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El corazón en la caja por Sunnydays

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Notas del capitulo:

Hola nuevamente a todas y todos espero que hayan disfrutado mucho esta historia tanto como yo disfrute escribiendola :) Llegamos al final y en serio les agradezco que hayan seguido semana a semana este fic. Sin mas les dejo esta última parte de la historia de Korame y Antonio y si asi lo desean pueden dejar sus comentarios diciendome que les pareció. ADVERTENCIA: LEMON

Han pasado cinco años y el señor Korame ha recorrido varios países junto a Antonio descubriendo la vida misma, siempre llevando el collar que este le regaló. Su existencia hasta la fecha se ha resumido en vagar por las diferentes regiones del mundo llevando sanación a donde quiera que fueron, sin embargo nadie es consciente de la identidad del misterioso sanador quien una vez realizado los milagros desaparece sin dejar rastro. Las leyendas acerca de aquello no paraban de surgir y la devoción hacia el dios de la curación solo aumentaba, pues se cree que este misterioso personaje solía ser aquel sacerdote que despareció de la casa de sanación principal un día. En el momento que Korame dejo su cargo la mayoría de las personas que lo conocían olvidaron su rostro y apariencia, pues solo de aquella manera el exsacerdote podría vivir libremente y amar sin ataduras a Antonio quien nunca abandono su lado. Pero Artem le dio una pequeña habilidad de hacer que las personas que eran cercanas a ambos pudieran recordarlos, así era el caso de la pareja de profesores conformada por Daniel y Felipe quienes contrajeron matrimonio y tuvieron una pequeña boda a la que fueron invitados Korame y Antonio. También seguían en contacto con Bal y Fran quienes por alguna razón se consideraban los padres del ayudante y le hicieron asumir el compromiso de escribirles al menos una vez al mes vía email. Lena se puso muy triste al igual que otros devotos al saber que ambos dejarían de atender la casa de sanación y con lágrimas en los ojos les dio una muñequera a cada uno, igualmente les escribía de vez en cuando acerca de cómo molestaba a Frederic quien asumió como nuevo sacerdote principal, aunque era lo que este siempre había querido se sentía un poco inconforme ya que fue escogido debido a la deserción de Korame, lo cual fue un duro golpe para su orgullo ya que siempre había estado compitiendo contra este. Pero aunque Lena no lo quisiera admitir en el fondo le gustaba la música que este hacía, en especial cuando tocaba el piano, a pesar de que esto solo lo hiciera para no tener que escucharla.

Ya habían ido a visitar a la familia de Antonio un par de veces en todo este tiempo, sus hermanos lo adoraban y siempre estaban contentos de verlo por lo cual se ponían tristes cuando este debía marchar. Eran aceptados completamente por aquella familia y al enterarse de que habían podido formalizar su relación realizaron una gran fiesta bromeando acerca de cuándo seria la boda pero Antonio un poco nervioso aclaraba que más adelante pensarían en aquello, Korame simplemente miraba sus uñas mientras decía que aunque no entendía del todo aquello del matrimonio, no le importaría hacerlo si eso quería su ex ayudante.

 Por otro lado, cuando al padrastro de Antonio le diagnosticaron cáncer Korame logro sanarlo por lo cual fue aceptado formalmente como el yerno favorito, además ya que ahora podía vivenciar completamente sus emociones se había vuelto un poco más agradable convivir con él. Pero a pesar de aquello seguía conservando esa personalidad aparentemente fría pero que ahora era mucho más cálida si sabias conocerlo bien, además de que debido a que era extremadamente directo no dudaba en pedir muestras de afecto sin importarle demasiado el lugar en el que se encontrasen, no es como si a Antonio le molestara de todos modos, las personas los mirarían pero después ni se acordarían de ellos realmente, así que podían ir tomados de las manos o besarse en público sin importarles lo que las personas dijeran, aunque siempre era bueno tener su privacidad cuando las muestras de cariño se tornaban más efusivas y se daba la urgencia de ir más allá.

Habían recorrido muchos lugares, pero en este momento se habían asentado en una ciudad de un país del norte, ya que en medio de uno de sus viajes hallaron a una pequeña bebe que fue abandonada por su madre en medio de un basural. Antonio fue quien se dio cuenta de la inocente criatura y simplemente no pudo ignorarla, Greta quien iba en la mochila se acercó a la infante y la lamio así que Korame no pudo negarse, además ver aquellos ojos provocaba que la molestia que antes sentía en su pecho y que ahora sabía que era compasión hiciera su aparición impidiéndole abandonar ese lugar sin la pequeña bebé.

Entonces decidieron adoptarla y la bautizaron como Lucía en honor a la fallecida esposa de Antonio, ya que si no hubiera sido por ella la vida que ambos llevaban ahora no sería posible. La pequeña era tan adorable que ambos no podían evitar mimarla mucho, la diosa Elyada también se encariño mucho con ella por lo cual cada temporada les mandaba muchos trajes con los cuales la infante se veía completamente hermosa. La diosa de la fotografía solía pasar de vez en cuando a la vivienda del Antorame, como llamaba a la pareja la diosa del amor quien popularizo el termino, para hacer las mejores fotos de la pequeña mientras iba creciendo.

Quien inesperadamente se mostró como un buen amigo a pesar de todo fue el dios de la curación, quien le otorgo una bendición a la niña para que creciera bien y al igual que a sus padres la puso bajo su protección convirtiéndose en una especie de tío cariñoso que se preocupaba mucho por la pequeña y los iba a visitar bastante seguido para pasar tiempo con la familia, en especial con Korame con quien tenía largas conversaciones como en los viejos tiempos.

