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DESTINADOS por Liss83

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La mansión Malfoy estaba completamente a oscuras, si no fuera por el rayo  de luna que se colaba por una ventana no se podría divisar la silueta que estaba sentada en el suelo de una de las esquinas de la habitación, misma que estaba completamente destrozada. Mientras un hombre lloraba desconsoladamente. ¡Maldita educación que había recibido! ¿Por qué no había aclarado las cosas a tiempo con el hombre que amaba? ¿Por qué no le había confesado al pelirrojo que moría de celo por haberlo visto besar a su mejor amiga? 
 
 
 
- ¿Qué hice mi amor? – susurró Draco – ¿Qué hice? 
- Draco – llamo Blaise golpeando la puerta suavemente – Draco, ábreme por favor 
- ¡Lárgate! – grito el rubio 
- Draco por favor – dijo Blaise –, tenemos que hablar 
- Solo vete Blaise – exigió Draco 
- Ron vio los recuerdos – dijo Blaise y el rubio quedó inmóvil –. Draco por favor abre. Tú y yo conocemos a Ron. Si él cree que matándose te va hacer feliz, lo hará 
 
 
 
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Arthur estaba sentado en la cama con la cabeza de Ron en sus muslos, quien lloraba en silencio mientras su padre le acariciaba el cabello 
 
 
 
- Papi – dijo Ron 
- ¿Ya soy papi? – dijo Arthur sonriendo 
- Él nunca va a ser mi padre – dijo Ron con voz firme 
- Lo es Ron – dijo Arthur –, lo es. Y aunque te moleste, se está comportando como tal 
- ¿Cómo puedes aceptar tan sumisamente…? – dijo su hijo indignado 
- Quizás… porque quiero intentar ser feliz – dijo Arthur 
- ¿Pero nosotros no te bastamos? – dijo Ron 
- Es otro tipo de felicidad, cariño – dijo Arthur –. Los hijos se van de casa, hacen sus vidas. Es lo normal. 
- Nunca te dejaremos solo – prometió Ron 
- Lo harás, mi niño – dijo Arthur sonriendo –. Draco vendrá y aclararán sus problemas 
- Él nunca… – sollozó Ron pero golpearon suavemente la puerta 
- ¿Si? – contestó Arthur alzando la mirada 
- ¿Cómo sigue? – preguntó Blaise entrando en la habitación 
- ¿Qué te importa? – escupió Ron poniéndose de pie dispuesto a lanzarse sobre el hombre 
- Le importa – dijo una voz detrás de él – y también a mí 
- ¡Draco! – susurró Ron mientras una lágrima se le escapaba 
- Cariño – dijo Blaise estirando su mano hacia su pareja que se la tomo para salir de la habitación, no sin antes lanzarle una mirada furiosa al rubio – Draco – siseó Blaise al pasar junto a su amigo que solo asintió 
- Cualquier cosa, estaremos abajo – dijo Arthur antes de salir 
- Yo… – tartamudeo Ron  
- Déjame ver tu marca – dijo Draco a quemarropa y lentamente el pelirrojo se quitó la polera – ¿Por qué…? – susurró mientras se la acariciaba – Casi nos matas Ron. Si yo no estuviera tan enamorado de ti los dos estaríamos muertos ahora 
- Perdón – susurró Ron mientras sus lágrimas caían 
- ¿Tienes idea de lo doloroso que es que te arranquen tu marca? – dijo Draco – ¿o el infierno que es pensar que en cualquier momento aparecerá tu destinado y todos mis sueños, mis esperanzas, se irían al basurero? 
- Draco… – susurró el pelirrojo 
- Te amo Ronald, y no te hablo por la marca, sino por ti – abrazándolo y besándole el cabello 
- Perdón – susurró y se abrazó a él 
- A partir de hoy no más mentiras, mi gatito – dijo Draco y Ron sonrió antes que el rubio lo bese 
 
 
 
Arthur miraba por la ventana de su habitación cuando unos brazos rodearon su cintura desde atrás haciéndolo sonreír por lo que bajo el rostro. Besos suaves asaltaron su cuello 
 
 
 
