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Smile OS por Alixia

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Notas del capitulo:

lo publiqué sin editar, lo siento, me nació hacerlo, quizás no quedó perfecto pero de algun modo me gustó y espero que entiendan el mensaje al que llevan.

La noche de verano en el pueblo era precioso, las luciérnagas y las estrellas iluminando todo el paisaje a la vez que la comunidad solía sentarse afuera de sus hogares para disfrutar de la brisa fresca y vigilar a los niños jugueteando en las calles mientras los adolescentes salían a divertirse con sus amigos como era de costumbre, no había peligro puesto que todos se conocían y pocos acontecimientos trágicos sucedían, era un pueblo que no estaba acostumbrado al pánico de las ciudades grandes. Estaban agradecidos por ello, era un lugar ideal para la crianza o para gente mayor que buscaba alejarse y disfrutar de sus años últimos en un lugar sin drama y total paz, sin contar las incontables peleas de Baekhyun y Chanyeol, un par de novios que tenían tantas discusiones como amor.

-¡Lulu, trae otra cerveza!

El rubio volteó a ver a su mejor amigo, quien se encontraba rodeado por los brazos de su novio, Chanyeol, soltando una carcajada por lo enano que se veía. –Ni hablar, no quiero cargarte borracho de nuevo.

-Venga, solo es una.- suplicó Baekhyun con un puchero. –Además, Chanyeol puede llevarme.-

El mencionado alzó una ceja, nada sorprendido por la decisión de su novio. –Ni de coña, te pones demasiado molesto ebrio.

-¡Soy tu novio, hazte cargo de mí, grandísimo elefante!

Lu Han miró divertido como su amigo golpeaba a Chanyeol con fuerza, si es que eso era fuerza, antes de sobresaltarse ante unas manos sobre la cintura pero calmándose ante una risa ronca por el evidente susto que le había provocado, ganando un golpe en el pecho y una sonrisa juguetona de aquel muchacho con ojos de ciervo dulces como la miel.

-¿No dijiste que no ibas a venir hoy?

SeHun se encogió de hombros. –Tenía ganas de ver a mi novio ¿es eso un crimen?

-¿Qué cosas tontas dices?- cuestionó con las mejillas encendidas, rodeando aquel cuello con sus brazos solo para jugar distraídamente con algunos mechones de cabello. –Mañana tienes entrenamiento, deberías de estar durmiendo, el campeonato se acerca ¿no es así?-

-¿Me irás a ver, verdad? Voy a necesitar el apoyo de mi guapo novio para ganar.

Una sonrisa amplía pintó sus labios. –Por supuesto que sí.

-¡Par de tortolos, vengan a jugar!- gritó JongDae agitando sus brazos al aire, provocando risas antes de que un par de manos entrelazadas corrieran hasta la fogata improvisada. –Ya era hora de que vengan a compartir con sus amigos, dejen de estar en su burbuja de amor.-

-Lo dices porque estas envidioso.

-¡Tsk! ¿cómo podría estarlo?

-Suho no te quiere.

Y quizás la noche había pasado entre bromas y bromas, risas contagiosas y un JongDae tan ebrio y desvergonzado que cantaba a los vientos que su crush soñado no le daba la hora mientras en su mente ya tenían dos hijos, un gato, y una casa con jardín, sin hablar de aquellos novios gruñones que habían desaparecido hace un par de minutos para hacer quien sabe qué cosas mientras Lu Han solo observaba todas las escenas, acurrucado contra el pecho de su novio y con una manta cubriendo parte de su piel descubierta, pensaba que sí, sus amigos eran peculiares, tan raros que a veces se preguntaba cómo es que los había conocido, eran historias divertidas y buenas anécdotas.

Baekhyun a los cinco años le había hecho tragar un pastel de lodo con gusanos, jurando que sus pasteles eran los mejores de todo el mundo, causando que el pequeño ciervo vomitará todos sus órganos posibles, causando un terror en los ojos de cachorros que se llenaban de pánico. Con JongDae había sido diferente, un chico de ciudad que se había mudado a los diez años y cuyo pasatiempo favorito era acosar al par de amigos por los pasillos de la escuela, preguntando si eran mellizos o alguna clase de chicas con penes, debido a las delicadas facciones y las cuidadas pieles blanquecinas, no cabe aclarar que fue golpeado en numerosas veces hasta que fue aceptado luego de un par de semanas.

