Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wicked Youth por Leviatan

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí estoy de nuevo con ésto. Tristemente sufrí un poco de bloqueo mientras trabajaba en éste capítulo por eso me llevó más tiempo del esperado actualizar. Sorry

Si al final cambié el Io por Eo. Por el mero hecho de que la I mayúscula parace una L minúscula y eso me estaba matando. Pero en mi corazón siempre seguirá siendo Io XD

Y ya no tengo nada más que decir por ahora, así que al caos señores.

Ahora estaban en el patio, Myu había decidido unirse a ellos en su mesa. Eo y Myu se veían muy animados hablando sobre que actividades extracurriculares harían o si se unirían a algún club.

Mientras que Valentine no dejaba de pensar en aquella conversación en el pasillo después del encuentro en la sala de profesores, le daba mucho que pensar. A él no le gustaba su profesor no al menos de manera romántica, creía que era un gran hombre de mucho valor pero no tenía nada que ver con estar enamorado de él.

- Oye ¿Cómo es qué estás primero en listas de calificaciones, si solo llevamos medio día del inicio del ciclo?- Le había preguntado a Myu, ya que fue en ese lugar que se vieron y le llamaba la atención.

- Fácil. Al inicio del ciclo se puede hacer una prueba. Es completamente libre, la hacen los que quieran y no interviene en tus calificaciones del año.-

- Entonces. Básicamente es una prueba que la gente hace para presumir lo que sabe.- Decía Eo riéndose mientras pinchaba con su tenerdor su plato de huevos revueltos.

- Básicamente. Pero no me mires a mi, yo simplemente no quería tener literatura. Ese profesor tiene un aura muy turbia.- Myu intentaba robar parte del almuerzo de Eo, mientras éste lo empujaba con el codo iniciando así una guerra de tenedores.

Valentine estaba tan inmenso en sus pensamientos que en ese lugar podría haberse prendido fuego y hubiera muerto sin darse cuenta. Hasta que una servilleta arrugada le golpeó el rostro. ¿Quién?

Miró a Myu como si no hubiera dormido en todo este milenio. - ¿Qué te pasa? Estás mirando ese sandwich como si te estuviera contando las cosas más turbias que hayan pasado en la dark web.- Eo se rió sin emitir ningún ruido, solo arrugando su cara. Ese comentario de Myu no lo vió venir.

- ¿Qué dices? Solo estoy pensado en mis cosas Myu, nada más.- El nuevo vio esa oportunidad y ni por el infierno la iba a dejar pasar.

- Sí, déjalo Myu. Seguro está pensado en cosas importantes, importantes como su Crush.- Nada más terminar aquella frase Valentine pateó tan fuerte y rápido a Eo debajo de la mesa que al chico nuevo solo tuvo tiempo para reírse de la repentina agresividad. Había dolido y mucho ¿Valió la pena? Completamente.

- Oigan ¿De que me perdí? Espera ¡No me digas! Ese profesor enorme, el rubio.- Valentine lo quedó mirando como si se hubiera atragantado con una piedra y Eo soltó una sonora carcajada mientras golpeaba su plato con el tenedor, simulando el sonido de una campana.

- ¿¡Encerio!? Cómo se nota que te conozco. No es mi tipo, pero estamos aquí para apoyarte. Todo va a estar bien, no estás solo en esto.- Myu intentaba no reírse mientras se inclinaba a tomar la mano de Valentine, simulando soporte innecesario. Lo estaba intentando de manera miserable sin duda alguna. El chico nuevo ya había quedado mudo de tanto reírse. Valentine era incapaz de entender como había terminado con esos dos y repito que solo lleva medio día del inicio. Ésto se veía muy oscuro ya.

- Ya no los aguanto.- Diciendo ésto se estiró sobre el plato de Myu y le robó su sandwich, parece que éste había ganado la guerra de los tenedores, con huevos revueltos como botin en su plato.

- ¡Oye! Tú tienes el tuyo aún.-

- No me interesa, me voy de aquí. Ni se les ocurra comerse mi comida.- Se levantó de su lugar en la mesa masticando lo que acababa de robar.

