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El corazón en la caja por Sunnydays

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Notas del capitulo:

Hola, a todas! Aquí vengo con otro capitulo del corazon en la caja, espero hayan tenido una buena semana y que lo disfruten

Había pasado un mes desde que Antonio se unió a la casa de sanación como el ayudante del sacerdote Korame, las cosas habían estado relativamente en calma, sin grandes complicaciones, cada día atendían a gran cantidad de personas quienes buscaban la ayuda del sacerdote quien era el intermediario del dios de la curación, el cual Antonio pudo notar que tenía incontables creyentes quienes asistían a diario al recinto en el que ahora ayudaba en todo tipo de labores. Había tantas dudas que tenía el ayudante pero que no quería preguntar pues tenía la impresión de que era algo extremadamente privado entre aquel dios y su sacerdote. Antes de conocer la casa de sanación no era particularmente creyente en ninguna divinidad, a pesar de que claramente sabía que existían pues había escuchado de personas que habían sido bendecidas por algún dios que había delegado algunas de sus tareas en ellos. A él no le interesaban mucho esas cosas entonces ya que tan solo era feliz de compartir su vida con Lucía. Pero ahora había convivido más de cerca con alguien que poseía capacidades extraordinarias como la habilidad de curar con tan solo sus manos a personas que antes tenían enfermedades intratables por los médicos. Antonio realmente admiraba al señor Korame no tan solo por aquella habilidad que la mayoría de las personas no poseen, sino que según lo que el ayudante había podido observar este a pesar de su apariencia fría y que le costaba entender las emociones era alguien profundamente amable que estaba dispuesto a curar a quien lo necesitase.  Además que no olvidaba que este le había dado la experiencia de poder pasar un tiempo invaluable con Lucía a quien había librado de la enfermedad lo que significo que ella pudiera vivir sus últimos momentos gozando de plena salud e incluso pudieron tener una boda como ella había siempre soñado. Nunca podría pagar completamente aquello además de que tiene un sentimiento de culpa porque a raíz de aquel milagro conservo el cuerpo sin vida, pero en perfectas condiciones, de su esposa. Por esto último el cree que no será perdonado jamás pues desafió a la muerte conservando por más tiempo algo que esta debió llevarse junto el alma de Lucía cuando llego el momento. Debido a aquello es que se esforzaba a diario por cumplir todo lo que el sacerdote le pedía. Aunque estaba un poco preocupado pues una de las noches anteriores cuando estaba asegurándose de que todo estuviera en  orden y que nada fuera a perturbar el sueño del sacerdote, escucho la voz de este casi a medianoche y lo mas extraño de todo es que su tono de voz era extremadamente dulce y tranquilo como si con quien estuviera hablando fuera la persona que más amaba en el mundo, lo que mas le llamo la atención fue que no se escuchaba la voz de alguien más. Antonio jamás tendría el atrevimiento de pensar que el sacerdote hubiera enloquecido y estuviera hablando solo así que llego a la conclusión de que estaba teniendo una conversación con el dios de la curación, tal vez comunicándole acerca de los acontecimientos recientes en la casa de la sanación. Sin embargo a raíz de aquel suceso sintió una amarga sensación en su corazón, como una punzada de celos ya que muy dentro suyo le gustaría ser tan importante como lo era aquel dios para el sacerdote, Aunque siendo sincero consigo mismo aquello era casi imposible pues esa entidad estaba profundamente arraigada dentro del señor Korame y sería difícil lograr hacer un espacio por si mismo dentro del corazón del sacerdote siendo una persona en la cual este pudiera apoyarse. Lo conocía desde hace poco tiempo pero inconscientemente estaba desarrollando un sentimiento que podría convertirse en amor, ya que tenía una sensación parecida a cuando miraba a Lucía. Aunque esta vez era diferente ya que se trataba de un hombre, lo cual no le causaba muchas complicaciones ya que consideraba que el amor no dependía del sexo de aquel que era sujeto de afecto, sino que lo que realmente importaba era que existiera un genuino interés y amor hacia este.  Era cuestión de observar al sacerdote y era evidente que no parecía fuerte e incluso indiferente lo cual Antonio podía asegurar que no era cierto ya que el señor Korame era alguien que poseía una fortaleza y amabilidad incomparables que hacían que Antonio quisiera protegerlo y cuidarlo para que esas dos cualidades no se perdieran jamás. Además de que a veces se le veía tan solitario que su ayudante permanecía a su lado sin hacer demasiado ruido haciéndole compañía y mirándolo de reojo cuando este no se daba cuenta observando cuidadosamente sus facciones que se veían tan suaves combinando con su negro cabello y ojos fríos como el hielo pero que a veces mostraban calidez. Todavía recordaba cuando lo acompaño a la juguetería a buscar aquel avión a escala que siempre había querido, aquel detalle fue lo que hizo que aquel sentimiento cálido se extendiera por todo su ser y se incrementara diariamente. Pero había algo que lo inquietaba un poco y eso era que el sacerdote no había aceptado salir a alguna parte con él desde ese entonces.