-¿En qué piensas, mi amor?- cuestionó SeHun, acariciando los brazos.

Levantó la cabeza antes de sonreír travieso. –Recordaba cómo conocí a ese par de locos.

-Siempre fueron buenos amigos.

Lu Han rio, era verdad, fueron inseparables y todavía lo son a pesar de las hormonas, aquellas discusiones sin sentido, y las personalidades cambiantes conforme transcurre el tiempo.

-Es verdad, a pesar de todo, les quiero.- susurraba débil. –Son los mejores amigos que podría tener.-

La madrugada se acercaba con las tres a.m acechando alrededor, poco a poco los chicos se iban despidiendo, un borracho byun siendo cargado por lu mientras caminaban por las calles de su barrio, agradeciendo que la gente todavía no estuviese dentro de sus casas debido a que no era tan fanático a la oscuridad y más con los balbuceos repentinos de su mejor amigo que lo sobresaltaban en más de una ocasión, maldiciendo en voz baja por el mini paro cardiaco y las risas nerviosas escapando de sus labios. Había jurado que no se haría cargo de él otra vez pero allí estaba, alzando a un enano borracho hasta la inconsciencia mientras el día siguiente tenían clases.

Claro que no era el mejor estudiante de todos pero su asistencia era perfecta, no iba a arriesgarse a romper su buena racha por un Byun muerto que se apoderaba de su cama, haciéndolo dormir en la vieja habitación de su hermano mayor que se encontraba en la universidad pero los pensamientos no le dejaban dormir, rodaba por las mantas, el insomnio se hacía presente una vez más y sus ojos se llenaban de lágrimas desesperadas, las cuales derramaba en silencio al abrazar sus piernas.

Todavía no lo entendía, no entendía cómo se sentía así cuando siempre sonreía de tal modo que su corazón se sentía en paz al ver las tonteras de sus amigos, al estar con su novio, al ver a su familia junta y feliz. No tenía sentido, no entendía por qué se sentía tan vacío y solo cuando las razones no existían, quizás había sido producto de todos aquellos años en los que había actuado estar bien a pesar de las burlas que se suponían que eran bromas, de las palabras hirientes y las comparaciones, quizás se sentía así porque murió hace un tiempo atrás cuando sus sueños fueron rotos y las personas solo señalaban sus defectos en vez de celebrar cada cosa que salía bien, sus notas, los recitales, posiblemente era porque una parte de su corazón estaba podrido, agonizando.

El sentimiento era tan difícil de explicar, como si se estuviera ahogando, pero estaba bien, siempre estaba bien, mañana volvería a sonreír ¿verdad?

-Mañana volveré a fingir, mañana, yo.

La mañana no llegó, al menos no para él, tampoco para sus amigos ni familia.

La policía sacó el cuerpo cubierto por una sabana, se había ahorcado susurraban, sufría depresión, era tan joven, lo hizo para llamar la atención, siempre lo vi tan feliz, de seguro alguien le había hecho algo, se dice que estaba en cosas turbias. Las personas susurraban impactadas mientras un par de señores mayores lloraban desesperados, la mujer aferrada a la camilla que no quería dejar ir, gritando el nombre de su bebé, porque eso les pasaba a otros, no a él, no a su hijo que lo tenía todo, no lo entendía, no podía comprender el por qué, no lo sabía, pero su bebé ya no estaba allí desayunando como siempre y contando las locuras sucedidas en la salida grupal, riéndose a carcajadas de un Baekhyun con dolor de cabeza que ahora solo podía observar desde la puerta, vació.

-¡Es mi bebé no se lo lleven! ¡Es mi bebé!

Esa noche llovió, como si el cielo rompiera en llanto en una despedida al muchacho que la piel pálida poseía y vestía elegante con aquel traje por el que estaba tan emocionado para su graduación, el mismo que dijo que era en juego con un par que tenía su novio, un ataúd lleno de pétalos de rosas ocultando la inevitable marca en el cuello que había sellado su fin.

 

‘‘Mamá, no quiero fingir mañana, perdón.’’


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