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Sintonía por ReveursAiles

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Chiaki es distante, directo, ofensivo y agresivo, pero no puede recordar ninguna de aquellas barreras mientras Sora rasca su barbilla antes de dar un suave beso en su mejilla. Chiaki insulta, ofende y escupe maldiciones todo el tiempo, pero no tiene más que ronroneos para Sora cuando este lo toca por debajo la ropa. Si hay algo que ha aprendido Chiaki en este tiempo, es que no se conoce así mismo mientras esta cerca del batero, y que no importa lo mucho que se cubra e intente interponer sus barreras, frente a él, simplemente está desnudo.

 

La situación se le había escapado de las manos, comenzó como un juego, como un desafío sobre quien cedería primero, quién dejaría de gruñir para comenzar a susurrar.

 

No hubo ganadores, ambos perdieron casi al mismo tiempo.

 

Sora fue el primero en perder el juego. Una tarde de otoño simplemente lo abrazó por su espalda y le dijo al oído: “me gustas cuando te ríes”, y Chiaki no recuerda quién fue el primero que comenzó a empujar hasta la cama.

 

Ahora ignorarse en el estudio frente a sus compañeros de banda o el staff se les hacía una situación casi insoportable. Si se sentaban cerca no podían evitar tocarse, si los toques eran restringidos siempre querían más, si no se podían contener se rozaban a escondidas. Una caricia bajo la mesa en el muslo del otro, una mano que busca un bulto entre los pantalones cuando nadie ve, una boca que susurra y suplica por tener algo entre los dientes… no sabían detenerse. A veces, Chiaki debía escapar de la sala porque sus mejillas lo delataban. Sora se sofocaba y en un par de ocasiones ambos tuvieron que besarse en el baño mientras sus manos buscaban liberar un poco del calor del otro. Por lo demás, nadie notaba nada diferente entre ellos, siempre jugaban, siempre se decían insultos asquerosos, nadie sabía que las miradas ofendidas habían perdido su molestar y éste era remplazado por un suave brillo que prometía mimos nocturnos. Como ninguno podía decir que algo ocurría entre ellos más que la obvia disminución de silencios post pleitos, fue una sorpresa para todos cuando un día luego de un festival cualquiera, una fan demasiado efusiva besó a Sora en sus labios y Chiaki explotó. Se podría decir que perdió los estribos, porque soltó cuanta palabra apareció en su mente a modo de gritos, un insulto tras otro para la chica, que entre empujones por parte del staff se retiró congelada sintiéndose profanada por una boca demasiado violenta al hablar. La banda estaba horrorizada, el staff no era capaz de entender lo sucedido mientras el guitarrista y el bajista no podían asumir que luego de tantos años de amistad, aquellos dos se hubieran enredado de aquella manera.

 

Saz y Miyako estaban molestos con la pareja por habérselos ocultado. Chiaki estaba molesto con Sora por no evitar aquel beso. El staff estaba confundido y mientras el manager no se enterara el terremoto que causó el caos no terminaría por derrocar el muro que había protegido su relación desde que había comenzado.

 

Aquella noche Sora se quedó solo por un largo rato en el camarín. Todos se fueron sin él, o eso pensó cuando un hombre alto con el cabello teñido rojizo y una capucha cubriéndolo entró en el lugar solo para mostrar sus ojos arrepentidos cuando levantó el rostro.

 

-          Te excediste – le dijo Sora, su tono sonaba a regaño. Chiaki estaba arrepentido pero no menos molesto.

-          Si vuelve a pasar, será a ti a quien le grite. Te lo merecías más que ella- su tono era serio pero sus ojos no, cualquiera podía temer de Chiaki pero para Sora ya era fácil de leer.

-          Pensé que venías a eso. Dime, ¿ahora como lo explicarás?

-          ¿Explicar qué? Esto nunca pasó, ya no lo recuerdo, pueden decir que estaba drogado, qué más da. No es como si aparentara ser una persona de apariencia confiable de todos modos– el batero suspiró.

-          No debiste hacerlo, Chi.

-          ¿Y qué esperabas? ¿Qué le aplaudiera? ¿Qué le dijera que también quería un beso? O no… ¿Qué la invitara con nosotros? ¿Qué se supone que querías que hiciera? Dime tú cómo reaccionar cuando veo que besan a mi… – se cortó, se cruzó de brazos y pareció refunfuñado – No tengo más que decir.

