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TU LUZ ME HACE BRILLAR por KeepKhanAndKlingOn

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Un hombre de lo más agradable.

 

                                            Estaba furioso. No sabía bien si era porque Loki y Strange conocían su más oscuro y vergonzoso secreto desde siempre, o por saber ahora que Nick estaba destinado a ser su pareja antes incluso de nacer. Caminó a grandes zancadas hacia la casa donde el niño pelirrojo había entrado. Su primo volvió a su forma y le siguió temiendo uno de sus ataques de ira.

   - Espera, Tony... - Le dijo dándole alcance frente a la puerta. - Piensa bien lo que vas a hacer, ese mocoso no tiene la culpa de nada.

Tony golpeó con el puño, impaciente. Del otro lado se oyeron unos pasos acercándose y una mujer pelirroja y de armonioso rostro, con manchas de harina en el delantal, acabó abriendo la puerta.

   - Oiga, ¿tiene usted un niño pelirrojo? - Le preguntó a bocajarro y de malas maneras.

   - Tengo muchos, ¿cuál quiere? - Bromeó la madre de Iko abriendo de par en par, dejando que el griterío de sus nueve hijos llegase a los oídos de nuestro héroe desde el interior de su hogar.

Iko asomó la cabecilla rizada al pasillo y sonrió. El tipo del pijama de ositos y su amigo, el de los largos cabellos negros, le miraban con curiosidad.

   - ¿Alguna pregunta, Tony Thorson? - Dijo el pequeño haciéndose el interesante.

   - ¿Quién coño eres y de dónde cojones salió lo que me has dado? ¿Cómo puñetas sabes tú mi nombre? - Nuestro héroe era un mar de dudas y estaba de un humor de perros, como podéis ver.

   - Me llamo Iko. El extraño doctor me dijo tu nombre, vino hace unos meses y me dejó encargado que te diera el sobre. - El chiquillo se encogió de hombros. - Curó la rodilla de mi padre. Yo acabo de cumplir con lo que le prometí a cambio, ya está.

   - Pero... - Iko le dio la espalda para volver junto a sus hermanos y sus juegos. Tony no daba crédito, Strange parecía haberlo planeado todo. - El extraño doctor. ¿Será gil...?

   - Un hombre de lo más agradable. - Le interrumpió la madre de Iko obviado el insulto que quedó en la punta de la lengua de aquel extranjero tan malhablado. - ¿Puedo hacer algo por ustedes? Los amigos del doctor son bienvenidos a mi casa.

   - La verdad es que sí, señora mía. - Intervino Nick usando sus buenos modales. Su primo seguía con la sonrisa retorcida en la boca y una vena muy hinchada se dibujaba en su sien. Mala señal. - ¿Puede indicarnos cómo llegar a Yaghel? Hemos de recoger algo en el banco.

La mujer fue muy amable al darles toda clase de indicaciones, además de una cesta con pan, agua y dos pedazos de queso de colilla. La hembra del colillo, no lo que estáis pensando, o sea algo parecido al queso de oveja. Tony y Nick emprendieron enseguida el camino, pasarían casi todo el día andando, aquella familia no poseía ni un triste caballo que prestarles.

Hablando de eso, Nick podría haberse transformado en uno y llevar a su primo a cuestas, tardando así sólo unas horas en llegar a la ciudad. Pero semejante truco, aparte de resultar humillante, no se habría ajustado para nada a sus planes. Tenía que hablar con él y necesitaba tiempo. En la carta, Strange barajaba la posibilidad de no regresar a casa, de perderse juntos y ser amantes si eso es lo que Tony quería. Nick planeaba hacer que ésa, y no otra, fuese la decisión de su primo. Aunque no tenía ni idea de cómo lograr su objetivo porque se había propuesto no volver a usar su magia con él, de eso ya habían tenido bastante. Y no fue bueno para ninguno de los dos.

 

 


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