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TU LUZ ME HACE BRILLAR por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Click en el título para disfrutar de este tema de los Who.

 

¿Quién eres?

 

                                               “¿Quién eres? ¿Quién, quién, quién?”, así empieza la letra. Y eso mismo se preguntaba él cada vez que se miraba en un espejo. Al igual que le ocurrió al autor de la canción, Nick había sido despertado por un soldado del Cuerpo Nova que le reconoció al encontrarle tirado en una acera en Xandar. Le llamó por su nombre y le dijo casi exactamente lo que el policía de Nueva York dijera a Pete Townshend, guitarrista de la banda británica: "puedes irte a dormir a casa esta noche, si es que eres capaz de levantarte y caminar." Nick bebía demasiado por aquella época, tratando de ahogar en alcohol sus sentimientos por Tony, el dolor de sus rechazos, de sus desplantes, su última despedida a la francesa. Sí, es cierto que había estado abusando de él, jugando con sus recuerdos y tirándoselo siempre que le era posible pero el muy canalla se largó sin decir una palabra y eso no está bien.

Durante años le persiguió por media Galaxia sin darle alcance. Claro, su primo había heredado de la abuela Frigga el don de la profecía y por muy sigiloso que fuese Nick al acercarse, Tony siempre tenía algún sueño, alguna premonición que le advertía de que su escondite había sido descubierto. Entonces el rubio recogía sus cosas y se marchaba, así que vuelta a empezar.

El juego del gato y el ratón acabó aburriendo a Nick que se dedicó a ocupar sus horas en juergas, peleas y soberanas borracheras en compañía de la más despreciable calaña del Universo, entre los que se encontraban algunos miembros de Los Saqueadores. Esa panda de ladrones con código de honor le hacía disfrutar a lo grande con su compañía. La mayoría seguían siendo leales al viejo Kraglin, quien tenía ya la friolera ciento sesenta años, lo cual no está nada mal para un xandariano, y que por aquel entonces estaba retirado del servicio activo bajo los cuidados de todo un escuadrón de preciosas enfermeras en su castillo-fortaleza de Xandar. Por alguna razón tanto Nick como su primo Yondu eran siempre bienvenidos a la hora de participar en cualquiera de las locas fechorías de Los Saqueadores, dicho sea de paso que este último, sabiendo que su querido tío le dejaría en herencia mucho más que la flecha Yaka, buscaba labrarse un futuro como nuevo comandante de la banda realizando las proezas más increíbles que ese puñado de renegados pudiera imaginar. Nick en cambio solía meterse en esos fregados por pura diversión, como distracción de su única y verdadera obsesión en la vida: su primo Tony.

   - Colega, estás hecho unos zorros. - Yondu no se caracterizaba precisamente por su tacto a la hora de expresar lo que pensaba. - Mírate, con el pelo lleno de vómito, si tu padre te viese así...

   - ¡Ah, déjame en paz! - Protestó cerrando los ojos y acomodándose en un catre de la bodega de la nave. - Despiértame cuando lleguemos a casa.

   - No sé qué puñetas te pasa pero que sepas que ésta es la última vez que te saco de la cárcel, ¿te enteras? - Dijo zarandeando a su primo con malas maneras. - Supera lo que sea que tengas ahí dentro. ¡Madura, tío!

   - ¿Madurar? - Nick se revolvió debajo de la manta, Yondu le había dado un buen coscorrón. - Manda narices que precisamente tú me digas eso.

   - ¡Oye, ahora no te metas conmigo! Llevo toda la vida aguantando tus jodidas neuras. ¡Vale que lo de que tu madre te abandonara siendo un bebé es una putada pero tío, está ahí cuando la necesitas de verdad! - Yondu había levantado la voz a propósito, sabía que la resaca de su primo haría estragos en su cabeza y quería torturarlo, despertarlo de su letargo. - ¡Y si no está ella, está tu padre! ¡O mis padres! ¡Ni siquiera las chifladas de mis hermanas te han fallado una sola vez! ¡Ni yo, que estoy frito de sacarte de tus movidas! ¡Ni mi hermano, joder!

Y aquí, al nombrarle a Tony, Nick llegó a su límite. Él y Yondu no se habían vuelto a pelear desde que eran unos niños, cuando se dedicaban a jugar duro para medir sus fuerzas, pues como bien sabéis se criaron juntos en Xandar. En ese instante la ira y la rabia que había estado conteniendo dentro de sí, lejos de haberse ahogado en los litros de alcohol que consumía habitualmente, estallaron en un ataque de pura furia que le hizo descargar con todas sus fuerzas el puño cerrado sobre la cara de su pobre primo.

Nick no tenía idea de por qué estaba reviviendo todo aquello. No sabía que las imágenes, los recuerdos, las vívidas sensaciones que estaba teniendo al igual que la repetitiva canción de los Who en su cabeza preguntándose a sí mismo "bueno, ¿quién eres?, porque de verdad quiero saberlo", no eran más que el efecto de la piedra de Buri en contacto con todo lo que él llevaba dentro: su magia, su poder, su dolor... Era él mismo.

 


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