Aquello se debía a cierta conversación que Korame había tenido con el dios de la curación después de aquel día en que había salido con Antonio. Aquellas palabras se habían quedado grabadas en la mente del sacerdote y reflexionaba sobre ellas mientras junto a su ayudante limpiaban la casa de sanación.

-Veo que te has hecho cercano a Antonio tu ayudante

-¿Eso cree?

-Nunca he querido quitarte tu privacidad pero estamos conectados inevitablemente, así que puedo saber cuando alguien se esta acercando a ti, reitero nunca lo he hecho con mala intención, tan solo que me preocupo por ti.

-Mi señor, yo no diría que soy cercano con mi ayudante, pero debo admitir que él ha sido de bastante utilidad en mis labores como tu sacerdote.

-Llámame Artem- mientras hacía un Mohín.

Eso hizo que Korame sonriera de tal manera que el dios solo pudo abrazarlo lo que fue recibido de buena gana por el sacerdote.

-Solo quiero protegerte del sufrimiento que te puede causar que alguien este demasiado cerca de tu corazón.- dijo el dios hundiendo su cabeza en el pecho de su sacerdote.

-Tendré cuidado , no dejare que se acerque mucho ya que mantendremos una relación estricta de sacerdote y ayudante, después de todo al único que sirvo es a ti- mientras acariciaba los rubios cabellos del dios de la curación.

-lo siento, te he dejado mucho tiempo solo, pero he tenido asuntos urgentes que he debido tratar. La diosa de los conflictos ha estado de mal humor últimamente y bueno, es un…

-Fastidio.

-Si, es verdad, pero esto debe quedar entre nosotros ¿entendido?- mientras guiñaba un ojo- no queremos verla enojada ¿verdad?

-Claro que no- mientras soltaba una pequeña risa.

Korame era bastante distinto cuando estaba con el dios de la curación pero Antonio no quería pensar mucho en eso así que se dedicaba a limpiar a fondo las estatuas que estaban en la habitación. Fue entonces cuando el lugar se ilumino con una luz de tonos rosados lo cual alerto al sacerdote que inmediatamente se coloco en el centro del lugar con cierta postura defensiva como quien está esperando la peor catástrofe que puede existir en el mundo.

-Oh no, aquí viene de nuevo, no otra vez- es lo que pensaba el sacerdote con fastidio.

Entonces solamente ante los ojos de Korame apareció la figura de una mujer que estaba rodeada por un aura rosada, vistiendo un atuendo extravagante cuyos colores eran dolorosos rosados y rojos. Además de que estaba rodeada de pequeñas esferas con alas que eran de colores rojizos

-My Darling, vine tan pronto como pude, una de las Spinlovs me dijo que estás en una emergencia amorosa.

-De nuevo con eso, cuando conocí a Daniel, estuvimos en la misma situación o esa vez cuando mensajero quiso acercarse a mi y también cuando…-así fue enumerando todas las veces que la diosa del amor creyó que él podría ser parte de un romance.

-Oh mis pequeñas nunca se equivocan- mientras acariciaba a una de las Spinlovs- Pero no es mi culpa que seas tan emparejable, incluso he escrito historias en que tú…

-Lo siento no quiero saber- entonces miro de reojo a Antonio quien intentaba disimular que no estaba escuchando su conversación- ¿Quieres que te presente a mi ayudante?

La diosa del amor levanto su vista ya que antes solo había estado prestándole total atención al sacerdote y entonces su interés fue puesto completamente en Antonio quien se sintió abrumado con su presencia aún sin verla ya que ella se acercó bastante. Korame miró con cierta diversión la situación y se acerco a su ayudante y le susurró.

-Es momento que me hagas ese favor.-después se colocó en el marco de la puerta esperando que el espectáculo comenzará

Entonces miro a la diosa y asintió para que esta pusiera su mano en la cabeza del ayudante. Fue entonces cuando Antonio pudo verla y se quedó asombrado por la belleza de aquella mujer, ya que era completamente hermosa y con unas proporciones que dejarían a cualquier hombre extasiado pero ese no fue el caso de Antonio quien educadamente hizo una reverencia y se presentó.

-Buenos días mi diosa, mi nombre es Antonio y soy el ayudante del señor Korame, es un gusto conocerla.

-OH my, eres una completa lindura, me dan ganas de pellizcar tus mejillas y probarte todo tipo de atuendos, te verías tan bonito-mientras entrelazaba sus dedos y ponía una mirada soñadora- ¿puedo?

-Si eso la hace feliz,  mi diosa.

-Querido, llámame Amy, ahora a utilizar un poco de mi poder.

A continuación cada vez que lo apuntaba con el dedo este cambiaba de atuendo, había tantas variedades pero inexplicablemente Antonio se veía bien con cualquier prenda de ropa.

