Una vez Masamune abandonó la habitación de Takafumi se encontró con Dariam y la niña de Kirishima, los saludó con indiferencia, pero luego recordó que el hombre era médico, así que quizás podía ayudarlo con lo que requería comprobar. Fue así como sin salir de casa pronto sabría si Kaira le mentía y hasta donde era prudente seguir confiando en su suegra.
Dariam le explicó el procedimiento y el tiempo que duraría, así que no vio inconveniente en ir a la ciudad sin Yokozawa y hacer las vueltas que necesitaba, a pesar de poder dirigir la empresa por internet y tener excelentes colaboradores con Mino y Erika, algunas situaciones de índole bancaria obligatoriamente eran presenciales.
Sin embargo, nunca calculó que duraría toda la mañana y parte de la tarde, al abrir la puerta de la casona la sonrisa de la viuda de Alonzo dándole la bienvenida, fue la cereza en el pastel de un día agotador.
El gesto de desprecio fue claro para Kaira que procuró poner su mejor expresión saludando con un tono meloso a su yerno. Era preciso que Takano no la dejará de lado después de haber logrado manipularlo por casi diez años.
—¿Sigues de malhumor? —el leve puchero mientras miraba al marido de Takafumi, no lograron siquiera un saludo—. Te estaba esperando porque deseaba mostrarte esto.
El papel que le fue extendido al de gafas tenía el sello de un reconocido centro especialista en adicciones, ya se imaginaba por donde iba el asunto: Más dinero.
La tonta explicación sobre su amistad con el dueño del instituto, que el pago debía hacerse directamente al lugar y que se comprometía a luchar contra su enfermedad, sonaban vacíos. Por más que quisiera, Takano ya no confiaba en Kaira; sin embargo, para no despertar sospechas, respondió como normalmente lo hacía cuando le solicitaba algo. La mujer rio viéndolo con complicidad. Las palabras que brotaron de su boca demostraron que estaba más loca de lo que creía. Pudo contestarle, pero el llamado de Dariam y notar la presencia de Ritsu a su lado, evitó el comentario.
En la medida que el doncel y Masamune se dirigieron al despacho, Onodera detuvo a Kaira para que le explicara la parte final de la conversación.
—¿Cómo piensas entregarle mi compañía a Takano? ¿Vas detrás de mi padre o qué?
—Estás loco —dijo Kaira con desdén, ese muchachito parecía una sombra, en mala hora permitió que los acompañara. Sin perder la compostura, le sonrió para encararlo—. Llevas meses fornicando con él, ¿por cuánto crees que le esconderás tu secretito?
—Tu verdad lleva oculta veinte años, así que, la mía se puede encubrir por unos días más.
De improviso la puerta se abrió dando paso a Yukina y Kisa que airados se gritaban. La fuerte cachetada que el doncel le dio al médico dejó a la pareja sin palabras. El llanto incontrolado del pelinegro y frases como "no te creo" "eres un mentiroso", fueron suficientes para entender un poco de la historia, pero no podían conjeturar. El ojimarrón volteó para encontrar de frente a la causa de la discusión, sin importarle su condición de dama, le dio una fuerte bofetada, iniciando con esto una verdadera trifulca.
En el despacho ajenos a lo que estaba sucediendo, Dariam trataba de guardar toda la rabia que sentía por el hombre frente a él. Cada una de las marcas de Takafumi eran peores a lo que se imaginó, de igual manera, la ecografía mostró que el sangrado que no tuvo fue debido a un desgarro como creyó la ginecóloga, sino a la mala cicatrización de una de las heridas causadas por las relaciones sexuales forzadas que sostuvo con Takano.
No obstante, de acuerdo con lo hablado con Teddybear, lo que necesitaba era convencerle de que su deseo era ayudarlo, por eso explicó los resultados del análisis.
—Antes de empezar quiero que entiendas que un doncel sigue siendo un hombre, lo único es que puede tener un bebé.
«Takafumi debido a sus antecedentes familiares se desarrolló como doncel cuando muchos ya tienen un hijo. A diferencia de una mujer donde las hormonas solo son un indicio, pero no la prueba definitiva, en los donceles los niveles de FSH y principalmente de AMH, son decisivas, sin estas seríamos una bolsa de óvulos con un útero inservible».
—¿Por qué los antecedentes de Takafumi son diferentes a los de otros donceles? Ni Kisa ni...¿Chiaki?, tienen hijos, y son casi de su edad, ¿ellos son estériles?
—Son completamente fértiles, no han encontrado la persona correcta —con ironía pronunció lo siguiente—, preferible estar solo y no con un atarbán que los lastime y les coloque los cuernos con la primera mujer u hombre que aparezca.
Suficiente para desviar la conversación y enfocarse en lo que necesitaban.
—No puedes acercarte a Takafumi hasta que su útero se recupere por el sangrado que presentó antes de viajar, yo te diré cuando debes tener relaciones con él y que quede embarazado a la primera oportunidad.
—¿Por qué me ayudas?
—Quiero prolongar la sangre de Enzo, es un regalo póstumo.
Dariam agradeció que los gritos de Kisa y de Kaira los obligaron a salir para ver lo que sucedía.
El espectáculo no solo era vergonzoso, sino que carecía de cualquier lógica. En medio de los alaridos pudieron entender el reclamo que Shouta hacía a la madre de Takafumi, porque según él, desde que había llegado el interés que demostraba por "su novio" no era normal.
La susodicha se afianzó en la condición de mujer y en los atributos que seguramente Yukina veía en ella, tanto Takano como Dariam de algún modo cayeron en cuenta de la cercanía que esos dos habían tenido, dando la razón de los celos, empero no justificaba para nada la situación.
—DEJA DE RECLAMAR, YUKINA YA SABE LA ZORRA QUE ERES.
Liberándose del agarre de Ritsu —aunque Valentino aseguraría que vio como el castaño lo soltó—, fue directo a la cara de la mujer para con la mano abierta como una garra, lanzar el zarpazo para marcarla, lo que no imaginó fue encontrarse de repente con el pecho de Kirsihima y no con la mejilla de Kaira.
—¿Se puede saber que sucede aquí?
La enojada pregunta salió después de ver como su administrador caía sentado apoyando indebidamente la muñeca, y la única mujer en la sala lo injuriaba con un vocabulario digno de una arrabalera.
—Yukina llévatela de aquí antes de que sea yo el que acabe con su discurso, y ustedes —dijo refiriéndose a Ritsu, Kisa y Dariam—, los quiero en el comedor ¡ahora!
Viéndose solo, Takano encendió un cigarrillo, una vez exhaló el humo, no pudo contener la risa. Si todo esto había ocurrido en menos de una semana, quería ver que nuevas cosas tenía preparada la mansión Yokozawa. Por lo visto, Cerchio era un espiral que envolvía de diferentes maneras a quien lo habitaba.