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Luz artificial por Abyss

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Notas del fanfic:

Amm... Esta historia esta tambien publicada en un foro y en wattpad~

Cada drabble sera de una pareja en si, y no hay un contacto entre ellos asi que no hay ninguna orgia, es mas, esto es muy suave, romance, toxico, etc. Lo normal.

Notas del capitulo:

Vamos de 3 en 3 :D

Luz de luna [Oneiros&Shion]

.

Avanza en silencio por los interminables pasillos de Morphia, rodeado de aquel lúgubre silencio que solo sirve para recordar que ahí no hay nadie con vida y que duermen eternamente, ya sea por castigo o virtud.

Oh bueno, se supone que debería de ser así.

Porque cuando se detiene frente a una habitación especial, cuyas paredes no tienen la escultura de nadie, no puede evitar sentir las burlas a sus espaldas y escuchar las risas de quienes se supone duermen en ese lugar, burlándose de su situación, riéndose de sus acciones.

Pero no le importan, porque para el todo esta bien y no pudo haber tenido una mejor idea.

Así que entra, con seguridad, atraviesa la puerta mística que le permite la entrada únicamente a el y se la niega a los demás, así como la salida, todo fuera por mantener a su prisionero lo mas aislado posible y negarle la posibilidad de escapar en algún momento, aunque de todas formas no es como si pudiera ir muy lejos, para alguien que no era originario del reino de los sueños, perderse en los interminables pasillos y jamás volver a encontrar su prisión destinada era el único destino que podría esperarle.

—Ya regresé, Shion.

No recibe ninguna clase de atención a su llegada, pero tampoco es como si estuviera buscando tal cosa ya que sabe que el muviano es incapaz de ignorar su presencia totalmente, siempre atento a cualquier locura que se le ocurriera hacer, porque siempre, tiene que hacer algo cada vez que regresa.

Y hoy no es la excepción.

—Eh conseguido algo para ti.

Se acerca lentamente a la cama donde Shion se encontraba sentado en el centro, con un libro entre las piernas, uno de muchos que le entretienen y le otorgan información, que lamentablemente, no le ayudaran a escapar de ese lugar. Pero al menos es algo que le ayuda a que el tiempo pase, a pesar de que hace mucho que perdió la noción del mismo.

—Aquí tienes, hice todo mi esfuerzo por conseguirlo.

Con cuidado, saco un objeto del pecho de su armadura, antes de lanzarlo con precisión hacia el libro abierto, sonriendo cuando dicho objeto cayo entre las hojas, imposible de ignorar ante quien no apartaba la vista de las eternas pagaras.

—¿Qué es esto?

No hay tanta curiosidad en sus palabras como le gustaría escuchar, pero decide pasarlo por alto cuando lo ve tomar la pequeña botella de cristal entre sus manos, inspeccionando el regalo, admirando la luz etérea que parece encerrada en aquel objeto, casi idéntica a la luz artificial que existía en el Mukai y la cual normalmente alumbraba su habitación, embelleciendo la vista de una prisión de la cual jamás podría escapar.

—Es luz de luna, para que recuerdes aquello que ya no podrás apreciar.

Lo voltea a ver, enojado, esta seguro de que aquello es cinismo en su estado mas puro y busca todo rastro de aquel sentimiento en su inexpresivo rostro, jura que se está burlando de él, aun si su boca no se curva hacia ninguna dirección o sus eternos ojos negros continúan sin demostrar nada más que un profundo pozo sin emociones, sin luz, donde ni siquiera es capaz de reflejarse. Pero no ve nada, como siempre, no hay nada.

Así que toma la botella, con mas fuerza de la necesaria que puede escucharla crujir entre sus manos e instantáneamente lo ve brincar en su lugar, levantando la mirada un poco sorprendido por el posible futuro de aquel objeto de cristal, y entonces se decide, al fin. Lanza el objeto con dirección a su rostro, la intención de romper aquella pequeña botella en su cara, solo para ver, con decepción, como pasa a su lado sin hacerle ninguna clase de daño, hasta que finalmente se estampa con la pared del final, donde cae hechas trizas hacia el suelo, liberando un extraño fuego de color azul en una especie de chispa brillante.