 Mientras tanto después de que Korame había dejado su puesto como sacerdote el mensajero había cobrado su viaje pero no tuvo el descaro de separar a la feliz pareja que recién se había unido aunque debía admitir que se había muerto de envidia al principio, pero después lo fue aceptando a regañadientes pues podía ver lo feliz que era el exsacerdote. Así que fue una especie de viaje entre los tres sin embargo no perdió la oportunidad de molestarlos a ambos todo lo que pudo. Conocieron muchos lugares y a pesar de que el mensajero estuvo especialmente odioso sirvió de buen guía turístico lo cual sirvió para que Korame se burlara amistosamente de él por eso.  Cuando termino el viaje con todo su esfuerzo les deseo que tuvieran una buena vida de pareja y le advirtió a Antonio que debía aprovechar al máximo la belleza/sensualidad del exsacerdote lo cual le valió un buen golpe de este último. Desde entonces los visita cada vez que esta aburrido y le trae toda clase de juguetes a la pequeña la cual es como una ahijada para él, aunque lo mismo dicen varios dioses más ya que Korame es bastante popular entre ellos y Antonio también se ganó el aprecio de una buena cantidad divinidades. Pero quien se autodenomina como la madrina oficial es la diosa del amor, ya que cayo profundamente enamorada de la infante además de que no podía evitar amarla pues era la hija de su pareja favorita. Muchas veces ella estaba diciéndole a Antonio que le propusiera matrimonio a Korame pero este nunca encontraba el momento perfecto por lo cual esta decidió un poco desesperada decirle a Korame, la anterior piedra emocional, que lo hiciera. El exsacerdote como era su costumbre fue y le dijo aquello a Antonio mientras se miraba las uñas como si no fuera la cosa. Antonio de la sorpresa casi deja caer el plato que estaba lavando, pero logro evitar que este se quebrara.

-¡Señor Korame! ¿¡lo dice en serio!?

-Por supuesto, sabes que yo no suelo bromear.

Antonio se secó las manos y se lanzó hacia los brazos de Korame quien puso una expresión de sorpresa no demasiado notoria para ojos inexpertos, pero con dificultad correspondió el abrazo aunque le costaba entender porque una cosa como el matrimonio era algo importante, pues él creía que podía pasar el resto de su vida junto a su amado, aquella palabra todavía era nueva, sin necesidad de tener un contrato de por medio.

-¡Gracias, gracias, gracias!- repetía Antonio mientras escondía su cabeza en el cuello de Korame.

El exsacerdote todavía no lograba entender lo que aquellas simples palabras habían provocado, pero se sentía contento de ver que Antonio era feliz, así que con algo de torpeza siguió correspondiendo el abrazo pero al ver que este estaba durando mucho alejo con delicadeza a su pareja.

-No lo entiendo del todo, pero se te ve feliz. ¿ te parece que sea hoy mismo?

-¿No cree que es muy apresurado? Hay tanto que planear, la comida, los trajes, flores, invitados y….

Antonio siguió enumerando todo lo que se necesitaba para tener la boda que el señor Korame se merece, pero este al escuchar tantas palabras se comenzó a aburrir y no se le ocurrio mejor forma de frenarlas que besarlo lo cual fue una sorpresa que el ex ayudante no tardo en corresponder.

-¿No crees que sería mejor algo simple, solo con unos pocos invitados?- la voz de Korame a pesar de ser fría tenía cierta suavidad que enloquecía a Antonio quien con ojos de enamorado le respondió en el mismo tono.

-Si es lo que usted quiere así será, pero hare que sea inolvidable.

-Claro que sí- dijo Korame mientras acariciaba el hombro de su amante, entonces pareció recordar algo, ya que alguien comenzó a llamarlo desde el otro lado de la cerca de la casa que compartía con Antonio y Lucía.

Fue hacia la puerta para encontrarse con un niño de piel oscura y cabello negro corto que sostenía libros y cuadernos antiguos, los ojos de este resplandecieron al ver al señor Korame quien con una suave sonrisa lo recibió.

-Deon, como siempre puntual, eso es una buena cualidad. Pasa por favor- mientras que con un gesto de su mano apuntaba la puerta.

-Con su permiso señor Korame.

Entonces ambos se dirigieron al comedor donde Antonio les había servido un vaso de limonada a cada uno y ahora sostenía a la niña que acababa de despertar quien al ver al muchacho de diez años estiraba su mano la cual fue besada por Deon mientras la saludaba muy cortésmente. Aquellos dos se llevaban bien desde que se conocieron, pues Korame había sanado al chico cuando este se lesiono el hombro mientras ayudaba en el trabajo a su padre, debido a que el niño provenía de una familia de escasos recursos habían decidido que era mejor que él trabajara ya que era el hijo mayor. Pero se veía que Deon realmente quería estudiar además de que la diosa del conocimiento le había dado una inteligencia notable, solo que no había podido desarrollarse plenamente debido a sus difíciles circunstancias. Por esto mismo Korame no pudo ignorarlo y termino por darle clases particulares, aprovechando todo lo que sabía, ya que Artem se encargó personalmente de darle una educación apropiada.

La niña de tres años le pidió a Antonio que la bajara para irse a sentarse al lado de Deon quien había dejado todos sus materiales de estudio en la mesa para comenzar la lección del día.

-Bueno ¿en que nos quedamos?

-En los ejercicios de a página 97 del libro de matemáticas, los resolví pero me gustaría que me dijera si están bien

-Claro, déjame revisar- mientras abría el libro.

Pasaron una provechosa tarde estudiando mientras Antonio leía una nueva novela que había adquirido recientemente. Cuando Deon estaba por irse Korame comento la noticia de su compromiso como si no fuera la gran cosa, lo cual al inicio sorprendió al niño pero después muy cortésmente pregunto si podía asistir a la boda.

-Claro que sí, después de todo eres un invitado de honor- dijo Korame con su expresión fría pero que el niño podía reconocer fácilmente ya que después de todo le agradaba mucho su maestro

-Pero no tengo que ponerme- dijo con tristeza.

-No te preocupes, eres como parte de la familia así que nos encargaremos de encontrarte el traje perfecto- dijo Antonio quien tenía simpatía por aquel niño.

-No sé cómo pagarles , han hecho tanto por mí y yo no he... hecho nada por ustedes.

Eso conmovió a ambos por lo que se apresuraron a decirle que su compañía es muy agradable y que Lucía lo quiere mucho, además de que es muy amable al jugar con ella.

-Tu presencia no es una molestia- dijo Korame mientras miraba sus perfectamente bien cuidadas uñas, Deon ya estaba acostumbrado a eso así que su corazón se llenó de calidez al escuchar esas aparentemente desinteresadas palabras.

