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El corazón en la caja por Sunnydays

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Notas del capitulo:

Hola a todos! mañana es año nuevo y les traigo esta actualizacion hecha con mucho amor (por los gays XD) espero que la disfruten

Antonio se encontraba un poco nervioso nuevamente pues debían colocarse las vestimentas para dormir que les habían dejado de manera muy ordenada encima de sus camas, pero había un problema, ya que su sacerdote parecía no tener vergüenza alguna al desvestirse frente a él, pero comenzaba a acostumbrarse y no pudo evitar mirar de reojo el cuerpo desnudo de este, era esbelto sin ninguna cicatriz visible lo cual era esperable ya que tenia el don de la curación en sus manos. Su figura era tan bella que el ayudante trago saliva para concentrarse en vestirse también, ya que era momento de dormir, pues la mañana traería aquel encuentro con la nueva familia de su madre,  una parte de él pensaba que se sentiría incomodo después de todo su existencia fue ocultada completamente por su progenitora, como un pasado que ella había intentado alejar de su mente. Sin embargo según la conversación que ambos habían tenido, ella realmente estaba dispuesta a hacer un espacio para él en su nueva vida y eso era algo que hacia que Antonio estuviera bastante nervioso, pues después de todo iba a conocer a sus hermanos y puede que también a aquel que era la pareja actual de su madre.

-¿Eso lo convertiría en mi padrastro? En realidad nunca he tenido una figura paterna de todos modos y a mi edad no creo que sea demasiado necesario, sin embargo…- eran los pensamientos que llegaban a la mente de Antonio.

-Antonio, has estado como diez minutos sin abrochar tu camisa ¿ qué sucede?- dijo Korame señalando lo evidente y tal vez con un poco de exasperación ya que a pesar de que no se viera demasiado cansado, ventajas de ser el sacerdote principal del dios de la curación, realmente necesitaba descansar, pero dejándose llevar por aquel sentimiento llamado preocupación decidió asegurarse que su ayudante no estuviera pensando demasiado las cosas.

-Oh si lo siento, no es nada- dijo él tratando de evadir el tema ya que era consciente del gran esfuerzo que había hecho su sacerdote para que no pensara demasiado en el asunto de la reunión con la familia de su madre.

-Ya hemos convivido demasiado como para no saber que algo te preocupa, déjame adivinar, ¿sigues pensando en la reunión de mañana?- mientras lo miraba con aquellos ojos que atravesaban tu alma sin problemas.

-Realmente no se le escapa nada- eran los pensamientos de Antonio sintiendo calidez al saber que el señor Korame realmente demostraba interés en lo que le pasaba.

Entonces el ayudante admitió que no podía dejar de darle vueltas al hecho de que no sabía si podría encajar en la nueva vida de su madre, ya que prácticamente había sido un secreto de esta durante mucho tiempo, tampoco sabía cómo se lo han tomado ellos, ya que debía haber sido complejo enterarse de que su madre tenia mas hijos y que incluso haya estado casada antes.

-He estado guardándome mis comentarios pues creía que no era necesario decirlos ya que de cierta manera estabas, ¿Cuál es a palabra?, feliz de verla. Pero creo que ella no debió haberte dejado de aquella manera y menos ocultar tu existencia, eso se llama abandono y mentir.

Aunque al decir aquello último Korame sintió una molestia demasiado amarga, pero este no sabía cual era realmente el origen de esta. Aquellas tajantes palabras tan solo contenían la verdad pero aun así dolían demasiado así que la mirada y expresión de Antonio se volvieron tristes.

-Lo sé, es solo que…

-quieres darle una segunda oportunidad ¿verdad? No es como si yo entendiera eso de cualquier modo.

-Siento que esta vez será diferente, el lazo que nos une podría repararse.

-No puedo decir que lo comprendo, pero estaré tu lado para apoyarte.