- ¿A dónde va, Señor del consejo?- Decía Eo mientras se secaba las lágrimas con los puños de su camisa.

- A por Café.- Myu le sacaba la lengua mientras juraba comerse su comida.



Estaba tan agobiado y estresado por culpa de esos dos que ni siquiera estaba viendo por dónde caminaba ni quién se cruzaba por su camino.

- Pareces molesto.- Valentine levantó su mirada para ver a Aphrodite, era de los últimos cursos.

- Veo que sigues cuidando del jardín como todos los años. Siempre me pregunto que le sucederá a éste jardín de rosas una vez que te vayas.-

- Supongo que se marchitará y morirá.- El de cabellera rubia con reflejos celestes y ondulada era alguien muy hermoso, alguien digno de su nombre. - O quizás haya aguantado suficiente de mi veneno como para nunca perecer.- El chico rubio cerró la manguera con la cual estaba regando aquel hermoso jardín de rosas llenas de espinas.

- Se supone que cuando alguien le habla a las flores, es para que éstas crezcan fuertes, no para que éstas aprendan a maldecir a la gente.- Nunca tubo mucho trato con Ditte, pero sabía de sus problemas y que no todo es de color de rosas como aparentaba. Éste chico se lo había enseñado.

- Él está sentado ahí detrás, por si quieres ir a saludarlo.- Aphrodite le dedicó una sonrisa suave y sincera. Al fin una sonrisa que no representa un mal augurio. Si tan solo esos dos pudieran expresar la verdad detrás de sus sonrisas.

- Justo había salido a por café.- el rubio se rió levemente y se despidió de Valentine mientras éste iba dónde se encontraba el otro chico, no muy lejos de ahí.

Camino hasta la vuelta del jardín y justo de bajo de un techo de cemento, un lugar donde están los grifos de agua. Estaba un chico de cabellera negra, que éste al ver que alguien se acercaba levantó su mirada, los ojos más extraños pero hermosos que jamás nuestro pelirosa pudiera haber visto nunca. Estos parecían violetas, pero era una evidente ilusión de colores.

- Señor del consejo estudiantil ¿Qué hace por aquí?-

- Shura. Ditte me dijo que estabas por aquí.- Shura era otro alumno de los cursos superiores, compañero de Aphrodite y un buen amigo de Valentine. - Salí a respirar un poco de aire fresco y de no tan fresco.- diciendo esto último Shura se rió y dejo que éste le quitará el cigarrillo de su boca para darle una profunda calada.

- Parece que lo necesitas más que yo. Aún recuerdo la primera vez, te venías tan decepcionado. Realmente pensaste que ibas a escupir tus pulmones.- Ambos se reían de aquel recuerdo mientras se sentaban sobre el muro de los grifos. Shura se encendía otro cigarrillo al tiempo que Valentine dejaba salir el humo por su boca lentamente.

- No sabía que estar en un ambiente de fumadores cuando era niño iba a afectar el resultado. Yo solo sabía que la gente se quejaba de la primera calada y esperaba lo mismo.- Recuerdos agridulces. Momentos divertidos de algo que no debía de haber hecho, no tan temprano.

- Te veías tan desilusionado. Una cara digna de recordar. Pero cambiando de tema ¿Qué te sucede? No es normal en tí fumar tan temprano.- Como siempre, nada se le escapaba a Shura. Incluso Aphrodite había notado su molestia.

- Myu y ahora, nuestro nuevo compañero. Deberías conocerlo, es todo una joya. Pero ya se lo que me vas a decir.- Hacía una pausa para calar del cigarrillo y dejar que el humo inundara sus pulmones, dejando que éste se fuera expulsado lentamente mientras hablaba. - Lo que me afecta no son sus comentarios. Me molesta que hablen de algo que no entienden, de algo que ni siquiera yo entiendo.- Se veía apagado vertiendo la ceniza en un botella con agua que estaba entre los dos para seguir fumando. Ojalá su confusión se fuera como aquella nube de humo.