-Estaré esperando con ansias la boda, ¡estoy seguro de que el señor Korame se verá completamente precioso en su traje de novio!- expreso el niño con aire soñador.

-¿Gracias?- dijo este mientras levantaba una ceja.

- Yo también pienso lo mismo. – señalo Antonio apoyando el comentario del muchacho.

-Ya es tarde, creo que es momento de irme, mis hermanos ya deben estar extrañándome. Por favor avísenme cuando va a ser la ceremonia.

-Sí, no te preocupes- dijo Antonio mientras se despedía del muchacho, lo mismo hicieron Korame y Lucía.

Los días siguientes fueron bastante ajetreados ya que una vez que algo se metía en la cabeza de Korame debía ser realizado lo más pronto posible ya que este no tenía demasiada paciencia para algunas cosas. Además Antonio era bastante detallista y quería que todo saliera absolutamente perfecto así que personalmente se encargó de varias de las tareas por lo que la presión de la boda pudo con él y colapso el día antes de esta, preocupando de sobremanera a Korame quien le propuso que la pospusieran unos días pero su ex ayudante tercamente le dijo que la hicieran el día previsto pues ya habían enviado las invitaciones y sería difícil reunir a todos los invitados de nuevo.

-Ya me siento mejor, tratare de no sobrepasar mis límites de nuevo- dijo Antonio a su pareja y a las otras divinidades que se habían preocupado por él.

-Está bien- dijo Korame mientras levantaba una ceja incrédulo.

Antonio nuevamente le aseguro que estaría en buenas condiciones para la boda, pero Korame en un gesto de amabilidad le dijo que fuera a recostarse mientras que él le preparaba una infusión de hierbas que una de las sacerdotisas del dios de la curación le había dado.

-Si es mejor que vaya a descansar- mientras se dirigía al interior de su casa

-Si cariño, debes estar en buenas condiciones para el día de mañana, nada debe impedir la boda del Antorame- dijo la diosa del amor preocupada pero más interesada en que nada interfiriera con el gran evento de su pareja favorita.

-¿Papi estará bien?- le pregunto Lucía

-Claro que sí- le respondió la diosa mientras la tomaba en brazos.

Después de un rato Korame fue a la habitación que compartía con Antonio para llevarle una humeante taza de té que haría que la fatiga que este sentía desapareciera completamente. Con delicadeza la dejo en la mesa de noche y se sentó en la cama para acariciar los cabellos de su ex ayudante con algo de tosquedad ya que todavía no se acostumbraba del todo a dar aquellas atenciones.

-El té está a la temperatura correcta así que puedes tomarlo sin quemarte.

-Siempre es muy considerado, es una de las muchas cosas que amo de usted

-es bueno saberlo- mientras lo miraba con aquellos ojos fríos que solo hicieron que Antonio tomara con delicadeza la mano que acariciaba su cabeza y depositara suaves besos en esta.

-¿Sabes que te amo demasiado?

-Sí lo sé, yo también.- dijo con algo de dificultad ya que a pesar de que ya llevaban un par de años desde que ambos se declararon amor mutuo todavía era difícil expresarlo con palabras por lo que Korame prefería las muestras de afecto más físicas. Entonces en un acto que sorprendió a Antonio el exsacerdote beso su frente con cariño, le dijo que era mejor que se tomara su té y que descansara mientras él se encargaba de los preparativos faltantes.

Tal como había dicho Korame se hizo cargo de las tareas el resto de la tarde tuvo mucha ayuda de las diferentes divinidades que por alguna razón estaban muy entusiasmados con el evento, claramente por influencia de la diosa del amor era lo que el exsacerdote pensaba, antes la encontraba completamente fastidiosa ya que siempre intentaba buscarle un romance.

Pero ahora la veía con otros ojos ya que realmente había sido de gran ayuda, se había convertido en la más grande admiradora del Antorame, según las propias palabras de la diosa y Korame prefería ignorar el hecho de que esta tenía todo un club de fans, conformado principalmente por dioses, que se dedicaban a hablar de su relación con Antonio. No es como si le importara mucho de todos modos así que no le prestaba atención cada vez que chillaba de emoción al ver un gesto amoroso entre ambos.

-Bueno, creo que es todo por hoy, ya está oscureciendo así que con todo respeto, pueden dejar mi casa- fue la manera en que Korame educadamente los echo.

-Pero Kora- hizo un puchero la diosa del amor.

-¿No podríamos quedarnos un rato más? Realmente te ves encantador cuando diriges a las personas- dijo el mensajero que realmente no había hecho nada más que molestar y de vez en cuando traer cosas.

-Ya es hora de descansar, les agradezco pero estoy seguro de que deberían estar atendiendo sus deberes- mientras se cruzaba de brazos y tenía ese tono de regaño que hizo que escalofríos recorrieran la columna de el mensajero.

-Me encanta cuando hablas así.

-Hey respeta que mañana nuestro Korame será un hombre casado- dijo la diosa del amor mientras le tiraba la oreja al mensajero- Si tienes razón, es mejor que nos vayamos, adiós, mañana estaremos aquí a primera hora con los demás para preparar los últimos detalles.

Después de decir aquello ambos desaparecieron dejando estelas de luz, lo cual fue la señal para que Korame fuera a comer algo y se preparara para dormir. Como era su costumbre comió poco pero saludable, ya que Antonio siempre se preocupaba  de que se alimentara bien, le dio su comida a Greta y fue a acostar a Lucía que estuvo jugando toda la tarde en su habitación bajo el cuidado de Deon quien al verlo llegar le comunico que la pequeña se había comportado excelentemente, Korame entonces le dio una pequeña remuneración  que el chico al inicio se negó a aceptar pero después de que su maestro insistiera no tuvo más opción, así que con felicidad le agradeció y se despidió para irse a su casa. Después de bañarse y vestirse abrió con cuidado la puerta de su habitación, sin embargo su pareja despertó y con voz somnolienta lo llamo.

-Sí, aquí estoy. Sigue durmiendo- dijo en voz baja con suavidad

Antonio medio dormido abrió sus brazos para que Korame se colocara entre ellos, por lo cual este dejo escapar un suspiro ya que su ex ayudante nunca cambiaria así que con cuidado se dejó abrazar, después de unos minutos cayo en un profundo sueño acunado por el calor y el aroma de su pareja.

