--Oliver tiene un trastorno postraumático, se le conoce como hafefobia, es un miedo irracional a tener contacto con otras personas de forma física. En su caso se debe a recurrentes abusos indiscriminados de carácter sexual y violencia física... --El alto apretó los puños y tragó saliva agobiado --Oliver consintió que se lo contara, solo hay un tratamiento para curar la hafefobia, requiere tiempo y paciencia, la exposición al contacto debe ser gradual y constante para obtener resultados favorables, también es importante que sepa que este trastorno está relacionado con otros como la genofobia o filemofobia... -- La doctora sacó de un cajón una bolsa de celofán con un guante de latex. -- pueden comenzar con esto, es una herramienta que ayuda al cerebro a relacionar la piel de una forma menos directa. -- le entrego la mujer a William. -- ¿Podria por favor verme en dos minutos en la sala de rehabilitación con Oliver? -- preguntó casi como una orden y el alto asintió saliendo de ahí para encontrarse con Oliver mordiéndose los labios. Ambos se miraron fijamente, William con una profunda tristeza en los ojos que se extendía por todo su cuerpo.
Llegó hasta donde el bajito se hallaba sentado y se arrodilló frente a él, le sonrió con esfuerzo y Oliver trago saliva.
--¿Te parezco asqueroso? --pregunto con temor y el alto apretando los dientes nego.
--Eso jamas podria ser posible.... -- aseguró. --¿Vamos? --pregunto y Oliver asintió.
.
.
--Pueden comenzar con las manos o con los pies, como lo decidan, toques breves, de un segundo o dos, entre más prolongado sea el contacto mejor... -- William se puso el guante y tocó la mano de Oliver con suavidad, este se relamía y mordía los labios en busca de concentración. -- Imagínate que tienes un nivel de tolerancia al contacto del 1 al 10. intenta mantenerte siempre entre el 4 y el 5, no más, si sientes que estás excediendo ese nivel entonces detente y vuelve a comenzar, ¿etendido? Tienes que continuar yendo a terapia, estaré al tanto de tu progreso ¿vale? -- dijo ella y se marchó poco después.
Oliver y William se quedaron en la sala jugando distantemente con sus dedos.
--Podrías quitarte el guante... -- dijo el bajito y el otro se sorprendió
--No, debemos continuar así al menos unos...
--Hazlo por favor -- insistió el otro, el alto dudo un momento pero cedió al fin.
Sus ásperas manos tocaron las suaves de Oliver quien al contacto apretó los labios, sus dedos se entrelazaron poco a poco. William se inclinó con lentitud y rozó sutilmente sus labios sobre un delgado nudillo, amó la sensación de su piel y por un segundo quiso más.
--Espera... -- dijo Oliver y el alto se apartó un poco apenado.
--Lo siento... --se disculpó soltando la mano del otro.
--No hagas eso... disculparte por esto, me hace sentir culpable -- dijo Oliver frotándose la mano contra la otra.
--Lo siento... -- repitió William y Oliver resopló irritado.
.
.
Narra William
< pregunte a Edgar del otro lado del celular.
<< Lo que necesites...
<< Me gustaría que arreglaras el cuarto de atrás para cuando lleguemos >> pedí y él se quedó unos segundos de silencio.
<< ¿Te refieres al cuarto de tu padre al cual no has entrado en mil años? >> pregunto y reí por lo bajo.
<< Él lo hubiera querido, solo necesito que muevas las cosas a la bodega y limpies un poco, me gustaría que Oliver tuviera la vista del campo por las mañanas.
<< Como ordenes...
<< ¿Mama esta bien? >>
<< Está pintando una pinturita para cuando Oliver venga, en realidad es solo uno de los muchos regalos que les ha comprado, ah y dice que más vale que te compres un celular pronto, odiamos tener que estar esperando tus llamadas... >> explicó.
<< Lo buscaré hoy mismo... por favor saluda a Linda de mi parte, me tengo que ir >>
>> Bien, no tarden aquí los esperamos...
--¿Edgar? --preguntó Oliver y asenti.
--Voy a ir un rato con los niños ¿me acompañas? --le pregunté y frunció el ceño entrecerrando los ojos.
--¿De qué tanto hablan ustedes? --pregunto y solo pude sonreír.
--Ven y lo sabrás, creo que les gustaría verte -- dije y Oliver asintió. Llegamos al albergue de la zona a pocos minutos del hotel donde nos habíamos estado hospedando para poder acudir al hospital diariamente. Note a Oliver nervioso pero los niños lo recibieron con alegría y sorpresa, lo abordaron con cientos de preguntas sobre su aventura en el bosque y el monstruo que supuestamente lo había perseguido.
--Señor Oliver, ¿William es la persona de la que se enamoró? --preguntó el más pequeño de todos y él me miró fugazmente, con un ligero sonrojo en las mejillas.
