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Recordar como volver. por momu

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Los días de universidad fueron largos aquel semestre, las materias de aquel nivel involucraban muchas horas de estudio, esfuerzo y demanda y cuando los primeros parciales se avecinaban yo ya había acabado con mis nervios.

 

Aquella noche fue larga y el brazalete sobre el buró de un lado de la cama brillaba como si de alguna forma me tentara a usarlo -llegar allá, tomar unos muy costosos tragos- pensé, después de todo el brazalete parecía incluir hasta los costos de mi muerte.

 

Me revolvía en las colchas, miraba al techo mientras tenía un juicio moral tormentoso.

 

Finalmente impulsado de la cama por una necesidad que se apoderó de mí razón, me dirigí a Bobalu, que a las 3 de la madrugada no podía parecer más activo.

 

Me metí en él con mi brazalete y pregunte en la recepción acerca de mi regalía.

 

-- Hola, quiero saber qué es lo que este brazalete incluye. -- le dije a la chica mostrando mi muñeca con el brazalete ya puesto.

 

--¿Me permite escanear su código? -- me tendió la mano y un poco confundido lleve mi muñeca hasta su alcance.

 

Ella giró la delgada pulsera y con un lector de códigos la escaneo.

 

-- Si, aquí está, usted tiene una membrecía por día, válida por un mes, es decir, 30 días de asistencia a nuestras instalaciones....incluye... -- leyó un poco en la computadora asegurándose de lo que decía. -- todos los servicios que BOBALU puede ofrecer, aunque.... -- frunció el ceño un poco. -- en el servidor de corderitos solo está apuntado uno, el está registrado como Olí. De ahí en fuera tiene absolutamente todos nuestros productos y servicios de forma ilimitada. -- replicó, una sonrisa se me formó al escuchar eso último. Aunque aún no sabía realmente como funcionaba todo, donde, como o cuando pedir que cosa, no era un sujeto que fuera a esos sitios con frecuencia.

 

-- ¿Usted podría explicarme un poco sobre el lugar? soy nuevo aquí. -- me incline para decírselo de cerca y con dulzura una sonrisa formuló.

 

--Si. -- saco de un cajón un folleto negro y lo extendió en el mostrador para que lo mirará. -- las bebidas tienen horarios específicos, pero como su brazalete es dorado y premium, no se fije en ello, solo pida, ya sea en barra o en mesa, incluso si un mesero lleva una charola puede tomar de ella, la comida y snacks se piden solo en mesas o en el área de cocina que está en la 4ta sala. Bueno eso es en alimentos, shows, hay varios tipos, algunos son públicos como los que ocurren en los escenarios y argollas. Los privados para clientes premium, esos se llevan acabo en los apartados del área 7, si quiere bailes, shows o stripers personales, tiene que llenar un turno aquí, usted elige qué habitación o sala desea, además de que elige a su corderito, -- me miro y pareció recordar de pronto algo -- si, los corderitos son los chicos o chicas que prestan sus servicios, tanto sexuales, como de baile, en su paquete puede elegir el que usted elija para bailes y shows, pero si quiere un servicio sexual solo puedes disponer de Olí. --

 

Eso me resultó extraño y a juzgar por la expresión de la señorita a ella también, se volvió al monitor y tecleo varias veces mientras fruncía el ceño. 

--Realmente no sé por qué está tan específica está condición, sobre todo porque Olí es de la clase superior, no comprendo por qué no podrías tener uno de otra clase menor.....

-- ¿Clase...?

 

-- Si, veras, hay 5 clases, cada una tiene un costo distinto, y depende del paquete o de la compra única, y cada clase contiene condiciones distintas, por ejemplo, juguetes sexuales, permisos para ciertos fetiches, de juegos, productos de cuidado, en fin...¿ gustas que te proporcione las condiciones de Oli? --preguntó y me quede estático.

 

La condiciones eran cosas que solo corderitos de las clases mas altas pueden darse el lujo de imponer, Los de Oli eran, entre otros tantos: utilizar para situaciones sexuales -- siempre un antifaz, no hablar, y no la posición del misionero, podía estar de frente pero siempre y cuando no estuviera debajo, no podías utilizar en él ciertos juguetes sexuales, ni lociones con efectos estimulantes, siempre de por medio un condón, sin prórroga ni pretexto alguno, entre otras cosas.

 

--No, estoy seguro de que no utilizare ese servicio de todos modos. -. vaya equivocación, y peor aun por la rapidez en que pude romper mi palabra. Esa noche me quede ahí, en la barra, el cantinero me servia lo que le ordenara y al instante.

 

Conocí a unos sujetos, qué al pasar de la noche terminamos por compartir una mesa, y como todos parecíamos tener un buen motivo para tomar, nos dejamos pedir a cual minúsculo capricho suscitará.

 

Para cuándo dieron las 4:30 ya estábamos todos algo ebrios, y aunque yo aún tenía minúsculos instantes de lucidez, no pensaba completamente cuerdo.

 

Así que Impulsado por una decisión común, nos dirigimos a los cuartos rojos, que era donde se solicitaban los servicios sexuales, al principio fui como idiota esperando que al final no pasará nada -me despediría allí y me iría a casa- recuerdo haber pensado, al fin al otro día tenía una junta escolar a medio día.

 

Pero cuando llegamos allá un momento de inconsciencia me tomo, y no recuerdo muy bien lo que sucedió, solo que la señorita me pregunto si ya tenía hecho el examen de sangre y si había llenado el formulario obligatorio, y como ignorante sobre esas cosas me quedé estático esperando que la respuesta llegará a mi cabeza, evidentemente yo no había hecho ninguno de los dos, pero los chicos conmigo comenzaron a alegar por mi, y la señorita que parecía no estar segura de lo que ocurría tecleo en la computadora unos segundos y luego asintió.

 

--Bueno, si, está registrado. -- dijo. Aún no comprendo como es que sucedió tal situación, tomando en cuenta que con esas cosas eran sumamente estrictos, si, yo sabía que no tenía ninguna enfermedad venérea, tenía una vida sexual activa y por tanto me encargaba de esas cosas con regularidad, pero pudo haber sido cualquiera, un sujeto contaminado, portador o enfermo y esa negligencia me resultaría más adelante una aberración indiscutible.

 

Finalmente terminamos el registro.

 

En él te pedían responder un cuestionario, con cosas sencillas, como, gustos en la cama, estatura, peso, fetiches etc, también te brindaban una carta con cosas que podías pedir, juguetes sexuales, lociones. Yo recuerdo haber visto incluso la carta estupefacto, todo aquello me parecía más bien como si fuera a comer, en lugar de coger. 

 

Decidí cosas como, ocupar una habitación austera, un lubricante de agua y los condones. Aunque si eras exquisito, podías ser exótico y pedir lo inimaginable.

Para entonces a mi parecía haberseme olvidado completamente que el único corderito del que podía disponer era Olí y fue suerte que no estuviera ocupado entonces.   Cuando entre al cuarto y me senté en el filo de la cama no pude evitar acostarme, no se cuanto tiempo estuve dormido, quizás 20 minutos.   Al parecer eso tardaban en llegar los corderitos.


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