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Locura de Amor por kawai13

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Notas del capitulo:

Holiwis... abajo les dejo un mensajito, ahora con el sueño de mi vida siendo las 2 am. Mientras escribo esto, les dejo disfrutar este capítulo.UwU Los bebés acá ya son pareja.


Muchas gracias de antemano por su apoyo. Besitos.


 


Disclaimer: Los personajes usados no me pertenecen, créditos respectivos a Marvel. Solo los uso para dar vida a historias de mi autoría.

 

Capítulo VII

 

El sol entraba por las amplias vitrinas del gimnasio, y en el solitario lugar solo se encontraba un rubio dándole fuertes golpes a un saco de boxeo, el objeto se movía de adelante hacia tras con cada potente golpe; por algún motivo Steve se sentía muy irritado, le ardían los ojos y su cuerpo le pesaba. Siempre entrenaba todas las mañanas en el gimnasio de la universidad, le tocara o no entrenamiento con su equipo, Steve creía en la disciplina y el mantenerse en forma, por lo que entrenaba cuando la mayoría seguía durmiendo, pero ahora se sentía tan pesado.

 

No sentía la misma fluidez de siempre en sus movimientos y el dolor de cabeza tan sutil hace un par de horas, ahora martilleaba fuertemente en las cienes. Da un golpe, más tan potente que mueve el pesado saco y sobre esfuerza la cuerda que lo mantiene en el aire. Sus manos vendadas para el ejercicio van a su cabeza, frotándose sus cienes en un vano intento de que deje de molestarle tan fuertemente el dolor.

 

Vamos por Tony, quiero verlo.

 

Cállate maldita sea.

 

Su interior gritaba por el encuentro con su pequeño, pero Steve se negó, ahora el rugido venía de su parte y no de capitán. El había quedado con Tony para encontrarse apenas el pequeño llegara a la universidad. Le había dicho su horario y su dormilón omega le dijo que vendría más temprano solo para verlo y pasar un poco de tiempo juntos, por lo que no quería apurarlo ni molestarlo de más, pero él era tan impaciente. Tan persistente.

 

Alzó su mano, parando el movimiento del bamboleante saco de box y fue a una de las bancas donde se encontraba su botella de agua y una toalla blanca para el sudor, tomó un gran sorbo de ese líquido que su cuerpo necesitaba, se sentó y secó el sudor de su frente intentando ignorar el pedido que se repetía una y otra vez en su mente.

 

Steve se empezó a sacar las vendas de sus manos cuando un delicioso olor acanelado llegó a llenar todos sus sentidos, su pequeño entraba por la puerta del amplio lugar y al verlo una hermosa sonrisa aparece por en sus labios, mientras corretea a su encuentro.

 

Steve lo recibe con sus brazos abiertos y a su omega le importa muy poco encontrar a su alfa todo sudado, cree que esas gotitas de sudor en sus fuertes brazos son un poco sexys.

 

— Stevie — Su fuerte alfa lo recibe y carga con facilidad.

 

— Hola, bebé. — Susurra con una sonrisa calmada, el olor a canela mengua sutilmente sus dolores de cabeza, apaciguan la irritación del capitán y su necesidad por verlo.

 

Steve desconoce que poco a poco pierde más el control de la situación y capitán tiene mayor facilidad de controlarlo. Capitán no está tomando sus pastillas, Steve no lo sabe. Siempre encuentra una pastilla menos en el frasco, capitán no quiere que recuerde. Los dolores, las pesadillas, su inestabilidad, todo se está volviendo cada vez más fuerte. Él quiere salir y nadie puede detenerlo

 

Anthony busca los labios de su enamorado, aquel que le hace sentir esas raras mariposas en el estómago y que lo sostiene tan delicadamente, una de sus actividades favoritas es besar y ser besado por su pareja.

 

Steve se sienta en la banca donde estaba antes y pone al pequeño en su regazo para seguir besándolo suavemente, pero sus besos también desbordan de pasión al igual que esas manos que lo juntan más al cuerpo ajeno, aún así eso no impide que la delicadeza de su trato se sienta. Anthony se siente tan bien con esos toques, con esa forma de besar, como siente su labio succionado y suavemente mordido y como la traviesa lengua de su pareja pasa por ese belfo abusado, como si quisiera borrar el exquisito y sutil dolor que causa su mordedura.