 

Sora parecía pensar en el problema en cuestión, pensó en burlarse de Chiaki como siempre lo hacía y quitarle el entrecejo fruncido con una risa, pero no, su preocupación era otra. Se puso de pie y caminó hasta él, cuando estuvo lo suficientemente cerca, tomó su rostro entre sus manos y le mantuvo la mirada por unos segundos. La manzana de adán del vocal subió y bajó.

 

-          ¿Te mantendrás conmigo cuando nos agredan solo por sospechar de nosotros? – su pregunta sería tomó a Chiaki por sorpresa. Sora no solía tomar con gravedad las situaciones, que lo hiciera solo consiguió que el miedo fluyera en el pecho del vocal… pero sí, lo había pensado y era exactamente esa la razón por la que había vuelto; porque no quería dejar solo a Sora después de lo ocurrido, luego de su error impulsivo, y porque quería dejar en claro con su presencia que él quería estar con él aunque eso les trajera dificultades.

 

Chiaki realmente era malo con las palabras, se avergonzaba con facilidad cuando debía ser honesto. Sora solía juguetear con él hasta lograr que murmurara alguna confesión, pero en ese tipo de situaciones en que los nervios y la preocupación se tomaban su corazón, no podía decir absolutamente nada, por lo que lo abrazó fuerte como respuesta.

 

El vocal  reía y se asqueaba de las personas que necesitaban afecto ajeno, las llamaba vacías por buscar sus otras mitades, pero cuando Chiaki sentía el calor de Sora y sus pechos respirando tan cerca el uno del otro, podía entender que las personas sintieran tal devoción mezclada con afecto y buena intención. Se sentía un poco vacío cuando se alejaba de él, asumía haberse convertido en una de aquellas tontas personas de las que él tanto se rió.

 

Sora suspiró mientras lo abrazaba con fuerza, en cualquier otra situación hubiera reído de la emergencia del más bajo por un abrazo y también de su impulsividad anterior, le hubiera hecho sentir culpable y que le pagara por sus errores a modo de besos por diferentes partes de su cuerpo… pero no era el caso, temía que una llamada de su manager por la mañana les anunciara que el contrato de la banda con su producción había sido cancelado. Podía entender el enfado de Saz y Miyako, y considerando que fue él quien no vio venir los besos de la fan aproximarse a sus labios, se sentía culpable por haber hecho que Chiaki se saliera de sus casillas. Porque él sí que sabía cómo es el vocal, y se había prometido protegerlo hasta de sí mismo si eso fuera necesario.

 

Aunque Sora quería tomar la relación con seriedad como el adulto que ya era, la inexperiencia de Chiaki en cuestiones de pareja le daba a todo un aspecto de novedad, sus celos no habían estallado hasta precisamente este momento, habiéndose mostrado en el pasado más que a modo de pucheros escondidos bajo las sábanas de su cama, por lo que se sentía culpable por no haberlos atendido antes y haber disfrutado de ellos. Ahora quería resolver el asunto con madurez.

 

-          Ya sé – Sora comenzó a recoger sus cosas y se colocó la mochila para luego jalar a Chiaki de la habitación – Vamos.

-          ¿Dónde?

-          A los otros camarines, si tenemos suerte aún lo encontraremos allí.

-          ¿A quién?

 

 

 

.

 

 

 

La mayoría de las bandas se habían retirado, pero Sora sabía de alguien que se quedaba hasta el final a ayudar a llevar los equipos, a aconsejar a los menores, a conversar un poco con el staff y posiblemente compartir una cerveza con un amigo.

 

Cuando abrió la puerta del camarín de su banda, estaba sorprendido al no encontrarlo allí.

 

-          ¿A quién se supone que vinimos a buscar aquí? – Chiaki preguntó en un tono bastante alto, pero el batero no contestó buscando con la mirada  a forma de súplica interior que él apareciera – Sea quien sea, no está, vámonos Sora.

-          ¿Sora?  - el hombre alto de cabello largo y negro abrió la puerta de lo que parecía ser un baño, llevaba su cabello húmedo y tenía una toalla en las manos. Era obvio que se estaba duchando cuando escuchó la voz de Chiaki en el lugar.

