Albus Dumbledore no había tenido una noche agradable, la molestia que le había producido la apertura d aquella sala, así como también el hecho de sus planes del año pasado no habían surtido efecto.
El plan del año pasado debió haber salido de forma correcta pero en algún momento el plan creado de forma correcta, con la paciencia requerida para tan magnífico momento había fallado, algo en su ecuación había estado equivocado, pero ¿que había sido?
Pensó en los dos ganadores del torneo, aquellos que habían traído gloria al colegio, había hablado con Cedric, le contó de las pruebas que había pasado como en el centro del laberinto se encontró con Harry ambos habían estado en un duelo hasta que al final el chico Potter había hablado dando la idea de un empate.
La gloria para el colegio en manos de ambos, tuvo que fingir una alegría que no sentía, el esperaba el final de dicho evento con una tragedia.
Su primer pensamiento había sido entrevistar al mocoso Potter y forzarlo a contarle lo sucedido pero nunca pudo entrevistarse con Potter, el motivo Sirius Black, este había regresado para proteger al mocoso, así que en ningún momento le permitió hablar con el chico para saber qué había pasado realmente aquella parte.
Aquello le hizo recordar que debía llamar al chico Diggory y a Potter, estaba seguro que algo había pasado dentro del laberinto, más cuando el sabía que Moody nunca había dado clase, él estuvo consiente del impostor desde un inicio.
Hasta no hablar con ellos, no sabría cómo fue que su magnífico plan no se completara como debía hacerse.
Dejando aquellos pensamientos de lado, acababa de recibir la información de su peón en Albania, la presencia de Voldemort en dicho lugar había desaparecido un poco más de un año, no existía más rastro de aquel maldito parasito, había seguido el rastro hasta Rusia y después lo pedio de nuevo.
Pero por el momento se dedicaría a decirle a la orden que los dos chicos habían sido obliviatados por Voldemort. Así podría hacer los nuevos movimientos y poner a sus peones nerviosos.
Pronto habrá una reunión con la orden del fénix.
Mientras Dumbledore comenzaba con sus nuevos planes, en otra parte del castillo, Tom leía el contrato que debía firmar.
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Después de su entrevista con los gemelos, había investigado a quien le daría el contrato, había sido sorpresivo que se lo dirán a su hermano mayor Percival, su contacto le había explicado que el chico era bueno en su trabajo, pero muy limitado debido a la terrible fama de su familia, mas sobre todo de Molly Weasley, quien parecía una banshee cuando algo le molestaba.
El chico había hecho un excelente trabajo en revisar el contrato, y también en advertirle que sus hermanos no estaban solos.
“Estimado señor Prince
No sé cómo se enteró del deseo y los productos de mis hermanos gemelos, pero debo advertirle que a pesar de ser jóvenes, tienen el apoyo de muchos, así que esperando que sus deseos de tener éxito con ellos sean realmente beneficiosos para ambos lados.
Atte. Percival”
Le había sorprendido la advertencia hecha, pero comprendía que él quería proteger a sus hermanos, mismos que no parecían tener vergüenza, eran descarados cuando tenían la confianza necesaria.
Después de su primera clase ellos simplemente se pararon frente a él y le entregaron el contrato ya firmado.
No dijeron nada, solo le extendieron el sobre y cuando lo tomo, le indicaron que ya estaban planeando la primera parte de la extensa línea de espionaje.
Esos chicos eran serpientes de verdad, serpientes disfrazadas de leones. Un suspiro apareció, lo que se hacía con el fin de ser aceptados.
Lo que llevo a pensar cuantos habían ocultado su verdadera naturaleza, las pláticas que había tenido con Salazar le había hablado de muchas variantes de la selección, desde aquellos que tenían que estar en la casa para aprender algo que x casa tenia, un ejemplo que le contaba era que en más de una ocasión se encontró con tejones astutos, que debían estar con las serpientes, pero necesitaban un poco de humildad y lealtad.
No pudo evitar pensar en aquello, las tradiciones familiares tan arraigadas, afectaban más a los jóvenes debido a la perdida de las reglas originales del colegio.
Dumbledore tampoco ayudo al aislar a las serpientes, entendía por que los fundadores querían regresar a Hogwarts como era en sus tiempos, aunque ellos sabían que debían modificar algunas cosas.
Llego al gran comedor, observando como la casa verde estaba completa, había algunos cuervos que estaban intentando desayunar, tenían los ojos metidos en un libro y dejaban la cuchara a medio camino, algunos tejones tímidos y solo el grupo de su hijo con los leones.
Frunció el ceño ate la comida que aparecía en las mesas, nada d eso era saludable para los jóvenes, menos tomando en cuenta que casi no había actividades físicas más allá del quidiccht y el caminar a las clases, aunque aquello no lo tomaba realmente como algún tipo de ejercicio.
La única casa saludable era Slytherin miro a su esposo y sonrió, su Severus hacia un excelente trabajo cuidando a las serpientes.
Poco a poco el comedor comenzó a llenarse dejando así que el silencio desapareciera ante la emoción de los alumnos.
--Severus ¿todos bien?—había notado que su esposo estaba nervioso
--No es nada, mi primera clase es con Gryffindor y Slytherin de quinto
Aquello basto para que el nuevo profesor entendiera
--Todo saldrá bien.
--Eso espero
Continuaron desayunando y hablando de todo y nada, hasta llegar la hora en que debían marcharse, después de desearse suerte se separaron, permitiendo que Severus llegara a su salón.
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Severus se preparó para la primera clase con Harry sabiendo la verdad, así como también el ver los planes de su hijo en marcha.