 

No importa de la manera que su atolondrado rubio lo bese, siempre termina con la respiración acelerada y el corazón martillando como loco mientras sus pulmones buscan el tan necesitado aire y Steve se da cuenta de eso, por lo que ataca a otros lados de su rostro y cuello, pero aunque Anthony se tensa cuando Steve pasa por esa zona tan delicada, sus hombros se relajan cuando lo que siente ahí no sus dientes afilados, sino besos mariposa llenos de devoción que sacan lindas risas del joven omega. Se siente tan querido y mimado, respetan su decisión y lo tratan como algo tan preciado, no puede evitar agarrar las mejillas de Steve y mirar esos profundos ojos azules, tan bello, tan bonito, Steve, se siente en las nubes cuando ese bello omega lo mira con unos ojos tan brillantes y llenos de alegría.

 

Se dan un par de besos más, suaves, dulces sin malicia, pequeños picos que demuestran lo encandilados que están el uno con el otro hasta que Steve le da un par de palmadas ligeras en ese respingón y bello trasero para que se levante. Solo Steve tiene el auto control para hacer eso sin malicia.

 

— Vamos bebé, debo bañarme.

 

Anthony asintió y un poco malhumorado se levantó con un puchero en sus labios, Steve al ver eso simplemente sonrió y le dio un par de tiernos besos más para quitar el ceño fruncido de su pareja y luego caminar hacia las duchas.

 

Pero mientras más se alejaba del menor que ahora se había sentado para esperarlo, el dolor de cabeza aparecía más fuertemente. Sus pasos se ralentizaron y llamaron la atención del menor.

 

—¿Stif?

 

Pronunciar mal su nombre ya era algo que Anthony hacía de forma cariñosa, pero la preocupación también inundaba sus sentidos y cada sílaba salida de sus labios, en especial cuando lo vio tambaleándose.

 

El joven se paró inmediatamente y trotó hasta su pareja cuando a parte de tambalearse y caminar pesadamente, vio que estuvo apunto de caerse, lo agarró del brazo, tratando de ayudarlo a equilibrarse y en eso no pudo evitar mirar un destello rojizo en sus ojos cerúleos, pero fue tan rápido antes de que Steve cerrara los ojos con una mueca de dolor y con su otra mano se sostuviera la cabeza. La preocupación del omega iba en aumento.

 

—¿Que pasa, Stevie?

 

Pero el alfa rubio negó y solo empujó suavemente a su pareja mientras tomaba bocanadas de aire fuertes y constantes.

 

— Nada, bebé. Por favor espérame, ya vuelvo.

 

Susurró y lo terminó de apartar de sí mismo, mientras empujaba a capitán a lo más profundo y hondo de su mente. Se estaba tomando últimamente muchas libertades y Steve no sabía porque, mientras iba a las duchas pensaba en que rayos podía hacer para parar las acciones de capitán.

 

*-*-* Locura de Amor *-*-*

 

Tanto Tony como Bruce se encontraban en el laboratorio, Bruce hacía pruebas con diferentes químicos para reemplazar los componentes dañinos en el supresor de su compañero de ciencias. Anthony a su lado le pasa las jeringas con las cantidades requeridas para ciertas mezclas, hasta ahora, todas las combinaciones habían tenido reacciones poco alentadoras.

 

 

— Te estoy diciendo la verdad, Brucie. — Dijo el omega mientras se acercaba más a ver como Bruce empezaba a hacer una mezcla. — De un momento a otro Stif se empezó a tambalear.

 

Bruce cogió otra de las probetas y miró completamente extrañado al menor.

 

— Estamos hablando del capitán del equipo de fútbol americano de toda la universidad — El joven alzó una ceja ante el tono de su amigo — Ese que mide más de un metro noventa, rubio y de ojos azules — Anthony giró los ojos — Aquel que te puede cargar más fácil que a una mochila.

 

— Soy un bonito saco de papas — Una sonrisa de lado apareció en los labios del menor — Pero sí Brucie bear, te estoy hablando del saludable y fortachón grandulón, mi Stif.

 

—Pues me parece un poco extraño Tones —Contestó Burce luego de reír al imaginarse al pequeño en el hombro del rubio cual “saco de papas” como el menor se había auto denominado — Es de las personas más saludables que he visto en toda mi vida.

