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The Reason (LeeGaa) por galaxysurvivor

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Notas del capitulo:

Espero le guste este capítulo. Iré actualizando cada que pueda.

Abrió los ojos lentamente, la luz del día se colaba apenas por las cortinas negras, se dio vuelta en la cama quedando de lado, volvió a cerrar los ojos y maldijo el momento en que le pidió a Temari que limpiara el completo desastre que Kankuro, con sus reventones nocturnos, había hecho la noche anterior mientras él andaba fuera por trabajo. Ella hacía ruido en el fregadero, puso música a un volumen que, a pesar de no ser insoportable ni mucho menos escandaloso, a él le molestaba. Unos golpes en la puerta le hicieron suspirar y se sentó al borde de la cama mirando el suelo bajo sus pies descalzos.


-¿Gaara, estás despierto?-; la muchacha esperó varios segundos y al no recibir contestación volvió a tocar, luego de otro par de segundos y algo más tomo el pomo entre sus manos y lo giró para entrar a la penumbrosa habitación de su hermano menor,- Creí haberte hablado-, ella le miró mal, Gaara ni se inmutó, se levantó abriendo de golpe las cortinas y maldijo entre dientes al ver botellas de sake hasta en la mesita de noche a su lado ¿En realidad Kankuro resultó ser fiestero? No conocía ese lado de él y sinceramente esperaba cosas peores si no le ponía un alto, la última vez que le prestó su departamento fue hacía semanas nada más, los reventones se hacían constates después de que Kankuro le rogara prácticamente de rodillas poder usar su casa luego de que Temari y Shikamaru le echaran de la suya al querer privacidad y por supuesto, menos desorden.


-Recuérdame jamás volver a aceptar algo así -, se dirigió hasta el armario y sacó su uniforme típico. Temari rió complacida pues sabía que Gaara era mil veces menos tolerante con la gente que ella, y eso que había mejorado luego del discursos aquel que le dio el Namikaze.


-En realidad deberías ser tú quien le diga que no- ella comenzó a recoger las botellas de la habitación -, Ahora comprendes por qué tuve que correrlo de la casa, es como si toda esta cosa del final de la guerra ninja hubiera hecho un Click en su mente y bueno... No acaba para nada bien-; él se dio vuelta a mirarla mientras le enseñaba un preservativo dentro de un vaso descartable, ella rió con ganas al ver la cara de desagrado del pelirrojo. Él se dirigió hasta el baño a la par que su hermana limpiaba a fondo la habitación, entró al cuarto de baño mirando todo a su alrededor esperando no hallar ni a nadie medio desnudo ni más preservativos. Suspiró complacido al ver que nadie, al parecer, había entrado allí. Se desvistió sacándose la única prenda que llevaba encima desde anoche, un pantalón de chándal azul. Lo puso en el cesto de la ropa sucia y entró a la ducha sin antes poner el regulador en caliente, ya luego mandaría al demonio a su hermano, la noche anterior llegó demasiado tarde y comprobó que todos los asistentes de la fiesta habían dejado ya su casa. En sólo dos días fuera Kankuro hacía atrocidades tremendas en lo que a fiestas de reventón se refiere, pero ya lo pondría en su lugar, su prioridad era firmar documentos y verificar ciertas cosas, en tres días la boda de Naruto Namikaze y Hinata Hyuga se celebraría en una gran fiesta para toda la aldea de la Hoja, los altos mandos y amigos estaban cordialmente invitados.


El agua recorría su cuerpo pálido y su bruna mirada chocaba contra los azulejos azules, desde hacía varias noches no dejaba de pensar en Rock Lee, desde aquella vez que su hermana llegó a su despacho y se preguntó sobre el amor. El decir que no había hasta soñado con el chico moreno era una total caradurez y una asquerosa mentira. Hasta se propuso que lo primero que debería hacer era visitarlo antes de ir al encuentro del chico Namikaze.