- No deberías darle tantas vueltas ¿A caso va a cambiar algo al respecto? ¿Y si Myu y éste chico nuevo tienen razón? No creo que sea algo tan malo.- Shura estaba por terminar su casi segundo cigarrillo pues su amigo ya había terminado el suyo. - Vamos, el señor de consejo estudiantil tiene mejores cosas que hacer que tener una conversación deprimente con alguien como yo.- Esa era su única manera de animar y Valentine lo apreciaba tal y como era. Dispersarse como esa nube de humo quizás no era tan difícil.

- Tienes razón, mejor me voy antes de que tú tan adulta experiencia me siga sermoneando. Nos vemos a la noche.- Le dedicó una mueca a su compañero cuando se levantó de aquel muro siendo devuelta la expresión por otra mueca de más superioridad. Tenían una extraña amistad, tan extraño como aquel calor que aún perdura, habría tormenta ésta noche.

- Nos vemos mocoso.- Valentine se despidió para volver por su camino, volviendo al jardín de rosas.

Ditte ya se había marchado, no había nadie ya ahí, la siguiente hora estaba por empezar. Pasó un dedo delicadamente por uno de los pétalos de una rosa que se veía casi negra. Amenazante, como si fuera a comer su mano.

- Quizás si me alimento del veneno como vosotras no pereceré.-



De vuelta a la mesa, ahora la chicas habían decidido unirse a esos dos. Chris se dió la vuelta para saludarlo con sonrisa. Ella era tan dulce y atenta con él, siempre le alegraba tener la cerca. Emprendió camino hacia la mesa cuándo… Mierda, el supuesto café.

- Eso no fué tan rápido ¿La cafetería aún sigue abarrotada?- Las inquisiciones de Eo como siempre a la orden del día.

- Siempre hay gente en la cafetería hasta el último momento. No tuve suerte ésta vez, se quedaron sin café y no quería esperar a que hicieran más.- Odiaba mentir delante Chris, no era justo.

- Tú prima no me dejó acercarme a tu comida, eso es hacer trampa.- Myu se quejó haciendo una burla a Chris y ella le devolvió el gesto con un sonrisa juguetona, dejando lugar a su lado a Valentine. Su prima era tan buena, no había maldad en ella. Por eso odiaba tanto mentir o decir algo desagradable cerca de ella. Le dolía.

- Ella es la única buena de todos ustedes.- Le daba un beso en la sien a Chris mientras se sentaba y ésta le daba un nuevo coletero. Ya empezaba a sentir suelto su peinado. Tan atenta a él como siempre.

Valentine partió el sandwich que tenía en su plato, le dió unos cuantos mordiscos y la otra mitad se la dió a Myu. - Toma. No quiero oírte llorar el resto del día por tu sandwich, ni siquiera estaba tan bueno.-

- Eres cruel pero justo.- Myu aceptaba la mitad e inmediatamente comenzaba a comerla. Cremoso y suave pero firme, algo propio de Valentine.

Después de darle la mitad de su sandwich se limpio sus manos con unas cuantas servilletas y quito el elástico que sujetaba su peinado dejando caer su cabello por su espalda, ya estaba roto. Otro más, Chris siempre sabía que los rompía o simplemente desaparecían de su muñeca.

Primero peinó un poco los mechones con sus dedos y luego de alisar lo más que puedo lo torneó al rededor de sus dedos haciendo un espiral hasta arriba de su nuca aplicando ahí el coletero. Como resultado un moño desaliñado con mechones largos caídos. Algo que al parecer el chico nuevo no se había perdido ni un detalle.

- ¿Qué sucede? ¿Qué es lo que te llama la atención ésta vez?-

- Nada. Simplemente no sabía que tenías el cabello tan largo o un pendiente.- Eo estiró su brazo retirando el cabello de Valentine de su oreja derecha. Revelando una perla de color jade brillante. - Hace juego con tu pelo.- Dijo colocando el cabello detrás de dicha oreja. Su mano era cálida pero la punta de sus dedos frías. Un suave aleteo en su estómago.