-          ¡Sakura! – los ojos de Sora brillaron mientras veían a su mentor, siempre era el primero en quien pensaba cuando debía pedir consejos– Que bueno que aún estás aquí… - parecía aliviado. Sakura levantó sus cejas un poco sorprendido principalmente porque los vio permanecer tomados de la mano. En cuanto Chiaki notó la dirección de su mirada, soltó a Sora de inmediato y saludó respetuosamente al mayor fingiendo que nada había ocurrido.

-          ¿Qué pasa? Se ven algo… pálidos.

-          Sakura, papá… tú eres como mi favorito entre todos los favoritos. ¿Lo sabes verdad? – Sora pestañó varias veces mientras hacía un puchero en sus labios. Chiaki lo miró: “¿Puede este niño con complejos de rudeza verse más adorable?” Se preguntó. Sakura bufó.

-          Dinero no tengo.

-          Sé que no, pero no es eso.

-          ¿Cómo que sabes qué no? Qué bueno que me respetas – fingió ofensa mientras les indicaba con una mano que se sentaran. Cuando avanzaron, Sakura colocó el pestillo en la puerta. El vocalista de Dezert parecía incómodo mientras que Sora parecía desesperado por hablar- ¿Qué sucedió?

-          Lo que te diré ahora…

-          “No se lo debo decir a nadie”- completó- Está bien, pero habla pronto, Den nos interrumpirá en cualquier momento.

-          Lo que ocurre es que… - le dio una mirada al vocal que parecía haberse hundido en el sofá – Chiaki y yo… somos… tenemos…Em…

-          ¿Tienen qué? ¿Un problema? – Sakura se divertía dentro de sí. Claro que sabía que ocurría entre ellos, lo había notado desde la primera vez que los vio interactuar en un escenario, la química tan fuerte que existía entre los dos le recordaba así mismo y alguien más- ¿Una enfermedad? ¿No me digan que se contagiaron de algo?

-          Sí es el caso – comentó Chiaki – Eso es contagioso y Sora me lo contagió a mí.

-          ¿Eso qué? – preguntó. Sora comenzó a ruborizarse.

-          La homosexualidad – dijo sin tapujos. Por alguna razón la palabra sonó como un insulto en sus labios, pero no era como quería que sonara, simplemente Chiaki no sabía expresarse de otra manera. Sakura no vio más opción que impresionarse.

-          Oh… ¿Ustedes dos, eh? Ya veo…

-          No estás impresionado en absoluto – la voz en un tono elevado del batero menor sonó más impresionada que la del mayor, Sakura al verse descubierto no pudo evitar reír.

-          Claro que no par de estúpidos, cualquiera que tenga experiencia observando la química entre bandas sabe o vio venir lo de ustedes dos. Además siempre se miraban como si no hubiera más aire que él que respira el otro.

-          ¿Qué? – Chiaki sonaba herido.

-          Oh no… – Sora se cubrió el rostro con ambas manos – Chi, somos un par de maricas– el vocal se volteó a mirarlo con la boca abierta y le dio un manotazo.

-          Tú lo eres, ¿por qué me involucras a mí en esto?

-          ¿Cómo que por qué? Tu eres a quien yo le met-…-

-          Ejém…  – Sakura los interrumpió con el ceño fruncido, luego comenzó a reír.

-          Los dos lo son y si ya se ha puesto a hacer esas cosas será mejor que lo asuman porque no hay vuelta atrás, ni se puede borrar lo que ya sucedió.

-          Marica – le susurró Sora al vocal solo por molestarlo y luego de un segundo recibió un puñetazo en su muslo, pero si bien puso mala cara, no se quejó en voz alta.

-          Entonces, ¿qué sucede con eso? ¿Quién los descubrió?- Sakura preguntó y se inclinó hacía ellos para prestarles atención, el vocal por su lado volvió a hundirse en el sofá esta vez con culpa.

-          Bueno… Chiaki estalló frente a una fan que me besó, y la insultó al punto en que fue obvio que eran celos. De hecho casi la golpeó – Sakura arrugó el ceño.

-          Mmm… esto es serio.

-          Temo que mañana nos digan que el contrato con la disquera sea cancelado o algo por el estilo.

-          ¿Se lo dijeron a Oishi?

-          ¡No! – respondieron ambos al mismo tiempo– Si lo hacemos es posible que nos cancelen, ¿no? – preguntó Chiaki.

-          Siempre es posible, pero Oishi sabe manejar este tipo de cosas, creo que lo mejor será contarle la verdad y si alguien pregunta sobre lo que sucedió simplemente digan que Chiaki se enfadó por el atrevimiento de la fan. No es una novedad su personalidad de mierda – levantó los hombros restándole importancia a lo dicho, pero el vocal en su sofá se sintió un poco herido.