—¿Qué fue eso?

—Te lo dije, era luz de luna.

Regresa su mirada a Oneiros, quien igualmente se ah girado para ver el destino final de aquel objeto, antes de acercarse sin miedo a la cama, donde Shion se había movido hasta quedar sentado de forma que sus pies tocaran el suelo, como si estuviera pensando en levantarse, ir a investigar los restos del regalo que había rechazado.

—¿Quieres otro? Puedo traerlo las veces que desees.

Shion ve su rostro, la seguridad con la que dice aquellas palabras, su débil sonrisa y los ojos totalmente fijos en su cuerpo, por un momento quiere gritarle que se vaya al infierno del que salió, pero acaba de enojarse y en cambio, lo que mas desea es que simplemente vuelva a desaparecer de su vista.

—Si, tráeme más.

—Volveré pronto.

—No hay prisa, tárdate lo que quieras.

No importaba que tan hermosa y mística se podría ver aquella luz, si mantenía al dios menor ocupado y lejos de su prisión, la iba a requerir las veces que fueran necesarias.

.

Entre mantas [Oneiros&Alone]

.

Ya no recuerda cuando fue capaz de disfrutar de aquella clase de lujos, probablemente fue hace demasiado tiempo, un suceso demasiado cotidiano y repetitivo, que fácilmente fue suplantado por cosas mas importantes en cierto momento de su vida, un suceso que sin darse cuenta dejo de ser cotidiano y repetitivo, olvidándolo por completo, sin siquiera ser capaz de sentir que falta cuando abría los ojos por la mañana.

Pero hoy se acuerda.

Hoy, entre mantas, arropado casi hasta la cabeza, con su rostro lo mas cercanamente posible a un pecho ajeno, el cual se movía lentamente, la clara señal de que el otro aun se encontraba profundamente dormido, a diferencia de él, que tenía alrededor de media hora despierto, pero era totalmente incapaz de moverse, con el miedo latente de despertar al otro y perder su privilegiada posición de dormir entre los brazos ajenos.

¿Por qué se supone que estaba haciendo eso? ¿En que momento había decidido aprovechar su posición y simplemente gozar lo que tenía a la mano?

Tomo con cuidado un mechón del largo y lacio cabello negro, jugando delicadamente con él, sin jalarlo ni moverse demasiado para no molestar a quien seguía durmiendo.

No había tenido el gusto de conocer al contenedor de su señor en la anterior guerra santa, lo único que había escuchado, en su momento, fue de la situación de aislamiento de su señor, para que así Alone durmiera de una vez por todas y permitiera que el alma del dios del inframundo despertara al fin, con el alma de Sagitario encerrada en Morphia y con más santos de Athena en camino a intentar recuperarla, no hubo tiempo para que su señor del momento se presentara formalmente frente a todo su ejército, por lo que escucho, conforme iban apareciendo, los espectros se iban presentando, en ocasiones ni alcanzaban a conocerlo cuando eran dirigidos al campo de batalla.

Como siempre, la guerra estaba por encima de todo.

Pero ahora no había sido.

Su largo letargo, junto al de sus hermanos, a causa de la flecha de sagitario imbuida con el cosmos de Athena, termino en algún punto después de otra guerra santa donde no hubo oportunidad de intervenir, con un resultado demasiado obvio como para que fuera innecesario preguntar, lo único que pudo hacer fue regresar al infierno del que salió, dándole la espalda al reino por el que luchaban poseer y nuevamente no iban a poder tener entre sus manos.

Entre ellos, como un egoísta sin sentimientos que no deseaba irse con las manos vacías, se había encargado de buscar al joven llamado "Alone" y tras encontrarlo sin memoria, en una iglesia, viviendo una vida sin recordar absolutamente nada, se había dado a la tarea de arrastrarlo al infierno con el que había jugado en su momento.

 

Y lo logro. No solo eso, sino que además tuvo el triunfo de hacerle despertar sus recuerdos anteriores, literalmente lo llevo a la locura en mas de un sentido con tal de arrástralo junto a todos los demás, llevándoselo lejos de los rayos del sol que, al menos por el momento, no tenían permitido acceder hasta que se llegara a algún acuerdo que beneficiara a ambas partes.