-Oh con el uniforme de fútbol te ves divino, ¿ nunca pensaste jugar ese deporte?

-Bueno a veces veíamos los partidos con Lucía ya que a ella le gustaba, pero a mi nunca me intereso mucho ser jugador.

-Oh Lucía, la recuerdo bien, una muchacha excelente, lamento tu perdida, no es por presumir pero yo tuve mucho que ver en la historia de amor entre ustedes- mientras le guiñaba un ojo.

-Muchas gracias por eso, realmente nos amamos mucho- dijo con cierto aire de nostalgia.

-Yo se que sí, pero querido solo basta mirar alrededor y encontraras a cierto sacerdote que necesita mucho amor- susurro y miro de reojo al sacerdote que mostraba desinterés mientras miraba sus uñas sin prestar mucha atención.

-Créame que lo hago.

-Bueno creo que debo darles un pequeño empujón- mientras hacía aparecer una caja de bombones y sacaba uno -Abre tu boca por favor

-Esta bien- mientras la diosa lo colocaba con delicadeza en la boca de este.

-Bien, ahora cómelo.

El ayudante hizo aquello pero de pronto se comenzó a sentir extraño , su temperatura comenzó a subir rápidamente y su juicio empezó a nublarse pidiéndole una sola cosa.

-Bueno, mi trabajo aquí ha terminado, un placer conocerte Antonio- entonces tal como llego desapareció sin dejar rastro dejando en el suelo aquella caja que estaba repleta de aquellos bombones

-Que bueno que ya se fue, Hey Antonio ¿ qué te pasa?- mientras lo miraba desconcertado.

-No lo sé, tan solo...-mientras se acercaba peligrosamente y en menos de tres segundos ya había colocado al sacerdote contra la puerta y apoyo la cabeza en el pecho de este.-Señor Korame tu provocas sentimientos en mí que me cuesta contener, lucho cada día por mantenerlos a raya pero ahora por alguna razón se han incrementado volviéndose irrefrenables y yo… discúlpeme por lo que voy a hacer ahora.

En menos de un instante los labios de Korame fueron capturados por los de Antonio quien de alguna manera lo mantenía inmovilizado colocando gran parte de su peso en la unión la cual se fue profundizando. El sacerdote realmente estaba impactado ya que no se esperaba que su ayudante hiciera aquello así que no pudo reaccionar hasta que el contacto termino. Aquel que había profanado sus labios ahora mostraba una sonrisa tímida mientras acunaba la cara del señor Korame entre sus manos.

-Por fin lo hice- dijo como un niño que acaba de hacer una travesura.

Entonces Korame lo empujo suavemente y pudo reparar en la caja de bombones en forma de corazón que seguramente había dejado la diosa del amor y allí comprendió todo así que en lugar de reclamarle algo a su ayudante decidió razonar con él.

-Es el poder de la diosa del amor operando en ti, creo que es mejor que descanses.

-Pero yo te…

Fue interrumpido por el sacerdote quien le pidió que guardara silencio ya que por alguna razón aquella frase inconclusa hizo que hubiera un dolor en su corazón.

-Ven sígueme- con aquellos ojos fríos como el hielo le indico el camino hacía el lugar donde almacenaban todo tipo de cosas.

Caminaron en silencio ya que Antonio no quería seguir importunando al sacerdote pero seguía teniendo la imperiosa necesidad de estrecharlo entre sus brazos y nunca dejarlo ir sin embargo debía contenerse ya que no estaba seguro si el señor Korame lo aceptaría dado que este creía que solamente se debía al poder de la diosa. Cuando encontraran lo que este buscaba le diría que simplemente poseía un amor por él.

Cuando llegaron al lugar Korame busco entre las cosas hasta dar con un frasco de color purpura que contenía un extraño líquido que le hizo beber.

-Esto te ayudara, cuando yo era mas joven ella me dio a probar de aquellos bombones y yo no pude rechazarlos pues mi señor me dijo que debía ser cortés con los demás dioses. En ese entonces creí que tenía una molestia parecida a aquello que llaman amor hacia Daniel pero gracias al dios de la curación pude beber de este antídoto, así que confía en mí, sentirás sueño así que lo mejor es que vayas a descansar.

Entonces antes de entrar a su habitación se dio media vuelta y le dijo con convicción.

-No me arrepiento de lo que hice hoy

Eso hizo que algo se removiera en el interior del sacerdote y sujetara su propio pecho con fuerza.

-¿Qué es esta sensación? Duele tanto

Cuando volvió a la sala principal se dio cuenta de que la caja de bombones seguía allí así que cuando Daniel y Felipe vinieron para que sanara sus hombros tensos ya que estaban en semana de evaluaciones les ofreció aquellos dulces concentrados de la diosa del amor, señalándoles que debían consumirlos en la casa de Felipe pues así funcionarían mejor.

-Bueno es momento de que alguien les de un empujón- mientras los veía alejarse

 

Notas finales:

Nos vemos en la siguiente actualización :D


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