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Promesas Entre Enemigos por knaxzerim

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Notas del fanfic:

Advierto, fue creada en compañía de mi Marida Agatha Shadiness, y fue publicada por primera vez en AO3, aquí pongo el crédito merecido a mi lobe amada, y el agradecimiento en la corrección del
estilo y la ortografía.

Ninguna de las dos somos asiduas fanáticas de los comics de Marvel, así que no encontraran en esta historia referencias cien por ciento fidedignas de ellos, nos gusta el MCU y personalmente soy asidua de los FF del fandom, de donde me doy mas idea de como funcionan los personmarvels, y quizá el TonyXLoki sea raro, y no son ni de cerca cannon, pero nos agradó la idea de verlos haciendo cochinadas y esperamos que a ustedes también.


disclaimer: Los personajes de Marvel Comic´s, pertenecen a esta compañía y fueron invitados a colaborar en esta historia de forma completamente recreativa, sin animo de lucro, y con el afán de entretener.

Notas del capitulo:

Este trabajo esta inspirado en varios fanarts IronXFrost que nos encontramos perdidos por Pinterest, Tumbrl y Google. 

Está chikito y ya esta terminado, así que no tendrán que esperar mucho por las actualizaciones. 

Chaus 

Capítulo 1 Fragmentos

Había visto los ojos de su hermano por última vez. Sabía del gran amor que su hermano le profesaba, pero no podía sostener más tiempo su mano. Le dejó ir, en ese momento en que cayó por el bifrost. Sabía que sus constantes traiciones, la invasión a Midgard y el fingir su muerte para librarse de la condena que le esperaba en Asgard después de la pelea contra Malequit serían demasiado para que Thor y sus palabras pudieran ayudarlo frente a Odín y el consejo de justicia. Vagó por el cosmos como un fugitivo, hasta que Thanos, ávido de su venganza, lo encontró. Lo manutuvo cautivo, haciendo que criaturas horribles lo torturaran hasta perder la consciencia, una y otra vez. Ansiaba la muerte, pero la criatura milenaria se congratulaba en sus lágrimas, en su vergüenza y dolor. Thanos era la muerte misma y se le negaba solo para verle sufrir una vez más cada día. Era el peor castigo que podía existir. Finalmente, un poco de suerte había acudido en su auxilio, en un descuido escapó de las manos de sus carceleros y fue a dar, ya no recordaba ni cómo, a un lugar que apenas le era familiar. Se sentía tan desubicado que no entendía porque se encontraba en ese lugar, escondido detrás de la torre vengadores, a unos metros del contenedor de la basura, ¿Por qué?... ahora lo recordaba, agriamente, entre las nubes de dolor que se cernían en su cuerpo, había invocado un poco de fuerzas, un hechizo único, pero con la suficiente potencia para transportarlo lejos de las garras de Thanos. Ahí, a la torre el único lugar que reconocía como un punto de referencia en Midgard. A su vez, el único lugar donde podía estar a salvo.

En ese lugar Thanos aún no se decidía a atacar, más para él eso era lo apropiado. Pensaba, tal vez como una opción, que Midgard le representaba un problema debido a la gran cantidad de sujetos con fuerza extraordinaria y que podían, en un determinado momento, presentarse ante él como una amenaza. Thanos debía estar planeando algo en la oscuridad de su horrible mente. Dio un suspiro y miró al cielo que ya pintaba tonos ámbar, esperando que el sol se ocultara. Fue entonces cuando se percató que no era el único que se encontraba en ese callejón mugriento. Un hombre que le pareció conocido se acercaba por la calle; ebrio como una cuba, se tambaleó escondiendo un rostro de barba descuidada como si fuese alguien más del cumulo de almas perdidas de la ciudad de Nueva York, a razón de que el Capipaleta se le fue a jugar manitas calientes con su amigo el Soldado del invierno, quien a su vez se encontraba en Africa, con Black Panter.