—¿Oneiros? ¿Ya estas despierto?

Sintió el movimiento entre las mantas, los dedos que habían acariciado superficialmente su cabello le dieron una última pasada con más fuerza, antes de que el mas pequeño se retirara casi totalmente de su lado para sentarse en la cama, despeinado y medio adormilado, si usaba un poco de su cosmos fácilmente podría tenerlo nuevamente en el reino de los sueños, pero eso no estaba bien, usar de esa forma su poder no estaba realmente bien. Aunque claro, no es como si a alguien le fuera a importar.

—¿Qué pasa Alone? ¿No estabas cómodo?

Por su parte, lo mas que hace es tomar el cojín y jalarlo un poco mas para acomodar su cabeza, mirando al bello durmiente intentando cepillar su cabello mientras permanece luchando contra el sueño que se niega a irse totalmente, esa clase de situaciones por las cuales era divertido apreciarlo al despertar.

—¿Hace mucho que despertaste?

—No, solo unos cuantos segundos. ¿Tienes hambre?

—Si, hay que pedir ya el desayuno.

Fue poco tiempo después de que se habían asentado en el inframundo, justo en Giudecca, sin los principales comandantes de Hades a la vista y el alma de su señor durmiendo profundamente una vez mas en los Elíseos, Alone, quien aún mantenía rastros de aquel poder en su interior, había sido voluntariamente obligado a pararse frente a todo el ejército, sentarse en el trono y dar órdenes una vez más, prometiéndole ahora una vida más cómoda en vista de que no había una guerra a corto plazo ni nada que se le fuera a parecer, con ese pequeño detalle de que uno de los precios era renunciar a la posibilidad de volver a la superficie, así como a tener que convivir con los muertos nuevamente.

Para alguien, cuyos pecados a pagar eran tantos que tendría una larga estadía en, ligeramente, todos los infiernos, ofrecerle eso y que al final se le fuera a permitir reencarnar después de beber del Lete, tendría que haber sido muy tonto para rechazar dicha invitación.

—Levántate Oneiros, no quiero que te encuentren en mi cama.

—No quero levantarme, ven y acuéstate otra vez conmigo.

—Arriba, tengo hambre.

Observo el cabello negro moverse mientras Alone jala sin problema las mantas que los habían estado cubriendo, la señal de que se levantara de una vez para salir al comedor y reunirse con algún espectro para pedir un poco de desayuno, o almuerzo, si es que el mas bajo algún día lograba desarrollar la percepción del tiempo que necesitaba para vivir ahí.

—¿Después podemos volver a acostarnos?

—¿Qué no tienes trabajo?

Sonríe, antes de levantarse. Obviamente lo tenía, pero a diferencia de muchos, él podía trabajar durmiendo, sin problema alguno.

—Está bien, tú ganas, pero regreso en la noche para dormir.

—Haz lo que quieras.

A estas alturas, ni siquiera le interesaba como había llegado hasta este punto, lo único que importaba, es que podía disfrutar de dormir entre las mantas de alguien más, alguien que lo estaba mimando mas de lo que era necesario.

.

Enemigos [Oneiros&Aspros]

.

Se supone que debían de odiarse entre sí, pelear uno contra al otro debido a la diferencia de ideales, por el bando al que pertenecía cada uno, por lo que buscaba obtener mediante la guerra que estaba por librarse en menos tiempo de lo esperado.

Se supone que deberían de ser enemigos.

En ningún momento se suponía que compartieran momentos a solas, sentados uno al lado del otro en aquel ficticio jardín, del que ya no deseaba despertar, porque la calma que lo rodea le tranquiliza por completo, las mariposas de fantasía que vuelan a su alrededor son tan llamativas que se podría pasar horas mirándolos y la compañía de Oneiros... La silenciosa compañía del dios menor era la distracción que necesitaba para despertar al día siguiente y poder intentar seguir viviendo, seguir peleando contra si mismo y avanzar hasta el punto donde su existencia era necesaria.

Antes de intentar descansar.

