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Secretos de Medianoche por MidNightFlower

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Notas del fanfic:

PAREJAS: Harry x Draco, Severus x Sirius, Lucius x Remus y Bill x Regulus.

DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3

ADVERTENCIAS: Es un What if,...? (que tal si...?) Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿que haces aquí? x9) y probablemente palabras altisonantes. Están advertidos!


Como nota extra, les advierto que este fic esta ambientado en lo que sería el 6to libro, tomo casi todo lo establecido del 1-5 como canon (a excepción de la muerte innecesaria de Sirius :'V) y Regulus tampoco esta muerto, ya después explicaré como sobrevivió (y espero que no sea algo tan ambiguo como "un hechicero lo hizo" XD). Si me equivoco en continuidad o las cosas canónicas, me disculpo de antemano!

Notas del capitulo:

Notas de la Autora: Hola queridos míos! Si están leyendo bien, esta no era la historia que les prometí, sin embargo subo esta historia por 4 razones: 1) Ya tenia muchísimo mas tiempo que había prometido este fic y finalmente que terminé ILYD puedo enfocarme al 100% a hacerla!, 2) Estoy muy inspirada, por tanto voy a escribir mas rápido XD y 3) Aun no tengo aun fuerza para escribir Never Again, lo siento, pero la traición es algo muy difícil de escribir para mi, sorry TOT (pero si lo haré, de eso no hay duda!)


4) Estoy actualizando aquí tambien ya que era una historia que habia prometido hace tiempo y aunque tardía mente la estoy subiendo, es por honor que lo hago~


Así que espero que pese a mis razones/ escusas, puedan disfrutar de esta historia que ha ido cuajando durante estos largos años y que finalmente me pongo a escribir y me acompañen ;)


A leer se ha dicho!

 


Capítulo 1

El señor tenebroso reía. No era una risa agradable sino todo lo contrario. Era histérica, escalofriante, llena de gozo y prepotencia; tan molesta que su cicatriz quemaba en su frente como si su piel fuera a caerse de un momento a otro.

Había tenido ese sueño otra vez.

Gruñó fastidioso al ser despertado mucho antes de que el sol acariciarla las cortinas del cuarto que compartía con su amigo en La madriguera. Ron dormía a pierna suelta aun de su lado de la cama, roncando estridentemente que le dio envidia de solo verlo; al menos él no tenía la respiración agitada y el pijama pegado al cuerpo gracias al sudor helado.

Dudaba poder volver a conciliar el sueño, así que suspirando con fuerza se levantó desganado.

Los trastes de la cocina estaban parsimoniosos acomodándose mágicamente sobre la mesa y algo ya hervía en el fogón encendido con un agradable aroma hogareño.

—Ahora si te despertaste temprano Harry- dijo a modo de saludo Hermione apenas despegando su cabeza del amarillento libro que leía.

—¿Siempre te despiertas a esta hora? - la castaña asintió.

—Es la hora más en calma de la casa. No me entiendas mal, adoro estar aquí, pero es imposible poder leer algo con tranquilidad- sonrió con dulzura- Además la luz del amanecer es linda desde este lado- su sonrisa se desvaneció -¿es tu cicatriz verdad? - no había notado que la estaba frotando con fuerza hasta ese momento. Se obligó a dejar de hacerlo pese a que el daño ya estaba hecho.

—Si- no había porque mentir.

Los meses anteriores fueron difíciles tras la muerte fingida de Sirius y el sufrimiento que le provocó el sentirlo como si hubiera sido real "Demasiado, diría yo" bufó en su mente al recordar como una película aquel instante donde pensó perder a su querido padrino a tan corto tiempo de haberle conocido.

"Fue lo mejor" le dijo Sirius antes de esfumarse en el aire delgado y desaparecer temporalmente de su vida. Claro que lo era. Con Sirius dado por muerto dejarían de perseguirlo y finalmente podría ser libre. Aunque para Harry la idea de vivir lejos de los Dursley era ahora un bello sueño.

Tanto Ron como Hermione y todos los demás Weasley lo trataban con pinzas como si fuera a romperse nuevamente por su pérdida y seguía sin ser de su agrado esa exagerada consideración.

-¿Ya le dijiste a Dumbledore de eso?-

-No- dijo apresurándose a agregar -pero lo haré- La castaña lo inspeccionó de arriba abajo y mordió su labio acallando aquella pregunta que tan bien sabía Harry que deseaba hacerle y que no le contestaría de buena gana —¿Puedo acompañarte?- preguntó Harry sacando un bloc de su mochila y un par de acuarelas que encontró arrumbadas en el antiguo cuarto de Dudley de alguna clase de arte que no dudaba habría reprobado.

—Me ofendería si no quisieras acompañarme- esbozó una tenue sonrisa regresando a su lectura convencida que tarde o temprano Harry le contaría sobre lo que había soñado y el moreno lo haría, pero no en ese momento.