La mañana llego y con ella la boda ocurriría en dos horas más así que se alistaron bastante temprano ya que debían hacer los últimos preparativos. Entonces a su puerta tocaron los primeros invitados quienes eran Bal y Fran elegantemente vestidos, los cuales se veían muy emocionados de verlos y no tardaron en lanzarse a abrazarlos.

-¡No puedo creer que nuestro pequeño Antonio se esté casando otra vez!- dijo el violinista mientras fingía limpiarse una lagrima desde la comisura de su ojo derecho.

Korame hábilmente se escabullo del abrazo y les pregunto acerca de su llegada pues según le había contado Antonio estos se encontraban en medio de una gira en la cual Bal había sido solicitado como invitado especial en una orquesta en un país del sur.

-Bueno esto no hubiera sido posible sin la ayuda de mi querido Fran- dijo Bal al deshacer el abrazo mientras acariciaba con cariño el brazo de su novio.

-Sí, su agenda era un completo desastre, no sé cómo sobrevivimos- dijo Francisco recordando aquellos traumatizantes momentos.

-Bueno… me alegro mucho de que puedan estar aquí en este día tan importante para nosotros- mientras miraba con carriño a Korame quien simplemente asintió.

-No podríamos perdérnoslo- dijeron ambos como si su asistencia a este evento fuera de vida o muerte- después de todo somos los padrinos.

-En realidad ustedes se autodenominaron así- señalo Korame mientras miraba sus perfectamente cuidadas uñas.

-No hay que preocuparse por esos detalles- dijo Bal restándole importancia- lo que realmente importa es que yo les compuse la mejor canción para su boda

-Sí, yo he tenido que escucharlo practicar todas las noches- expreso Fran que se veía bastante agotado pero a la vez encantado por la dedicación que su novio le ponía al violín, que por cierto este se encontraba en su estuche detrás de la espalda de Bal.

-Estamos ansiosos de escucharlo, ¿ verdad señor Korame?

-Claro, aunque todavía no entiendo porque es tan importante una boda- mientras se encogía de hombros

Esto hizo que aquel par lo mirara con error pero la expresión de estos se tornó conmovida cuando rectifico sus palabras.

-Pero esto hace feliz a Antonio así que me hace feliz a mí también.

-Creo que nuestro sacerdote nunca cambiara- suspiraron ambos con alivio

-Vamos, todavía falta acomodar algunas cosas.

-¡Queremos verlo todo!- dijeron ambos emocionados.

Entonces se adentraron en la casa y la pequeña Lucía corrió a abrazarlos ya que eran sus tíos favoritos, especialmente porque le daban muchos dulces, a escondidas ya que tanto a Korame como a Antonio no les gustaba que la niña comiera demasiados caramelos, pues se ponía bastante hiperactiva, pero al ser una ocasión especial le permitirían unos pocos más.

-¿Cómo está nuestra pequeña princesa?

-¡Bien! Ayer me caí pero papá me curo ¡es como magia!- mientras les mostraba su rodilla que se veía en perfecto estado.

-sí, es un don que el posee- mientras lo miraban de reojo ya que este estaba acomodando en la mesa algunas cosas.

-A veces va al hospital a ayudar- dijo Antonio que se había acercado- Se ha hecho amigo de un médico de ese lugar, él también va a venir.

-¡Sí, el tío Leroi y la tía Bianca son muy divertidos!- dijo la pequeña agitando sus brazos

-Se podría decir que somos amigos, según lo que me ha dicho él. No lo entiendo del todo pero debo admitir que me agrada también- señalo Korame desde la cocina donde estaba asegurándose que todo estuviera en orden.

-El señor Korame es una persona muy agradable y no lo digo solo porque me vaya a casar con él- dijo Antonio son seriedad pero despertó las risas de sus amigos e hizo que la pequeña los mirara confundida.

-Claro que lo sabemos- dijo Bal mientras pasaba su brazo por los hombros de Antonio- ¿ En qué podemos ayudar?

-¿Podrían colocar las sillas? Es lo último que falta.

-Claro déjanoslo a nosotros- dijo el par mientras se dirigían al patio,

-¡Yo también quiero ayudar!- dijo la pequeña y los siguió.

-Muchas gracias- les dijo Antonio mientras los veía cruzar la puerta- Elyada debe estar por llegar, siempre es puntual y…

Entonces como si hubiera sido invocada la diosa apareció junto a mensajero quien estaba cargando los trajes los cuales eran bastantes y era evidente que apenas podía ver por dónde iba. Aquello hizo que Antonio esbozara una sonrisa apresurándose a recibir a la diosa y al recadero como llamaba en su mente al dios.

-Antonio es un gusto verte nuevamente, tuve demasiadas ideas para sus trajes así que decidí traerlos todos haciendo buen uso de este dios- mientras miraba despectivamente a mensajero, quien ya estaba acostumbrado a recibir ese tipo de trato, pero no se quejaba ya que por alguna extraña razón esto hacía que sintiera agradables escalofríos.

-Hola ex ayudante- dijo a duras penas el mensajero

-Es bueno verlo también- mientras inclinaba levemente su cabeza.

-No es como si estuviera aquí con total agrado-dijo pero rectifico al ser mirado de mala manera por Elyada- Ejem, quiero decir la boda de Korame es como la derrota definitiva, pero estoy feliz por ustedes, lo digo en serio, él se ve tan feliz que no tengo nada más que decir al respecto.

-Es bueno saberlo.

-¿Por cierto donde está la feliz novia? Quiero decir novio- por aquella broma recibió un golpe por parte de la diosa.

-Siempre tan gracioso, recadero. Lástima que te toco un público difícil- dijo con sarcasmo Korame quien no demoro en saludar cortésmente a la diosa.

-Kora, muchas felicidades por tu boda. Te diseñe los mejores trajes para que seas quien deslumbre más.

-No comprendo porque yo…

-Shhh, por favor no me arruines esto- suplico el mensajero quien había dejado los trajes de manera ordenada encima de una mesa que hizo aparecer.

