Ginny estaba sentada junto a la ventana de su habitación viendo el cielo estrellado. Un suspiro salió de sus labios mientras se abrazaba a sí misma. ¿Por qué sentía que había visto a esa mujer? Tal vez debería…
- Por lo visto las viejas costumbres no cambian – dijo Blaise apoyado en la puerta
- Papá – dijo la chica mirándolo
- ¿No puedes dormir? – dijo Blaise
- Me desperté hace rato y se me fue el sueño – dijo Ginny cuando el hombre se sentó a su lado – tuve un sueño extraño. Una mujer nos llamaba y gritaba que éramos sus hijos. Luego la vi en un callejón oscuro. Era extraño. Sé que la he visto antes… parecía la mujer que vi al llegar de Lyon… En fin, como dice papi, lo sueños, sueños son – concluyó sonriendo – ¿Y tú? ¿Papi no te deja dormir con sus antojos?
- Tu papi es un angelito durmiente – dijo Blaise sonriendo
- Cuando no está pidiendo comida Muggle – digo Ginny y los dos rieron – ¿era así cuando nos esperaba?
- Si – dijo Blaise sonriendo – era exactamente igual, deberías haber visto…
Y siguieron conversando. Al adoptar a los chicos ante la magia, él había pasado a formar parte de los recuerdos de momentos familiares de los jóvenes, por lo cual para los chicos mayores tenían recuerdos de Arthur embarazado, en vez de recordar a Molly embarazada. En cuanto a los recuerdos de Blaise, Arthur le había facilitado los suyos para que conociera a sus hijos a través de los años
Arthur despertó cerca de las tres de la mañana y se levantó de la cama. Busco a su esposo en el baño pero este simplemente no estaba. Deseaba con suma urgencia chocolates y Blaise se los tendría que conseguir, porque si no… Después de todo él era el responsable que estuviera embarazado en ese momento
- ¿Dónde se habrá metido papá? – decía Arthur saliendo al pasillo – ¿será que ya no nos quiere? – y no pudo evitar que algo le doliera en el pecho mientras hacia un puchero – quizás no debimos pedirle…
- Amor – dijo Blaise saliendo sigilosamente de la habitación de Ginny
- ¿Ginny está bien? – dijo el pelirrojo preocupado abrazándose a su pareja
- Solo quería hablar un poco – dijo Blaise sonriendo besándole el cabello – ¿y ustedes que hacen fuera de la cama? – inclinándose para besarle el vientre al pelirrojo - ¿Qué te he dicho de obligar a papi a asaltar la cocina a media noche? Mmm… eso no se hace – regañaba al vientre mientras Arthur reía acariciándole el cabello – te amo – dijo irguiéndose para besarle los labios
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Ginny desayunaba conversando amenamente con sus padres, cuando la elfina entro.
- Amo Blaise – dijo Friki – la señorita Parkinson lo busca
- Dile que pase – dijo Ginny dijo emocionada
- ¿Y a ti porque te entusiasma tanto la visita de Pansy? – dijo Blaise entrecerrando los ojos
- ¡Ay papá! – dijo la chica bufando – es la tía Pansy. ¿Cómo no me voy a alegrar de verla? – y Blaise hizo un sonido gutural de inconformidad
- Friki, dile a Pansy que pase – dijo Arthur echándole mermelada al pan
- Ya se lo dije, amo – dijo la elfina – pero ella insiste en hablar con el amo Blaise a solas
- ¿A solas? – dijo Ginny nerviosa de repente
- ¿Pasa algo? – dijo Arthur mirando curioso a su hija
- No – dijo está sonriendo –, no pasa nada
- ¿Qué me tiene que decir Pansy? – preguntó el Slytherine y Ginny encogió los hombros mientras Arthur comía su pan tranquilamente y Blaise entrecerraba los ojos
Pansy Parkinson era una mujer que no se espantaba con nada frente a nadie, pero en ese momento miraba por la ventana del despacho de la mansión Zabini con la mirada pedida. Eran muchas cosas, y muy fuertes, las que debía tratar con su amigo y no sabía por dónde empezar
- Pansy – dijo Blaise entrando – ¿Qué milagro que nos visites dos días seguidos? ¿Qué tramas?
- ¿Has leído el Profeta hoy? – dijo a bocajarro
- No… – respondió inseguro – ¿pasa algo?
- Anoche hubo problemas en el callejón Knockturn – dijo la morena – Greanger… quería los servicios de… Molly – dijo bajando la voz – ella quería irse con otra persona…
- No me interesa saber nada de esa mujer – dijo Blaise interrumpiéndola
- Forcejearon – continuó Pansy –… Molly cayó mal… y…
- ¿Me estás diciendo que ella…? – preguntó el hombre sorprendido
- Lo siento Blaise – dijo la mujer –, no pudieron hacer nada. Cuando llegaron a San Mungo ya había fallecido
- ¡Por Merlín! – susurró sentándose – ¡no lo puedo creer! ¿Sabes a qué hora fue más o menos?
