Kageyama seguía sin verlo como un amigo, Hinata sólo era su compañero de equipo, no había razones para cruzar esa línea. No necesitaba ser su amigo, no necesitaba llamarle por su nombre de pila, nada de eso le era de real importancia, bastaba sólo con seguir siendo compañeros en el mismo club… O eso es lo que se repetía para ignorar el hecho de que Hinata era lo más presente en él diariamente.
— ¡Shouyo! — Nishinoya podía llamarlo con total naturalidad.
No sólo Noya le llamaba por su nombre, Kenma e Inuoka de Nekoma también lo hacían, luego se unieron otros chicos de Shiratorizawa de cuando Hinata se coló en el campamento de entrenamiento y también Koganegawa podía llamarle de esa forma sin problemas.
Si Kageyama no tenía mayores sentimientos por Hinata, entonces por qué quería acercarse a él. En toda su vida, el azabache nunca tuvo a nadie a quién considerar como un “amigo”, sólo ha tenido compañeros de clases y de equipo, pero nada más especial. Las únicas personas que lo llaman por su nombre, fuera del ámbito familiar eran Atsumu y Oikawa, pero parece que lo hacen más por molestarlo que por un verdadero sentimiento de acercamiento.
Sólo por una nimiedad como el nombre, Kageyama se está haciendo un gran lío en su cabeza y últimamente está confundido por ello, por su relación con Hinata. Se pregunta qué quiere ser de Hinata, porque como es la primera vez que quiere tener cercanía con alguien, desconoce por completo estos sentimientos. Incluso está barajando la idea de que sea amor, sin embargo, al mismo tiempo, también lo ve como algo más banal y menos intrascendente. Quizás sólo querer considerar un amigo a Hinata es su objetivo, aunque siguen habiendo muchas fallas en su lógica o eso es lo que siente.
Esto no tenía sentido para él, así que decidió ir a pedirle consejo al único Senpai que lo escucharía sin problemas.
— ¿Lo que sientes por Hinata? — Preguntó Sugawara para asegurarse de lo que su Kohai decía e inmediatamente recibió una afirmación con un movimiento de cabeza que le permitió seguir hablando. — Bueno, no creo que pueda responderte yo. Por ejemplo: Si yo te preguntara qué crees que siento por Daichi, ¿Qué responderías?
— Sugawara-san y Sawamura-san son muy buenos amigos… O eso es lo que parecen al verlos.
— ¿Y si nos vieran gritarnos a diario como lo haces con Hinata?
Kageyama guardo silencio.
— No está mal la forma en que se tratan, ¿Sabes? A veces los compañeros de equipo hacen eso. Además, todos sabemos que tú y Hinata se llevan bien, no necesitas darle tantas vueltas al asunto. — Suga hizo una pequeña pausa antes de continuar. — No es tan fácil considerar a alguien un amigo, supongo que está arraigado a la cultura de nuestro país, pero tampoco está mal que tengamos cierto tipo de relación con una o más personas que no sea la convencional.
— ¿Convencional?
— Algo común. Lo que quiero decir es que ustedes están bien como están, pero si quieres acercarte más a Hinata no habría problema tampoco. ¿Entiendes?
— Sí.
— Bien, volvamos al entrenamiento o Daichi se enojará.
Después de esa corta charla el chico seguía sintiéndose igual. No está en contra de estos nuevos sentimientos, pero al no comprenderlos del todo sigue inseguro sobre si son amistad u otro sentimiento más fuerte. Nunca ha odiado a Hinata, no le cae mal y la razón por la que suele gritarle es porque en ocasiones lo saca de quicio, más allá de eso, no tiene reales motivos para tenerle manía o querer evitarlo. Esto no quita el hecho de seguir confundido y en realidad empeora con cada cosa. Al final, todos esos pensamientos terminaron por afectar su desempeño en lo que restó de entrenamiento, así que decidió quedarse un tiempo más que el resto para compensárselo así mismo. Tanto Ukai como Daichi le dijeron que no se sobre-exigiera y que no regresara tan tarde.
— ¿Por qué sigues aquí? — Se dirigió Kageyama al chico de cabello anaranjado quien también practicaba con un balón.
— Sé lo aburrido que es practicar solo, así que decidí hacerte compañía, Kageyama-kun. — Hinata suele agregar el honorífico para molestar a su compañero, pero esta vez le ignoró y sólo recibió un rechiste de su parte. — ¡Ah! ¡Lo olvidé! ¡Un amigo me había dejado sus apuntes y los olvidé en mi pupitre! ¡Espero poder entrar al salón!
Hinata salió rápido del gimnasio a buscar los apuntes, Kageyama sólo le vio salir y volvió a lo suyo de inmediato, sin embargo, sólo pasaron unos instantes antes de que la puerta del gimnasio se volviera a abrir. Por muy rápido que Hinata corriese, no podría ir y volver tan pronto.
— ¡Tobio! ¡Entrenemos juntos!
Sorprendido al escuchar su nombre, Kageyama voltea y fija su vista en el chico que acababa de entrar, era Hinata, pero al mismo tiempo daba la sensación de no serlo. Físicamente era exactamente igual a Hinata: Su cabello, su estatura, su complexión y esa sonrisa rebosante de brillo. ¿Era Hinata?
— ¿Hinata?
— ¿Por qué no me llamas por mi nombre? “Shouyo” o si prefieres decirme “Shou-chan” como Izumin no me importaría, ¡Aunque sonaría muy gracioso escucharte decir “chan”! — Dijo para luego carcajear.
Suena como Hinata, habla como Hinata, pero sigue sin parecer ser Hinata.
— ¿Qué te sucede, Tobio-kun? ¿Acaso viste un fantasma? ¿Eh~? ¿Será posible que Tobio-kun le tema a los fantasmas~?
Usa el sufijo “-kun” en forma de burla. Se le mire por donde se le mire, él es Hinata Shouyo, entonces… ¿Por qué se comporta de esa manera?