-¿Antonio también te gustaría verme en un traje?- dijo Korame ignorando totalmente al mensajero y mirando con aquellos ojos fríos a Antonio quien nerviosamente le respondió.

-Yo creo que se vería tan… hermoso- dijo sinceramente Antonio pero rápidamente con algo de nervios le aseguro que se veía bien con cualquier vestimenta, esto solo hizo que una pequeña sonrisa se dibujara en los labios del exsacerdote.

-Bueno, ya que a Antonio le gustaría verme con esos trajes estaré gustoso de probármelos, aunque en realidad no importa mucho como vaya vestido- mientras extendía sus brazos dejándose a sí mismo a merced de la diosa Elyada.

-No te preocupes Kora, me encargare de que luzcas completamente elegante y asombroso.- dijo la diosa y después volteo a mirar a Antonio- Tú también lucirás completamente encantador. Serán la pareja de novios más hermosa de la actualidad, la diosa del amor me ha mantenido al tanto y he, ejem, adquirido un gusto por ustedes.

-Estoy completamente en sus manos- mientras se inclinaba.

-Bueno, ¡manos a la obra!- entonces aplaudió y las vestimentas comenzaron a rodearlos, después de eso ella fue apuntando cada una de ellas y estas comenzaron a intercambiarse con las que llevaba la pareja de futuros esposos. Todos allí fueron diciendo comentarios aunque los del mensajero no fueron tomados en cuenta. Finalmente ambos eligieron unos finos trajes negros, Antonio con un bello corbatín y Korame con una elegante corbata que iban muy bien con su estilo.

-Sí, se ven bien con todos los trajes pero estos realmente les quedan perfectos.- dijo la diosa mientras- Recadero, se ve que te encanto demasiado como se ve Kora, pero podrías disimular un poco ¿no crees?

-Lo siento, me cuesta contener mis emociones ante tanta belleza.

Antonio frunció el ceño pero se sorprendió ante las palabras de Korame quien dejo en claro que se iba a casar con él.

-Puedes mirar y decir todas aquellas cosas, pero yo solo amo a Antonio y estaré casado con él- dijo Korame siempre tan directo sin importarle demasiado como sus palabras podrían afectar a los demás.

-Lo sé- dijo el mensajero mientras sonreía triste, no se podría decir que seguía enamorado del exsacerdote sin embargo albergaba sentimientos fuertes hacia este.

- Es bueno que lo sepas, bueno ahora que estamos listos solo queda esperar a Artem, nuestro dios de la curación, a la familia de Antonio, Daniel y Felipe además de los otros invitados.- mientras contaba con los dedos pensando en quien más faltaba.

-Si deben estar por llegar.

-Nosotros iremos a sentarnos junto a los demás ¿verdad?- dijo Elyada mientras miraba a Mensajero intimidantemente quien solo pudo asentir frenéticamente y se apresuró a buscar los mejores lugares para ambos, la diosa lo siguió, cabe señalar que había sitios especiales para los dioses quienes habían usado sus poderes para que los humanos pudieran verlos temporalmente.

Entonces llego la madre de Antonio acompañada por sus hijos y el padre de estos quienes muy emocionados fueron a abrazarlo para felicitarlo ya que finalmente contraería matrimonio con Korame por lo que era un gran evento, le dieron sus regalos de boda que fueron dejados en una mesa en el patio trasero que era bastante grande.

 

También llego la pareja de profesores con un niño un poco mayor que Lucía que al verla quiso ir a jugar inmediatamente con ella pero esta corrió y se abrazó a las piernas de Deon quien elegantemente vestido venía llegando también con un hermoso reloj enmarcado en madera bellamente tallada. El pequeño niño hijo de la pareja de profesores comenzó a llorar y fue a buscar consuelo en sus padres

-Señor Korame, espero que les guste. Lo hice yo completamente solo- dijo con humildad pero bastante orgulloso de su trabajo.

-Realmente tienes talento- mientras que con cariño acariciaba la cabeza de su alumno y recibía la hermosa pieza de relojería. Después de eso el niño fue a jugar con Lucía al patio trasero

-Te has vuelto muy suave, es algo agradable y un poco raro de ver- dijo Daniel quien cargaba al niño

Felipe asintió ante las palabras de su esposo aunque apoyo en que en el fondo Korame siempre había sido suave aunque de una extraña manera.

-y tú te has vuelto más atrevido, ¿no los ha vuelto a molestar ese tal Arturo? No es como si fuera asunto mío de todos modos, pero en esto de la amistad, que no entiendo del todo, es necesario preguntar acerca de aquello- mientras se encogía de hombros.

-¡AWW eres demasiado dulce! Por eso te trajimos uno de los mejores vinos que el dinero pudo comprar- mientras le mostraban la bolsa que traían y se la entregaban.

-Muchas gracias.

-Por cierto, le queda muy bien ese traje- comento Felipe

-Cierto, resalta perfectamente su figura- secundo Daniel.

-El tío Ko se ve muy lindo- mientras se limpiaba las pocas lágrimas que le quedaban.

-Muchas gracias Gabriel- mientras acariciaba los cabellos del pequeño.

-Si, efectivamente eres más dócil con los niños- señalo Felipe.

-Bueno, ellos suelen mostrar más genuinamente sus emociones que los adultos, por lo que es más fácil entenderlos. Ahora puedo decir que me gustan- mientras miraba sus muy bien cuidadas uñas.

-Por eso te escogimos como el padrino de nuestro Gabi- dijo Daniel bastante complacido.

Conversaron un poco hasta que llegaron casi todos los invitados menos el dios de la curación lo cual preocupo a Korame aunque esto era difícil de notar para ojos inexpertos. Ya casi era la hora así que aquel sentimiento llamado ansiedad, que ya no era una simple molestia, comenzaba a apoderarse del exsacerdote, por suerte esto fue notado por Antonio quien supo reconfortar a su futuro esposo señalándole que alguno de los otros dioses podría unirlos en matrimonio.

-Bueno, quizás surgió alguna emergencia. Podría funcionar con alguno de los otros dioses, pero debo admitir que me siento triste pues quería que Artem estuviera aquí en este día tan importante.

