Dos hermanos, que no comparten relación de sangre, pero un juramento con un brindis se ha proclamado, se sentían preocupados por el menor. Al ser alfa se ha aplicado una idea de que podrían obtener lo que quisieran, un alto estatus, vivir como un arrogante si así lo decidieran.
Para Ace y Sabo ante esos términos eran meramente erróneos.
Tenían un diferente pensamiento así que a los demás, para ellos, era un tanto extraño quienes buscaban igualdad. Recordándoles que la naturaleza siempre seguirá su proceso.
Mientras que a los nacidos como omegas tenían menos oportunidades y eran tomados como un objeto reproductor, para tener una mejor vida debían de haber nacido de una familia con poder y dinero o hacerse famosos lo más pronto posible. Sabiendo que durante el camino habría dificultades.
Aun si únicamente fuera un cierto porcentaje, no podían saber de quién deberían protegerlo y más cuando Luffy ya no era un niño, mucho menos mantenerlo encerrado cuando tiene la edad suficiente para aventurarse y tomar sus decisiones; pero en el momento en que aparezca las feromonas a causa del primer celo y delatarle de que se trataba de un omega, al no estar ellos, cómo podrían protegerle. Saben que él es fuerte, sin duda alguna, pero habría un momento en que se sentiría débil. Y aquel momento de debilidad la aprovecharían.
La plática entre ellos dos duro un lapso donde mencionaban las ventajas y desventajas, pero al final, aunque no estuvieran de acuerdo del todo, decidieron aceptar la petición que les hizo el hermano menor. Llegar a vivir solo.
Así que una vez más los tres se encontraban reunidos en la sala.
Sabo y Ace, sentados en el sofá largo, totalmente serios, tomando el papel de jueces que darían sentencia al acusado y con ello era el papel que tomaba Luffy que se encontraba enfrente de pie. A lo que se mantuvo un largo silencio y uno de ellos estaba nervioso al escuchar una respuesta definitiva.
Hasta que esa tranquilidad se vio afectada cuando los dos mayores habían sonreído y reído un poco al ver la reacción del otro.
Portgas fue el primero en hablar —Ya tenemos una respuesta y decidimos que... Puedes independizarte, Luffy. — si bien, antes de que mencionaran algo anteriormente hubo una plática de lo que conllevaba vivir sin la compañía de alguien, las responsabilidades y en la búsqueda de un empleo donde podría sustentar sus gastos y necesidades. A lo que afirmo en que lo conseguiría.
—¡Yuju!— rápidamente se hizo ver la alegría por parte del chico —¡Le contaré a los demás!— vivir al lado de sus amigos, en un departamento, seguramente habría una gran diversión cada día y un dato necesario de decirle al rubio y al azabache para que la decisión fuera un poco más fácil y rápida.
Está vez es el turno de Sabo en hablar, y antes de que se marchara había alzado la mano a la altura del pecho —Espera un momento, tienes que saber que nosotros tendremos que hablar con Garp.— seguramente tendrían que salir huyendo en el momento en que le mencionen lo ocurrido —Pero también las condiciones que tienes que cumplir, siendo principalmente en que nos llames cuando te sientas mal y que sigas yendo con el médico para tu tratamiento.
¿Cuál era el motivo en que debía ir al doctor cada cierto tiempo?
Aún era desconocido, pero ha habido pocos casos donde el paciente no percibe las feromonas, el ciclo del celo se atrasa o no aparece, entre otros y aún se encuentran en investigación.
Pero para Monkey pensaba que era innecesario y mejor dejara de ir, siempre tendría el mismo resultado o le dirían lo mismo, un completo misterio de lo que pasaba en su cuerpo. Aún sí existía un papel que mencionaba que efectivamente es un omega.
A lo que no pasó desapercibida esa mirada y que Ace llegara a levantarse, acercarse y que recargara su brazo en la cabeza en él —Lo décimos porque nos preocupamos por nuestro hermanito tonto, ¿puedes hacer esto por nosotros? — a lo que Sabo concordaba esas palabras.
—Está bien. Lo haré...— por si él fuera él lo daría por terminado, pero cuando existía motivo donde no quería preocupar a su familia, no importaba el día y la hora, estaría puntualmente cuando tenga que presentarse para el chequeo.
Por ahora, en esa noche, continuarían con la rutina y disfrutarla.
[•••]
En otro punto de la ciudad, llamada la "zona roja", se encontraba un grupo de personas disfrutando de un espectáculo salvaje y había sangre. Un enfrentamiento de dos alfas, donde terminaría cuando uno deje pelear, demostrando quien de los dos era más fuerte. Apostando y esperando en tener la suerte de haber dado con el ganador, sin importar lo que llegaran a pensar o sentir quienes se enfrentaban. Ni mucho menos saber cómo es que habían llegado ahí, debían ser cuidadosos, esa clase de peleas son ilegales, pero tomarían el riesgo por tener diversión y como un medio que encontraron para tener ganancias.
Uno de ellos se encontraba en el suelo inconsciente, teniendo aún signos vitales, pero si no recibía un tratamiento de inmediato moriría en cualquier momento.
Mientras que el otro, un joven de cabellos verdes y tres pendientes en su oreja, siendo sujetado por varios para que se detuviera. Sacándolo del lugar y regresarlo a la habitación hasta que pase el efecto de la droga. Siendo una de las maneras en que podían hacerlo violento y pudiera participar sin poner alguna clase de objeción.
—¡Y una vez más, "El cazador de Piratas" ha ganado de nuevo! — anuncio el árbitro hacia los espectadores, algunos gritaban por la adrenalina y el dinero que obtendrían, la otra parte por decepción y la perdida que tuvieron por haber apostado al equivocado.
Paso la hora, todo había terminado y se habían marchado.
Uno de los encargados en cuidar y alimentar al ganador consigo llevaba un plato de comida, llegando a reír y toco la puerta, primero tenía que asegurarse —Está noche diste un gran espectáculo muchacho, así que tienes merecido está comida. Espero que te encuentres tranquilo, ya después vendrán a revisar tus heridas. — al finalizar abrió la puerta y lanzó aquel recipiente de comida, siendo lo suficiente para que pudiera tomarlo Roronoa quien se encontraba en el suelo. No podía hacer mucho cuando se encontraba encadenado.
Aquel sujeto se marchó para seguir celebrando ante tal evento.
Zoro no se movió en ningún momento, quería permanecer sentado, estaba cansado, aún se sentía algo alterado y mareado a la vez por aquella medicina que le suministran y hace que pierda la razón. No quería pensar que una vez más había cometido un acto donde arrebataba una vida a alguien.
Una noche más en que no podría dormir con tranquilidad.