Tony se sentía una basura, tan insignificante que incluso la basura le vería sin ninguna clase de respeto. Tras el fracaso de la iniciativa de registro de superhéroes y la fuga de Rogers, había encontrado algo de consuelo en la gaveta de licores de su oficina, y cuando Pepper y Rodei la vaciaron para que no siguiera embriagándose, debía rebajarse a escapar a las licorerías de la zona a buscar cualquier líquido que le quemara un poco la garganta y le nublara los sentimientos que le acosaban.  Quebrado por todos ellos se dejó vencer en uno de los muros cerca de la torre, un edificio que había elevado como una muestra de su ego y poder en el mundo. Como el cuartel general de un grupo de amigos que ahora se encontraban divididos; ya en el suelo, vio un par de botas que seguro estarían de moda un par de siglos atrás, y retazos de un abrigo verde que había visto mejores días. A pesar de que conocía al portador de esa indumentaria, atribuyó su visión al alcohol que ya le inundaba la sangre. Irónicamente le habló a su alucinación

–Cuernitos, ¡Cuánto tiempo!; ¿Qué plan malévolo tienes ahora en mente?

–Por ahora, me encantaría ese trago.

Sorprendido por la respuesta, elevó las cejas y contrario a su mejor juicio, continuó con la conversación, extendiendo –de todas formas– la botella de alcohol al maltrecho sujeto. 

–Consigue el tuyo.

La alucinación tomó la botella y con algo de dificultad dio dos grandes tragos, al retirar sus labios brillaban de humedad. Para Stark recibían un brillo destellante como reflejo del atardecer en la ciudad.  Loki  levantó nuevamente la botella no sin antes humedecer su carne con saliva y después probó el líquido, ligero como una golosina, siempre viendo a los ojos de Stark, como una tacita invitación… Ojos verdes mostrando su encanto, un hechizo que no necesita ser pronunciado. Oh sí, porque todo Loki era una maldición maravillosamente esculpida. En algo no se equivoca el hombre de ego tiránico. El chico de piel pálida, ante los ojos de Tony tenía al menos la belleza de un Dios de antología.  Stark sintió su mirada y la piel se le hizo chinita de recordar que su bastardo capitán le dejó atrás, que él podía haber sido un egoísta, pero no abandonaría a su equipo, y entiende, curiosamente entiende porque Loki está ahí, ambos están derrotados y en el suelo. Y necesitan algo que tal vez el otro pueda darle.

–Cuernitos, tengo mejor wiski en la torre y me duele el trasero de tenerlo en el piso.

Quería levantarse, pero su estado de total embriaguez provocó que cayera dos veces antes de comenzar a reírse de su estupidez, por algo Pepper le dijo que no debía beber licor barato, era millonario y bebía licor barato… ironías de la vida. Nunca faltan. Pero luego piensa que el licor barato es el que mejor cura las penas del alma. El que borra la memoria y el pesar de un jalón. Fuego líquido en sus entrañas. Fuego que se lleva todo: el dolor, la decepción, la culpa; Tony ya no quería tener culpa, sólo amor. Pero parecía que este se le iba de las manos más rápido que el alcohol de la botella.

–Estás hecho una mierda Stark. –Afirmó el pelinegro cuando lo vio. Supo que ambos estaban jodidos, había escapado de Thanos, y tenía una o varias sentencias de muerte en su cabeza. Su padre lo odiaba, su madre estaba muerta, su hermano lo había abandonado para que se pudriera en un páramo asqueroso en la tierra de los elfos oscuros. Aun así, Loki pensó que Stark era un llorón sin problema alguno y que, de todas formas, se veía peor que él.

–¿Disculpa?, tu no luces como en un cuento de hadas, cuernitos.

–Escape del infierno, no me molestes.

–¿Así le llaman ahora al trabajo? qué dramático y diva eres.

–Como si conocieras lo que eso significa, tus amigos escaparon tan rápido cuando se dieron cuenta que contigo no hay respaldo a menos que acaten tus reglas, y dices que el villano soy yo.

–Por favor, me halagas ¿quién trajo a un ejército de criaturas para matarnos? te recuerdo que sólo basta una llamada mía para que Shield o el ejército caigan sobre tu trasero, así que mejor compórtate cariño.

–Como si realmente me importara…anda llámalos, quiero ver la cara de Fury cuando encuentre a Iron Man sentado en la banqueta con un chicle masticado pegado en el trasero.

Respondió mientras bebía de la botella de nuevo. El calor de líquido le raspaba un poco la garganta. Era suave a comparación del hidromiel que había bebido sin que sus padres o su hermano se enterasen, pero no podía pedir más, eso era lo único que estaba cerca. Tal vez si Shield lo atrapaba tendría una cama o una celda para limpiar sus heridas. Tony soltó una risa estruendosa, como esas que hace mucho no lograba.  Loki era una caja de encantos, ácidos y un poco huraños, pero encantos, al fin y al cabo.