-Lo sé muchas gracias- dijo Antonio quien sentía ganas de llorar al sentir el apoyo y gran amabilidad del señor Korame, entonces en un acto atrevido e inesperado el ayudante se acerco y abrazo a su sacerdote.

-Se que esto es sumamente inapropiado y descarado de mi parte, pero por favor...

Korame no sabia como reaccionar ya que no se esperaba que su ayudante realizara aquel acto, no tuvo el corazón para separarlo a pesar de que esto no podría encajar con la visión de sacerdote estoico que le había inculcado Artem, aunque pensándolo bien aquello se había estado disolviendo desde que Antonio había pedido convertirse en su ayudante.

-¿Cómo debería responder? ¿Qué se hace normalmente en estos casos?- pregunto Korame quien realmente no había recibido nunca una muestra de vulnerabilidad como esta.

Antonio quien tenia su cara escondida en el cuello del sacerdote sintió como su corazón se estrujaba completamente y con apenas un hilo de voz le pidió al señor Korame que colocara su manos alrededor de su espalda.

-Cumpliré tu petición- fueran las escuetas palabras de Korame quien por alguna extraña razón no podía negarle aquello a su ayudante. Había pasado bastante desde que ambos se habían conocido pero el sacerdote se había cuestionado recientemente acerca de la influencia que ejercía Antonio sobre él. Nunca había tenido la concepción de tener tal cercanía con alguien que no fuera Artem, pero era complicado ya que le había prometido a este que nadie más llegaría a acercarse tanto, por lo tanto había una mezcla de molestias en su interior en las que no quería indagar demasiado pues eso significaría mirar directamente en un abismo en el cual podría existir toda clase de cosas desconocidas.

Entonces mientras permanecían abrazados la calidez envolvía la escena y Antonio se sintió mucho mas tranquilo y le hubiera gustado estar mucho mas tiempo en aquella posición, pero era de noche por lo cual debían descansar así que regañadientes se separó, a pesar de que el señor Korame pueda ser visto como alguien frío, su abrazo fue demasiado cálido y lo confortó de gran manera.

-ejem ¿Ya te sientes mejor?- Mientras miraba sus bien cuidadas uñas intentando que no se notara que sentía una molestia debido a que se deshizo el abrazo.

-Sí muchas gracias- mientras lo miraba de manera agradecida, cálida y llena de amor.

-Eso es algo bueno, ahora es momento de que durmamos, mañana será en día importante.

-¿Me promete que estará conmigo en todo momento?

-Si eso te hace estar m tranquilo, lo haré

-Usted es realmente amable, es una de las cosas que mas me gustan- no pudo evitar dejar escapar sus verdaderos sentimientos.

-Ejem, reitero es mejor que descansemos ahora- pero aquella pequeña mueca de sorpresa no paso desapercibida para Antonio quien sonrió de manera casi imperceptible.

-Así es.

Después de aquello Korame se acostó en su cama y le dio la espalda a Antonio, quien apago la luz.

-Buenas noches- dijo el ayudante antes de irse a descansar a su cama, además era la primera vez que ambos dormían en la misma habitación así que de alguna manera era emocionante.

La mañana llego y con ella fueron despertados por uno de los ayudantes del sacerdote John quien les avisaba que el desayuno estaba listo, por lo cual si así lo deseaban, podían ir al comedor para que este les fuera servido. Además les hizo entrega de sus vestimentas que ya se encontraban completamente secas y listas para que las usaran.

-Muchas gracias, iremos en seguida- dijo el sacerdote principal

Entonces comenzaron a vestirse además de arreglar sus cabellos que eran un desastre en especial los del señor Korame y cuando estuvieron listos se dirigieron al comedor donde el sacerdote local los estaba esperando.

-Buenos días ¿lograron descansar?

-Así es, muchas gracias- respondió Korame.

-Mis ayudantes prepararon toda clase de platillos típicos de esta zona, espero que les gusten.

-La comida de ayer estuvo exquisita.

