[D.1]
El día especial se iba acercando, no tenían mucho preparado y las ideas sobraban. Los inconvenientes eran dos: el corto tiempo y evitar que Sousuke descubra que andaban planeando una sorpresa.
La fiesta de cumpleaños ya estaba planificándose, las invitaciones ya habían sido enviadas a sus destinatarios y esperaban que todos puedan asistir porque era la primera vez que Makoto organizaba algo así para su pareja. Por suerte tenía un pequeño compañero de diez años que lo ayudaba no solo con los preparativos, sino también a mantener la calma.
Sousuke y Makoto ya habían pasado por las primeras etapas de noviazgo. En el presente estaban por una fase mas seria de su relación donde tomaron las riendas de formar una familia adoptando a un niño el cual hacía poco mas de medio año estaba viviendo con ellos. Fue todo un proceso complejo, evaluativo y de papeleos que gracias a que todo estaba en orden, hoy podían estar juntos. Ese niño se llamaba Kaoru, quien agradecía eternamente haber conseguido a dos padres tan gentiles y atentos como lo eran ellos.
No llevar demasiado tiempo juntos siendo familia hacía a Kaoru llenarse de preguntas con respecto a ellos, pero mientras mas pasaban juntos, mas se reforzaba su relación.
Makoto era quien mas tiempo conseguía pasar con el niño porque su trabajo no demandaba demasiadas horas a diferencia de Sousuke quien dedicado a la natación profesional, tenía jornadas largas con días exhaustivos de entrenamiento. Sin embargo siempre conseguía tiempo para pasar con su familia incluso si a veces la manera de hacerlo era retrasando su agenda. Siendo siempre ellos su prioridad y detestando abandonarlos por mucho tiempo aunque no se molestasen por eso. Los amaba con su vida y dependía con una inmensa fuerza de su amor.
—Y bien ¿Cómo se supone que harás este pastel? — Preguntaba Kaoru mientras miraba la pantalla del smartphone de Makoto. Estaba preocupado porque al ser un pastel fuera de lo común, temía que no salga tal cual se veía en la imagen. Recordaba que a Mako no se le daba del todo bien la cocina y era preferible dejar a Sousuke encargarse de esas cosas. Aunque si le pedían una opinión al respecto, preparaba bastante bien otros platillos. Ambos tenían un muy buen nivel de cocineros.
—Siguiendo los pasos a rajatabla supongo. No importa si parece difícil, es el pastel perfecto para Sou ¿Ayudarás pequeño?
—Claro que si. Además es un pastel de prueba y eso no será problema.
—Bueno entonces comencemos ¡Proyecto swim cake provisorio a la obra!
Kaoru sentía como era contagiado por el amor potentado que Mako volcaba en su proyecto de nombre algo ridículo pero sincero. Tampoco permitiría que sea Makoto el único que se esforzara en la fiesta sorpresa. Estaba preparando en secreto un regalo especial y anhelaba que a Sou lo haga feliz.
Después de llevar a cabo cada paso con sumo cuidado y esperar a que termine de hornearse para pasar a la parte decorativa, se dieron cuenta de algo.
—¡Mierda! ¡No puede ser! —Expresó el niño con mucha preocupación y llevándose una mano a la cabeza.
—Kaoru, hijo ¿Qué te he dicho de las malas palabras? ¿Lo has escuchado de Sousuke otra vez cierto?
—N-no importa eso ahora. Lo siento pero quería decir que ¡Sousuke va a ver todo esto cuando llegue!
Era Makoto esta vez quien expresaba impacto llevándose su mano derecha a cubrirse la boca. Olvidó por completo ese detalle.
—Bueno, podríamos decir que es un regalo de cumpleaños para un amigo tuyo del club de natación.
—Pero Mako... creo que es demasiado obvio que es para él. Se acerca su cumpleaños ¡Sospechará!
Les tomó algo de tiempo pensar una idea para decidir que lo mejor era terminar el pastel pero con un decorado simple que parezca ocurrencia del momento, para comer en el momento, en familia.
Cuando terminaron, limpiaron todo el desastre y no esperaron mucho a la llegada de Sousuke. Y a pesar de no haber conseguido completar la decoración que querían, se divirtieron mucho experimentando.
La suerte jugó de sus lados porque Sousuke no sospechó nada. Estaban ansiosos por probar una porción cada uno ya que en vista parecía delicioso. Y otra vez como si fueran bendecidos en un manto de suerte infinita, tenía buen sabor. Esa fue una confirmación suficiente para que el próximo pastel oficial de cumpleaños salga muchísimo mejor.
Sousuke felicitó a los pasteleros enredándolos en un cálido abrazo, agradecido.
—Son la mejor familia que me tocó. Gracias por dejar que sea parte de sus vidas.
Su pareja y el hijo contestaron con sonrisas y correspondiendo el abrazo.