- Era de nuestra abuela.- Chris al oír eso, con una sonrisa retiro el cabello de su lado izquierdo mostrando el par de dicho pendiente.

Un silencio un poco incómodo hizo acto de presencia. Dejando solo ruido de utensilios contra platos y comida siendo pinchada con tenedores. Risas bajas y sonoros sorbos de refrescos. Valentine solo pudo mirar a su prima y sonreír junto a ella. Viendo de reojo a Eo y su sonrisa oculta tras esas oscuras gafas.



Dado por terminada la hora del almuerzo, todos los alumnos debían marchar al auditorio para el discurso de inicio del año escolar. Valentine se despidió de sus compañeros para ir a reunirse con el resto del consejo estudiantil.

De camino a la sala del consejo con una carpeta bajo su brazo, intentaba terminar de arreglar los mechones salientes de su improvisado peinado sin mucho éxito. Ya rendido por cansancio y calor, procedió a quitar su corbata y remangar las mangas de su camisa y la tela de su chaleco empezaba resultar pesada. La idea de Pharaoh de un uniforme de verano no le parecía tan descabellada ahora.

El sonido de percusión le informó que ese chico estaba otra vez en el salón de música ya ni siquiera iba a intentar discutir con él. El año anterior fue igual, aunque no podía culparlo, el muchacho tenía buen ritmo. Así que solo pasó por la puerta de la sala de música virando la cabeza hacia dentro para ver aquel chico problemático tocando la batería, dándole éste una sonrisa y un guiño a modo de saludo.

Valentine siguió su camino, ya no tenía caso hablar con ese chico y al girar su cabeza al frente, el olor a café más profundo lo sorprendió haciendole colocar la carpeta al frente suyo como si abrazarla lo salvará de ahogarse en dicho olor. Tres pasos, dos respiraciones profundas y una catástrofe a la vuelta de la esquina.

Quemaba y mucho, el olor era incluso más fuerte ahora que antes y el dolor de sus brazos y espalda no le dejaba comprender que había sucedido. ¿Por qué dolía? ¿Por qué terminó en el suelo? ¿Y de dónde provenía aquel olor fuerte a café?

- ¡¿Valentine!?- Su nombre y aquella voz grave lo trajo de vuelta de su abstracción metal. Oh no. Sus brazos estaban rojos por la quemazón, la carpeta estaba en el suelo enfrente de él con las hojas sueltas manchadas de café y delante, de pie, estaba ese hombre con su camisa manchadada también de café. Mirando hacia abajo, hacia él. Apretó sus dientes e intentado no cerrar sus piernas debido a la electricidad en su abdomen.

- ¿!Te encuentras bien!? Menudo desastre.- Podía sentir como era levantado sin ningún esfuerzo del piso, dejándolo de pie. En su estado de shock era incapaz de moverse a ayudar a juntar los papeles del suelo. Había quedado paralizado, siendo solo capaz de ver y respirar. Para cuándo escucho el ruido de molestia proveniente de aquel hombre, ese fue su cable a tierra.

Valentine se agachó muy rápido y nervioso a juntar aquellos papeles. Estaba muy asustado hasta el punto que empezaría a llorar en cualquier momento, sus brazos dolían, había estropeado aquellos documentos y arruinado la camisa de su profesor. Esto no podía ir a peor.

- ¡Lo siento tanto! ¡Fue mi culpa, debía haber visto por dónde camino! Lo siento.- Quería irse de ahí y con las prisas y el temblor de sus manos lo único que lograba hacer era arrugar los papeles. Cuándo siento aquella mano en su hombro las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, no sabía de dónde salió todo eso. El miedo y las lágrimas salieron de él como si siempre hubieran estado ahí. Ésta vez la había cagado y ni el chico nuevo lo salvaría con ninguno de sus estúpidos comentarios.

- Valentine, mírame.- El profesor intentaba hacer que el chico reaccionara y tranquilizarlo. Diablos éste no era su trabajo. Para su suerte, el educador social caminaba cerca de ellos. Ésto le pasará factura de alguna manera, podía sentirlo.

