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Éxtasis por Emmyllie

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Notas del fanfic:

Dragon Ball es propiedad de Akira Toriyama y Toei Animation. Sólo es mío el fanfic que leerán a continuación.

Notas del capitulo:

Hola mis amores :)

Mucho tiempo sin aparecerme por aquí...

Meses sin actualizar Por ti, soy una ficker de lo peor... ya lo sé u.u

Han pasado muchas cosas desde la última vez que publiqué algo en la página, pero hablar de eso sería un drama total, así que lo obviaremos por el bien de su salud mental XD

Sólo quería reactivarme por estos lados y qué mejor que trayéndoles algo de mi amadísima OTP :3

Borré definitivamente el 30 Días de OTP Challenge, porque lo consideraba horriblemente escrito y porque he decidido nunca más volver a escribir KakaVege. Probablemente reestructure esos one-shots y los transforme en VegeKaka, así que no se sorprendan si me ven actualizando fics demasiado seguido XD

En fin... les dejo esta pequeñez a ver qué les parece ;)

Primera publicación del 2020... ¡Yey!

 

Éxtasis

La oscuridad teñía poco a poco el cielo, mientras un grupo de jóvenes al interior de una mini-van conversaban y reían animadamente. Ya casi llegaban a destino, un reconocido bar-club en una zona privilegiada de la ciudad, donde habían decidido ir a celebrar el cumpleaños de Raditz. En sus mentes de diecinueve años lo único que cruzó fue fiesta, por lo que aprovecharon que era viernes para dedicarse a festejar con todo la fecha especial de su amigo. Sin duda alguna dicha celebración incluiría mucho baile, alcohol y por qué no decirlo… sexo.

Eran apenas las diez de la noche cuando aparcaron en el estacionamiento privado del lugar, todos descendiendo del vehículo con expresiones expectantes y alegres.

Traspasaron la entrada principal y se encaminaron hacia una mesa desocupada justo en el fondo, llenando sus pulmones del aire viciado de humo tan característico de sitios como aquel. Todos pidieron sus tragos y sin esperar más comenzaron a beber, contagiándose de la euforia de las personas que bailaban, reían o ligaban ya fuera en la pista, en la barra o en algún oscuro rincón.

Poco a poco la música iba aumentando el ritmo y el volumen, alentándolos a unirse a la multitud de gente que se divertía. La atmósfera impresionantemente densa de allí los hipnotizaba de alguna extraña manera, sin mencionar que los tragos ingeridos previamente sólo acrecentaban la sensación de euforia y descontrol.

Pronto Raditz, Broly, Gohan, Goten, Trunks y Goku bailaban al pegajoso compás del repertorio de canciones que ponía el DJ, riendo y gritando cosas sin sentido a medida que la desinhibición de sus hormonas adolescentes los embriagaba.