Ambos hacían lo suyo disfrutando de su compañía en ese compartido silencio.

Adoró estar en casa de los Weasley la mayor parte del verano, una pequeña compensación de parte de Dumbledore debido a la "inesperada" puesta en escena llamada "La trágica y fingida muerte de Sirius Black" por la que le hizo pasar, así que no podía decir que estuviera muy molesto con el viejo director; dejando de lado las pesadillas nocturnas y el dolor de su cicatriz, disfrutó unas gratas vacaciones llenas de dicha, amor, camaradería, risas despreocupadas y muchos nuevos recuerdos que atesoraría por siempre.

Su pincel se deslizaba de arriba abajo en breves punteos de agua que disolvía el pigmento en tenues colores. El malestar pasaba conforme se concentraba en su pintura y lo relajaba casi tanto como lo conseguía el quidditch.

Si bien su cicatriz aun ardía, había algo en el sueño recurrente que le preocupaba. No era precisamente la risa desquiciada de Voldemort, aunque probablemente tenía que ver con ello, sino a alguien que captó su atención hacia 5 noches atrás. Una joven.

Una chica de largo cabello dorado y ojos tristes, que aunque no la había visto más que de perfil, podía decir que era muy hermosa. Aquello le daba aún más coraje. ¿Quién era ella? ¿Por qué un monstruo como él la tenía cautiva? porque por su expresión intuía que no era por su propia voluntad estar ahí. No entendía como alguien como ella podría encajar en algún plan de los mortifagos, pero era aún más frustrante solo poder ver y cruzarse de brazos sin poder hacer nada para ayudarla.

—Oye Harry que guapa la tía- exclamó Fred a su derecha demasiado cerca que sobresaltándolo, dejó caer el pincel de su mano.

Sin siquiera proponérselo, había pintado a aquella chica con tal claridad que le produjo un pequeño escalofrío. Era exactamente como la había visto durante la conexión con Voldemort. Sus ojos claros y afligidos, sus labios suaves y encarnados, su largo y lacio cabello desparramándose sobre sus hombros como una cortina dorada.

George a su vez silbó a su izquierda.

—¿Alguna confesión que tengas que hacer Harry de la chica misteriosa? ¿O acaso es una mis noviembre de una revista que no quieres mostrar?- bailoteó las cejas divertido –que pillín-

—Ninguna de las dos…- exclamó suspirando sin dejar de ver la pintura de la joven cautiva –podría decir que es la chica de mis sueños…-

Fue lo único que dijo y que por lo visto necesitaba para hacer el arguende más grande en La madriguera, pero aunque las bromas de los gemelos duraron por 3 días, ninguno ahondó en sus palabras más allá de la superficie que era la burla; solo Hermione lo observaba crítica y en silencio.

Ya después lidiaría con ello, por el momento tenía otras cosas que pensar; como las clases especiales cortesía de Severus Snape.

"Todo lo que un estudiante quiere; clases con su profesor predilecto en pleno verano" se dijo con ironía lamentando su triste situación. ¿Por qué no podía tener un año escolar tranquilo?


—¡Desastroso como siempre! ¡Maldición Potter, concéntrate, vacía tu mente! ¿No puedes con una sola tarea?- exclamó por quinta vez consecutiva el pocionista. La vena de su frente sobresalía furiosa y Harry podía comprenderla completamente. Estaba exhausto, asqueado y molesto a partes iguales.

¿Por qué no podía conseguir realizar la oclumancia mas rápido para que se acabara su tortura? que por lo que decía el reloj en la pared todavía iba para largo la sesión de ese día.

Maldijo por lo bajo.

— ¡No es mi culpa! ¡Usted entra en mi mente sin previo aviso, sin enseñarme siquiera como hacerle frente correctamente!- si le gritaba, él también lo haría. Ahí no podía quitarle puntos a su casa o ponerle la mítica nota T de troll.

— ¿Qué crees que el señor tenebroso te va a mandar una carta cordial cuando note la conexión que tienen? "Hola Potter, ¿te gustaría que invada tu mente mañana a eso de las 5?"-

—Si dice "con amor Voldemort", podría pensarlo- rebatió frunciendo el ceño.

—¡Maldito niñato! ¡Sin vergüenza, arrogante, cínico igual que tu bendito padre!-

—Pues era mi padre ¿a quién más debería parecerme?- como detestaba que usara la carta de su padre y que calumniara a alguien que ya no podía defenderse. Rezongó furioso -Además si no aprendo nada, seguro es porque mi mentor es un asco enseñando-

—¡ERES UN…!- El mayor gruñó furioso y Harry podría apostar que deseaba con mucho gusto ahorcarle por su insolencia, pero no podía evitar su pésimo humor.

No soportaba como la presencia de Snape se introducía a la fuerza en su mente, de forma violenta, dolorosa que le hacía sentir repulsión como hurgaba en sus recuerdos como si de hojas en un libro se tratara. Su intimidad, sus sentimientos casi totalmente expuestos y el con su parca expresión se burlaba de cada recuerdo que veía.

