Estar ahí
Thor se quedó un momento en silencio, escuchado el canto de los pájaros que tenían sus nidos en las copas de los árboles. Hacía una tarde preciosa, con el cielo azul completamente despejado y el sol brillando en el horizonte a punto de ponerse. Respiró profundamente dejando que el aire limpio le llenase los pulmones.
- A veces los sentimientos son confusos. - Thor se rascó la barba, aquel beso le había hecho cosquillas. - Yo creí que Jane era la mujer de mi vida y resultó no ser así en absoluto.
- Todo ha sido para bien, ¿no crees? - Pepper se apoyó en su brazo con cariño, acariciando el fuerte bíceps del dios. - Ahora estás con Peter. ¿Cómo ocurrió, por cierto?
- No lo sé, supongo que me enamoré sin más. - Dijo encogiendo los hombros. - Al principio me hizo gracia que intentase competir conmigo, quedar por encima de mí y esas cosas. Siempre rivalizando en todo, picándose y tratando de superarme. Era divertido.
- Testosterona... - Rió Pepper. - Recuerdo que Tony hacía lo mismo, rivalizaba con Steve, contigo...
- Sí, era un encanto. - Recordó con nostalgia.
- Parece que esa competencia te excite. - Cuchicheó con picardía, mordiéndose el labio inferior en una sonrisa burlona.
- Me seduce, es verdad. - Admitió Thor sonriendo a su vez. - Pero con Peter he ido mucho más lejos que con Tony. Yo nunca me entregué a él, nunca fui suyo como lo soy de Peter. Le he dado mi corazón, ¿sabes?, mi cuerpo y mi alma, ahora le pertenezco por completo. ¿Crees que volverá a dirigirme la palabra?
- Tú dale tiempo. - Pepper posó su mano sobre el hombro del dios para acariciarle la espalda. Lo que había dicho sobre Peter, sus palabras de total entrega, le habían sonado hermosas, profundas y sinceras. - Te quiere, me lo ha dicho, pero lo que le está pasando le supera. Tendrás que ser paciente.
- ¿Qué puedo hacer? - Preguntó mirándola con ojos de cachorro perdido.
- Estar ahí para él. - Respondió golpeando el pecho de Thor sobre el corazón con la palma de su mano derecha. - Estar ahí, sólo eso. Va a necesitar algo a lo que agarrarse, créeme.
- Pero... me ha rechazado. - Se lamentó con voz ronca.
En su paseo habían dado la vuelta a la Milano y ahora se encontraban justo delante de la plataforma donde Rocket seguía repasando los motores, Mantis les saludó agitando una mano al verles. Pepper se separó unos pasos de Thor y le propuso con la mirada que entrase a la nave.
- Ve con él. - Le aconsejó con una dulce sonrisa.
Thor asintió con la cabeza y saltó al interior de la Milano. Mantis le advirtió sobre el pequeño desastre que había dejado en la cocina, pero él no hizo caso. Caminó con paso firme hacia el camarote de capitán y entró sin llamar a la puerta. Sabía que Peter estaría allí, lo que no sabía era en qué estado le encontraría.
- ¿Qué has hecho con la batidora? - Preguntó Pepper entre risas a la mujer de las antenas.
- Oh, bueno... - Murmuró Mantis con las manos a la espalda, dibujando medio círculo con la punta del pie en la tierra. - Son cosas que pasan cuando olvidas poner la tapadera.
- Vamos, te echaré una mano con eso. - Le dijo acompañándola a la cocina de la Milano.
- Yo que vosotras esperaría fuera. - Comentó Rocket limpiándose las manos de grasa con un trapo. - Ya me conozco los gritos de esos dos.
El mapache no quiso entrar, sabía bien que sus capitanes tendrían una buena bronca.