–Mejor te llevo conmigo en calidad de detenido rumbo a mi departamento, cuando se me pase la resaca llamaré a Fury…o a quien sea que este en su lugar, ¿Qué dices?

–¿Por qué no? –Respondió el pelinegro con una sonrisa cansada. Hizo un gesto con sus largas manos y logró poner a Tony de pie, al final era el hechicero más poderoso de Asgard aunque apenas y pudo elevar un poco el trasero: Estaba tan adolorido.

Cuando Tony lo vio quejarse mientras se intentaba ponerse en pie decidió ir en su ayuda. Con manos trémulas se atrevió a sujetar la cintura del asgardiano.

–No sé qué te pasó, pero debió ser algo muy malo. Ni contra Hulk quedaste tan mal.

Una sonrisa apareció en el rostro pálido de Loki. Como un par de ebrios decidieron apoyarse uno en el otro para poder caminar. Viernes abrió la puerta del ascensor sin esperar la orden de Tony, guiándolo al único lugar donde había algo parecido a un botiquín de primeros auxilios

"Señor desea que informe a la señorita Potts"

Preguntó la IA ante la detección del antiguo invasor de la torre.

–Que sea nuestro secreto, si me ve en este estado me va a regañar.

Loki sonrió y giró los ojos. Stark era un excéntrico. Al entrar a la torre, esperó un poco antes de colocar al asgardiano en un lugar cómodo, a pesar de que Viernes había arreglado todo para ello, ambos se habían tambaleado en el camino, pero él había notado sin mucho esfuerzo que la debilidad y torpeza del pelinegro no se debía a los pocos tragos que dio a la botella.

Desde que ocurrió lo del capitán no podía dejar de pensar en lo estúpido que era y en lo mucho que le molestaba la falsa moralidad del Rogers. Creció idolatrando su imagen, ya que en el escaso tiempo que su padre había compartido a su lado, el principal tema de conversación habían sido los recuerdos que poseía del proyecto del súper soldado.

Recordaba con algo de amargura una noche que Rogers había despertado histérico en la torre, creyéndose atacado por Hydra y buscando a Bucky. El dichoso Bucky que había sido su compañero de juergas y de primeras veces. Él que lo quería vivo y que de no haberse ido a combatir al frente hubiera impedido que el Capipaleta se metiera en el protocolo del súper soldado. Tony se había quedado hasta tarde perfeccionando algunas conexiones en su traje y en el desarrollo de los centinelas de acero, esos que Ultrón convirtió en su ejército personal. Viernes le había informado acerca del ataque del capitán Rogers y del riesgo que implicaba para él si se acercaba, pero como el idiota suicida que era le importó poco y se acercó al soldado. Lo encontró hecho un ovillo en uno de los gimnasios de la torre, su amplia espalda estaba marcada por el sudor y la camiseta de algodón de tipo militar estaba rota; cuando vio el video de seguridad, se dio cuenta que el capitán había llegado a ese lugar por los ductos de ventilación que estaban custodiados por pequeños robots que ante este tipo de incursiones atacaban indiscriminadamente.

El capitán le había llamado Howard, le había pedido perdón por romper su edificio y había preguntado por los demás, seguramente su comando de soldados, el pelotón que había muerto 70 años atrás cuando él quedó sepultado en el hielo. No supo cómo diablos se enredaron, o porque el siempre correcto Capitán América había correspondido a sus avances. Sólo sabía que lo hizo y ambos compartieron experiencias y recuerdos de sus pasados, de la feliz infancia de Rogers y de la solitaria de Stark, de los días en que él había caído en las drogas y de lo desolado que se sentía el capitán ante los avances de la tecnología. Después, simplemente una noche ocurrió algo. Terminaron en la cama, desnudos y uno en el interior del otro, él entregándose vulnerando la última barrera de seguridad que poseía, porque al final de cuentas no sabía dónde podría estar más seguro que en los brazos del Capitán América. Fue placentero, no podía decir que el suero del súper soldado no había hecho maravillas; Rogers era; sin embargo, chapado a la antigua y sentía cierto recelo de enredarse con Iron Man, de saber que había cruzado una línea taboo que en su época le hubiera costado todo, más nunca le dijeron a nadie, y esas noches clandestinas se fueron espaciando poco a poco, mientras Shield le asignaba nuevas misiones al tesoro de la nación.