-          Bueno es verdad, pero no me parece justo – replicó Sora.

-          No lo es, pero este es un asunto serio que tendrán que sacarse de encima lo antes posible y como sea – Sakura los miró seriamente – Solo será un pequeño suceso más en la lista de Chiaki que puede salvarle el trasero a los dos y desde ahora tendrán que ser más cautelosos. Bueno un mínimo de cautela siquiera, porque estoy seguro que no la tienen.

 

Los dos se sentaron en el sofá juntando sus manos y las escondieron entre sus piernas, parecían dispuestos a recibir un regaño.

 

El mayor suspiró y se tomó su tiempo para encender un cigarrillo.

 

-          Escúchenme con atención: ustedes llevan años en esto, sé que saben cómo ponerse de pie en un escenario y hacer su trabajo, pero lamentablemente no es todo lo que tienen que saber hacer para cuidar el lugar que ya tienen. A Oishi se le ha dificultado bastante apagar los incendios de Chiaki con su excepcional talento para hablar demasiado así, que estoy seguro que si ustedes no ponen de su esfuerzo para evitar que esto se convierta en un incendio, su manager no tendrá porqué querer evitar un incendio antes de que se haga demasiado peligroso. Tendrán que aprender a reaccionar antes las dificultades y eso implican los celos.

-          Pero que él no acepte besos entonces – murmuró por lo bajo el vocal.

-          Chiaki, Sora… es posible que afronten muchas situaciones en que las fans harán todo lo posible por tocarlos y tal vez en lugares donde no deberían, ¿quién sabe? Quizás más besos o incluso acosarlos por el celular si alguien se consigue sus números o solo virtualmente, todo eso puede suceder, y ustedes tienen que estar preparados para reaccionar. No pueden solo tomar un micrófono y decir: ¡No lo toques! – Chiaki hizo mala cara indicando inmediatamente que si pensó en eso alguna vez – No niño, eso no puede suceder, no si quieres volver a tocar un micrófono en tu vida al menos.

-          Hablando en serio… - susurró Sora con una voz avergonzada hacia el vocal – Lo de hoy si me impresionó, nunca creí fueras tan celoso o capaz de hacer algo así, fue muy irracional– Chiaki desvió la mirada lejos de él. También lo sabía, tampoco lo vio venir, no sabía que podía ser tan celoso, no se conocía de esa manera.

-          Sora, no vuelvas a ser tan estúpido para permitir que alguien te bese– regañó Sakura– En parte es tu culpa, mantente alerta porque si siguen por este camino tú como el backstreetboy de la banda serás el más acosado.

-          ¿El…? – el batero menor no pudo terminar su pregunta cuando el vocal estalló en una fuerte risotada, pero Sakura lo frenó.

-          Veremos si te ríes de la misma manera cuando ocurra– el vocal hinchó su mejilla izquierda de manera infantil dejando de reír abruptamente, su mejilla fue desinflada por un dedo de Sora que picó su rostro.

-          ¿Entonces? ¿Cómo enfrentar los celos? – preguntó el batero menor.

-          Controlándose, no hay más maneras – respondió – Pero, si hablan con Oishi él puede encargarse  de ciertas cosas que los ayudarán, como camarines juntos o espacios privados, también sabrá qué hacer con el fanservice o la manera de controlar la prensa para evitar incomodidades o rumores que los pongan en peligro. Lo fundamental es ser sinceros con su equipo, la banda tiene que saber lo que ocurre entre ustedes.

-          Bueno, hoy todos se enteraron por mi culpa – Chiaki permanecía con la mirada baja. Sora buscó su mano y entrelazó sus dedos con los suyos, evitó mirar a Sora pero sintió la cara caliente.

-          Este es el primer incendio, apáguenlo con inteligencia con los medios, y con honestidad con las amistades y todo saldrá bien. Lo más importante cuando estas cosas ocurren es elegir bien las personas en quienes depositan su confianza, así que les sugiero evitar comentarlo con amigos con quienes no tienen algún lazo tan profundo como para estar seguros de que incluso si estos se enojan con ustedes podrán mantener el secreto.

-          No tengo esos amigos – confesó Chiaki.

-          Yo se lo diré a Natsu, ¿está bien? – consultó al vocal.

