.

 

Arreglándome la ropa y acomodándome un poco el cabello baje las escaleras y me encamine hasta la puerta.

 

--Hola tu... --su dulce voz se deslizo apenas abrí la puerta. Elena estaba parada frente a la puerta con una caja de donas. Me quede petrificado por tal sorpresa, soltó una breve risa y me pico el estomago con un dedo. -- ¿Hola? ¿hay alguien en casa? --pregunto sarcásticamente mientras se inclinaba para encontrar mi mirada. Sacudí la cabeza intentando regresar al momento.

 

--¡E.Elena! -- abrí la puerta de par en par y la deje entrar. -- No te esperaba ¿como estas?

 

--¿Oye que pasa con esa formalidad? --me arreglo el cuello de la playera y me beso suavemente la comisura de los labios, para luego encaminarse por el pasillo hasta las escaleras. Serré la puerta de un golpe y me apresure a alcanzarla.

 

--¿Estas solo? creí que podríamos cenar juntos, pase a comprar tus donas favoritas... --subió y camino al interior del lugar.

 

Casi choque contra su espalda cuando se detuvo. -- Oh ....... hola -- saludó sorprendida. Me miró fugazmente y luego dirigió su vista hasta la cocina, donde Oliver estaba sentado sobre la barra, con una paleta en la boca.

 

--¡Hola! --dijo él sacudiendo la mano.

 

--Ah. -- la rebase por fin. -- Elena, él es Oliver, un compañero de la universidad, Oliver ella es...

 

--¡Mucho gusto! no hace falta, me han contado mucho de ti. -- me interrumpió llegando hasta nosotros y le tendió la mano (no, jamas le había contado de ella) Elena que aun se encontraba confundida me miro y parpadeando un par de veces le tomo la mano.

 

--Yo... lo siento, creo que los interrumpí, no me detuve a preguntar si estarías desocupado. --Nos dijo un poco apenada.

 

--Ay no, no te disculpes, quédate, precisamente estábamos por... comer -- claro que era una indirecta. Oliver me miro de soslayo con una curva casi lasciva en los labios mientras la paleta roja se deslizaba dentro de su boca. Elena ignorante a la situación me miro recuperando el animo de hace unos minutos y sonrió.

 

--¡Estupendo! -- se encamino hacia la cocina y Oliver quedo a mi lado. -- ¿Que iban a comer? --pregunto Elena de nuevo entretenida sacando las cosas de una bolsa.

 

--Pues... leche... -- Oli me volvió a mirar y me guiño un ojo, yo solo pude contener mi estrés.

 

--Perfecto ahora ya tenemos con que acompañarla-- dijo la chica. Ambos nos miramos pero Oliver no pudo evitar soltar una risa espontánea que llamó la atención de ella.

 

-- Discúlpame que me acorde de una tontería... --ella simplemente asintió.

 

-- ¿Me ayudas...? --Elena paso por detrás de mí y dando un ligero apretón me acarició los hombros y brazos. --pon los manteles --me dijo casi en un susurro.

 

Oliver me miró a sus espaldas con los brazos cruzados y con una ceja levantada. Le enseñe las palmas en forma interrogante.

 

--te ayudo --dijo él inclinándose de espaldas a mí para alcanzar los manteles sobre una repisa, de modo que su trasero apenas rozo mi entre pierna.

 

Lo tome del brazo y lo jale hasta el final de la barra mientras Elena continuaba entretenida echándole chocolate a la leche de la estufa.

 

--¿Que estás haciendo? -- le reprendí en susurros. 

 

--Ella también lo hizo ¿que tiene?-- Se pasó la lengua por los dientes y comenzó a poner los manteles.

 

La noche avanzo hasta casi las 4 de la mañana, entre bromas y charla a veces su pie recorría mi pantorrilla mientras al mismo tiempo platicaba con Elena vivamente, nos mirábamos y siempre parecía estar jugando con mis nervios, aunque para ojos de ella seguramente era el sujeto más simpático que hubiera conocido.

 

--Ya es tan tarde, será mejor que me vaya. --dijo Oliver al fin.

 

Tomo sus cosas, se despidió de Elena y hasta le prometió volver a reunirse con nosotros.

 

Lo acompañe hasta la puerta. Salió al gelido ambiente que entró silbando y se detuvo enfrente, tenía una sonrisita juguetona.

 

Nos vimos un momento.

 

Le tome de la barbilla y con mi dedo pulgar le quite suavemente los granos de azúcar que se le había quedado en los labios, me los llevé a la boca.

 

--te has portado mal. -- dije recargado en el marco de la puerta.

 

--No tienes idea... -- dijo y se marchó. 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).