Todo era diversión, alegría y locura…

~~~

Le dio un largo sorbo a su bebida, perdiendo sus ojos negros en las curvas de ese chico que se había dedicado toda la noche a mirar. Lo observaba bailando aquella pegadiza melodía, resaltando por sobre el grupo con el que estaba con una facilidad sorprendente. Las luces danzaban a su alrededor al ritmo de la canción, brindándole a su rostro de facciones hermosas un atractivo aun mayor. Se movía con soltura, su cabellera alborotada y de un color azabache brillante reluciendo todavía más bajo la incandescencia de la luminaria artificial, la piel nívea que dejaban al descubierto los tres botones desabrochados de la camisa azul que vestía, antojándosele sumamente apetecible. Sus orbes se perdían en esa escultural figura, el fuego propagándose en sus venas con cada mirada que esas pupilas juguetonas e inocentes dirigían en su dirección.

Le sonrió de lado, denotando la malicia característica de un depredador a punto de cazar su próxima presa, apurando el contenido de su vaso con gran determinación. Posó el mismo ya vacío sobre la barra, deshaciéndose de su chaqueta de cuero sin ápice de vergüenza, la sensualidad exudando en cada uno de sus gestos, mientras se encaminaba con soltura hasta la pista de baile, donde aquel ángel de negros cabellos se encontraba.

Se abrió paso entre la gente sin atisbo alguno de delicadeza, atrapando la mano de su precioso prospecto de ligue para esa noche y apegándole de golpe contra sí sin reparos de ningún tipo, amoldando ese cuerpo de infarto al suyo, de modo que esas perfectas nalgas quedaran justo a la altura de su entrepierna. Le pasó los brazos por la cintura, sus manos curiosas presionando sin nada de vergüenza los costados de sus muslos internos, las yemas de sus dedos dibujando senderos inexistentes sobre esa piel pálida aún por encima de la ropa.

Se mordió el labio inferior al sentir como el delicioso cuerpo entre sus brazos se apretaba más contra el suyo, una fricción maravillosa estimulando su miembro por sobre el pantalón. Coló la derecha bajo su camisa, deleitándose con la suavidad de esa tez perfecta, los dedos de su izquierda metiéndose sin más a través de la pretina de los ceñidos jeans que vestía su víctima. Sonrió complacido al notar el estremecimiento que tan tenues caricias provocaron en él, atreviéndose a dejar un fugaz beso en ese cuello que se moría por morder, sólo con el afán de tantear el terreno. La reacción lo llenó de un deseo ardiente e inmenso, el chico en su poder ladeando la cabeza para darle mayor espacio, autorizándole en silencio a marcar su piel. Su miembro pulsó con fuerza cuando esos deseables glúteos se frotaron contra él, el fuego aumentando al máximo entre ellos.

Sin más dilación deshizo el contacto y sin soltar su mano lo arrastró consigo hacia las habitaciones que aquel lugar tenía, una serie de miradas indiscretas siguiendo sus pasos sin recato alguno.

El cuarto se iluminó bajo la sutil incandescencia de una luz tenue, suficiente para permitirles a ambos disfrutar de la excitante visión de sus tonificados cuerpos en cuanto estuvieran desnudos.

Vegeta se apropió con brusquedad de esos labios que llevaba horas deseando besar, arrebatándole al dueño de estos un gemido sumamente excitante al morder con salvajismo su labio inferior, lo cual no hizo más que encender sus hormonas a niveles inimaginables. Sin dejar de devorarle la boca lo dirigió hasta la cama, en el proceso luchando con los botones de la camisa que vestía para finalmente quitársela justo antes de dejarlo caer sobre el colchón. Se posicionó sobre él con la mano izquierda sirviéndole de soporte para no aplastarlo, los dedos de su derecha desabrochando sin perder más tiempo el botón de sus jeans.

Las respiraciones de ambos eran maratónicas, sus miradas gritando el deseo que se tenían sin necesidad alguna de utilizar las palabras.

En un movimiento rápido Goku quedó desnudo, completamente a la merced de aquel seductor joven de cabellos en flama que no paraba de enloquecerlo con sus caricias. Contuvo un jadeo al sentir como los colmillos de éste se encajaban con rudeza en la delicada piel de su cuello, echando la cabeza hacia atrás junto a un largo suspiro cuando el agarre de una mano de dedos traviesos se cerró entorno a su erecta longitud. Sus párpados se entrecerraron ante las sensaciones tan placenteras que acudieron a él, el jadeo reprimido en su garganta escapando sin más, al percibir el tortuoso deslizar de una húmeda lengua delineando uno a uno sus sensibles pezones.

El de cabellera alborotada  atrajo a su amante de vuelta a sus labios, llevando sus dedos con desesperación a quitar la estorbosa prenda que cubría ese escultural torso. Repitiendo la acción de éste bajó de su boca hasta su cuello, lamiendo y succionando de vez en cuando para dejar visibles marcas de propiedad sobre esa tez suave y acanelada.

Vegeta sonrió de lado, preso de las sensaciones maravillosas que su ligue le hacía sentir, permitiendo que le quitara de las piernas los jeans que por su parte él también llevaba. En un movimiento veloz lo volvió a recostar sobre la mullida superficie de la cama, separándole las piernas ansiosamente para colarse entre ellas con mirada hambrienta.

El menor de ambos se mordió provocativamente el labio inferior en una clara invitación que no hacía otra cosa que aumentar el deseo en éste de poseerlo de una vez, perdiéndose en el mirar tan intenso y lujurioso que le daban esos ojos profundos y tan negros como los suyos. Gimió por lo bajo cuando un dedo tanteó su entrada, su piel erizándose ante el repentino y rítmico vaivén que la mano libre del mayor ejercía sobre toda la extensión de su miembro ya más que despierto y ansioso de atención.

La lujuria destilaba por cada poro de sus pieles, las cuales ardían como el fuego mismo.

—¡Ahhh!

Goku se arqueó y gimió fuerte cuando tres dedos se abrieron paso dentro de él sin previo aviso, temblando ante el placentero dolor que estallaba cual supernova por todo su cuerpo. La mezcla de la masturbación y el rozar persistente de tres dígitos contra su próstata lo hacían delirar, un rictus de éxtasis infinito plasmándose en su bonito rostro.

—Eso es…— susurró en voz increíblemente sensual el mayor de los dos, sincronizando sus movimientos hasta hacer a su amante retorcerse y gritar preso del placer. —Gime para mí.