- No sé si podré llegar hoy hasta el final – dijo Arthur  sonriendo – pero quiero intentarlo 
- A veces creo que cada avance que tengo con los niños me das una recompensa – dijo Blaise sonriendo – como a un perrito – e hizo un puchero mientras Arthur sonreía – guaus guaus 
- Bobo – dijo Arthur girándose sin salir de sus brazos 
- Eres tan hermoso – susurró Blaise besándolo 
- Blaise… – susurró el hombre 
- Descansa – dijo Blaise – yo velaré tus sueños 
- ¿Pero y los chicos? – dijo Arthur 
- No creo que se metan en problemas – dijo Blaise –. Prometo que si lo hacen, los acompañaré para vigilarlos, para nada más. No pienses mal, es solo para vigilarlos, nada más. No se te ocurra pensar que como soy tu destinado, los gemelos se parecen a mí. No, no, no – y ambos rieron – Pasaste toda la noche en vela. Descansa. 
- Gracias – dijo Arthur y tomó el rostro del chico entre sus manos para besarlo dulcemente – Desde que llegamos solo te hemos dado problemas 
- Deja que pasen los dos años y será diferente – dijo Blaise – podrán ir a ver a Molly, tendrán más libertad…, será diferente 
- Gracias por tu paciencia – dijo Arthur besándolo nuevamente 
- Será mejor que… – dijo Blaise 
- Si te vas a dormir a otra habitación, ¿Cómo avanzaremos en esta relación? – dijo Arthur besándole el cuello 
- ¿Me estas pidiendo…? – susurró Blaise estremeciéndose mientras cerraba los ojos 
- ¿No te lo esperabas? – dijo Arthur sonriendo 
- La verdad que no – dijo Blaise acariciándole el rostro – pero me gusta 
- Quería pedirte algo – dijo Arthur 
- Lo que quieras, hermoso – dijo Blaise alejándose, pensando que era algo relacionado con los chicos –. Eso me recuerda que debemos ir hoy a Gringotts 
- ¿Lo de la cuenta era enserio? – preguntó Arthur 
- Si – dijo Blaise y el otro hombre exhalo dejando caer los hombros mientras miraba hacia otro lado – ¿Qué pasa? Ya lo habíamos hablado 
- Si – dijo Arthur alejándose – pero… 
- ¿Qué me ibas a pedir? – pregunto Blaise intrigado 
- Ya no sé si sea lo más conveniente – dijo Arthur sentándose en la cama 
- Arthur, me estas preocupando – dijo Blaise 
- Olvídalo – dijo mientras sus lágrimas caían 
- Hey ¿Qué paso? – dijo Blaise limpiándole una lagrima 
- Si te pido lo que… – dijo Arthur – sería como venderme 
- A ver, a ver – dijo Blaise – soy tu destinado. El padre de tus siete hijos. Yo tengo que cubrir tus gastos y los de los niños. Al menos por ahora que no puedes trabajar fuera. Dime – dijo entrelazando sus manos – ¿Qué necesitas? 
- No es algo que necesite – dijo Arthur armándose de valor – sino que quiero 
- Con mayor razón – insistió Blaise – dímelo 
- Olvídalo – dijo el pelirrojo 
- ¿Por qué crees que sería co…? – dijo Blaise – Arthur no estás obligado a nada. 
- Ese no es el problema – dijo el pelirrojo –. Blaise… – él había sido un Gryffindor, tenía que poder – quiero… quiero que te mudes a esta habitación – Blaise lo miro – conmigo 
- Yo… – dijo el joven atónito 
- Quiero que empecemos nuestra vida conyugal – dijo Arthur de manera acelerada 
- ¿Cómo? – susurró Blaise – haber… cálmate. 
- Me escuchaste muy bien – dijo el hombre – Mira, nunca he... yo… no… 
- Shhh, no tienes por qué estar asustado – dijo Blaise acariciándole el rostro 
- No tengo miedo – dijo Arthur sonriendo –. Ahora sé que contigo siempre voy a estar seguro. 
- Prometo nunca defraudarte – dijo Blaise abrazándolo por la cintura 
- Nunca lo pondría en duda -  dijo Arthur abrazándose al cuello de su pareja 
- ¿Me das una oportunidad? – dijo Blaise 
- ¿Te mudas conmigo? – preguntó Arthur con una sonrisa traviesa en los labios y Blaise lo beso dulcemente 
 
 
 
Fue un beso lento, dulce. Un beso de dos almas que por fin se encuentran y se reconocen tras largo tiempo separados. Arthur había escuchado sobre el momento en que las almas de dos destinados por fin se reconocían, pero siempre había pensado que solo eran cuentos. Sin embargo allí estaba, sintiéndose uno solo con ese chico de la edad de uno de sus hijos menores, pero que le brindaba la seguridad que no le había podido inspirar jamás a nadie, y que nadie se la había podido dar a él 
 
 
 