Temari lo tacharía de loco si se enteraba y era justamente por esa razón que partiría esta misma tarde después de firmar todo y hacer varias cosas más, su hermana iría un día antes la boda y bueno, él tendría más privacidad aunque dudaba que ella se metiera en algo que no le era rrelevante pero... Tragó duro al imaginarse lo que había hallado un día en la casa de su hermana, una novela escrita por ella misma donde decía su afán y total amor por las relaciones homosexuales, eso ya no era algo nuevo en esos tiempos y conocía gente así, pero de verdad y en serio no quería que su hermana se enterara de que a diario pensaba en el chico Lee.


Suspiró cuando dedujo que era tiempo suficiente bajo la ducha y se secó para luego vestirse como todos los días, su típica calabaza en la espalda y sus sandalias. Temari en poco tiempo había dejado impecable de habitación, ella estaba en la cocina de seguro por lo que allí fue a buscarla.


La comida esta lista, un desayuno balanceado y nutritivo tal y como a él le gustaba, normalmente él era quien se cocinaba para toda ocasión y sólo dejaba a Temari tocar su cocina. Ella le miró sonriente y él habló.


-Partiré hoy mismo a la aldea de la Hoja-, informó calmado siendo siempre muy escueto en sus palabras, se sentó a la mesa y comió sin prisas. Ella le miró asintiendo y se sentó de igual manera a acompañarlo en el desayuno.


-Me parece bien, los pendientes son pocos y si falta algo me puedo encargar de ello, no te preocupes -. No respondió ante eso, se ocupó en devorar su comida y cuando ambos acabaron salieron directo hacia el despacho de Gaara.


Al llegar firmó varios documentos como todos los días, su mente divagaba demasiado desde que el chico Rock Lee comenzó a distraerlo sin realmente hacer nada, era la mente descarada del pelirrojo quien lo traía sin importar en donde estuviera, oía cuando la gente le hablaba pero luego de un rato se veía a sí mismo suspirando sorprendiendo a más de uno, Temari ya lo había notado pero decidía callar pues realmente Gaara era bastante impredecible por lo que si estuviera pensando en sacarte los ojos o estuviera pensando y ponys encantados, en realidad jamás lo notarías ni sabrías la diferencia.


Para las tres de la tarde todo estaba hecho, Temari atendió varias cosas referentes a su rama en la agencia y Kankuro no se apareció en todo el día, su hermana mayor le había dicho que no se preocupara, que ella le daría al moreno un buen escarmiento cuando lo viera.


Todo estaba listo, algunos hombres como Baki y dos ninja le acompañaron en su travesía, llegaría en un día y medio y eso que irían a su máxima velocidad, no había por qué retrasarse.


******


Se levantó temprano sonriendo al oír a la gente pasar ya por las calles, no le importaba si el sol le daba por la cara pues era un recordatorio de que estaba vivo, de que el sol brillaría por mucho tiempo más y que debía seguir buscando una razón para vivir.


Abrió los ojos lentamente, la boda de Naruto sería en dos días, todos estaban que se volvían locos oír la organización pues se unirían dos familias reconocidas a nivel mundial, los Namikaze y los Hyuga, era un gran honor a decir verdad. Miró su reloj viendo que eran las seis de la mañana, entraba a clases con sus pequeños alumnos a las siete y media por lo que tendría tiempo para entrenar y preparar su clase.


Desde el término de la guerra todo había cambiado para mejor, sus amigos hallaron sus profesiones y con ellos el amor verdadero, él tuvo tiempo de sobra para pensar qué era lo que quería hacer en la vida pero le faltaba una razón para seguir viviendo, alguien que hiciera a su corazón latir como loco y olvidar las penas de ser un Virmu.


No lo veía como algo malo en realidad pero lo molesto era ir cada mes a una revisión para saber de su estado y su evolución, tampoco lo veía como algo demasiado bueno ya que si decidía comparte su vida con una mujer ese don que poseía no le serviría de todos modos, un Virmu era alguien que podía funcionar como hombre y mujer, es decir, puede embarazar a una mujer o a alguien como él como también puede quedar en estado de gestación. Se removió incómodo en la cama por el sólo hecho de pensar que podría quedar embarazado, hasta la palabra sonaba ridícula pero sin duda esa era la realidad y en todo caso por el momento debía pensar en otras cosas.