--Me doy cuenta que este sujeto se ha pintado de galán con todos ustedes ¿Verdad? -- dijo y reí por lo bajo. -- pero debo aclararles que en realidad es al revés, William es el que se ha quedado perdidamente enamorado de mí-- explicó y los niños me miraron mientras se reían a hurtadillas.
-- ¿Entonces él puede tocarte señor? --pregunto Ivo. Oliver me miró y apretó los labios antes de responderle.
-- en realidad niños, no se trata de un embrujo, más bien... -- se sentó en el suelo y los pequeños lo rodearon interesados. -- es como cuando te raspas y sientes dolor, y ¿a alguien le gustaría que le tocaran el raspón? --pregunto y los niños negaron de inmediato-- bueno, a mi me lastimaron y... -- trago saliva, yo solo lo observe, quieto escuchando con calma y un poco de remordimiento. -- por esa razón no quería que nadie me tocara, pero poco a poco y con el tiempo mi raspón se va a curar -- finalizó.
Ivo me sonrió y pronunció en silencio "gracias"
--¿Volveremos a la cabaña? --preguntó uno de ellos con temor, Oliver apretó la mandíbula y forzando una sonrisa nego.
--¿Jamas? -- insistió Ivo.
--Jamás.. -- respondió y los niños gritaron y brincaron emocionados. Ivo corrió a mis brazos y me dio un abrazo.
--Este abrazo ¿puedes dárselo a Oliver cuando se cure? -- me dijo, me sentí profundamente conmovido y asentí de inmediato. -- es porque nos salvó, es un regalo -- me susurro y le sonreí de vuelta.
--Es un regalo maravilloso Ivo -- le dije y se volvió con los otros niños.
--¿Vendran todos los días a visitarnos? --preguntaron, Oliver me miró difuminando la sonrisa de sus labios.
--No... tendremos que irnos la próxima semana, pero vendremos todos los días antes de marcharnos... y después vendremos cada mes -- explique, todos se vieron entristecidos.
--¡Bien! yo los cuidare mientras ustedes no están, los esperaremos cada vez... -- trague saliva al escuchar a Ivo, sentí un nudo en la garganta y me acuclillé a su altura, le revolví el cabello y le sonreí.
--Eres el niño más valiente que conozco -- le dije y lo abrace. Oliver se acercó cautelosamente y sutilmente le acarició la frente, el pequeño se sorprendió al igual que todos los demás por el contacto.
--Voy a volver cada mes hasta que esté curado por completo y vendré por ese abrazo que me prometiste ¿entendido? --le dijo e Ivo asintió emocionado.
Nos marchamos por la tarde luego de una ronda de cuentos y juegos.
La semana se pasó volando entre miles de pendientes por resolver. Arreglamos los papeles académicos de ambos y recogimos documentos para nuestro viaje.
Se levantó formalmente la denuncia contra Dante, Donde Oliver tuvo que declarar ante una corte todos los sucesos que habían ocurrido desde el primer día que entró a la mafia como servidor sexual, hasta cómo fue perseguido por su hijo Cristian en su plan de escape al bosque con 6 niños. Finalmente y tras un juicio de casi 8 horas y 3 dias se le imputo sentencia bajo una demanda de indemnización por daños físicos, psicológicos, etc, un proceso acelerado gracias a la abundante existencia de pruebas y testigos, a las autoridades corruptas no les quedó otra que cooperar después de que el caso se volviera internacional y los reflectores del ojo público se centraran en él.
Maurie logró destender una parte considerable de la mafia del sur y Mailo desapareció.
Oliver y yo nos despedimos de nuestros amigos sin dar demasiadas explicaciones prometiendo volver pronto.
Pusimos a la venta la casa que por años nos vio juntos y la mayoría de las pertenencias no indispensables de la misma. Maurie abrió una nueva investigación para hallar a Travis e intentar brindarle protección.
>>No estoy seguro si las cosas salieron bien o mal, a veces o más bien, la mayoría del tiempo me arrepiento de no haber actuado de otra forma, me gustaría cambiar muchas cosas del pasado pero, también estoy comenzando a entender que la mayoría de mis errores los cometí intentando recordar cómo volver, como repetir, y ahora soy más consciente del presente, de... lo feliz que me hace simplemente tocar los dedos de Oliver, de tenerlo conmigo, de volver a casa, no quiero perder este valioso tiempo.
>> Me gusta tu nuevo optimismo, ahora se que él si te puede hacer cambiar un poco al menos. << dijo Edgar por el teléfono y rei.
>> Nunca creí poder ir a terapia, ahora la tomo hasta por teléfono << brome y ambos reímos.
>> ya vamos a subir al avión, nos vemos en unas horas.
>> Vale...