Vale la pena
Pensó que tal vez había ido demasiado lejos con lo que le había dicho. Los hombros de Peter se agitaban con un llanto desconsolado que sacudía su atormentado espíritu, debía estar aterrorizado por lo que le estaba ocurriendo. Recordó cómo se sintió ella cuando el médico les dio la noticia de que iban a ser padres, tuvo tanto miedo... pero Tony estaba a su lado para calmarla y demostrarle que todo iba a salir bien.
- Antes de lo de Thanos, Tony me habló de un sueño que había tenido. - Pepper seguía abrazando a Peter, intentando consolarlo. - Soñó que teníamos un hijo, un precioso bebé, que ese bebé y yo éramos lo único que le importaba en el mundo. Y así fue. Después del chasquido, Tony se convirtió en padre y esposo a tiempo completo, Morgan y yo pasamos a ser su única prioridad. No puedo quejarme, fueron unos años maravillosos. ¡Oh, le echo tanto de menos! Quiero decir que perderle fue lo más horrible que me ha pasado en la vida... ¡pero tengo a Morgan! La miro y veo a Tony. Sus ojos, su sonrisa, su brillante intelecto... Ella es su mejor regalo, lo más valioso que me ha dejado. Piensa en eso, Peter, en la criatura que llevas en tu vientre. ¿No es el mejor regalo que Thor podría darte? Lo mejor que tú le hayas podido dar a él. Es vuestro pequeño milagro, vuestro acto de amor.
- Hemos hecho una persona, ¿verdad? - Dijo secándose las lágrimas con el dorso de la mano, sus labios empezaban a sonreír.
- Lo más grande que el amor entre dos seres puede hacer. - Afirmó Pepper con infinita ternura. - Siento haber sido tan brutalmente sincera contigo, sobre el cambio que va a suponer en vuestras vidas ese bebé. La verdad es que vale la pena, Peter. Un hijo se merece cualquier sacrificio que sea necesario hacer. Puede que al principio tengas miedo... Bueno, eso es algo que no se pierde nunca, pero te acostumbras y acabas agradeciendo...
- ¡Mamá! - La voz de Morgan sonó en un grito desde fuera de la cabaña. - ¡He perdido el drone en un árbol!
- Acabas agradeciendo cada renuncia, cada privación, cada esfuerzo, porque lo haces por tu hijo y lo haces con gusto. - Terminó Pepper dirigiéndose a la puerta con una gran sonrisa. - Morgan, mi vida... ¿pero qué has hecho con tu juguete?
- Yo te lo bajo, cielo. - Dijo Peter activando los impulsores de sus botas y levantando el vuelo ante una sorprendida Morgan.
- ¡Vaya! ¡Qué pasada! - Exclamó boquiabierta viendo a Quill recuperar su drone. - ¿Has visto eso, mami? ¡Cómo mola!
- No te hagas ilusiones, no voy a dejar que vueles hasta que hayas cumplido los dieciocho. - Añadió Pepper frenando el ímpetu de su pequeña.
- ¡Porras! - Protestó dando una patadita a la hierba. - Gracias, tío Quill.
- De nada, preciosa. - Contestó entregándole el juguete.
Morgan se alejó dando saltitos, quitando pequeñas ramas de las hélices del aparato. Tendría que desmontarlo para arreglar aquel desastre y nada la hacía más feliz que una excusa para poder usar el destornillador y la llave allen.