Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fiume por Mascayeta

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ritsu se levantó tan pronto como vio quien era el remitente del mensaje. Masamune emitió un pequeño gruñido que lo detuvo, por un instante creyó que se había despertado, al verlo acomodarse, tomó su bata y dejó la alcoba que compartían.

Con impaciencia esperó que su primo contestará, esa llamada le permitiría decidir su siguiente paso en la locura que se metió. Desde la conversación con Kirishima se planteó la posibilidad de regresar a Tokio y ponerse al frente de su empresa; pero las palabras de Kaira retumbaban en su cabeza advirtiéndole del riesgo que corría su familia. 

La voz cálida del pelirrojo le embargó de la una extraña felicidad, por más que lo negara, Haitini siempre le brindaba esa paz que, muy por el contrario, Masamune le quitaba.

—Ritsu mi tío es muy cuidadoso con esa información —respondió el hombre al escuchar la petición. 

Obtener los balances de pérdida y ganancias, se clasificaba en misión imposible.

—Eres uno de los del consejo, ¿por qué papá escondería esos documentos?
—Hermoso no soy quién para decirte esto, pero la señora Anderson lleva meses sacándole plata para un negocio con una compañía irlandesa.

El dolor en el vientre provocó que Onodera liberará un quejido que no le gustó a Shin, la pregunta de "qué había sucedido" fue resuelta con dificultad, pero demostró al varón que su familiar no estaba tan bien como quería hacerlo creer.

—¿Has ido al médico? —el silencio fue suficiente para entenderlo—. Mi vida sabes lo que te dijo el obstetra, ni siquiera debiste viajar.
—Era mi deber...
—Tu único deber Ritsu es cuidar a ese bebé qué esperas, si superas el cuarto mes podrá nacer.

Onodera respiró profundo, el dolor no desaparecía y al otro lado del auricular su primo le recordaba cada una de las advertencias sobre el riesgo que corría si no seguía las indicaciones, esas que rompió una a una, menos la de no tener sexo; sin embargo, tuvo situaciones de stress, nunca cumplió el horario de las medicinas, realizó actividades que le requerían esfuerzo y resistencia física y para completar, consumió licor. 

—Te llamo después, trata de obtener lo que te dije, es de vida o muerte para la licorera.

Colgó porque sabía lo que sucedía, su hijo buscaba salir, el médico se lo dijo: "una segunda pérdida y lo más seguro es que no puedas volver a gestar". 

Bajó la cabeza y acarició su vientre Ritsu para hablarle a quien quería abandonarlo, sabía que no había hecho lo mejor, pero todo era por su bien, ¿por qué nadie comprendía sus razones?
De improviso sintió como era cargado, encontrando los ojos cafés de Kirishima que lo observaban con preocupación. Se aferró al castaño pidiéndole ayuda, y, ante todo, que ni Kaira ni Takano lo vieran.

Zen iba rumbo a la habitación de Dariam para el recorrido al viñedo, ese día debía al menos conocer la distribución de las cepas en el campo más como precaución por si Brandon o alguno de sus acompañantes le daba por hacer preguntas capciosas, no se imaginó escuchar la conversación de Onodera y mucho menos verlo derrumbarse mientras le hablaba a su hijo no nato. Sin más lo alzó para llevarlo donde el médico, el doncel de inmediato ordenó colocarlo sobre la cama.

Kirishima nunca lo había visto ejercer su profesión, la fuerza que irradiaba transmitía una calidez maternal que asumió relajaba a sus pacientes y a las parejas de estas. Pidió permiso para retirarse al ver cómo Valentino desabrochó la prenda de Ritsu, se quedó en el corredor a esperar pacientemente por el diagnóstico.

Una vez solos el examen procedió en silencio. La cara del médico preocupó al castaño menor que se preparó para la peor noticia. La expresión fue entendida de inmediato por Dariam.

—Tu bebé te dio un ultimátum, acabas de entrar al cuarto mes y está luchando por sobrevivir.

Los ojos aceituna se llenaron de felicidad, mentalmente le prometió que cumpliría todas las indicaciones, y, si era el caso, tan pronto como el galeno lo estimara conveniente, viajaría a Tokio. 

—¿Por qué no se lo has dicho a Takano? —cuestionó Dariam.
—Tengo miedo de que...le haga daño —dijo en un susurro casi inaudible.
—¿Lo amas? —muy a su pesar la respuesta fue positiva, en su corazón y mente adoraba a Masamune—. Por tu bien y por el del bebé, debes ayudarlo. No sé cómo entra Takafumi en tus planes, pero piensa en tu hijo.

Dariam lo acomodó para que pudiese hacer efecto la medicina, se dirigió a la puerta donde Kirishima le aguardaba ansioso. Las explicaciones del caso le recordaron al viticultor un poco sus visitas al ginecólogo con Sakura para cuando esperaban a Hiyori, pero en calidad de dueño de Fiume eso solo significaba que no podrían hacer el recorrido.

—Zen hay alguien que perfectamente te puede ayudar y hará mil veces mejor el trabajo de anfitrión
—¡No! —la terquedad del hombre era para admirar, aunque sabía que el doncel tenía razón, por ningún motivo quería a Yokozawa a su lado.

Así que la negativa no le dejaba más opciones a Dariam, dando media vuelta ingresó de nuevo a la habitación permitiendo ver a Kirishima como tomaba un papel que le pasó señalando que no era una elección a discutir. El enólogo leyó con sorpresa las razones de la decisión, esto no se lo imaginó y podía jurar que Enzo lo desconocía.

—Ni una palabra a él y a nadie, por ahora es mi representante ¿entendido?

Zen afirmó con estoicismo, guardó el documento y siguió la indicación de ir a desayunar; además, conocía bien al doncel y sabía que tan pronto pudiese, le explicaría la situación.
Por ahora, debía reorganizar el trabajo y ver como su mañana no era un desperdicio, al menos, la ventaja de la vinícola era que siempre había algo por hacer.

Dentro de la alcoba Valentino regresó al lado de Ritsu para verificar los signos vitales y su estado de ánimo. Las contracciones habían desaparecido y se hallaba con mejor semblante.

—No pienso hacerle daño a Takafumi.
—Me alegra saberlo —contestó el médico retirando el tensiómetro—, entonces ¿qué harás?

Onodera se acomodó y lo miró con una solicitud tácita de complicidad para hablar de lo que escuchó de Kaira la noche que Takano atentó contra la vida de Yokozawa. Dariam quedó anonadado, en su cabeza no cabía que alguien guardara tanto rencor por quién era sangre de su sangre.

—Bien, ahora sabemos que Kaira es más inteligente de lo que creíamos, por eso —observó a Ritsu con atención—. ¿Hace cuánto no tienen relaciones con Takano?
—Desde que supe que estaba embarazado, unos tres meses y medio.
—Ritsu, ¿cuánto estás dispuesto a dar por tu familia y por la salud de Takano?

La respuesta fue suficiente para Valentino, quién lo acompañó a la puerta y le dijo que tratará de pasar el día acostado.

Tan pronto pudo llamó a Eleonora.

—¿Estás seguro? Sabes que Nao correrá solo por verlo.
—Explicale bien la situación, él entenderá su papel en esto.

"En quince días los secretos de Cerchio saldrán a la luz", pensó Dariam, solo rogaba a Dios que eso no significará ganar el desprecio de Enzo.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).