Éste obedeció, permitiéndole a sus labios soltar la excitante sinfonía de sonidos que se moría por no contener más, la voz grave y varonil del hombre sobre él actuando como el más efectivo de los afrodisíacos. Vegeta aceleró el ritmo de su mano, deslizándola rápidamente de arriba hacia abajo por toda la caliente extensión de ese tronco venoso y palpitante, los dedos preparándolo haciendo lo suyo en ese cálido interior para llevarlo en camino directo hacia el más delicioso orgasmo. Un grito sumamente placentero y estimulante se le escapó a Goku, justo cuando alcanzaba la cúspide del clímax, su esencia derramándose abundantemente entre los dedos que lo masturbaban hábil y deliciosamente. Su pecho subía y bajaba al compás de su errática respiración, un velo de satisfacción indescriptible haciendo brillar aún más sus ojos de mirar transparente y expresivo.

Un beso lascivo y húmedo le robó el poco aire que había alcanzado a recuperar, su cuerpo siendo fácilmente reacomodado, de modo que quedara apoyado en cuatro sobre el colchón. Fue entonces que se percató del enorme espejo colocado estratégicamente en la pared, su propio reflejo regresándole una mirada colmada de lujuria y necesidad.

Su amante posó la mano izquierda sobre su ancha y desnuda espalda, presionando hacia abajo para así dejar al menor de cara a la almohada con las caderas alzadas para mayor comodidad. Éste se ruborizó al verse en esa posición tan vergonzosa y comprometedora, sus ojos fijos en el espejo para no perder detalle alguno de lo que el otro hacía. Entonces la punta del miembro ajeno presionó contra esa entrada que prometía una estrechez gloriosa, una deliciosa corriente eléctrica deslizándose por sus cuerpos al compenetrarse en un mismo ser. Las paredes internas del de cabellera alborotada cedieron a la intromisión y ahogaron a Vegeta en un mar de deliciosa calidez, ambos jadeando ante el maravilloso efecto que les provocó el penetrar y ser penetrado.

Los gemidos de satisfacción no tardaron en abandonar los labios de Goku, sus dedos empuñándose entorno a las sábanas en busca de algo que apretar para mitigar la oleada placentera de sensaciones que no paraban de sumergirlo en el delirio. El mayor arremetía contra él con certeras y rápidas estocadas, dando en su punto dulce sin descanso una y otra vez.

—De-De… mo-nios… ¡ahhh!— gimió fuerte y sin control alguno en su voz, temblando ante el glorioso éxtasis que producía en cada célula de su anatomía el trato que su amante ejercía sobre él, una mezcla de mordidas en la parte posterior de su cuello y rudas nalgadas contra sus glúteos, haciéndolo desfallecer de absoluta satisfacción. —Da-Dame más… ¡Sí! ¡MÁS!

Vegeta lo aferró de las caderas y lo levantó de modo que se acoplara sin problemas contra él, amoldando ambos cuerpos sin dejar en ningún momento de envestirlo con bestialidad. El roce de esa piel caliente contra la suya, la embriagadora fragancia que desprendía su alborotado cabello y la forma tan sublime en que los gemidos resbalaban sin ningún pudor de esos labios que le había fascinado besar, hacían que perdiera el control sobre sí mismo y sacara a relucir su parte más salvaje y dominante. El chico entre sus brazos era simplemente perfecto, todo en él exudaba sensualidad y lo embelesaba al punto de hacerlo no reconocerse a sí mismo.

—¿Con que… te gusta… rudo…?— le preguntó entre jadeos, presionando suavemente los dedos en la punta de su erección, mientras pellizcaba uno de sus rojizos pezones con los de la otra mano y a esto le añadía leves mordidas sobre la suave y delicada piel de su lóbulo.

—S-Sí… me e-encanta… rudo…— confesó con la voz más sumisa y provocadora que le escuchó emplear a alguien alguna vez, girando la cabeza para mirarlo con deseo, mientras se mordía excitantemente el labio inferior y sus mejillas se teñían de un leve carmín que le dio a su rostro una inocencia incluso más notoria.

—Como quieras— le susurró lascivamente al oído, alzándolo otra vez para empotrarlo bruscamente contra la pared. —Entonces te cogeré tan duro que no podrás pararte en semanas.

Y antes que Goku siquiera pudiera responder, Vegeta salió de él completamente y volvió a entrar con tal intensidad y rudeza, que hizo explotar estrellas a su alrededor. Rápido y salvaje lo envistió con estocadas fuertes y sumamente certeras, arrastrándolo sin problemas en un espiral interminable de insania. Una mano le servía para sujetarlo y la otra masturbaba su miembro al ritmo de las rápidas y certeras penetraciones, haciendo que el menor dejara caer su cabeza contra la dura superficie frente a él, tratando inútilmente de sostenerse de la misma en un intento de mitigar tan indescriptible placer. Se ahogaba en un océano de delirante goce, su voz desgarrándose entre gritos de éxtasis infinito.

Bajo el influjo de la lujuria, se dejaban llevar por el fuego que los consumía por dentro.

Hasta que sucedió.

Las cálidas paredes que apresaban deliciosamente a Vegeta se contrajeron de pronto, a lo que reaccionó reacomodando nuevamente a Goku, de modo que pudiera observar a detalle como alcanzaba el clímax, de sus labios escapando un placentero gemido tan sensual, que por poco lo hace perder la noción de su propio sentir. En medio de una explosión de sensaciones acabó también, soltando un grito de placer en su máximo explendor, llenando de su esencia ese cálido interior en el horgasmo más endemoniadamente memorable de toda su vida.

Transcurrieron varios minutos para que el agitado curso de sus respiraciones regresara a la normalidad, optando ambos por dejarse caer agotados de vuelta sobre el colchón. El ambiente dentro de la habitación supuraba aun los vestigios de la reciente descarga de hormonas, los últimos retazos de su cúlmine todavía presentes en sus cuerpos, adormilándolos poco a poco.

Sin embargo, y sacando a Goku bruscamente de su letargo, Vegeta se levantó sin mediar palabra alguna, logrando que el menor enseguida notara la falta del delicioso calor que desprendía su piel.

—¿Qué haces?— inquirió desconcertado, observando con ojos desaprobadores como comenzaba a vestirse.

—Irme… ¿No es obvio?— contestó con desinterés éste, sin siquiera dignarse a mirarlo, entallándose los jeans y tomando su camisa para ponérsela rápidamente.

—Oh… bien.

El chico de cabellera alborotada no supo por qué, pero la brusca indiferencia con que el mayor le habló, causó que un molesto dolor le punzara el pecho, logrando que hasta respirar se le hiciera difícil.

«Después de todo… no fue más que sexo de una noche.»

—Ahm… bueno…— al fin se dignó a mirarlo, ya del todo vestido y repuesto. —Fue un gusto conocerte…

—Goku— completó, con un tono de voz asquerosamente menos frío de lo que se había propuesto en un inicio.

Éste asintió, sonriéndole con una malicia que, de no hallarse en una jodida guerra mental, habría sido excusa perfecta para golpearlo.

Y así, sin mencionar ni una sola palabra más, salió de la habitación, obviando monumentalmente el darle, por más mínimo que fuera, algún indicio de su identidad.

