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Army Boy por kawai13

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Notas del capitulo:

Diclaimer: BTS obviamente, no me pertenece (:'c ya quisiera) Se ha utilizado su imagen con tal de crear una historia sin el animo de ofender o invadir la privacidad . Créditos a Big Hit por crear a tan bella banda y unir a estos 7 maravillosos chicos. Créditos a mi persona por la historia.

 

Capítulo 1

— ¡LARGO DE MI CASA! — Los ojos del joven se llenaron de lágrimas contenidas y cólera combinada con tristeza —¡TUS MARICONADAS LAS HACES FUERA DE MI VISTA!

La joven mujer que tenía por madre, se interpuso entre el furibundo hombre que despotricaba contra su hijo, tratando de calmarlo, de apaciguarlo y diciéndole a su hijo que se vaya al cuarto.

Jung Hoseok, no le hizo caso. Se limpió las traviesas lágrimas de sus ojos, cogió su casaca sus llaves y se colgó su mochila donde puso sus parlantes y un par de cosas más.

—Te veo mañana, omma. — Le dijo el menor mientas iba trotando hasta la puerta de su casa, ignorando los gritos malsonantes de su padre y los susurros rotos de su madre.

El joven se lamenta de su descuido, tuvo que estar atento a la hora, calcular que su padre podría llegar temprano de su trabajo para dejar de practicar baile en plena sala antes de que llegara; pero fue un tonto; el por bailar y solo concentrarse frente al gran espejo de la pared en los movimientos de su cuerpo, y su madre descuidada al solo bailar al ritmo de la canción que su hijo practicaba mientras hacía la cena.

Por el volumen fuerte ninguno escuchó el estruendoso portazo que había dado al ingresar, no fue sino hasta que su padre, que había botado su portafolios al suelo caminado de forma presurosa y pesada hasta su hijo, y cuando lo cogió de su polera para empezar a gritarle, en ese momento se dieron cuenta de su descuido. Su padre no aprobaba que gastara tanto tiempo en algo tan improductivo e insulso. Los sueños de su hijo solo eran habladurías sin sentido que le quitaban tiempo de estudio.

Y a Hoseok eso le dolía.

Dolía cada vez que su padre lo despreciaba.

Cada vez que los veía pelear. Su madre defendiéndolo y su padre menospreciándolo.

Dolía sentir que realmente no iba a lograr sus sueños.

Se puso los audífonos mientras caminaba al gran parque y reprodujo el último CD de su banda favorita.

La melodiosa y dulce voz de Jimin en la intro calmó su agitado corazón y lo llenó de una calidez abrumadora, aquella que tanto necesitaba.

Desde la mescla de sonidos calmos, la letra y el mismo tono suave del chico, todo en esa canción expresaba un puro y dulce amor, tal y como decía su nombre.

Para Hoseok, no había mejor remedio contra los males de su corazón, que escuchar una y otra vez el CD entero de su amada banda. Se consideraba un Army devoto y bien instruido, se sabía todas las coreografías al revés y al derecho de forma perfecta. El rap de cada una de las canciones y aunque no tenga buena voz como los magníficos vocales de BTS, podía corear cualquiera de sus canciones.

Serendipity se acabó por quinta vez cuando él se encontraba ya en el enorme e inmenso parque donde pasaba sus tardes; por fin dejó correr la siguiente canción del álbum y la voz grabe de Taehyung se escuchó preciosa en sus audífonos.

Hobie, como le decían sus escasos amigos, se consideraba un chico sin Bias. Sí, era gay y aceptaba que los hombres de BTS eran condenadamente atractivos. Pero como todo ARMY sin bias solo había dos formas de llegar a ese resultado.

Nunca tener un preferido (cosa que el veía imposible, pues apenas investigas un poco de la historia de un miembro y te vas enamorando de él) y la otra forma es habiendo tenido de forma temporal a cada uno de los miembros como tu Bias.

El joven adolescente de tan solo 16 años admitía que él estaba en el segundo grupo.

Pero aún le quedaban rezagos de su ultimo bias. Y escuchar la ronca y grabe voz de Tae tae, a veces le mandaba escalofríos por todo su menudo cuerpo.

Habiendo llegado a su árbol favorito en todo el parque. Sacó sus parlantes de su mochila, los conectó a su celular (remplazando los audífonos) dejando que la canción salga fuerte y potente. Puso su gorro en el piso y lanzó su mochila a la seguridad de las ramas del árbol.