Se separaron y Arthur lentamente se desvistió bajo la mirada depravadora del menor que estaba hipnotizado por sus movimientos casi felinos. Cualquiera diría que con siete hijos, Arthur sería un experto en temas de alcoba, pero la verdad era muy distinta. Efectivamente su vida sexual con Molly era activa, sí, pero ello no significaba que lo llenara realmente. Por lo tanto, y a pesar de las apariencias, Arthur se sentía nervioso sobre que esperar de ese encuentro 
 
 
 
- Relájate – le susurró Blaise al oído mientras lo acostaba sobre la cama – déjame adorarte tal como te mereces 
- Confió en ti – gimió el hombre sintiendo como sus muslos eran acariciados con devoción absoluta 
 
 
 
Besos cayeron en cascada sobre su pecho mientras el cerraba los ojos presa de un placer indescriptible. Los labios llegaron a su pecho y se tomaron su tiempo sobre sus tetillas arrancándole gemidos incontrolables. Manos fuertes sujetaron sus brazos por encima de su cabeza mientras era reducido a un manojo de gemidos descontrolados. Quería tocar, saborear, degustar, pero en algún momento sintió como era girado boca abajo, y sus caderas levantadas 
 
 
 
- ¿Quién lo diría? – dijo Blaise acostándose sobre él y mordisqueándole el lóbulo de la oreja derecha – mi hermoso y siempre bien portado señor Weasley, había sido tremenda fogata en la cama 
- Blaise Zabini – siseo Arthur – o terminas lo que empezaste o dormirás en el jardín. Y te juro que sé un hechizo que no te dejará entrar a la casa, pero tampoco podrás salir de los terrenos de la mansión 
- ¿quieres que los niños nos escuchen? – dijo Blaise sonriendo 
- ¡Existen hechizos insonorizadores para eso! – protesto el adulto sentándose y cruzando los brazos cual niño berrinchudo 
- Te vez tan hermoso – dijo Blaise acomodándose la ropa 
- Entonces vuelve aquí y termina lo que empezaste – exigió el pelirrojo 
- Espérate hasta la noche – dijo Blaise sonriendo – tenemos siete niños sueltos en casa que necesitan supervisión 
- A este paso mis hijos van a tener intimidad con sus parejas antes que nosotros – protesto Arthur y Blaise rio – ¡no te burles! 
- Si mal no recuerdo – dijo Blaise – cuando llegaste a esta casa me dijiste – y Arthur le vuelca los ojos – que ni loco te acostarías conmigo 
- Eso cambio –dijo Arthur – y ahora exijo que cumplas tus obligaciones conyugales 
- ¿Disculpa? – dijo Blaise sonriendo sorprendido 
- Exijo que vuelvas ahora mismo a la cama y termines lo que empezarse – exigió el pelirrojo 
- Ya veo a quien heredaron los niños lo caprichoso – dijo Blaise 
- ¡Blaise! – protestó Arthur 
- Los niños vendrán en cualquier momento – dijo Blaise 
- Ellos no… – protestaba Arthur cuando llamaron a la puerta y Blaise levantó las cejas mientras sonreía 
- Papá – dijo Ginny – te buscan a ti a papi 
- Dile que no hay nadie – gritó Arthur y Blaise lanzó una carcajada 
- Es Nott – dijo Ginny 
- Dile que ahora voy – dijo Blaise poniéndose de pie 
- ¿Cómo que ahora vas? – dijo Arthur molesto 
- Dejemos esto para la noche – sugirió Blaise 
- Será difícil – dijo Arthur –, pues si no vuelves en este momento  a la cama acamparas las próximas seis semanas en el jardín 
- Pero es Theo – dijo Blaise 
- ¿Y quién es más importante? – dijo Arthur – ¿tu amigote o yo? 
- Arthur – gimió Blaise 
 
 
 
En la sala los hermanos Weasley, con excepción de Ron, conversaban con la visita. Curiosamente el ex Slytherine se mostraba sociable y bastante a gusto con la compañía de los pelirrojos cuando la pareja bajo 
 
 
 
- Theo – dijo Blaise sonriendo mientras su pareja solo gruñó 
- ¿Molesto? – preguntó el chico intrigado 
- Para nada – dijo Blaise sonriendo – ¿cierto Arthur? 
 
 
 
Este solo sonrió rogándole a Merlín que nadie perciba el problema que tenía entre sus piernas. ¡Maldito Zabini! ¿Cómo había conseguido salir de ese atolladero sin más? ¿Y cómo iba a poder escabullirse al baño sin parecer sospechoso? Y volvía al principio ¡Maldito Zabini! 
 
 
 
 

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