Una noche el capitán tenía listas sus maletas y se había ido sin decir si volvería. El muy cabrón se despidió con un abrazo de hermanos y le dijo que iría a Washington. Un mes después supo que Bucky había regresado en la piel del sanguinario Soldado del Invierno y que el –su – Capitán otra vez era el héroe del mundo por detectar la presencia de Hydra en Shield, así como de la “muerte” de Fury y la purga de las oficinas del gobierno.

Lo demás pasó tras Socovia. Las pesadillas viven en su mente desde entonces. Las pesadillas donde los ve a todos destrozados y todo porque a Rogers se le olvidó que no solo sirve para ayudar a sus amigos, que debe de atender las necesidades de todo el mundo, que se debe al pueblo, y las consecuencias de sus batallas eran su problema.

Colocó a Loki en la mesa y le extendió la mano para que se recostara, era un hombre peculiar, su piel ahora maltratada se veía mugrosa y con heridas que tenían varias etapas de cicatrización.

–Parece que no sabes que hacer conmigo Stark.

–Había visto que estabas jodido, pero no tanto, ¿te metieron a las turbinas de una nave o algo así?

–No creo que puedas ayudarme, solo déjame dormir un poco.

–Viernes, escanea al villano invitado.

Loki rodó los ojos ante sus palabras, el eco de la mujer robot respondió casi de inmediato.

–Su invitado presenta diversas contusiones, dos costillas rotas, el labio abierto y el tobillo fracturado; cuenta con diversas lesiones internas y es necesaria una ecografía.

–Por eso no caminabas bien, cuernitos, ¿Tienes hambre?

–Un poco.

–¡BABAS!

Gritó el castaño al momento que ordenaba algo de comer, pasaron la tarde en medio de curaciones y bromas sobre carne picada y venganzas estúpidas. Loki al fin llegó a la habitación que Viernes le había preparado y Tony le dejó solo, curiosamente no sentía la necesidad de ahogarse nuevamente en alcohol, un poco más relajado decidió ir a la cama también, pasaba ya de la media noche y suponía que debía dormir. Después de todo, no tenía ninguna fiesta preparada.

La mañana siguiente Viernes llamó su atención, cuando se encontraba en la cocina sirviéndose un vaso de jugo, realmente él no acostumbraba comer nada tan temprano, pero tenía alimento en el refrigerador por si le apetecía algo.

–Señor, su invitado aún se encuentra dormido, ¿desea que le despierte?

Aun resacoso, recordó que la tarde anterior había traído a alguien a la torre y que debía ponerle especial atención por que Pepper le regañaría de saberlo. Se acercó a la habitación encontrando a un Loki dormido y usando una de sus camisas de pijama.

Algunos flashes de lo ocurrido la tarde anterior le dijeron que efectivamente él había traído a Loki a la torre de los vengadores. Había curado sus heridas y luego le permitió dormir mientras él descansaba en su propia habitación; el recuerdo del dios de las mentiras era vago, pero la cara del mismo lo dejaba con ganas de llorar, él había ido a buscar alcohol por que se sentía miserable y solo, sin embargo, tenia a Rodey y a Peper; cuernitos estaba solo en este mundo. Optó por dejarlo dormir y no hacer ruido, entendía cuando alguien necesitaba dormir hasta que la cama lo vomitara, y recordando lo que ocurrió la noche anterior, esperaba que el dios durmiera al menos todo el día. Sus predicciones se cumplieron y tras tres días en los que el dios de las mentiras no se movía de su estado comatoso, decidió despertarlo.

–Cuernitos, cuernitos, eres tú o eres un falso tú. – Canurreó como una broma. Mas Loki seguía sin moverse en la cama.

El otro escuchó al castaño entrar en la habitación, a pesar de haberse mantenido en cama los últimos días su sueño era tan ligero que no podía decirse que descansara, aunque la protección de Iron man le daba calma, sabía que si Thanos se lo proponía lo encontraría pronto, y no iba a interferir nada en su camino para hacerlo pagar por incumplir su trato. Para Thanos, las torturas recibidas jamás serían suficientes por haberse atrevido a fallar.  Abrió los ojos ante las caricias del humano en su frente, no disfrutaba el contacto, de ninguna clase, y se abstenía de gruñir ante la confianza del playboy, ya que a pesar de que sentía cierta repulsa por el contacto, él era un diplomático. No es que Tony le diera asco, es que el tacto de cualquier otra persona le hacía recordar momentos horribles que prefería mantener muertos –o fingir que lo estaban– en lo más profundo de su memoria.

–No me toques, por favor.