Dio un salto de la cama al suelo comenzando a hacer flexiones y sonriendo por la buena vibra que le prometía el día de hoy. La puerta fue abierta de repente causando que perdiera el equilibrio al tratar de pararse de manos cayendo al suelo trepitosamente.


-¡Así me gusta, Lee, cuando el día comienza tan bello como hoy debes sonreír y demostrar que eres tan guapo como yo!-, Gai irrumpió colocándose en una pose ridícula y sobre actuada, daba risa pero Lee lo veía como lo mejor del mundo y nadie era mejor que su Gai sensei. En seguida Lee se puso de pie llevando el brazo derecho hacia arriba saludándole de manera militar al mayor.


-¡Sí, Gai sensei, algún día seré digno de llamarme cercano a su varonil estilo y personalidad! - contestó rápidamente y sonriendo tierna e inocentemente.


-¡Así se habla, Lee, ahora a dar cien vueltas al campo de entrenamiento, y por supuesto no olvides tus vitaminas! -. Le dijo con un deje de orgullo en la voz y siempre con aquella voz cargada de dramatismo y chulería. - ¡No querrás caer a medio camino por no desayunar las proteínas adecuadas y no poder llegar a ser tan guapo como yo!-, pasó la mano por los cabellos dando una patada al aire a manera de demostración.


-¡Quiero ser tan guapo y súper como usted, sensei!-; sus ojos se llenaron de luz y veía a su sensei como lo mejor que había. Desayunaron entre bromas y estiramientos para comenzar con la rutina de ejercicios, cien vueltas al campo, doscientas sentadillas, trescientas patadas al tronco de entrenamientos, golpes de puño en la misma cantidad y luego de una hora de incesante actividad se sorprendió a sí mismo por hacer todos esos ejercicios en tan poco tiempo.


-¡Recuerda Lee!-; Gai se había despojado de su camiseta y enseñaba sus músculos con altanería -¡Si haces lo que dice tu sensei, algún día tendrás músculos como estos!-, el sol daba directo sobre él mientras Lee hacía una reverencia ante él.


-¡No soy digno, sensei!-, su voz mostraba admiración, siempre admiró a ese hombre y los años los había hecho cambiar, mientras Gai seguía con ese estilo de cabellos con corte taza a Lee le creció el cabello y le gustó bastante como quedó, por una tontería suya había asistido a un espectáculo de fuegos artificiales donde uno de los cohetes pareció enorjarse con él sin razón aparente y le quemó las cejas que no habían crecido desde entonces por lo que las mismas quedaron finas hacia afuera y más espesas en el entrecejo.


Casi no quedaba rastro del Lee con cejas pobladas de antes ni el moreno con cabellos ridículos de hace años, sus cabellos le llegaban hasta la mitad de la espalda y a mucha gente gustó el estilo que adoptó. Su piel seguía igual de morena, era tan alto como siempre pues no había crecido prácticamente nada, en síntesis, todo Rock Lee había cambiado para bien ya que estaba más estilizado y atractivo, y desde aquel incidente de los desmayos y el sagrado y luego descubrir lo que era en realidad, sus hormonas parecían embellecerlo aún más todavía.


De camino a su casa corrió como siempre saludando a toda la gente con quien accidentalmente chocaba y con las que no chocaba, llegó y se dio una rápida ducha, su uniforme no era más el típico mono verde de siempre, cambió su vestuario por una camiseta azul que resaltaba su torso plano y sin músculos, plano de hecho, sus pantalones eran de un color negro algo ajustados que llamaban la atención, en todo ese tiempo había cambiado y se veía guapo, sensual y provocativo sin darse cuenta siquiera. Corrió hacia la academia y sonriendo entró viendo a los alumnos llegar, era el kinder, eso sí, pero había desarrollado una pasión inmensa por enseñar a esos niños, tu taijutsu causó revuelo desde comienzo de los exámenes chunin donde participó hacía ya tantos años.