-Lo sé, pero los demás nos están esperando.

-Tienes razón, lo que es realmente importante es que tú estás a mi lado.

Estaban a punto de ir al jardín trasero cuando brillantes estelas verdes fueron la señal de que Artem finalmente había llegado.

-Lo siento tanto, la diosa de los conflictos no me dejaba tranquilo, creo que le gusto o algo así- dijo bromeando el dios de la curación.

-Ya está aquí, eso es lo importante- mientras iba a abrazarlo lo cual pillo desprevenido al dios pero no demoro en corresponder el abrazo, todo esto mirado con cariño por Antonio quien a pesar de que no podía decir que se llevaba completamente bien con el dios le agradaba ver que el señor Korame tuviera a alguien con quien tenía un gran nivel de complicidad.

-No podría perderme tu boda- mientras acariciaba la cabeza del que fue su sacerdote principal por tantos años. Él ya se había rendido con sus sentimientos y estaba feliz por Korame, sin embargo un poco de tristeza todavía persistía.

-Realmente agradezco su presencia aquí- mientras lo miraba con aquellos ojos fríos que ahora rebosaban de calidez.

-Bueno... creo que es momento de que esta ceremonia comience- mientras que con sus poderes los transportaba a los dos a la entrada del patio trasero y el mismo se colocaba debajo de un hermoso arco de flores listo para unirlos a ambos en matrimonio. Junto al dios se encontraban Fran y Bal quien al verlos llegar comenzó a tocar su violín al ritmo de una bella marcha nupcial.

-¿Está listo?- dijo Antonio al señor Korame mientras lo miraba cariñosamente ofreciéndole su mano.

-Claro que sí- dijo al tomarla suavemente pero a la vez con fuerza.

Entonces comenzaron a caminar por un camino cubierto de pétalos de rosa que fueron lanzados alegremente por la pequeña Lucía quien llevaba puesto un hermoso vestido cortesía de Elyada. Los invitados volteaban a verlos y algunos como la diosa del amor ya se encontraban derramando lágrimas de la emoción al verlos finalmente unir sus vidas formalmente a través del matrimonio.

Mientras caminaban a sus mentes venían muchos recuerdos de los momentos que habían pasado juntos y como Antonio tuvo que atravesar la misma muerte para recuperar el corazón de Korame quien tuvo el valor de aceptar el peso de este. La música creaba un ambiente mágico y ambos casi podían sentir como si flotaran, finalmente se colocaron al frente de Artem quien con sus poderes había hecho que temporalmente los invitados humanos pudieran verlo.

-Bueno estamos aquí reunidos para unir a dos humanos que se han jurado amor eterno, ellos han atravesado muchas pruebas para estar juntos y ha llegado el momento de dar un paso más en su relación, en el que ambos reafirmen que amaran, protegerán y cuidaran al otro hasta que nuestra diosa de la muerte decida recibirlos en su morada. ¿Pueden decir sus nombres y recitar sus votos en frente de todos los presentes?

Ambos asintieron y quien primero hablo fue Korame quien solo dijo unas cuantas pero significativas palabras que reunían sus sentimientos con respecto a Antonio.

-Al inicio yo creía que podía llevar el peso de la casa de sanación por mí mismo ya que desde hace muchos años la había dirigido por mi cuenta pero entonces llego un hombre quien quería ser mi ayudante debido a un milagro que yo había realizado pero del cual él se había arrepentido. Al principio yo no tenía el menor interés de tener a alguien junto a mí pero nuestro dios de la curación dijo que era buena idea así que acepte.

Entonces Korame miro directamente a Antonio mientras continuaba con sus votos y sacaba un anillo de su bolsillo.

-Ese fue el primer paso a un cambio completo en mi vida ya que me di cuenta de que tener a alguien con quien convivas diariamente y que te exprese su afecto hace que sientas una dolorosa pero agradable molestia en el pecho, ahora sé que aquella molestia era amor. Por esto mismo ahora quiero consagrar mi vida a ti y a nadie más.- mientras tomaba las manos de Antonio colocando el anillo en una de ellas para después besarlas- Te estoy ofreciendo todo mi ser ¿estás dispuesto a nunca dejarme caer?

Entonces el ayudante coloco suavemente su mano derecha en la mejilla de su amado y con cariño pronuncio sus votos.

-Por supuesto que no, siempre estaré para apoyarte por el resto de mi vida ya que eres mi amado compañero y sé que tú también estarás aquí para sostenerme cuando esté a punto de caer. Yo amé mucho a Lucía y siempre lo haré, pero el amor que siento por usted es completamente diferente y a la vez especial. Me dio un motivo para seguir viviendo después de que ella tuvo que partir y siempre le estaré agradecido por eso, me ha enseñado tantas cosas y le debo tanto que jamás seré capaz de pagárselo completamente, por lo cual me dedicare a amarlo de todas las maneras posibles hasta el final de mi existencia. Creo que es mi turno de preguntártelo ¿Me harías el honor de convertirte en mi esposo?- mientras colocaba el anillo en la mano de su amado Korame.

-¡Claro que sí!- dijo con ese tono frío pero demostrando su afecto al lanzarse a besarlo cosa que dejo completamente sorprendidos a gran parte de los invitados que no habían visto esta faceta de Korame pero conociendo su naturaleza directa aquello era completamente esperable.

-Bueno creo que decir puede besar al novio está de más, solo me queda decir que los declaro oficialmente una pareja casada- dijo Artem con un poco de gracia.

Todos los invitados aplaudieron muy emocionados ya que aquellos dos finalmente se habían unido formalmente. No faltaron las lágrimas casi todas ellas de parte de la diosa del amor y Fran a quienes les conmovían demasiado las bodas en especial esta, ya que el amor que se profesaban Korame y Antonio era algo demasiado hermoso.

-¡Vivan los novios!

-¡Creo que es momento de la fiesta!- dijo el dios de las festividades.

-¡De eso estábamos hablando!- expresaron las diosas de la música y el baile.

Entonces con sus poderes convirtieron el sitio en un bonito lugar que contaba con una pista de baile que en los costados tenía mesas y sillas en donde las personas podían comer, descansar o conversar.