-Me alegro- dijo él bastante complacido de escuchar aquello, pues significaba que al sacerdote principal le había gustado lo que le fue servido

Comenzaron a disfrutar los alimentos que se encontraban en la mesa, conversaron tan solo un poco pues se acercaba la hora de que John tuviera que ir a atender a los visitantes de la casa de sanación, le gustaba lo que hacia pero realmente quería pasar mas tiempo con el sacerdote principal, así que a regañadientes tuvo que aceptar que el desayuno había terminado y que ellos se tenían que ir, ellos tomaron todo lo que habían comprado y se dirigieron a la entrada.

Cuando los despidió en la puerta no puedo evitar ponerse nuevamente nervioso ya que Korame se inclinó otra vez para agradecerle su hospitalidad.

-No es necesario, después de todo fue un honor tenerlo aquí

-Su casa de sanación es realmente esplendida, ha hecho un gran trabajo

Esto hizo que los ojos de John resplandecieran enormemente y que invitara al sacerdote a visitarla nuevamente cuando este quisiera. Después de aquello Korame y Antonio se marcharon para dirigirse a la casa de la madre del último.

Caminaron en silencio ya que a pesar de que estaban juntos Antonio no podía dejar de sentirse nervioso por la reunión que tendría en un rato más,  así que Korame intento de nuevo aquello que hizo que este se tranquilizara la primera vez, por lo cual tomo su mano para infundirle valor. Aquello hizo que Antonio lo mirara sorprendido ya que aquella pequeña acción era nuevamente una demostración de que el sacerdote se preocupaba sinceramente por él.

Le agradeció con mirada y su caminar de pronto se sintió mas ligero ya que sabia que el sacerdote estaba a su lado, no importaba que algunas personas susurraran al mirarlos ya que ambos no tenían nada de que avergonzarse, pues para Korame solo significaba, al menos superficialmente, que estaba dándole su apoyo a su ayudante. Y si alguien se los quedaba viendo solamente bastaba la fría mirada del sacerdote para que dejaran de hacerlo y sintieran como heladas pequeñas dagas se enterraran en sus cuerpos. Antonio al percatarse de aquello solo podía sentir como su corazón se llenaba de calidez.

-¿Cómo puede ser tan lindo y a la vez tan intimidante?- mientras veía como las personas que susurraban dejaban de hacerlo apenas recibían una fría mirada de parte del sacerdote.

Mientras tanto Korame reflexionaba nuevamente acerca de que la existencia de Antonio podía ser considerada como una molestia agradable, sin embargo no sabía si Artem aceptaría este comportamiento que tomaba en especial consideración al ayudante, ya que de alguna forma estaba dejando de lado sus deberes como sacerdote para ayudarlo a tener este reencuentro con su madre. La idea era solo que ellos tuvieran una conversación y volver a la ciudad donde estaba la casa de sanación, ya que solo tenían el día de ayer libre lo cual significaba que los visitantes se estarían preguntando qué había pasado.

-¿seré perdonado por esta imprudencia?- eran los pensamientos del sacerdote quien sentía que iba contra los mandatos del dios de la curación, quien no se había pronunciado al respecto hasta el momento. Nunca había hecho algo en contra de los mandatos de Artem, pero esta vez era diferente de alguna manera, ya que su ayudante estaba involucrado en ello.

Finalmente llegaron al edificio donde vivía la madre de Antonio y le dijeron al conserje acerca de su llegada.  La ansiedad que sentía el ayudante se había disipado un poco gracias a su sacerdote pero los nervios aparecieron nuevamente cuando apareció su madre.

-Me alegro de que hayan venido los estábamos esperando, vengan por aquí- mientras los guiaba a aquel departamento

-Sí, mamá- aquella palabra de alguna forma era agradable y difícil de decir.