No perdía la práctica, y sus alumnos eran fáciles de sorprender. Entró saludando y comenzó llevándolos a todos al lugar donde practicaba todas las mañanas, comenzó con lo básico y esos niños vaya que eran hábiles en todo, eran como peces en el agua.


Sonrió al ver a niños tan sobresalientes y carismáticos, un pensamiento cruzó su mente sin darse cuenta ¿Su tuviera un hijo de sus entrañas, estaría así de orgulloso de él cuando creciera?


Sonrió, pero en seguida se dio cuenta de que había pensado y sacudió la cabeza angustiado ¿De verdad estaba loco? ¿Cómo es que pensaba en esas cosas cuando él no deseaba por el momento tener hijos? Además de todo tampoco creía poder embarazar a alguna chica, por más que lo intentaba nadie se mostraba interesada en él ¿Qué tenían los demás que él no?


¡Ah, claro! Hombría, era eso lo que le molestaba, tener una parte de sí que era mujer le ponía los nervios de punta siempre. Suspiró volviendo a lo importante.


******


Llegó sin contratiempos a la al de de la Hoja, presentó su excusa y lo dejaron pasar, había llegado de noche ya y esperaba que le dejaran entrar de inmediato, fue escoltado por Baki y los hombres que con él venían y entraron por las enormes puertas de la aldea siendo recibidos por Naruto, Hinata su prometida, la quinto Hokage, Kakashi e Iruka.


-¡Gaara, que placer volver a verte!-, le extendió la mano cordialmente a la vez que él devolvía el apretón, sonrió apenas y agradeció.


-Lo mismo digo, tiempo de no verlos-; respondió serenamente, los demás también saludaron y se adentraron por completo en la aldea, la gente que los veía los saludaba con mucho respeto pues eran aliados ya de la Hoja, habían demostrado confiabilidad dentro de todos los parámetros existentes. Buscó con la mirada a Lee, no sabía por qué lo hacía pero necesitaba hacerlo, sus planes no resultaron como lo había planeado, no esperaba a Naruto pero qué podía hacer, de ahora en adelante pondría como excusa querer recorrer la aldea para buscar al chico moreno.


-Podéis quedaros el tiempo que gusten, realmente me hace feliz que hayáis podido venir a nuestras boda pero ¿Dónde está Shikamaru, Temari y Kankuro?-; quiso saber, se extrañó al ver tan solo a Gaara y su sensei como también a dos escoltas, realmente creyó que también vendrían.


-Como sabrás, tanto Temari como Shikamaru trabajan en mi aldea, no deseaban venir sabiendo que quedaban cosas pendientes por resolver, Kankuro es un caso perdido, desde que la guerra acabó anda de fiesta en fiesta y no estoy seguro de que vaya a hacer acto de presencia -, cogió aire y exhaló despacio, Hinata les sonrió y supo el por qué de esa unión, era realmente amor lo que los unía y entre ellos se demostraban amor al mirarse a los ojos. Algo que tal vez él jamás tendría la oportunidad de experimentar.


-Comprendo eso, también estaría preocupado si algo quedaba pendiente por hacer y tal vez no podría estar tranquilo, y en el caso de Kankuro, me parece que debe vivir su vida realmente -, rió con ganas contagiando a algunos, siempre admiró a Naruto por esa luz que desprendía y sabía a la perfección que había luchado hasta la casi muerte por conseguir la felicidad, esa felicidad que tan merecida se la tenía. Luego de un rato cenaron todos juntos contando vivencias y cosas que deseaban hacer para hacer de sus pueblanos mejores ciudadanos.


Se fueron a dormir pues él, en particular, deseaba salir temprano para buscar al moreno, realmente deseaba verlo con todo su corazón, necesitaba hacerlo y sobre todo saber qué fue de él, esperaba que no hubiera cambiado demasiado, que fuera el mismo chico explosivo y fuerte de siempre.


Deseaba saber si estaba bien, si comía bien o si había conseguido novia o esposa. Ahora que lo pensaba ¿Qué pasaría de él si lo veía con alguien más? ¿Realmente esperaba que le hiciera caso cuando el tenía una vida hecha?

Notas finales:

Gracias por leer. Chaito????????????


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