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The Reason (LeeGaa) por galaxysurvivor

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Notas del capitulo:

Espero lo disfruten, les dejo con el capítulo.

- ¡No, Ten Ten basta!- oyó por algún sitio decir a Lee. Se quejaba alto y oía pasos acercarse, frunció el ceño levemente cuando frente a él pareció una chica de la misma edad que Lee halándole de una oreja como en reprimenda.

- No Lee, ¿cómo demonios es que estás entrenando cuando ayer te desmayaste? ¿Acaso no piensas en tu salud? -, decía ella de muy mal humor, parecía que escupiría serpientes en cualquier momento y Lee parecía realmente no estarla pasando muy bien. - ¿Fuiste con Lady...

Dejó de hablar al ver al hombre pelirrojo frente a ellos, el moreno trataba de soltarse de su agarre a como diera lugar sin embargo ella parecía más ocupada viendo sorprendida al Kasekage de la arena.

- ¡Ten Ten me estás arrancando la oreja! ¡Ahhh!-; ella le soltó y éste cayó al suelo de rodillas sujetando con fuerza su dolida oreja. Gaara se preguntó por un momento si realmente Lee había sufrido un desmayo y por qué no había ido junto a la Hokage para que lo medicara, pensó que se lo preguntaría después.

- Lord Kasekage, que sorpresa verlo por estos lares- se inclinó con una reverencia en manera de saludo, Lee se levantó de su sitio sorprendido de que Gaara no le impidiera inclinarse así frente a él siendo que el Kasekage hizo un pequeño monólogo del por qué él mismo no debería haberse inclinado. La chica volvió a su posición inicial, entonces el chico pálido habló.

- Bueno, no podía faltar a la boda de un buen amigo-; dijo finalmente, ella asintió sonriendo y volteó a ver al moreno frunciendo el ceño lanzando chispas con los ojos.

- Entiendo bien eso, me alegra que vuelva a la aldea. Después de todo la guerra sirvió como unión entre tribus -, posó su mano sobre la coronilla de la cabeza de Lee, él asintió sonriendo y dándole la razón a la chica junto a él.

- Así es, no importa el tiempo que pase, todos sabemos que la guerra fue un motivo para unirnos- acotó, el Kasekage asintió dándole también la razón en lo comentado, todos sabían que nada fue fácil y perdieron a seres queridos. Pero por el sacrificio de algunos la mayoría puede contar la historia y recordarlos. Hoy se puede vivir en paz absoluta.

- Por cierto ¿qué le hacías a Lord Kasekage, Lee?- él retrocedió con cara de pavor cuando ella se acercó de forma amenazante, Gaara miró todo con expresión pacífica, conocía vagamente a esa mujer, según sabía en tiempos pasados fue la compañera de equipo de Lee y es la actual pareja de Neji Hyuga.

- Y... Yo no... No Ten Ten- ella le agarró de nuevo de la oreja y acercó su rostro lo más que pudo.

- Más vale que no hayas estado molestando o sino...

- Entrenábamos, a pedido mío - dijo por fin. Ten Ten le miró de inmediato soltando la oreja de su ex compañero de equipo ninja, se mordió el labio inferior viendo y oyendo a Lee quejarse por el estirón de oreja que sí, se le fue de las manos.

- Bueno, eso lo explica...- pero de inmediato cambió de vuelta su actitud a modo madre protectora.-... ¡De todas formas faltaste a tu cita!.- Lee rodó los ojos internamente.

- Sí, sé bien qué lo hice pero...- hizo ademanes exagerados hacia el Kazekage de la Arena y tratando de evidenciar que no estaba perdiendo el tiempo como ella creía.

- Basta, irás más tarde. Ella me envió por ti, así que ni se te ocurra falta ¿oíste?.- Sus ojos centellearon. Lee asintió comicamente varias veces seguidas. Ella se despidió como era debido con el Kazekage y le dió un zape a Lee en la nuca.

El pelirrojo siguió en su sitio unos segundos más, el moreno seguía sobando su adolorida oreja y el viento soplaba fresco, era un día con una agradable temperatura y no se sentía acalorado puesto que no habían combatido realmente. Acortó la distancia que separaba al chico moreno de él.

- ¿Estás enfermo?-. Preguntó con su típica expresión de póker, Lee por un momento había olvidado completamente que el pelirrojo seguía ahí y se golpeó mentalmente por ser tan descuidado, trató de inventarse alguna dolencia.

- Eh, sí. Sólo estoy algo cansado, los niños suelen comer mucha energía y no te imaginas lo que hacen con la energía de los adultos, son unos pillos.- Rió relajado, Gaara pensó que podría oír esa risa melodiosa durante todo el día, después de todo, quedaban muchas horas hasta que llegara la media noche.- Aunque creo que no podremos seguir con el combate...