Korame solo asintió y siguió a la mujer hasta que llegaron a una puerta muy bonita que tenia un adorno en forma de avión lo que llamo la atención de Antonio, lo cual fue notado por Olivia quien solo pudo sonreír de manera sencilla y tal vez con un poco de culpa.

-Fue idea de Liam, él adora los aviones

-Ya veo- dijo Antonio con sentimientos encontrados, pero de alguna forma feliz de que aquel niño pudiera tener aquellas cosas que él no tuvo, sin embargo había un poco de celos mezclados en aquello pero en muy pequeña cantidad.

-Ahora pasen, por favor.

Así lo hicieron y grande fue la sorpresa de Antonio de encontrar a sus hermanos junto a su padrastro esperándolos en el recibidor. Pero a pesar de que a chica y el hombre tenían expresiones amigables, el niño de ocho años no lo miraba para nada mientras fruncia el ceño.

-Niños, querido, él es Antonio mi hijo- dijo a modo de presentación Olivia

-Es un placer conocerlos- dijo el ayudante haciendo una reverencia

Korame igualmente se presento y espero pacientemente que los demás hicieran lo mismo. El padre se llamaba Louis y era arquitecto, trabajaba diseñando los edificios de una empresa constructora de bastante renombre tanto nivel nacional como internacional. Emma se encontraba cursando la secundaria y le gustaría ser profesora. Liam a regañadientes se presento por lo cual su hermana le dio un pequeño pellizco en su antebrazo para que se comportara.

-Bueno el almuerzo se está enfriando así que es mejor que comamos así nos vamos conociendo mejor- propuso la madre.

-Trajimos algunas cosas para compartir- levantando una de las bolsas

-Oh muchas gracias, lo serviremos como postre.

Se sentaron a la mesa y disfrutaron la comida que había preparado la mujer, todo se veía muy apetitoso, pero Antonio se sintió completamente reconfortado al probar nuevamente la comida de su madre la cual no degustaba hace mas de una década, nuevamente sintió ganas de llorar pero basto una mirada de Korame para que sintiera que todo estaba bien.

-¿Y Antonio, que haces actualmente?- dijo Louis que era un hombre bastante comprensivo así que no tuvo problema en recibir al ayudante.

-Bueno ayudo a mi sacerdote en las labores de la casa de sanación, recientemente tuvimos un festival que reunió a diferentes sacerdotes y sacerdotisas del mundo.

-Ya veo, eso es algo realmente interesante, mi madre una vez fue curada por una de las joyas de nuestro sacerdote local.

-Si, de hecho lo conocí ayer, su trabajo es realmente esplendido. Fue muy amable en recibirnos en su casa de sanación, realmente es una buena persona.

-Si el sacerdote John es alguien completamente extraordinario, antes de dedicar su vida al dios de la curación, era un joyero bastante renombrado.

-Si, su habilidad al transformar las piedras preciosas y minerales en joyas es realmente destacable.

-Una pregunta, señor sacerdote- dijo refiriéndose a Korame- con mucho respeto ¿Cuál es su habilidad para curar?

-Nuestro dios de la curación me ha dado el poder de sanar con mis manos-fue la respuesta solemne del sacerdote

-¡Eso es realmente impresionante!

-Además es el sacerdote principal- dijo Antonio implícitamente presumiendo

-No tenía idea, realmente trabajas con a alguien muy respetable.

-Así es.

-No debo quedarme atrás entonces, espérenme aquí

Entonces el hombre se paró y desapareció detrás de la puerta de uno de los cuartos, seguramente su estudio ya que volvió con una maqueta muy bonita de un edificio la cual les enseño muy orgullosamente.

-Aquí tenemos al edificio mas alto de este país, bueno, su modelo.

-Si, él fue el principal diseñador del “Orange sky center”- dijo Olivia bastante orgullosa igualmente.

Antonio lo observo detenidamente realmente maravillado de la elegante arquitectura que tenia el edificio y le hizo saber al hombre que realmente le gustaba aquel modelo

-Es como mi obra magna e incluso ganamos muchos premios por él.