- Cerca de las dos de la mañana – dijo Pansy
- ¡Increíble! – dijo Blaise – anoche Ginny soñó con ella a esa hora
- ¿Les dirás? – preguntó Pansy curiosa
- A los chicos no – dijo Blaise –, ellos no saben nada sobre Molly. Seria confundirlos. A Arthur si le contaré. Después de todo, fue su mujer y… la quiso
- ¿Celos? – dijo Pansy
- No. Estoy seguro de lo que hemos construido – dijo el hombre sonriendo
- Bueno ese era tema más fácil – dijo Pansy –, ahora vamos por el plato fuerte…
Arthur y Ginny conversan en la sala cuando escucharon a Blaise gritar improperios furioso y a Pansy contestarle en el mismo tono
- Creo que tu padre ya se enteró quien es tu destinada – dijo Arthur mirando hacia la puerta del estudio
- Deja que se entere que estoy embarazada – dijo Ginny y se mordió el labio inferior
Sentado en su cama Blaise abrazaba a Arthur en silencio mientras le acariciaba el vientre de manera distraída
- ¿Qué te pasa? – preguntó Arthur – desde la mañana te noto distraído ¿algo está mal en la empresa?
- No hermoso – dijo Blaise besándole el pelo y tomo su varita – pero tenemos que hablar – lanzó un hechizo insonorizador sobre la puerta
- Me asusta, Blaise – dijo sentándose bien
- Es grave y no quiero que lo sepan los chicos – dijo el Slytherine
- ¿Es por la marca de Ginny? – dijo preocupado – yo sé que no estuvo bien que se embaracé aun pero…
- Ginny es la más madura de nuestros hijos – dijo Blaise – estará bien
- No mataste a Pansy, ni estas molesto porque Ginny está embarazada – razonó Arthur – ¿Qué pasa?
- Anoche… Hermione asesinó a Molly – dijo Blaise y Arthur contuvo la respiración – todo el día he pensado en cómo decírtelo pero no sabía cómo. Fue alguien muy importante para ti y…
- ¿Co… como…? – dijo Arthur con la voz quebrada
- Greanger quería… pasar la noche…, Molly tenía otro cliente…, forcejearon… – dijo Blaise
- Entiendo – dijo Arthur mientras su pareja lo miraba fijamente – ¿Qué pasará con su cuerpo?
- Legalmente – dijo Blaise – debería ir a una fosa común – y Arthur miró hacia otro lado – pero quería pedirte permiso para hacerme cargo y sepultarla dignamente
- ¿Lo harías? – preguntó Arthur sorprendido
- Yo no odio a Molly – dijo Blaise tomándole la mano –. Me molestó en su momento por todo lo que te hizo pasar, pero si tú la perdonaste y los niños están bien ahora, esa rabia no tiene sentido. Dime que quieres hacer y así será
- Quiero sepultarla – dijo Arthur apretándole la mano suavemente – pero que no nos vinculen. No quiero que los niños se enteren de nada y empiecen a hacer preguntas. Scorpius es aún muy pequeño, no debemos alterar a Ron, y quiero que Percy esté tranquilo. Ni que decir Ginny
- El medimago… – dijo Blaise
- Lo sé – dijo Arthur –, pero no quiero arriesgarlo.
- Tú también tienes que estar tranquilo – dijo Blaise
- No te había dicho, pero estoy casi seguro que Ron está embarazado de nuevo – dijo Arthur sonriendo – ¿no es lindo?
- Voy a castrar a Malfoy – siseo Blaise y Arthur se abrazó a él sonriendo
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El sol estaba en lo alto del cenit, risas infantiles se escuchaban por toda el jardín, una mesa perfectamente arreglada. Harry jugaba quiddich con Ginny contra Ron y Blaise, mientras James, Scorpius, Hugo y Septimus, él hijo menor de Blaise y Arthur, les hacían porras. Draco conversaba con Arthur y Percy entre risa mientras estos ponían la mesa. Billy y un muy embarazado Remus jugaban a las cosquillas con Perseus, el hijo de Pansy en los brazos de la castaña. Billy y Remus esperaban a Teddy para el siguiente mes. Oliver y Theo jugaban con sus respectivos hijos en la piscina. Fred y George les enseñaban a hacer bromas a Neville con los alguno de los artículos de su exitosa tienda, que ya tenía sucursales por toda Inglaterra, mientras Charlie los supervisaba
Cerca de las dos de la tarde se sentaron alrededor de la mesa, y comieron en medio de risas y amenas conversaciones. Por un momento Arthur se quedó observando en silencio como su familia departía alegremente
- ¿Estás bien, bebe? – pregunto Blaise acariciándole el rostro
- Mejor que nunca – dijo el pelirrojo sonriendo – te amo tanto
- No más que yo a ti – contesto Blaise besándole los labios dulcemente
Al fin Arthur Weasley era completamente feliz