Entonces la diosa de la danza hizo aparecer un micrófono y con alegría señalo que la pareja recién casada debía tener su primer baile como esposos.

-¿Me concedería esta pieza?- dijo Antonio mientras extendía su mano hacia Korame.

-Claro que sí, ya sé que inesperadamente eres un buen bailarín así que no debo temer por que me vayas a pisar- intento bromear Korame.

Antonio dejo escapar una pequeña risa y con cuidado atrajo al exsacerdote hacia si mismo procediendo a tomar delicadamente su cintura haciendo que sus rostros quedaran bastante cerca.

-¿Cómo es posible que con cada palabra consiga que me enamore aún mas de usted?- mientras se mecían suavemente al ritmo de la música que tocaba la banda compuesta por ayudantes de aquella diosa.

-No lo sé, pero es bueno saber que me amarás cada día más.- mientras daba una vuelta.

Siguieron así bailando y comiendo de vez en cuando, también sacaron muchas fotos con sus amigos y familiares. Incluso muchas divinidades quisieron salir en una fotografía con ellos, murmurando algo acerca del Antorame a lo que ambos decidieron no darle demasiada importancia, pues estos se veían demasiado felices por alguna razón que Korame no terminaba de entender, aunque Antonio había intentado explicárselo varias veces. Finalmente llegó la hora de que finalizara el evento ya que Lucía estaba muy cansada y la diosa del amor rápidamente la tomo en sus brazos insistiéndoles que cuidaría de ella para que ambos pudieran disfrutar su noche de bodas como corresponde.

-Acuérdate que ella no se alimenta de amor como tú- dijo Korame seriamente, lo cual hizo que ella asegurara que se iba a encargar de darle a la pequeña sus comidas correspondientes. Antonio solo los observaba con una ligera sonrisa divertida.

-Bueno creo que es momento de que nos vayamos- mientras les lanzaba un pequeño beso y desaparecía entre estelas de luz rosadas.

Miraron como las estelas se desvanecían y se comenzaron a preparar para despedir a sus invitados quienes se acercaron para felicitarlos nuevamente.

-Fue una noche completamente estupenda- dijo Fran

-Querido ¿Cuándo será nuestro turno?- dijo con cierto tono coqueto Bal, lo que hizo sonrojar completamente a su pareja quien nerviosamente señalo que ya pensarían en eso más adelante.

-Asegúrense de invitarnos- dijo Antonio complacido de ver que sus amigos no habían cambiado.

-Ya es tarde, debemos regresar al hotel, fue un gusto haber estado en su boda – dijeron ambos mientras se despedían.

La familia de Antonio también se despidió y le señalaron que seguirían en contacto además de que los invitaron a ir a su casa cuando quisieran. Por otro lado le dijeron a Korame que cuidara bien de Antonio ya que lo dejaban en sus manos para que lo hiciera muy feliz.

-Lo haré

Después fue el turno de Artem quien nuevamente le dijo a Antonio que cuidara de Korame ya que este era su muy querido protegido.

-Dedicare el resto de mis días a velar por su bienestar.

-Eso espero, si lo haces llorar tendrás que lidiar con la furia del mismísimo dios de la curación, es decir yo.- Dijo amenazante pero su mirada se suavizo cuando miro a Korame- Mi querido Korame te mereces toda la felicidad, recuerda que siempre puedes contar conmigo.

-Lo sé- mientras lo miraba con suavidad y cariño.

-Bueno, debo ir a atender algunos asuntos, así que espero que tengan una buena noche.- Dijo él sabiendo todo lo que eso implicaba.

-Muchas gracias- dijeron ambos mientras se inclinaban

El dios asintió y despareció entre bellas estelas verdes, aquellas que Korame encontraba completamente hermosas desde que las vio por primera vez.

Finalmente el pequeño Gabriel, Felipe y Daniel se fueron, pero este último le susurro ciertas cosas a Korame que hicieron que este lo fulminara con la mirada, a lo cual recibió una pequeña sonrisa divertida de parte del profesor de lengua.

-Te has vuelto demasiado descarado.

-¿sí?- dijo él colocando una expresión inocente.

Felipe jalo la manga de su esposo reprendiéndolo a lo cual este lo miro disculpándose, ambos decidieron que ya era momento de dejar a la pareja tranquila así que se marcharon. Antonio y Korame terminaron de despedirse de los demás invitados y ya que no quedaba nadie más en el jardín se apresuraron a entrar a la casa e inesperadamente Korame lo tomo de la mano y lo guio hasta su habitación, suavemente lo empujo a la cama lo cual despertó las ansias y curiosidad de Antonio.

-¿Señor Korame que…?

-Debes quedarte quieto y observarme completamente atento ¿ está bien?- más que una petición era una suave y seductora orden que Antonio no se atrevería a desobedecer.

- Sí- mientras tragaba saliva al ver como su esposo comenzaba a desnudarse lentamente y con delicadeza como un bello baile que solo Antonio tenia el placer de presenciar. Cada parte que era descubierta hacia que sintiera la urgencia de pararse y besarla incansablemente pero debía ser paciente ya que no quería hacer enojar al señor Korame, aunque estaba seguro de

que este no comprendía del todo las emociones que evocaba en él. Además verlo despojarse

de ese bello traje solo hacia que sintiera una dolorosa pero agradable molestia en su entrepierna. Sentía un pequeño cosquilleo en sus manos que ansiaban recorrer todo el cuerpo de su esposo, no era la primera vez que hacían el amor pero siempre se sentía como si lo fuese. Así que cuando la última prenda cayo y solo el collar quedó colgando de su cuello, Korame lo miro con aquellos ojos fríos pero en los cuales se podía observar la chispa del deseo, aquel que Antonio había aprendido a reconocer muy bien y amaba como brillaba en su mirada.

-La diosa del amor dijo que esto te gustaría ¿ es así?- dijo él acercándose, exponiendo sin vergüenza su desnudez.

-Por favor ¿puedo tocarle?- dijo él conteniéndose a duras penas pero siempre respetando a su pareja.