- ¡Saga! Ven aquí.- El susodicho vio lo que estaba sucediendo y se acercó a toda prisa.

- ¡Valentine! Mírame ¿Qué sucede?- Levantó delicadamente la cabeza de su alumno para que lo viera a los ojos, logrando que así se calmara.

- ¿Tutor?-

- Casi. Dime qué te sucedió.- El hermano mayor de Kanon, idénticos como un reflejo en un espejo. Solo que éste tenía el cabello largo, hasta la mitad de su pecho. Siempre trenzado hacia su lado derecho.

- Yo.- Valentine parecía no entender la pregunta así que levantó la mirada hacia aquel hombre rubio, como si estuviera pienso permiso para hablar. - Estaba de camino hacia la sala del consejo y no miré por dónde iba, menudo desastre hice.- Intento levantarse por su cuenta, solo para ser ayudado por el educador. Él no era nada como su hermano, era muy amable y no escondía nada detrás de su sonrisa. Apostaría el pendiente de su querida abuela por eso.

- Lamento mi comportamiento, no comprendo que fue todo eso.- Intentaba recuperar la compostura y salvar el poco orgullo que le quedaba. Eso ni siquiera fue vergonzoso. Fue simplemente asqueroso, cómo podía ser tan débil.

- Todo está bien Valentine, seguro fueron los nervios por el nuevo año escolar. Ahora que estás más tranquilo, ve a la sala de descanso para tratar tu brazos, aplica agua fría y si ves que están muy mal, ve a la enfermería. Y tú.- Se giró a mirar al otro profesor con una sonrisa cómplice. Al rubio no le gustó esa mirada, ya sabía lo que significaba. - Ve y cambia tu camisa y vigila a Valentine un momento. Yo escusaré vuestra ausencia en el auditorio.- Palmeó la cabeza de Valentine sacándolo de su enfado consigo mismo e indicándole que fuera a la sala de descanso. Y con eso marcho su camino mientras le prometía al rubio que está vez no se iba salvar.

El chico pelirosa vio mientras el hermano de su tutor se marchaba y luego giró a ver a su profesor que bufaba con molestia. Éste miró al chico directo a los ojos. Le hacía tan extraño mirar los ojos de aquel muchacho. Al ver como éste apartaba la mirada le indico que lo siguiera a la sala de descanso. No solo su camisa estaba estropeada si no que ahora tendría que hacer de niñera. Él solo quería un poco de café, que ni siquiera pudo probar antes de derramarlo sobre aquel chico. Maldita sea su suerte.



Valentine se dirigió al grifo a lavar sus brazos, ya apenas ardían un poco, ahora solo estaban rojos y un poco pegajosos por los restos de café. Así que procuró enjabonar bien, odiaba la sensaciones pegajosas. Cuándo escucho el ruido de una camisa desabrocharse siento un calambre en la parte baja de su espalda y trato de no temblar. Ésto lo estaba matando.

- Si no te molesta ¿Crees que puedas hacer algo con ésto? Yo soy pésimo en ésto y no quiero que la mancha estropeé la tela o mi esposa se volverá histérica.- Valentine sintió como si una sombra lo fuera a devorar, podía notar la presencia de ese hombre justo detrás de él, como un gigante. Le costaba admitirlo pero Eo tenía razón, éste hombre daba miedo.

- Claro. Haré lo que pueda, pero no prometo nada.- Extendió su mano hacia su izquierda para recibir dicha camisa, la tela era sumamente suave y parecía delicada. Eso iba a ser difícil de quitar.

- Gracias.- Al retroceder, Valentine sintió que volvía a respirar sin ser conciente de cuando dejó de hacerlo. Tratando de que comprender que ocurría con él, quedó viendo la blanca camisa ahora manchada de café entre sus manos. Inconscientemente llevó la camisa hacia su rostro y aspiró el aroma de ésta. El olor era fuerte pero no desagradable. Una suave colonia junto con el olor seco de almizcle de algún desodorante para hombres, pero el olor más fuerte era de alguna loción cara para después del afeitado y el olor a un café probablemente sin azúcar. ¡Un momento! ¿Qué estaba haciendo? Valentine entró en pánico y automáticamente arrojó la camisa debajo del agua y abrió estrepitosamente la nevera en busca de vinagre blanco.