Respondió en su lugar a la pregunta anterior, el otro hombre de inmediato retiró su mano, con una mueca, cruzó los brazos ante sus palabras. El hechicero no le dio gran importancia, después de todo, ambos estaban en esa situación por una borrachera.

–Llevas varios días sin comer, ¿Te apetece algo?

Las palabras del castaño le recordaron que en efecto lo que el dueño de la torre decía era cierto, probablemente, tras un desayuno y algo de charla, le pidiera se fuera del lugar, era lo mínimo que él haría si se encontrara en su situación, especialmente tras tres días sin alcohol y probablemente con síndrome de abstinencia.

–Me apetece lo que gustes ofrecer, la comida de Midgard es un misterio para mí.

Curiosamente para Loki, el castaño le sonrió y con un gesto le señaló una habitación que no había notado antes.

–Ese es el baño, encontrarás toallas y demás cosas, aquí dejo un paquete de ropa interior, no sé si los utilizas, pero están nuevos, los encargue ayer cuando me di cuenta que no tienes ropa aquí

Señaló un paquete en forma cuadrada en la mesa de noche, y después salió, él miró el paquete, nunca se había parado a pensar que en la tierra la gente tenía que comprar su ropa. Él, gracias a sus habilidades mágicas podía vestirse a su gusto, y en realidad un guardarropa no era necesario. Aun así abrió el paquete de ropa y le extrañó un poco la forma de la prenda blanca, era una especie de taparrabo ajustado con una cintilla que portada un nombre extraño.

Fue a la ducha, tal como le había indicado Tony, el cuarto estaba forrado con porcelana y había un cubículo de cristal de dónde, por lo que adivinaba, podría bañarse. El lugar contaba con esponjas y jabones de diferentes aromas, que a Loki le intrigaron, había desde esencias con burbujas y esponjas que tenían formas graciosas, pronto supuso que esa era o había sido su habitación de aseo.

Se quedó pensando bajo el chorro de agua, qué es lo que haría ahora que estaba más repuesto y no sentía la amenaza de la gente de Thanos cerca, algunas de sus heridas más profundas aun ardían ante el contacto con el aire, y con su magia al mínimo, no podía hacerse de un remedio de curación más efectivo que las medicinas que Stark le había dado. Estas, aunque algo burdas, funcionaron a pesar de no compartir la misma genética del humano. Tomó la toalla e hizo uso de su magia para poder vestirse; sin embargo, su fuerza aún no se reponía y su ropa no se manifestó como le hubiera gustado, con decepción se retiró la túnica medio hecha que había convocado sobre su cuerpo y miró el extraño taparrabo que Tony le había obsequiado, al menos sus vergüenzas estarían cubiertas.

Se colocó los calzoncillos del tal Calvin, colocó una toalla sobre su cintura y otra sobre sus hombros, esperaría después de comer algo para probar suerte con su magia. Llegó a la sala dónde Stark se encontraba haciendo gestos a su celular, a pesar de no contar con un gran conocimiento de la tierra entendía muchas de las costumbres actuales. Tony volvió su vista cuando sintió su presencia en la habitación, al mirarlo se topó con un dios de las mentiras en ropa interior y con un par de toallas cubriendo su delgado cuerpo. La piel pálida se había enrojecido momentáneamente por el agua caliente del baño. Lucía tersa, como si estuviera hecha de alguna tela fina. Largas piernas se escondían precariamente detrás de una toalla. Las pantorrillas poseían una forma curva que acentuaba aún más la belleza natural de unos músculos bien proporcionados, no llegaban a ser grandes, pero tampoco carecían de presencia. Las rodillas de Loki eran tan redondas que parecían un par de manzanas, enrojecidas también, aunque sólo un poco, por el previo baño. Sus brazos colgaban graciosamente a los costados de una cadera acentuada. Una cintura ligeramente marcada que parecía imitar las curvas de una mujer, pero que no perdía para nada su natural belleza masculina. Loki era un adonis. Y lo sabía, el muy bastardo lo sabía. Un pecho plano subió y bajó en respiraciones tranquilas. Algunas marcas de aruños y pequeñas heridas se habían reducido a casi nada. El dios de las mentiras sanaba rápido, al menos eso parecía.

–Cuernitos, no me molesta que andes por la casa enseñando tu…tu…bueno así, pero ¿Por qué no usaste algo menos sugerente?

–Mi magia aún está débil, no puedo invocar ropa.