-          Por mí está bien… - Sakura quería reír. ¿Por qué ambos parecían un par de adolescentes en ese momento? Quería tomarles una foto.

-          Realmente van en serio, ¿eh? Quién lo diría con lo diferente que son ustedes.

-          Tampoco yo lo creería si alguien me lo hubiera dicho hace un año atrás – replicó Chiaki – Pero… - miró a Sora y le dio una sonrisa tímida – Solo pasó.

-          Mm… - Sora pareció avergonzado pero asintió y asintió de vuelta  para el vocal – Y va en serio – confesó – Por eso quería decírtelo a ti. Por favor Sakura, cuida de nosotros dos ahora, no solo de mí.

Sora se puso de pie e hizo una reverencia respetuosa que dejó a Sakura notablemente impresionado, incluso a Chiaki que pareció pensar si sumarse o no a Sora, pero se le hacía demasiado vergonzoso el si quiera pensarlo.

-          Siéntate, siéntate, lo haré, no tienes que hacer eso – el batero mayor pareció incómodo mientras suspiraba – Está bien, yo… hablaré con Oishi para tantear el terreno mañana, te avisaré y luego ustedes le dirán lo que ocurre, ¿sí?

-          Pero… - el vocal se froto las manos pareciendo complicado - ¿Cómo estás tan seguro de que es mejor no esconderlo de él?

-          Porque sé cómo reacciona a este tipo de cosas, creo que lo mejor será permitirle manejarlo mientras pueda hacerlo a que solo dejar que se entere de la verdad junto a todos y cuando él ya no pueda hacer nada por protegerlos.

-          Sigues sin decirme cómo estás tan seguro – insistió Chiaki. Sakura entendía su desconfianza pero no había forma de que él pudiera decirle más

-          En esto tendrás que confiar en mí, prometo tantear el terreno antes de que den el primer paso. ¿Está bien?

-          Chi… – Sora lo miró pidiéndole en silencio que confiara, finalmente el vocal suspiró.

-          Gracias… - fue lo único que pudo susurrar.

-          Gracias papá – dijo sinvergüenza el batero menor mientras le sonreía a Sakura, que suspiró cuando los vio salir de su camarín y se quedó solo.

 

 

 

.

 

 

 

Cuando Sakura llegó a su casa, bajó del auto y entró con las manos ocupadas. Llevaba una bolsa con una cena tardía que compró en el camino y en la otra arrastraba su mochila. En cuanto encendió las luces se sorprendió cuando sus pies chocaron con una maleta.

 

¿Podía ser que…?

 

Dejó sus cosas sobre la mesa de centro en la sala y de inmediato subió las escaleras de la casa en dirección a la habitación, las luces estaban apagadas en todo el pasillo. Suspiró cuando no vio a nadie en la habitación, estaba vacía, la cama estaba tendida tal cual como la dejó por la mañana. Pensó que tal vez algún staff envió la maleta por alguna razón, y sin querer darle demasiadas vueltas sintiéndose decepcionado se lavó la cara y fue a cerciorarse de que su hijo estuviera dormido. Cuando abrió la puerta de la habitación del menor, encontró la lámpara en el escritorio encendida, y la mesita cubierta de libros y hojas sueltas que sugerían que él adolescente estuvo estudiando y había caído dormido antes de organizar sus apuntes. Entró y entonces lo vio, Hyde estaba quitándole los zapatos mientras metía a su hijo en la cama. Afortunadamente este tenía el sueño pesado y no se había percatado de que fue arrastrado hasta allí.

 

Hyde se veía agotado. Sakura caminó hasta él y lo ayudó, le quitó el suéter al adolescente y luego lo cubrieron, ambos lo miraron unos instantes antes de salir juntos de la habitación en silencio.

 

-          Llegaste antes – susurró Sakura mientras bajaban las escaleras.

-          Sí, se suspendió el último concierto por el mal tiempo y pude adelantar el vuelo, así que pensé en darte una sorpresa– el batero le sonrió. Se sentaron juntos en el sofá sin decir nada, y Hyde apoyó su cabeza en su hombro dispuesto a recibir las ya esperadas caricias entre sus cabellos revueltos.

-          ¿Cómo está tu trasero?

-          Casi no lo siento por las horas de vuelo – rió Hyde.

-          ¿Debería ayudar a despertarlo?