Gaara pensó igual.

- Sí, supongo que se perdió el momento.

Lee asintió asintiendo. El chico pálido se limpió un poco los ropajes, Lee hizo lo mismo sacudiendo sus pantalones y apresurandose por el resto de su indumentaria. En silencio ambos caminaron por un par de minutos, la gente vivía sus vidas alrededor como si nada. Los niños corrían y jugaban, las madres preparaban la comida, recogían la ropa de los tendederos, los ancianos jugaban a las apuestas. El silencio no les incomodaba a ninguno de los dos, la gente alrededor saludaba con sumo respeto al kasekage y al profesor de sus hijos.

- ¿ Se quedará mucho tiempo?-, no pudo evitar decir algo después de un tiempo, odiaba estar callado y más cuando un viejo amigo que llevaba tiempo sin ver se aparecía sin previo aviso.

- No lo sé. Me gustaría quedarme un poco después de la boda, para recorrer un poco y recordar viejos tiempos también.- El moreno asintió con entusiasmo evidente.

- ¡Genial, entonces lo veré seguido!- pronunció con efusividad, su sonrisa se ensanchó mientras colocaba sus brazos tras su nuca en una pose muy relajada. Gaara se preguntó cómo es que el chico no perdía la fe en el mundo, parecía de esas personas que por más decepciones que tuviera no se rendía con nada, que intentaba de todo para ser feliz y hacer felices a los demás y se dio cuenta que sus amigos y allegados eran muy afortunados de tenerlo como amigo.

******

- Bien, aquí es- dijo finalmente, una vez llegaron hasta el consultorio de Lady Tsunade. Lee no sabía como despedir al Lord. No quería sonar grosero y decirle que iría solo, después de todo el tema a tratar no era sencillo y mucho menos quería que se supiera a viva voz. Pero ¿Cómo hacerlo?

- ¿No subirás?- Tragó saliva mirando el edificio, asintió con un deje de temblor en los labios y el semblante. Estudió la mejor forma de evitar que el Lord se viera tentado a acompañarle, después de todo se había visto bastante interesado en su salud, lo que posiblemente quería decir que deseaba saber si ir a una consulta de desmayo con la Hokage de la aldea era simplemente eso, una cita sobre un desmayo. O si había algo más. En realidad no sabía si el Kasekage se había creído esa historia de que los niños le tenían agotado, él esperaba que sí.

- No debe ser nada grave, como dije antes, los niños son todo un tema- Intentó restarle importancia al asunto. Si el chico pálido dudó de sus palabras o no definitivamente no dio señales de ello, pero no hubo cabida a dudas cuando sintió el Lord Kasekage tomarle de la muñeca y estirarle hasta subir los escalones despacio.

- No sabremos si no te examinan.- Y quiso gritar, empezó a sudar frío de un momento a otro y rogó porque algún milagro sucediera.
¡Me verá como fenómeno, no me querrá cerca si se entera de lo que soy! . Buscó por todos los medios zafarse sin que pareciera sospechoso.

- P... Pero no es necesario, es... es sólo un desmayo ¡No puede ser tan grave!- dijo de repente en medio de la desesperación. El chico pálido frenó su andar, se giró hacia él y sin soltarle el brazo le vio a los ojos directamente. Lee contuvo la respiración sin darse cuenta de ello.

- ¿Y cómo sabes?- inquirió Gaara, Lee tragó saliva estudiando sus facciones, pero ese chico era casi imposible de descifrar.

- B... Bueno, n... no he tenido efectos secundarios ni nada y...

- ¡Lee, al fin llegas! Lady Tsunade y yo te hemos estado esperando, hasta mandamos a Ten Ten a buscarte.- Apareció la médico ninja de la que alguna vez estuvo enamorado. ¡Sakura por qué apareces justo ahora! Gritó en sus pensamientos.- Lord Kasekage, buenas tardes- Ella se inclinó con respeto ganándose un asentimiento con la cabeza de parte del chico de ojos verdes. Ella al levantar la cabeza vio de reojo y con suma curiosidad la posición en la que estaban ambos, el Kasekage tomando la muñeca de Rock Lee.

- Me tomé la libertad de traerlo hasta aquí.- La pelirosa asintió mostrando una hermosa sonrisa que derritió el corazón del moreno, sigue siendo muy hermosa. Pensó con una sonrisa, Gaara de reojo alcanzó a ver aquella acción y jaló del brazo al chico moreno hasta colocarlo frente a la médico. - Y quise venir a hacerle compañía-, finalizó con un deje de disgusto que no dejo ver en ningún momento.

La hermosa mujer de cabellos rosados asintió volviendo a sonreír con suma amabilidad.

