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Secuestrador, Seductor, Encantador por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Feliz días de muertos 

^^/

2 de Noviembre

Misteriosa desaparición

(Recorte del diario local)

Sigue desparecido el detective Marik Kuroi.
Según los últimos reportes ingreso en el bosque antes de ser declarado desaparecido. 
No hay reportes de más niños ni personas desaparecidas en los últimos días. Equipos especiales de búsqueda trabajan en los bosques.

-

Oh, my gosh.
¿Pueden creer esto?
Ya es que no solo niños ¿personas adultas desapareciendo?
¿Qué demonios es ese sitio? ¿Otro ‘Salem’?

Tengo dos vertientes que seguir a partir de lo sucedido. 
O la secta tras las desapariciones está jodidamente bien organizada…
O ese lugar realmente está maldito.

Ryou casi lanzó su teléfono contra la pared luego de presionar insistentemente el botón para regresar a la pantalla central y dejar de ver esos videos y ‘reportajes’ que estaban corriendo por internet desde hacía unos días.

Se tumbó nuevamente contra la cama y se echó las sábanas encima.

Se largó a llorar. Un llanto crudo y amargo.
Si no hubiese sido tan temperamental. Si simplemente hubiera dejado que Marik lo llevara de vuelta a casa esa tarde, su mejor amigo quizás ahora no estaría… no estaría…

Lagrimas amargas mojaron sus mejillas.

— ¡Marik! —gritó entre el llanto, pero de nuevo, solo el silencio le respondió.

El silencio, y dos aleteos a la distancia.

 

22 de Noviembre

Se realiza ceremonia en nombre del policía extraviado

Según diversas fuentes, conseguimos enterarnos que esta tarde se estará llevando a cabo una ceremonia en nombre del detective, desaparecido hace cerca de veinte días, Marik Kuroi.

Nunca hubo declaraciones de que esta desaparición estuviese relacionada con los llamados ‘niños perdidos’ que han hecho tan famosa esa pequeña ciudad… ¿pueblo? Es un pueblo ¿no?

Como iba diciendo. 
No había habido reportes de niños desaparecidos desde dos meses antes de la desaparición del detective. 
¿A esas personas solo les quedará esperar a ver cuándo y quién será la siguiente victima? 
Honestamente yo no sabría vivir con esa incertidumbre, es sencillamente espeluznante.

By the way. Desde aquí queremos presentar nuestros respetos y condolencias a todos los familiares, amigos cercanos y compañeros de trabajo de detective caído.

Muchos especulan que el joven hombre estuvo investigando todos los registros de los ‘niños perdidos’ antes de desaparecer.
¿Será acaso que encontró algo que otros no? ¿Pudo ser la primera persona que se acercó a desvelar el misterio y por eso le sucedió lo mismo que a los niños?

Solo podemos especular, querido público.

Será otro misterio sin resolver de este basto mundo.

 

Un año después…

Ryou estaba lo siguiente a harto.

Estaba dudando de su cordura.

Y todo había comenzado solo un mes después de que Marik desapareciera.

Risitas.
Pasos en su casa por la noche.
Sonidos de aleteos.
Sueños extraños una vez al mes que recordaba con total claridad.

Y esos ojos oscuros.

Esos malditos ojos oscuros que venían respaldados por un par de lilas indiferentes, y otros exóticos de color fucsia que reconocería en cualquier parte.

Igual que si voz. 
La voz del que siempre fue su mejor amigo, llamándolo, invitándolo…

¿Pero a dónde? ¿y a qué?

Ryou no sabía si quería hallar esa respuesta.

Pero últimamente, no pareciera que tuviese otra opción.


Casi medio año después de aquel terrible día, incluso empezó a ver a Marik cuando se quedaba mucho tiempo viendo el reflejo en un espejo o cristal. 
Por un tiempo quiso creer que era solo su dolor, un duelo mal llevado, su anhelo por querer volver a verlo, como le pasó con Amane algunas veces a lo largo de los primeros años, y como le pasó a su madre las semanas que duró antes de morir.

Ven a jugar con nosotros Ryou.

Pero había un detalles importante. La persona que veía en esos reflejos…

Hay algunas personas aquí que quieren verte.

Se parecía a Marik… pero no podía ser Marik… Al menos no su viejo amigo de la infancia.
Porque Marik no tenía alas oscuras, no sobre maquillaba sus ojos, no usaba tanto oro y definitivamente no tenía cuernos.