-          Baboso – regañó, pero ambos se abrazaron- ¿Cenaste, señor baterista estrella?

-          No… traje algo que pase a comprar, pero… ¿Quieres que cocine?

-          Hum… no – suspiró – Creo que abriré una bendita lata de atún, no sabes cómo quiero comer atún.

-          ¿Antojos? – Sakura lo molestó mientras caminaron hasta la cocina, sirvió la comida comprada para los dos a pesar de que Hyde no la pidiera, y le abrió una lata de atún que para su sorpresa Hyde se comió como si fuera un manjar- ¿En serio tenías tantas ganas de comer atún?

-          Sí, pequeños placeres, déjame.

 

Ambos comieron en silencio mientras acariciaban sus pies descalzos por debajo de la mesa. Estaban cansados y fueron a la cama demasiado pronto para celebrar la bienvenida, aún así se abrazaron bajo las sábanas.

 

-          ¿Cómo ha ido todo? – preguntó Hyde mientras buscaba acurrucarse más cerca- ¿Alguna novedad?

-          Pues… de hecho sí– le susurró mientras en secreto disfrutaba del aroma de su cabello. Hyde no podía evitar recostarse en su pecho, Sakura disfrutaba el pequeño peso sobre su costado izquierdo.

-          Mm… – quiso asentir adormilado - ¿Qué es?

-          ¿Recuerdas a Sora? ¿El baterista de Dezert?

-          Claro que sí, él niño que te dice papá.

-          Sí, él… tiene una relación con el vocalista de la banda – dijo sin tapujos. Se quedó silencio esperando la reacción de Hyde pero para su sorpresa este no dijo nada - ¿Te dormiste?

-          No, estoy escuchando– Sakura rió y acarició su cabello con las yemas de sus dedos. Reconoció la sensación que debía estar llenando a Hyde: la empatía– Hoy fueron a pedirme ayuda porque al parecer Chiaki vio como una fan le robó un beso a Sora y…

-          Oh, escena de celos– completó. Sakura asintió- ¿Hubo violencia?

-          Él le gritó. Este chico es muy hiriente, directo y temperamental, no pareciera tener nada de dulzura… hasta que lo ves cerca de Sora. Pero puedes hacerte una idea de cómo la trató, no estuve allí pero luego un staff comentó que por poco la golpeó.

-          Ouch... al menos si es tan temperamental podrá decir que estaba enojado por otra cosa y solo se desahogó.

-          Lo mismo pensé,  el tema es que me pidieron ayuda y prometí tantear el terreno con Oishi para que él los ayudara– de pronto Hyde se levantó y lo miró a la cara en la penumbra de la habitación.

-          Sakura, tú ni siquiera pudiste decírselo cuando nosotros comenzamos a estar juntos.

-          Lo sé, pero ahora que estás aquí tal vez puedas ayudarme con eso– la boca de Hyde se abrió.

-          Descarado, apenas llego y ya me das el trabajo sucio – Sakura rió.

-          Solo no quiero decir algo que complique más las cosas, tú te expresas mejor que yo– Hyde volvió a apoyar el rostro en el pecho del batero.

-          Claro, claro… adúlame más a ver si me convences– desafió, pero por la mañana, el reconocido Masahiro Oishi recibió una llamada de Hyde.

 

 

 

.

 

 

 

Chiaki es cariñoso, dulce y frágil al tacto de los dedos de Sora, él no puede detener sus manos cuando buscan abrazarse a la espalda del batero. Chiaki gime, suspira y suelta palabras amorosas, no puede recordar porque unos minutos atrás estaba maldiciendo. No le importa lo que pueda ocurrir fuera de su departamento, no cuando está sintiendo los besos del batero y cuando bajo la mirada de aquel brillo que sintoniza con sus emociones, se retuerce disfrutando del primer “te amo” que ha salido de sus propios labios.

 

Sora ríe al escucharlo, como si realmente no pudiera creer que rompió un gran muro con tan solo una caricia. Sora roza sus labios por el contorno de la clavícula de Chiaki, sabe que su piel le sabe a promesas y su corazón le dice que él sí podrá con ellas. Cuando estaba por susurrar algo para calmarse así mismo, él vocal le quitó las palabras.

 

-          Todo estará bien- y no es necesario agregar más. El tacto de los labios ajenos le indican a Sora que sería intrínseco contestar a las palabras de Chiaki, se conocen lo suficiente para sostenerse mutuamente.

 


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