-Ya veo.

Siguieron conversando y de a poco se fue formando un ambiente más familiar pero había alguien que no estaba muy cómodo y lo hizo saber.

-¡Él nunca será parte de mi familia!- dijo el hijo menor antes de salir corriendo a su habitación.

Antonio no se sintió mal en cambio rápidamente se paro y señalo que iba a ir a hablar con él después de todo estaban emparentados e incluso tenían intereses en común.

Entonces se dirigió a la habitación de este que por suerte no estaba con llave así que aviso que iba a entrar y fue cuando quedo maravillado ante la gran colección de modelos de avión que tenía Liam. Este estaba escondido debajo de las sabanas de su cama así que con cuidado se sentó en la esquina de esta y con algo de vacilación comenzó a hablar.

-Liam, puedo entender cómo te estas sintiendo

-No es cierto- dijo él

-Yo tampoco esperaba tener hermanos, recién ayer me enteré de que ustedes existían, fue un poco difícil asimilarlo pero después me sentí infinitamente feliz, ya que uno de mis deseos cuando era niño era tener alguien con quien jugar o a quien cuidar. Así que me gustaría que pudiéramos conocernos más, pues a pesar de que solo he interactuado un poco con ustedes ya los considero parte de mi familia.

Liam no respondió así que Antonio continúo hablando, esperando de alguna manera llegar a ese niño que se veía bastante reacio a aceptarlo como el nuevo miembro de la familia, entonces se le ocurrio una idea.

-Ese Gray Eagle 778 que tienes allí es realmente único, solo lo he visto en revistas, nunca pensé en tener la oportunidad de ver uno en persona.

Aquello hizo que el niño tímidamente sacara su cabeza de debajo de las sabanas y se pusiera a hablar alegremente de como lo había conseguido.

-Yo vivo en otro país te podría mandar algunos de los modelos exclusivos de allá ¿te parece?

Los ojos del niño resplandecieron enormemente y asintió efusivamente ya que le había agradado mucho la idea

Estuvieron hablando bastante acerca de aviones y de a poco el niño fue tomando mas confianza e incluso se le escapo un “hermano” que llego directo al corazón de Antonio.

Entonces detrás de la puerta estaban tanto la madre, el padre, la hermana e incluso Korame escuchando como aquellos dos se estaban llevando mucho mejor, pero el peso hizo que todos cayeran causando un gran estruendo, lo cual termino con todos riendo a carcajadas, excepto el sacerdote que solo dejo escapar un pequeño sonido que Antonio sabia distinguir como una carcajada.

El Padre se levando se sacudió las ropas y dijo que estaba feliz de que ya se llevaran mejor. También le aclaro a Antonio que si así lo quería podía llamarlo papá, esto hizo que el ayudante aceptara con ojos resplandecientes.

Así pasaron una tarde bastante entretenida hablando de varias cosas pero llego el momento de que tanto el sacerdote como el ayudante debían volver a su ciudad.

-Si quieres puedes quedarte a vivir con nosotros- ofreció el padre.

-Lo siento, agradezco la oferta, pero mi lugar esta en la casa de sanación junto a mi sacerdote

-Oh ya veo, fue un gusto verte y puedes venir cuando quieras.

Así que se despidieron muy afectuosamente con la promesa de escribirse y verse de nuevo.

Entonces la madre se acerco a su hijo y lo abrazo fuertemente diciéndole que lo amaba mucho agradeciéndole por darle esta segunda oportunidad, además les dio dinero para que pudieran emprender el viaje de regreso.

-Muchas gracias mamá

-Señor Sacerdote, por favor cuide mucho de mi hijo- mientras se inclinaba

-Lo haré.

Así fue como dejaron aquella casa y se dirigieron a la estación de trenes para volver a la casa de sanación

 

 

Notas finales:

Eso ha sido todo, que el 2021 sea un gran año :D


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