- No hay nada de que preocuparse, sólo será una revisión de rutina. Síganme por favor.- Lee ya no pudo decir nada, y tragó con dificultad otra vez. El Kasekage caminó como si nada, teniendo mucha curiosidad, simplemente quería asegurarse de que todo iba bien con el muchacho. Fueron guiados escaleras arriba a un segundo piso donde en la primera puerta hacia la derecha había un pequeño cartel indicando que era el consultorio. Ella abrió la puerta y pasó seguida de los hombres, y de inmediato cerró la puerta a sus espaldas.

Casi instantáneamente una mano golpeó la nalga derecha del moreno con cierta fuerza.

- ¡Caray muchacho, si no te mando llamar tu no vienes!-. Gritó con energía la Hokage, Lee emitió un chillido de sorpresa y vergüenza al recordar quien venía con él.

- ¡No puede estarle pegando así a la gente, Lady Tsunade!-, su rostro enrojeció de manera violenta a la par que se sobaba el área afectada.

- Yo diría que te lo tienes bien merecido, mocoso insensato. Mira que no venir cuando ya teníamos cita, eso se me hace de muy mal gusto.- Le recriminó duramente, Lee bajó la cabeza sumamente avergonzado de su actitud. Él hubiera preferido saltarse todo eso, lastimosamente era algo necesario que debía hacer y todos a su alrededor se encargaban de recordárselo. Solía ser cabeza dura cuando se trataba de sus entrenamientos, se solía pasar de la raya y con frecuencia su cuerpo pagaba las consecuencias.

- Lo lamento muchísimo, usted lo sabe. Sólo que...- Él intentó señalarle con los ojos a la persona extra que estaba allí acompañandolos. Ella sólo entonces se dio cuenta de la presencia de ese alguien en la habitación.

- Pero que grosero de mi parte, Lord Kasekage, como le va- saludó de forma cordial, como siempre el hombre de pocas palabras sólo asintió sin más. Aunque Tsunade se preguntó qué haría el Lord Kasekage acompañando a Lee hasta ese lugar.- Bueno, sin más dilación, quítate la ropa.

Lee enrojeció de nueva cuenta y sintió un extraño burbujeo en las entrañas, una extraña ansiedad que comenzó a carcomerle despacio. Suspiró calmándose, bien que podía estar tranquilo, Sakura y Lady Tsunade eran personas muy discretas y él había pedido con toda la educación del mundo que nadie más podía saber de su condición. Había ya demasiadas personas para su gusto que estaba enteradas.

Se colocó detrás del biombo y se comenzó a quitar la ropa, justo al lado estaba un espejo de cuerpo completo que le reflejó una vez estuvo desnudo, regalándole una imagen que no solía ver con frecuencia. Era consciente de lo que era, pero con todas sus fuerzas deseaba ignorarlo y escapar de esa realidad. ¿Quién en su sano juicio querría estar con alguien como él? Neji había sido una excepción enorme porque Ten Ten y él eran el uno para el otro, pero él no era ni sería Neji Hyuga jamás. Había tenido que esforzarse más que todos para conseguir metas, lo que otros conseguían con poderes, dones y lo que fuera.

Muchos otros no habían tenido que romperse hasta los huesos para ser notado, sí, había pocas personas que podían llegar a entender su estado de ánimo, pero resulta que esas pocas personas tenían ahora mucho más de lo tenían hace unos cuantos años, mientras que él creía seguir sin nada. Y eso le pareció triste de repente, porque sabía que esa era su realidad y esa realidad vivía recordárselo todos los días.

Cada que despertaba y veía su habitación vacía, sin una persona a la qué abrazar por las mañanas al despertar. Cuando desayunaba con su sensei favorito era la mejor parte del día, pero después de todo hasta su sensei tenía una vida hecha, sus sueños y quehaceres. Se olvidaba momentáneamente de todo ese asedio cuando sus niños le jugaban bromas, cuando ellos le prestaban atención en una lección o cuando debía correr detrás de ellos para reunirlos en un solo lugar.

Pero el día no es eterno y eventualmente la noche se hace presente, la cena con Gai sensei es entretenida, cuentan anécdotas y chistes, pero su sensei no está presente todo el tiempo. Y cuando llega la hora de dormír y si no está lo suficientemente agotado por su día a día se pone a pensar en todo.

¿Habrá una persona especial para mí?

¿Cómo será ella?

¿Será amable y bonita como lo era Sakura?

¿Me cocinará platillos deliciosos?

¿Le gustaría un día salir a entrenar conmigo?

¿Hacer ejercicio desde muy temprano?

¿A correr unos 20 kilómetros sólo como un calentamiento?

¿Le gustarán los retos tanto como a mí?

Suspiró mientras tomaba la bata blanca sobre la silla a su costado y se vestía.

No, claro que no hay nadie así para mi.

Notas finales:

Muchas gracias por la espera, nos leemos en el siguiente capítulo. Besitos.


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