Ven a divertirte con nosotros…

Ryou dejó de salir a menos que fuese estrictamente necesario.
Solo tenía un espejo en su baño, en el interior de un armario, y solo lo usaba cuando era necesario.
Mantenía las ventanas cubiertas.

¿Por qué no me dejas verte?


¿No quieres jugar con nosotros?


Vamos Ryou, sigue mi voz.

Empezó a tener insomnio, solo dormía bien cuando tocaban esos sueños extraños.
Se sentía inquieto, seguido, observado; incluso en las habitaciones de su propia casa.

Para cuando el siguiente Octubre llegó, Ryou ya lo sabía, Marik venía por él… junto con alguien más.
Y no había nada que pudiese hacer.

Ryou caminó aquel 31 de octubre de vuelta al bosque, aquel bosque donde vio por última vez a su mejor amigo. Caminaba como un condenado a la horca. Básicamente así se sentía así mientras se acercaba a esa vieja cabaña, apretando en su mano el mismo dibujo que Marik le enseñó hacía un año, el cual había aparecido sobre sus sabanas esa misma mañana.

Cruzó la puerta con lentitud, apenas sorprendido por todos los espíritus de niños jugando alrededor del claro. 
Los niños tuvieron la intensión de rodearlo y llevarlo a jugar con ellos, pero al parecer algo los detuvo.

Visualizó la puerta, se acercó y la tocó y esta se abrió.
Dentro olía a flores de cerezo, y vino blanco, estaba tibio en comparación con el frio otoñal de fuera.

Caminó, sin saberlo, hasta la misma habitación que Marik eligió en aquella ocasión, notando los pasos y aleteos detrás de él.

Mi pequeño y dulce algodón de azúcar, viniste por fin —escuchó a sus espaldas, en tono contento.

Ryou no se atrevió a dar la vuelta, cuando a esa declaración, le siguieron dos gruñidos —Marik~ —fue un canturreo de advertencia, de una voz molesta —espero que no me hagas arrepentirme de esto.

No te preocupes, bebé —un suave aleteo —sabes que eres mi chico favorito.

—Además, Malik —Ryou adivinó que esa última voz era la segunda persona que gruñó —él es para mí. Él será mi reina.

Un par de risillas siguieron a esa declaración, que le puso la piel de gallina.
Cuando finalmente no tuvo otra opción más que girar a ver, lo recibió la misma visión de Marik que había tenido en vistazos de reflejos, acompañado de un ser ligeramente similar a él, con un aura que solo podría describir como un diablillo travieso. El que habían llamado Malik estaba prendido del brazo de Marik, flotando a su lado con el par de alas en tensión y mirándolo como si lo desafiara a acercarse a su mejor amigo.

Un poco más apartado había un ser similar, con el cabello blanco-platinado rebelde y desordenado; dos mechones levantados cubrían el nacimiento de un par de cuernos cafés. Un par de ojos castaños oscuros que reconocía de sus sueños, intensamente delineados, y mirándolo como si acabase de encontrar una joya muy rara; alas negras, similares a la del par morenos, aunque las puntas parecían magulladas.

Mi preciosa joya, por fin has dejado de ignorar nuestros llamados —manos blancas, con garras puntiagudas levantaron el mentón —te tomó un tiempo, pero finalmente estás aquí.

Marik soltó una risilla — ¿No piensas venir a saludar?

Los grandes ojos castaños se dirigieron a su mejor amigo ¿faltaba alguna otra criatura que ver? ¡Estaba temblando!

Pero lo que entró por la puerta no fue otra criatura. Fue un espíritu.

— ¿Ryou-nii?

Al albino humano se le llenaron los ojos de lágrimas, y manos con garras se encargaron de limpiarlas — ¿Lo ves, precioso conejito? Es aquí donde debes estar —Ryou tembló bajo las caricias cuidadosas del ser frente a él —y a partir de hoy, no te irás —se inclinó, y tomó posesión de sus labios.

 

Ryou se sintió mareado, y cálido, y cómodo… Se sintió pleno, como sí todas sus preocupaciones resbalaran de su espalda.
Se derritió en ese beso y rodeó con sus brazos el cuello de la criatura que lo reclamaba, quien a su vez rodeó su cuerpo con sus brazos.

Fin...

 


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