Girando los ojos muy a su estilo guio a su invitado a la habitación principal, luego, le mostró su guardarropa.

–Había dejado unos pijamas para que las usaras, pero puedes tomar lo que quieras

Abrió el closet para que Loki pudiera husmear en su interior. El dios miró la gran variedad de prendas que el millonario poseía, gustaba mucho de los trajes, pero opto por unos jeans, una camisa casual y un saco en un tono verde tan oscuro que parecía negro. Sin pudor alguno se colocó la ropa en presencia de Tony quien no pudo evitar sonreír al ver que su ropa le quedaba algo grande.

–¿Quieres que vayamos a comprar algo?

–No hace falta.

Con un chasquido de sus dedos, las prendas se ajustaron a su cuerpo, como si hubieran sido hechas a su medida.

–Tengo que aprender a hacer eso, ¿Sabes lo útil que sería para cualquier fiesta de caridad?

Con una sonrisa algo triste Loki siguió al millonario a la sala principal y de ahí a una isleta donde se encontraba servido un tazón con frutas, algo de leche y un tazón con cereales.

–Gracias.

Respondió el moreno ante la comida, su cuerpo hambriento recodó de inmediato todo el tiempo que no había probado bocado, pero conteniéndose, vació un poco de leche a los cereales y picoteaba la fruta.

–No sabía realmente qué te gustaba así que usé lo convencional.

Tony se recargaba a un lado de la isla y balanceaba un vaso con un líquido marrón traslucido, Loki no había dejado de observar el gusto de Iron Man por el licor, incluso esa ocasión que se conocieron siendo enemigos, lo primero que le ofreció fue una copa.

–¿Puedes darme un trago?  

Preguntó con una de sus sonrisas más tentadoras, vio como el humano elevaba una ceja; no había tomado un solo trago del vaso, y ante su petición lo dejó en la mesa.

–Creo que no. Estuve recordando una charla que tuve antes con Thor, no es nada personal es solo que él me dijo que el tiempo en Asgard y en la tierra no corre igual, –Loki se sonrió algo pícaro, pues ya sabía hacia donde iba aquello, aunque aun así dejó continuar a Tony– me explicó que un siglo para nosotros es apenas un mes para ustedes en Asgard… así que no me lo tomes a mal, Cuernitos, pero ya hice mis cuentas, y aunque te veas mayor eres algo así como un adolescente, un mocoso hormonado que hace berrinches y quiere ir al concierto de Justin Bieber.

–¿Justin quien?

–Un ídolo juvenil que trae locas a las adolescentes por su carita de niño bueno y sus ojitos de “yo no fui”… además, te recuerdo que alguna vez trataste de matarnos, en fin.

–¿Vas a recriminarme eso justo ahora?

–No te estoy recriminando nada, Cuernitos, sólo digo que eres el equivalente a un niño aquí en la tierra.

–Tonterías, no me veo como uno de esos chicos. –Dijo Loki finalmente ofendido por las comparaciones. Él era un dios. Un hijo de criaturas ancestrales que el simple mortal Tony Stark no podría llegar a imaginarse. Había vivido miles de vidas más que él. Aunque era cierto que, en su propio reino, aún le consideraban como un príncipe demasiado joven como para participar en guerras o “cuestiones de ancianos” … tonterías.

–Bueno, de todas formas, no voy a meterme en problemas con Odín por darle alcohol a su hijito pequeño y pervertirlo, ya sabes, es eso de que él es el padre de todo y súper poderoso, no me lo tomes a mal.

–Hace unos días no pensabas igual. –Dijo burlón para tratar de molestar a Tony. Loki ya estaba acostumbrado a que las personas le negaran cosas cuando conocían su supuesta edad.

–Estaba ebrio, así no vale.

Y con un gesto completamente infantil tomó su vaso y lo escondió de su vista como si de un juguete se tratara, Loki continúo comiendo, no es que realmente le importara o en realidad deseara beber con Stark, algo le decía que él no disfrutaba el desayuno de hielo y wiski, así que jugando un poco congeló el líquido del vaso de Tony, mientras él inocentemente bebía su vaso de leche.

–Cuernitos, deja de jugar con mi wiski.

Haciendo pucheros el millonario fue a su gaveta de licores y sirvió otro tanto de alcohol en el vaso congelado, cuando dio el primer sorbo algo no iba bien, todas las botellas guardaban su aspecto, pero el contenido había perdido sus propiedades, era agua tintada como licor.

–¡No, por favor mi alcohol no!


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