- ¿Todo bien por ahí?- Su profesor al ver el repentino arrebato de su futuro alumno se alejó de la ventana donde estaba y decidió acercarse.

- ¡Todo bien! Solo esperaba encontar un poco de vinagre blanco, solo eso. ¿Quién deja vinagre blanco en un colegio?- Valentine lo detuvo en su lugar antes de que avanzará y ya con la botella en mano se pregunto éso, era fácil de distraer. La risa de aquel hombre le hizo concentrarse y miró en su dirección. Para su suerte éste tenía una camiseta simple y negra. No sabe en qué estaba pensado y que hubiera hecho de no existir dicha camiseta.

Cuando se puso a mezclar un poco del vinagre con jabón escuchó el ruido de un mechero. Dios cómo necesitaba uno en ese momento.

- No se fuma en lo alrededores de la escuela y mucho menos en ella. Cómo profesor debería saberlo.- Dejando la mezcla sobre la mancha se dirigió a su profesor. Con la estúpida idea en mente que si no decía na quizás podría conseguir uno. Por favor, no vayas a hablar.

- Lo se perfectamente.- Sacaba su caja de cigarrillos para abrirla y ofrecerle uno a Valentine. - Y juraría que tú lo sabes también.-

Estaba en shock por segunda o quizás tercera vez en el día ya ni se acordaba. Al mirar aterrado a su profesor éste inclinó su cabeza hacia la caja. El chico tomó uno y llevando de manera temblorosa a sus labios se inclinó de manera tímida sobre la llama hasta sentir esa sensación en sus pulmones otra vez. Nicotina, realmente había caído en ella.

- ¿Cómo lo sabe?- Apoyo sus antebrazos en la ventana en forma de reposo. Había sido un día largo. Solo quería fumar e irse a casa cuánto antes. Expulsó el humo con un suspiro y volvió a llevar el cigarrillo a sus labios para calar profundamente, separarlo y cerrar su boca justo cuando la nube se forma dentro de ella. No sin apartar la mirada de su profesor, quería saber cuánto sabía de él.

- Los ví hoy. A ti y a tu amigo detrás de la escuela. No te confundas. A mi parecer ya son lo bastante grandes como para saber que están haciendo. Pero si Saga los ve, habrán cámaras hasta dentro de los baños después. Procuren buscar un mejor lugar o aguantarse hasta que lleguen a sus casas.- Eso parecía un duelo de miradas. Ese niño lograba sacarlo de quicio con solo mirar sus ojos. Esa mirada no representa ni un rasgo de su personalidad. Una mirada tan fría y altanera, no podía pertenecer a un chico que lloró sobre café derramado.

Valentine desvió la mirada para reírse de aquel comentario sobre la cámaras. Eso sería totalmente cierto si los encontraba Saga. - En un momento, no quedará rastro de la mancha. Solo hará falta lavarla para quitarle el olor del vinagre.- Inconscientemente cepillo su pelo detrás de la oreja derecha, recordado un cosquilleo que le hizo sonreír.

- No sabía que tú cabello fuese tan largo.-

- Sorprendentemente no eres el primero que me lo dice en el día.- Su pelo, tenía pequeño transtorno con él. Pero eso era debido a que tendía a no quedar en su lugar. Su moño improvisado debía de estar hecho un espanto, se peinaría después de terminar el cigarrillo. Odiaba cuando le quedaba restos de olor en las manos.

- Podría ayudarte con esos papeles en favor por la camisa.- Vio como el chico asentía contestando un mensaje de su teléfono móvil.

- Genial, porque ya me había olvidado de que esas cosas existían.- Tras apagar su cigarrillo fue a lavarse las manos. Para poder quitarse el coletero que Chris le había dado hoy. Éste era mucho más resistente que los otros. Dulce Chris. - No creo que todas las páginas estén arruinadas, igual no hay prisa por qué yo entregué eso.- Ésta vez se había hecho una cola de caballo alta, a ver si así su cabello quedaba en el lugar.