—Mira Potter, los únicos dos motivos por los que estoy aquí es: porque Dumbledore me lo ordenó y te sorprenda o no, para ayudarte a cerrar tu mente para poder sobrevivir un bendito día más. Pero te prometo que si no pones de tu parte, sigues hablándome fresco, me largo por esa maldita puerta y dejaré que te hundas tu solo ¿entendido?-

Se miraron largo rato fulminándose las miradas entre centellas. Ambos siempre conseguían pelear en esas sesiones de estudio sin llegar a un verdadero entendimiento o algún avance de su parte, pero por un extraño deseo de que ese esfuerzo realmente sirviera de algo, decidió dar su brazo a torcer.

—Vale- exclamó dando una profunda inhalación para controlar su temperamento -¿Puede por favor enseñarme oclumancia profesor Snape?- preguntó de la mejor manera que pudo sin que sonara como si estuviese sorbiendo poción crece- huesos.

Snape escaneó si había algún índice de sarcasmo en su voz y alzó la ceja.

-Bien Potter- dijo el pocionista adquiriendo una posición de ataque –varita lista-


El clima de finales de agosto era agradable y mucho más en la heladería Florean Fortescue donde siempre recibía un helado de chocolate y frambuesa con nueces picadas de cortesía.

Hedwig se posó sobre su hombro como intuyendo su cansancio y sonrió al ver cómo le mordía cariñosamente los dedos. Ya el regreso a clases estaba a la vuelta de la esquina y aún no había aprendido lo necesario para poder vaciar su mente y las palabras hirientes de Snape, aunque las ignoraba, lograban hacer mella en él.

—Anímate camarada que seguro con las clases, Snape no te anda hostigando a que aprendas esa cosa de la mente- dijo su amigo pelirrojo tranquilamente dándole una lamida a su helado.

—Eso quisiera…- murmuró mas que nada para si mismo a sabiendas que seguramente el profesor de pociones se pondría aún más intenso con la oclumancia. "Pero es imposible aprender eso" se dijo frustrado. "¡¿Cómo rayos se puede vaciar la mente con un maniático deseando que este 3 metros bajo tierra?!"

—Mira Harry, te conseguí este libro para que te ayude con tus clases con Snape, estoy segura que si te esfuerzas como has venido haciendo, lo conseguirás- el pelinegro arrugó la nariz al ver el título del libro "Dominando la Oclumancia un arte sutil pero efectivo".

—Mione, Harry no necesita más presión con respecto a la oclumancia, ¿no ves lo cansado que esta el pobre?-

—Sí, ya sé que esta fastidiado de siempre lo mismo, pero es por su bien que aprenda ¿Por qué tu no lo ves?- la castaña no pudo evitar subir la voz y el pelirrojo apretó los labios.

—Y está aprendiendo, pero a su ritmo. ¿Qué no merece divertirse? ¿Por qué no estas de su lado?-

—¡Y estoy de su lado!-

—¡Pues no parece!-

—Hey chicos basta- pidió al notar como ambos estaban de pie, con el ceño fruncido, cada vez más ofuscados el uno con el otro "Ya parecen Snape y yo que solo buscamos pelear" se dijo rodando los ojos –Hermione realmente agradezco el libro y lo voy a leer, créeme. También entiendo lo preocupada que estas por la conexión que tengo y las pesadillas, pero ahora que es mi día libre, realmente quiero relajarme un poco como dice Ron-

El pelirrojo confianzudo alzó el mentón orgulloso, mientras que la castaña con las mejillas rojas desvió la mirada murmurando algo que le sonó a "has lo que quieras" y se dio la conversación por zanjada.

Hablaron un poco sobre quidditch y los partidos de liguillas a las que a Ron y Harry les hubiese gustado asistir y que posición habrían ocupado, después de un rato la conversación se desvió en una curva contraria hacia las clases y las materias donde Hermione recobró algo de su buen humor.

Harry suspiró aliviado al ver que las fricciones entre sus mejores amigos se habían calmado y ahora conversaban con naturalidad.

Miró las nubes y esperó pronto regresar al castillo que era como su segundo hogar, ahí donde se sentía alegre y curiosamente a salvo pese a las innumerables situaciones de peligro a las que se había expuesto.

Sí, no podía esperar a que terminaran las vacaciones, su instinto le decía que estuviese listo para lo que le deparaba y en ese instante creía que lo estaba, pero jamás imaginó lo que a sus espaldas comenzaba a maquinarse.

Su cicatriz comenzó a arder con intensidad.


 

Notas finales:

Es todo por el momento! Estaré esperando ansiosa sus comentarios (Los cuales prometo responder ;P) Y pues si no quieren comentar también esta bien, me quedaré aquí sola lanzando esto hacia el abismo negro~

Les mando muchos besitos!


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