Empezó a mover su cabeza cuando la parte de Yoongi se empezó a escuchar. Cuando estuvo ya frente a un pequeño grupito de chicas y jóvenes que curiosos se acercaban, empezó a concentrarse más en el ritmo de la música.

I want it this love I want it real love

nan neoegeman jibjunghae

jom deo sege nal ikkeune

Las voces de esos seis jóvenes siempre lo alegraban y sin poder evitarlo una sonrisa surcó sus labios cuando la voz alegre y animada de Jonnie se escuchó. Cada vez que imaginaba a suga moviendo sus bracitos de forma curiosa en esa parte de la canción no podía evitar sonreír.

taechoui DNAga neol wonhaneunde

Igeon pilyeoniya I love us

ulimani true lovers

Se preparó para iniciar con la coreografía en la movida parte de Jungkook y ganar unas cuantas monedas o billetes para cenar algo ese día y tal vez le alcance para dormir en un cuarto barato.

Su madre también trabajaba, pero su sueldo de maestra no le daba tanto como para consentir a su hijo de la forma que ella quisiera, aun así, ella siempre se encargaba de darle unos cuantos billetes para su mes y darle todo el amor posible. Hoseok amaba y admiraba eso de su madre, por lo que no tenía corazón para pedirle dinero extra para cumplir sus caprichos de fanboy, le parecería algo injusto, exigir por caprichos mientras su madre ahorraba para cosas más importantes, por lo que, usando su talento y pasión por la danza, se dio cuenta que bailando en parques y poniendo un pequeño recipiente o una gorrita, siempre abría Armys que les gustara ver la coreografía de su grupo favorito.

Después de un par de horas, y bailarse un par de CD's enteros de BTS, Hoseok veía su gorrita medio llena de billetes y monedas. Con la respiración agitada y el sudor perlando su esbelto cuerpo hizo una reverencia a la gente que aún quedaba viéndolo y agradeciendo sus donativos.

Los jóvenes se dispersaban y las ultimas sonrojadas chicas le dejaban un par de billetes al hermoso chico de tiernos hoyuelos, aquel que les agradeció con una bella sonrisa y se fueron dando tímidas risitas entre ellas.

Hoseok recogió su gorra, su celular y parlantes y fue directo hacia el árbol donde estaba su mochila. El sol se había ido hace un buen rato, encontrándose solamente alumbrado en casi la mitad de su baile por las farolas públicas del parque. Dejó sus cosas en el pasto por un par de segundos y luego empezó a trepar el árbol para bajar su mochila.

Ya con ella en la mano y el sentado bajo la oscuridad del frondoso árbol, sacó la toalla y finalmente secó su sudado rostro, mientras le daba pequeños sorbos a su botella de agua.

Empezó a contar el dinero que tenía en la mochila y se formó un puchero en sus labios al ver que no le sería suficiente para alquilar un pequeño cuarto por una noche, sus sonrojadas mejillas por el esfuerzo eran frotadas por sus manos intentando quitarse las malas vibras y luego darse palmaditas para animarse a sí mismo.

Lo bueno de la plaza en la que se encontraba, es que estaba cerca del aeropuerto. Aquel donde están las costosas capsulas que el solo podría alquilar por unas horas y quedarse sin cenar, o tirarse en uno de los cientos de pasillos haciéndose pasar como un pasajero que esperaba su próximo vuelo y dormitaba un rato hasta que su avión llegara y aparte de ello tendría mucha rica comida para cenar.

Sabía que hoy el señor Yoon estaba de guardia en el aeropuerto. El amable señor lo había interceptado luego de verlo repetidas veces en una semana. Si le preguntaban a Hoseok, fue la vez que le confesó a su padre que quería ser bailarín y rapero. Un Idol coreano. Su padre se rio de él y le dijo que no hiciera cosa de chicos amanerados, que él no era un gay de poca monta para andar con tonterías y maquillaje.

Hoseok no respondió a sus hirientes palabras. El silencio emergió en la sala. A la confesión de su sueño y amor por el baile se le unió el anuncio de que era Gay. Su padre no lo quiso ver ni en pintura por dos semanas enteras.

Su madre discutía con el hombre y mientras el señor Jung estaba en el trabajo ella lo acogía y daba de comer, pero la mayoría de las noches, su padre ganaba las discusiones y para que su madre no arruinara más su relación y siguieran discutiendo. Se iba a pasar las noches en la calle. Un par de días fue a la casa de uno de sus amigos, pero al no querer abusar de la hospitalidad, salía a las calles a caminar sin rumbo alguno.