- Insisto, cualquier cosa por no tener que ir al auditorio.- Valentine se rió levemente tras escuchar eso. Quién diría que aquel hombre enorme y aterrador prefería estar encerrado en una sala haciendo papeleo a estar en un lugar lleno de gente.

El hombre rubio vio como ese chico alisa su cabello para luego soltar de golpe la larga cola imitando el vaiven de un péndulo. Había algo hipnótico en su cabello. Se sentó en la mesa que estaba en el centro de la sala invitando al chico a sentarse a su lado. Las páginas no estaban tan mal como ese niño había dicho, ésto no llevaría tanto tiempo pero si el suficiente como para mantenerlo alejado del discurso.

Cuando se inclinó a tomar una de las páginas pudo oler un aroma a cacao mezclarse con el café. Miró lentamente hacia el muchacho que ya estaba escribiendo en un hoja. ¿Qué tenía éste niño que no dejaba de enervarlo? ¿Y quería saberlo? Diablos, quería su café



Valentine se despidió de su profesor al salir de la sala y se dirigió a el salón del consejo estudiantil. Dejar esa carpeta y así evitar cualquier cosa que le pueda ocurrir otra vez dada su suerte. Sus compañeros le enviaron un mensaje diciendo que lo esperarían para irse juntos cuando finalizará el discurso, cosa que él rechazó debía entregar la carpeta y recoger algo de dicha sala.

Ya dentro del salón depósito la carpeta dentro del casillero de Lune. Mañana en al inicio sería lo primero en ver conociendo a Lune. Tras dejar la carpeta através de un rendija, abrió el suyo y vio un paquete que era lo que fue a recoger. Lo guardo dentro de su maleta y se dirigió a la salida.


Ya en la entrada y por ende salida de la institución. Los vio, esos dos no se marcharon sin él. Parecían entretenidos en alguna charla trivial como siempre, habían hecho buenas migas. En la mano de Eo pareciera que está agitando una corbata, seguro perdió la suya y Chris debió de haberla encontrado.

- No les había dicho que se fueran sin mi.- Les saludo con el típico gesto soez del dedo del medio.

- Que vulgar, Señor del consejo estudiantil.- Los dos chicos se echaron a reír. - Toma, es tuya ¿No?- Io le dió su corbata, seguro la perdió en el momento en que se la quitó.

- Deberíamos ir a comer algo juntos, conozco un restaurante de comida rápida muy bueno.- Myu parecía con hambre aún, si le decía sobre su sandwich, seguro saltaba sobre su cuello.

- Está bien, pero solo hasta la tarde. Tengo cosas que hacer en la noche.- Ambos chicos asintieron y se marcharon entre risas, una buena amistad había comenzado o quizás no tan buena. Eso se estaba por averiguar.

Valentine venía a los chicos caminar delante de él, estaban muy animados, eso le provocó una sonrisa. Todo estaba tan tranquilo, la brisa del lugar y las calles que tomaban los niños de regreso a sus hogares con sus familias. No pudo evitar pensar en el contenido del paquete de color café que traía consigo.

Qué no eran otra cosas que fotos de una mujer en distintos lugares y horarios, su hogar y su trabajo.

Notas finales:

Si hice a Chris como prima de Valentine y no del cejas como da a entender el gaiden. Denuncia me :v

Bueno bueno, las cosas turbias están empezando a salir a flote. Quién será el turbio profesor que dice Myu? Quién será aquel gato negro que se cruzó Valentine de camino? XD y de que se conocen Shura y él? Y quién será esa mujer lol. En algún momento se sabrá que se yo XD

Y si me gusta fastidiar con el pelo de Val, déjenme

Y sin nada más que decir, espero sus comentarios de que les pareció éste capítulo y nos vemos en la próxima muerte y destrucción que traiga (PD: si ya estoy trabajando en el siguiente)

                         Atte: Leviatan


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).