Suspira silenciosamente, enfocando su mirada en Oneiros quien permanece en silencio y estoico a su lado, mirando al horizonte sin fin que era su sueño determinado mientras estuviera en esa prisión, demasiado a gusto con lo que se le había dado como para tan siquiera pensar en cambiar algo.

Y entonces lo ve, es casi imperceptible, pero alcanzo a notar el momento justo en que Oneiros se tenso ante una mariposa que se acercaba repentinamente a su rostro, manteniéndose lo suficientemente quieto y atento a sus movimientos, como si esperara a que esta se fuera a parar en alguna parte de su rostro, antes de pasar de él y dirigirse hacia su largo y medio enmarañado cabello, el cual estaba siendo rodeado por varias mariposas más, todas de ese mismo color azul que parecían soltar brillos conforme se movían por todo el lugar, tan fantasiosas como el sueño en el que se encontraban descansando.

No podía sentir miedo ante su enemigo, no, mentira, en realidad, era incapaz de sentir cualquier cosa mala hacia él, sabía que era malo confiarse de esa manera, pero con alguien que se ponía así por que una mariposa se le acercara.

Fuera un engaño o no para ganarse su confianza o hacer que bajara la guardia, lo estaba logrando de manera increíble y no pensaba hacer absolutamente nada para que la situación cambiara a su favor, después de todo, él no tenía ningún interés en esta guerra, no quería participar, independientemente de lo que dijera el Oráculo, el no deseaba verse envuelto en todo eso.

Solo quería quedarse ahí, al lado de Oneiros, durmiendo eternamente en su ficticio sueño.

—Aspros, es hora.

Abre los ojos, notando entonces que la mano de Oneiros sostiene un mechón de su cabello, del que cuelgan varias mariposas azules, obviamente enredadas tras haberse intentado colgar de el como si se tratara de la corteza de un árbol, siempre era raro verlo por sí mismo, aunque por la manera en que Oneiros parecía disfrutar de observar aquello, casi podría jurar que le gustaba verlo.

Y si no tuviera los pensamientos destruidos y su compañero no fuera un dios menor que decía poco interesarse en los mortales, podría intentar soñar que sus gestos y algunas miradas eran de "amor" imposible de saber si de alguna manera fuera "verdadero" o "sincero" pero poco importaba, porque si el sentimiento estuviera ahí, entonces tal vez tendría menos remordimientos en seguir viviendo, porque bien podría significar que podía sentir algo así y que alguien más lo sentía por él.

Pero para algo así, era mejor soñar, después de todo, estaban ambos atrapados en un bello sueño y no había porque desperdiciarlo.

—Esta bien, hazme despertar, regresare mañana.

—Te esperare.

Lo veo soltar su cabello lentamente, antes de levantarse, en su siguiente parpadeo, despierta dentro de su cabina en el barco donde esta viajando, el movimiento le sorprende por un instante antes de reponerse, mirando a través de la ventana al cielo que lentamente se va iluminando, respiro profundo antes de empezar a sentir esa parte de el que tanto odiaba, arrastrándose lentamente, como si se estuviera estirando después de dormir lejos de sus pensamientos, probablemente aburrido por no ser capaz de torturar sus pensamientos como solía hacerlo al principio.

Alzo la mirada al techo de la cabina, antes de levantarse, dejando la cobija a un lado y empezando a prepararse para desembarcar en el siguiente puerto donde llevaría a cabo su misión. Acaricio su cabello ligeramente con sus dedos, buscando ese mechón donde había visto a las mariposas colgarse y tener dificultades en desenredarse.

Algún día, eso dejaría de ser momentáneo y su sueño, seria eterno.

No importaba si su traicionera mente le dijera que finalmente había terminado de la peor manera posible, deseando estar con alguien mas en lugar de seguir dedicando su vida a su señora. Pero tan acostumbrado estaba de escuchar aquello, que fácilmente tomo su Pandora box y siguió su camino, después de todo, aun faltaba para poder conseguir lo que realmente quería y finalmente poder librarse de aquello que tanto le aquejaba.

Si, su verdadero enemigo, al final, solo era el mismo.


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