No recordaba estar tan nervioso como aquel primer día, mismo en el que humillo a su hijo. O como le dolió tratar a su pequeño como lo había hecho, como durante las siguientes clases su humor fue peor, al ver la mirada de su pequeño, una que se repitió constantemente
Durante los últimos años él estuvo humillando a su hijo para aparentar que lo odiaban sin saber la verdad, cada palabra que le decía eran puñaladas más al ver aquellos ojos mirarle con desprecio. Era necesario para protegerlo, siempre lo decía, pero dolía.
Salió de sus pensamientos ante la proximidad de sus alumnos, ahí observó cómo los alumnos de Slytherin y dos leones perdidos aparecían.
Sus serpientes se sentaron, mientras que Harry hablaba con Neville y le sonreía para que ambos se sentaran uno junto a Nott y su niño junto a Draco.
Si Neville notó el extraño comportamiento de todos a su alrededor no dijo nada, esperaría hasta que Harry le contara que sucedía, confiaba en su amigo.
Poco a poco los demás alumnos de Gryffindor aparecieron y ya que estos están dentro, la clase comienza.
--Espero que este año estén conscientes de lo importante que es--exclamó con su típico tono de voz, que incita al silencio--al final de esta año veremos cuantos son los que han visto la hermosura de un caldero en cocción, así que prepárense para la prueba
Ante aquellas palabras todos los leones se miraron, una prueba sorpresa, eso no era nuevo, pero a pesar de haber pasado por cuatro años anteriores siempre lo olvidaban.
--Tienen una hora
Así iniciaron la prueba mientras el profesor caminaba a su alrededor, observándolos de forma penetrante, sabiendo que cualquier momento equivocado terminaría con su examen ante la perspectiva de que algún tonto decida hacer trampa.
Cuando la hora término, recogió los exámenes, mientras volvía a mirar a los jóvenes.
--Bien la próxima poción que haremos será dark memory*, quiero que preparen los ingredientes necesarios para poder iniciarla en la próxima clase, así como también quiero un resumen sobre dicha poción, antes de terminar la clase daré algunas de las calificaciones de los exámenes.
Los leones fruncieron el ceño, diez calificaciones eran dadas a conocer cinco de las serpientes y cinco de ellos, siendo los suyos malos, muy malos, pero ellos no tenían la culpa del favoritismo del profesor y con aquellos pensamientos se apresuraron a tomar los ingredientes.
Severus lo hacía como ritual, siempre buscaba el examen de su hijo y el de los demás. Aquella vez no era la excepción.
Observó el examen de su hijo y tuvo que hacer el máximo esfuerzo por no sonreír, pero si alzo los ojos hasta su niño, quien al sentir la mirada de su padre se encontró con esta.
Las miradas que todos los años añoraba creyendo que estaba alucinando, estaba ahí, el orgullo en aquellos pozos oscuros estaba presente y supo el por qué, cosa que le alegro.
Una sonrisa tímida apareció en el niño de oro y bajo los ojos para seguir con su trabajo, junto a Draco.
--¿Todo bien Potter?--susurró Draco
--Saque supera las expectativas en el examen--respondió provocando una ceja levantada de su compañero--papa está orgulloso
Draco no dijo nada, él sabía que su padrino estaba orgulloso de ciertas actitudes de su compañero, pero la forma en que fue educado necesitaba que se lo digieran.
--Bueno hay que continuar con esa calificación, así que concentrémonos en la poción
--Bien les daré las calificaciones. Señor Finnigan ¿de dónde sacó que la poción pimientoca necesita ajenjo para su realización? Desastroso. Señor Weasley...sin comentarios tiene un desastroso. Señorita Patil... el crin de unicornio no es necesario para la posición de furúnculos... desastroso. Parece ser que los Gryffindor son unos alcornoques... aunque alguien decidió no serlo.
Aquellas palabras hicieron que los leones se miraran, pero Hermione Granger, quien había esperado aquellas palabras desde hacía cuatros años, se alzó de forma presumida, antes las palabras del hombre.
--"Por fin este idiota me reconocerá"--fue el pensamiento de la chica mientras miraba a todos por encima y sobre todo hacia Draco y Harry
Ambos chicos lo ignoraron, aunque Harry se sentía intrigado por las últimas palabras de su papá, él nunca aceptaría aquello ante los leones. Draco sospechaba que sucedía y no pudo evitar sonreír, estaba listo para ver como cualquier actitud altanera de Granger desapareciera.
Su padrino nunca le daría un alago a una sabelotodo como ella, Hermione Granger era el compendio de todo lo que su padrino odiaba en los estudiantes y demás personas.
--Parece ser que alguien decidió abrir los libros y ponerse a estudiar--exclamó mirando a todos y fijar su mirada oscura en la joven Granger quien a notarlo se hincho más de orgullo y tuvo el descaro de sonreírle.
Mientras que los Slytherin miraban al príncipe líder de Slytherin, ellos reconocían los movimientos de su líder, era algo que hacia cuando deseaba ponerle más dramatismo a un evento sencillo, así había cuando mostro las nimbus 2001 que habían sido entregadas por el padre de su buscador dos días después de las pruebas, así que solo esperaban el ataque mortal de su líder.
--Por mucho que me desagrade hacerlo, no puedo evitar poner un extraordinario en el examen que tengo aquí en mi mano--exclamó alzando el pergamino, pero sin mostrar algo más--espero que el Gryffindor que ha hecho esto, entienda que no voy a permitir por ningún motivo que baje a supera las expectativas, ¿entendido...señor Potter?