~~~

La noche del domingo llegó y con ella los alumnos regresaron perezosos al campus universitario, resignados a que al día siguiente iniciaba otra intensiva y tediosa semana de clases.

Goku se dirigía a su habitación, sintiéndose aún algo adormilado por culpa de la feroz resaca del día anterior. Su rostro reflejaba hastío, mientras observaba al piso con total desinterés.

Iba a subir la escalera que llevaba a los cuartos, pero el conocido sonido de un auto estacionándose justo afuera del edificio le despertó curiosidad, haciendo que se asomara por una de las ventanas que tenía más cerca. Observó como una persona bajaba del vehículo, estirándose un poco para tomar su bolso y después volteándose completamente ante los ojos aturdidos del chico de cabellos alborotados.

Ese cabello inconfundible, esos ojos profundos, ese porte altivo y seductor…

Se alejó de la ventana y corrió como un rayo en dirección a la entrada trasera del edificio de varones, justo cuando la puerta de la habitación V empezaba a cerrarse poco a poco. Apresuró sus pasos y con su mano evitó que se cerrara completamente, haciendo que el recién llegado volteara a verlo con una sensual sonrisa curvando esos exquisitos labios que tanto disfrutó besar.

—¿Segunda ronda?

Sin darle tiempo a responder, lo sujetó por la muñeca y tiró de él hacia dentro, cerrando la puerta con seguro para que así nadie pudiera interrumpir…

Notas finales:

Final abierto XD Soy de lo peor jajaja

¿Quieren continuación?

Este fic está destinado a ser puro lemon, así que no esperen mucha trama :v

De antemano muchas gracias por leer ^^


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