 

— Ni que fueras tan viejo tampoco.

 

— El punto es, Tones, que no me imagino al rubio tambaleándose de dolor por una enfermedad terminal.

 

El joven castaño hizo una mueca aún preocupado por lo que había visto. Tal vez estaba exagerando un poco, tal vez era el cansancio por la universidad y el sobre esfuerzo físico. Steve le había puesto la excusa de que no había podido desayunar antes de entrenar, pero él no se creía mucho esa versión.

 

— Tal vez estoy exagerando — lanzó un suspiro y miró a la probeta olvidada — Mejor continuemos con las pruebas, luego debemos analizar si cuales son los efectos negativos en cada una.

 

Bruce asintió y puso la probeta que había dejado un poco de lado nuevamente frente a él. Agarró ahora el gotero que le tendió el menor con un químico altamente escaso y caro. Anthony podía pagarlo, pero hasta que llegara el encargo, lo más probable es que pasaran un par de semanas, por lo que ambos tenían cuidado de usarlo con la escasa cantidad que tenían para manipular en ese momento.

 

Cuando Anthony se estaba acercando más a Bruce para poder ver un poco más la reacción del químico con el resto de componentes de su supresor, la puerta se abrió suavemente y por el espacio se asomó la cabellera rubia del deportista. Ambos científicos estaban de espaldas al ingreso y estando tan concentrados a lo que pasaba frente a ellos, no se dieron cuenta de la llegada de su invitado inesperado.

 

Steve los vio juntos y el dolor punzó nuevamente su cabeza, sus ojos ardieron y sus caninos salieron. Steve sabía que no debía mal pensar las cosas, que estuvieran cerca no significaba nada cuando las miradas estaban sumamente fijas en unas probetas frente a ellos, pero capitán no pensaba lo mismo, o... tal vez era otro el que pensaba mal la situación, empujando a capitán al enojo excesivo y estridente.

 

Steve no pudo controlarlo, no pudo callarlo y un enorme rugido salió de sus labios, llamando la atención de los científicos, la bonita caja de donas en sus manos cayó al piso y Steve retrocedió un par de pasos alejándose de esa vista, no tenía un buen control.

 

Se alejó más y tan rápido como había llegado al laboratorio se retiró, con pasos grandes y acelerados. Anthony solo vio confundido como la caja de ricas donas caía y Steve se iba a tropezones. Se miró extrañado con Bruce y un poco preocupado salió en búsqueda de su pareja.

 

Tony entra casi a tropicones al salón vacío donde Steve encuentra, lo ve pateando una silla y agarrándose la cabeza.

 

—¡Steve! — Grita recibiendo un gruñido. —¡¿Qué rayos te pasa?!

 

Mira como da un fuerte golpe a uno de los escritorios y no puede evitar brincar de la sorpresa.

 

—¿Por qué estabas tan cerca de Bruce? — preguntó — Odio verte tan pegado a otras personas.

 

El tono es seco, frio.

 

— Estas bromeando ¿verdad? — Su voz llena de incredulidad e ironía, ¿era un arranque de celos? — Es solo mi maldito amigo con el que estoy viendo un experimento.

 

— Muy juntos.

 

— No seas idiota.— El pequeño frunció el ceño y caminó directamente hasta el enorme hombre — No seas un loco desquiciado.

 

— Así que yo soy el loco idiota y él el tranquilo e inteligente, es eso.

 

Steve quería tomar el control, disculparse, pero lo veía tan borroso todo, solo sabía que estaba haciendo enojar a su pequeño omega.

 

— Por Dios, Steve, basta. — Su pequeño dedo indice empezó a picotear el enorme pecho — No dudes — los ojos enojados sacaron a relucir un destello de tristeza, — No de mí.

 

Capitán cierra los ojos, enojado el también por su poco auto-control, Steve le decía que se calmara, pero no podía, sus instintos estaban últimamente mucho más a flote por él, lo hacía menos racional de lo que realmente era. Dio un par de pasos atrás y se agarró la cabeza nuevamente.

 

— Aléjate, Tony — Pero aunque le pedía alejarse el pequeño avanzaba todo paso que él retrocedía. —No quiero hacerte daño. — Pidió, enojado, frustrado por su terca y sexy parejita.