-Según he aprendido eso te hace muy feliz por alguna razón, tengo el mismo tipo de cuerpo que tú así que no sé qué es tan interesante acerca de ello, aunque también es agradable sentirte muy cerca de mí.- dijo encogiéndose de hombros.

-Con su permiso entonces-

El ex ayudante finalmente tomo a su esposo y lo coloco a horcajadas sobre su regazo, sintiéndose complacido al acariciar y besar cada centímetro de piel de Korame, en especial el cuello de este que parecía ser su punto débil ya que dejaba escapar los más bellos sonidos que Antonio amaba escuchar, eran tan delicados pero hacían que la temperatura de la habitación solo aumentara, haciendo que las ansias de ambos se hicieran mas tangibles. Pero Korame no se quedaba quieto ya que con algo de impaciencia iba desabrochando la camisa de Antonio, e igualmente comenzaba a besar el pecho de este pues había aprendido que eso hacia que se sintiera bien, así que cada vez que tenían relaciones se encargaba de que él estuviera bien atendido. Entonces desbrocho los pantalones y descubrió que el miembro de su esposo se encontraba completamente erguido. Korame se sintió bien de cierta manera sabiendo que él era la causa de ese estado, así que aprovechando aquella posición en la que se encontraban tomo ambos miembros ya que él no había sido inmune al calor del momento así que también estaba bastante excitado. Comenzó a acariciarlos lentamente pero aumento el ritmo al escuchar las suplicas de Antonio, quien no se demoro en ayudarle a darle placer a ambos. Siguieron así un rato entre gemidos, besos y caricias con las que demostraban su amor.

-¡Ah!, por favor señor Korame puedo…- dijo entre gemidos Antonio quien sentía que en cualquier momento se vendría pero quería hacerlo dentro de su esposo quien también se veía que quería lo mismo ya que comenzaba a frotar con insistencia sus caderas, aquellas que estaban firmemente sujetas por la mano izquierda del ex ayudante.

-Sí, nghm- mientras gemía en el oído de Antonio con sus ojos oscurecidos por el deseo haciendo que este solo se apretara más contra él generando una exquisita fricción. Entonces su ex ayudante lo levanto y Korame enrollo sus piernas en la cintura de este. Con la poca delicadeza que le quedaba lo deposito en la cama y se detuvo a admirar toda la belleza que tenia frente a sus ojos que lo incitaba a ir más allá.

-Es tan hermoso y tengo el privilegio de amarle de todas las maneras posibles- mientras lo miraba con amor y un deseo extremadamente tangible.

-Solo a ti te lo permito- mientras dejaba expuesta la piel de su cuello sin ser demasiado consciente de como aquello provocaba a Antonio quien guiado por un impulso se acercó y lo mordió suavemente ya que no quería lastimar a su amado, pero sus ansias eran demasiadas, sin embargo escuchar como este gemía suavemente hizo que ya no pudiera controlarse y con algo de brusquedad abrió las piernas del exsacerdote quien se estremeció invitándolo inconscientemente a que se apresurara. Entonces Antonio fue repartiendo suaves besos en el pecho y vientre de Korame, siguiendo por el miembro de este hasta llegar hasta su entrada la cual comenzó a lamer provocando que los gemidos de su esposo se incrementaran, entonces abrió el cajón de la mesa de noche en donde estaba un pequeño frasco con un liquido rosa cortesía de la diosa del amor, lo tomo y hecho un poco humedeciendo el lugar, después comenzó a meter suavemente sus dedos allí abriéndolos con cuidado pero a la vez impaciente ya que ver las adorables y seductoras reacciones de Korame simplemente lo volvía loco.

-Antonio ya puedes…- era la petición implícita del exsacerdote quien ya no podía aguantar sin sentir el miembro de su esposo en su interior, era curioso como después de haber probado lo que era hacer el amor con Antonio se hubiera acostumbrado bastante rápido e incluso deseara hacerlo tanto que muchas veces él era quien comenzaba el contacto a pesar de que no pensara demasiado en ello, aunque también se debía a la influencia de la diosa del amor quien ya no le parecía tan fastidiosa.

-Sus deseos son ordenes- mientras empezaba a empujarse dentro del cuerpo de Korame quien dejo escapar gemidos mas fuertes que inundaban la habitación mientras Antonio seguía adentrándose, dolía un poco pero era un tipo de dolor que a Korame le gustaba sentir, aunque no se lo había dicho a su esposo pues no lo consideraba necesario. Estaban frente a frente mientras Antonio embestía cada vez más rápido y con mas fuerza ya que Korame en esa postura indefensa y entregada era sumamente seductor haciendo que el juicio del ex ayudante se nublara impidiéndole contenerse como hubiera querido, aunque su esposo ya le había aclarado que aquello no le molestaba. Después sin avisarle lo cambio de posición haciendo que este se apoyara en sus brazos y levantara las caderas mientras Antonio lo embestía sin descanso y besaba sus espalda como si no hubiera un mañana mientras el collar no paraba de chocar con el pecho de Korame lo cual era extremadamente erótico para su ex ayudante.

-¿Le gusta?-mientras mordía con un poco de fuerza la oreja de este y es que simplemente ya no se contenía, solo podía pensar en darle placer a su amado

-ungh sí- mientras acercaba su cabeza buscando un beso el cual le fue dado inmediatamente, sus lenguas se entrelazaban profundizando el contacto mientras las embestidas seguían.

Ambos estuvieron un buen rato así, amándose hasta el cansancio hasta que estuvieron satisfechos, se vinieron varias veces y finalmente se recostaron juntos, Korame se quedó dormido inmediatamente después de finalizar el acto y Antonio con cariño los cubrió a ambos con un cobertor.

-Me alegro tanto de que nos hayamos encontrado, no sé si volveré a amar a alguien tanto como lo amo a usted.

-Yo tampoco- le respondió su esposo entre sueños.

Al día siguiente la diosa del conocimiento se apareció nuevamente y como regalo de bodas le concedió a Antonio la habilidad de pilotear un avión como este siempre había querido. Así fue como ambos viajaron a una isla en la que pudieron disfrutar de su luna de miel.

Fin.

Notas finales:

Eso ha sido todo, me despido por el momento hasta que decida  nuevamente escribir sobre historias de amor gay XD


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