Su casa no estaba muy lejos a esa plaza donde empezó a bailar hace un par de años (cuando se volvió fan de BTS) y esa misma plaza estaba muy cerca del aeropuerto. Yendo ahí con la firme idea de encontrar una tienda de comestibles a media noche abierta, se encontró con la sorpresa de que había personas dormidas en un que otro pasillo y nadie le decía o hacia nada.

Hoseok aprovechó la oportunidad, y luego de llenar su estómago con una hamburguesa de bulgogi intentó hacer lo mismo. Un poco temeroso se sentó primero en el piso, al costado de un tomacorriente para cargar su celular y minutos después, de forma cauta siempre mirando a todos lados, puso su mochila en el suelo y la usó de almohada, aunque era su primera vez haciendo eso, estaba tan cansado que a los minutos se encontraba en el mundo de los sueños.

Unos cuantos días, durmiendo en el mismo rincón fueron suficientes para que el señor Yoon lo identificara y supiera que no era un pasajero esperando su próximo vuelo; lo iba a desalojar cuando se dio cuenta de que era solo un joven mozuelo de quince años recién cumplidos.

Unas cuantas palabras, una conversación profunda con una persona que recién conocía y se había ganado un aliado para tener un techo donde dormir sin que otros guardias interfirieran, encima el señor Yoon, tan bueno como era, le daba una manta para que se acurrucara en las noches.

Fue lindo y a la vez triste encontrar más apoyo en una persona desconocida que en su propio padre, pero, aunque no lo conociera, sabía que podía confiar en el hombre.

Esta vez, le tocaba al señor Yoon su vigilia en un lugar un poco más apartado del bullicio, pero relativamente cerca del desembarque de vuelos internacionales.

El pequeño y sonriente Hoseok llegó rebotando hasta su gran aliado con una hamburguesa de bulgogi (que también era la favorita del guardia de seguridad) Y comentándole lo contento que se sentía por las nuevas canciones de su banda favorita.

El hombre cerca a sus cincuenta años miró con cariño y un poco de pena de ver al joven tan frecuentemente (porque eso significaba que había problemas en su casa) y mientras mordisqueaba la hamburguesa y escuchaba el monólogo del chico sin entender mucho, lo encaminaba a un pasillo donde solo estaban un par de pasajeros más, ya dormidos en la pared contraria.

El hombre sentó a Hobie en el inicio del amplio pasillo y le dijo que lo esperara calmadamente, mientras iba por su manta favorita. Hoseok obedientemente asintió y conectó su celular al tomacorriente a su costado (el guardia siempre lo ubicaba cerca de uno) mientras esperaba al regreso del señor Yoon.

De su mochila sacó un pequeño libro y se distrajo un poco.

Un par de horas después y habiendo leído gran parte de su libro Demian, se acurrucó mejor, y dejó de cubrir solo sus piernas con la gran manta para tapar también su cuerpo entero.

Siendo pasadas las once, según su celular, era mejor dormir para volver a casa temprano y poder despedir a su madre antes de que vaya al trabajo. Puso su alarma y acomodó mejor su mochila como la almohada en la que él siempre la convertía.

Hoseok era un niño hermoso, tanto en su físico como en su tierna y dulce alma. Hoseok, era un Army abnegado, de aquellos que más que gritar por lo guapo que se veían los chicos del grupo, se preocupaba cada vez que salían cansados u ojerosos en fotos o presentaciones.

Hoseok era alguien extremadamente bondadoso, con una vida no muy buena, aquella que estaba a punto de dar un gran giro, por un pequeño incidente.

Continuará…

Notas finales:

Todo error de redacción, puntuación y ortografía será corregido al final de la historia.

Estoy poniendo todo al día mis plataformas, para poder reiniciar con la publicación de los fanfics congelados.

Esto se debe a que voy a iniciar un intento de , que es una página de micro mecenazgo, donde la gente puede apoyar de forma mensual con lo que esté a su alcance. No es obligatorio, esto solo me daría la oportunidad de brindarle mucho más tiempo a la escritura y poder dejar uno de mis tantos trabajos que siempre tengo.

Si pueden, estaré inmensamente agradecida sino, me ayudarían mucho compartiendo y votando por la historia.

Obvio los que apoyen tendrán beneficios, desde publicaciones antes de tiempo, spoilers, sorteos y mucho más.

En unos cuantos días se subirá información al respecto


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