 

Anthony frunció el ceño y se acercó por completo hasta pegarse al pecho de su alfa.

 

— Tu nunca me harías daño.

 

Y Anthony tenía tanta razón en ello, tanto Steve como capitán eran incapaces de hacerle el más mínimo daño posible. No cuando lo adoraban con tal devoción que besarían el suelo que él pisaba, pero capitán estaba perdiendo parte de su auto control, ese tampoco era él por completo, o no lo sería en un futuro.

 

Soltó un fuerte gruñido al tener ese bello cuerpecito pegado al suyo y lo alzó para sentarlo en uno de los escritorios y juntar sus labios en un demandante beso, Capitán necesita la re-afirmación de que son una pareja, para que él se calme y lo deje en paz por el momento, para que deje de hacerlo perder sus estribos.

 

Anthony se sorprende, pero siente la necesidad en ese beso, siente que debe seguirlo, que debe calmar a ese atolondrado alfa. Anthony no es como otros omegas, al estar su cuerpo tan lleno de químicos ha perdido la capacidad de usar su aroma para calmar a los alfas o a los cachorros, no sabe si con los nuevos elementos químicos que Bruce está probando podrá recuperar esa capacidad en algún momento, pero ahora la quisiera tener, poder usarla como cualquier otro pues sentía como su Alfa lo necesitaba.

 

No hace más que responder el fuerte beso, tan diferente a los de la mañana, tan llenos de posesividad y necesidad, tan demandantes que su respiración se agita en cuestión de segundos y no puede seguirle el ritmo.

 

Sin poder aguantar más el rápido ósculo de su pareja, Anthony lo separa, agarrándolo de sus mejillas y juntando sus frentes, ambos respiran de manera irregular mientras sus miradas se juntan, la miel choca contra el cielo mismo, sus alientos se combinan y ambos sienten las manos ajenas transmitiendo el calor al la piel contraria.

 

— ¿Quién rayos eres?

 

Fueron las palabras que salieron de los labios de Anthony, era tan diferente su actuar de ahora con el de la mañana en el gimnasio, confundía por completo al omega.

 

Steve no respondió, solo fundió su cara en el cuello del omega, adorando su aroma de deliciosa y picante canela aún bañado en químicos, su aroma natural y real estaba ahí presente. Tony no preguntó más y lo dejó buscar esas feromonas que el no podía expulsar por su atrofiada glándula mientras le acariciaba los rubios cabellos.

 

— ¿Quién rayos eres? — Repitió tan bajo que ni el propio Steve pudo escucharlo.

 

“Mi pequeño es tan inteligente, ¿verdad, Steve?

 

Continuará...

Notas finales:

Agradecimientos especiales a:

Lisseth Jaramillo
Yuukie Michaelis


Yuukie, peque, cuando me apoyaste primero tuve problemas con mi vista y luego con mi muñeca y no te di las actualizaciones que merecías, si me escribes por interno, yo te doy el próximo cap sin necesidad de volver a entrar al patreon. Lamento todo y muchas gracias por tu apoyo. 

 

Mil gracias por estar aquí apoyando la historia aun cuando me demoro bastante en publicar entre cada capítulo, este mes estoy intentando crearme un patre0n, donde tendrán capítulos con más regularidad, en especial este mes, donde quiero adelantar la cantidad de capitulos entre las plataformas regulares y patre0n.

 

Wattpad tiene muy olvidados a los fanfics y aún así saca dinero de las publicidades, en especial si ese fic tiene muchas vistas :c he llegado a ver propaganda en mi propio fin :,v con esto quiero ver si puedo subsistir de la escritura. De todas maneras desde un dolar al mes pueden estar mucho más adelantados en todos mis fics.

 

Próxima actualización en plataformas a todo público: Capítulo 08 Domingo 13 de Junio

Actualmente en Patre0n ya está publicado el capítulo 08

La próxima actualización en Patreon Miércoles 26 de Mayo capítulo 09 y 10

 

Si pueden y quieren apoyarme el patreon se encuentra en mi perfil o me pueden buscar en google como Alemoon13 Patre0n

 

Si no pueden apoyarme de esa manera, compartiendo, comentando, votando por la historia ya me están ayudando.

 

Nuevamente muchas gracias a todos.

 

Nos leemos pronto. 


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