Me enamore de la muerte
Él se enamoró de la muerte. Nadie lo hubiera pensado, él sonreía hablaba y gritaba, siempre con energía y soltura.
El día de su entierro fue mucha gente, estaba lloviendo como se esperaba, todo fue muy triste, todos guardaban silencio, la esperanza se desvanecía, había gente llorando, y personas desoladas, no quise estar cerca, la muerte me asustaba, ¿Quién podría amar algo tan aterrador como la muerte? El, solo el, el que desde pequeño la conoció, el que toda su vida se la paso huyendo.
Se esperaban palabras de mí, no dije ninguna, no dije absolutamente nada, me quede atrás sin saludar sin dirigir mirada, podrían juzgarme, pero que podría ser yo al respecto, no comprendía su decisión pero si la respetaba, yo que fui su mejor amiga, yo que debí ayudarlo, no podía juzgarle no podría ayudarle.
El día que supe de su muerte yo ya lo sabía, no de una manera clara, no de una manera vocal, no de una manera consiente, ese día amaneció nublado, no llovía, no hubo estruendo, al amanecer tome mi café, la taza caliente en mi mano se rompió estruendosamente, ¿Por qué? No lo supe en ese momento, lo debí haber sospechado, después de todo fue su obsequio. Ese día una lechuza blanca estaba en mi puerta, simplemente no le di importancia, simplemente fui al trabajo como cualquier otro día. Caminando a mi oficina no lo encontré en el camino, ni escuche su voz saludando por la chimenea una vez instalada en ella, ese día hubo una perturbación en la magia, fue pequeña casi impredecible, pero estaba ahí, latente, no perturbo a nadie, solo a mí, ¿Qué podría ser eso?
La tarde en que escuche la voz apresura de mi esposo requiriéndome debí saberlo, lo debí saber desde que vi su cabellera roja húmeda, no estaba lloviendo, ¿entonces porque? Recuerdo su voz asustada diciendo impaciente que él no había podido hacer nada.
De camino a su casa el tiempo pasaba lento, le pregunte que pasaba, el ya no respondía, había gente alrededor, los hicimos a un lado y por fin lo vi, no me sorprendió, ¿cómo podría sorprenderme?
Con la lluvia estrepitosa,
Y el frio calando fuertemente,
Sin conciliar el sueño esperaba adormecerme.
Estaba ahí en medio de la habitación, en una cúpula de magia, y lo supe, lo comprendí inmediatamente, no me salieron lagrimas no podría llorar, tampoco me podía mover, solo podía verlo ahí, todos gritaban, me gritaban que hiciera algo, yo la ministra de magia yacía completamente inmóvil, el tiempo paso lento, nunca lo había sentido en cada hueso, pero ahí estaba temblando, cuando todo termino la lluvia por fin se solto estruendosamnte, sentí el frio calando, y mi cuepo adormecido.
El día en que el héroe del mundo mágico murió fu el día en que el cielo se perturbo y la población enloqueció. Nadie podría haberlo prevenido, eso es lo que se dice para consuelo, aunque es la verdad, ¿cómo puedes dejar de amar algo? Él nunca podría haber dejado de amarlo.
De regreso de su funeral todo fue silencio, mi esposo se fue, el llevó consigo todo nuestro amor, no se lo reclamo, estaré bien, aunque tal vez es mi castigo, mi castigo por no impedirlo, aunque de todos modos no hubiera podido, cuando ese día termino todo fue calma, al día siguiente el sol brillaba esplendorosamente.
Primero de noviembre, se sentía en el aire
La felicidad y la tristeza,
Pues es el día en que regresan,
Los muertos a tu puerta
Primero de noviembre las almas vuelven y aquellos amados regresan a visitarnos, no creo especialmente en eso, pero el hubiera querido ser recordado, ha pasado un año desde aquel lamentable suseceso, estoy en la sala de mi casa acomodando un altar, un altar que a él le hubiera gustado participar, amaba esas cosas, era su fecha favorita. Me pregunto, ¿si el regresará?, si el volverá de nuevo, si el todavía sigue ahí, una vez listo me quedo en el sillón, a la luz de las velas y el fuego crepitando, llueve de nuevo, me pregunto si mañana estará soleado justo como aquel día. Estoy llena de nostalgia y espero ansiosamente e ilusamente que toque a mi puerta.
Riendo los recordados,
Y vagando los olvidados
Unos amados con fiereza
Y otros enterrados sin tristeza
Que este riendo, que vea lo que hago por él, que vea que no es olvidado que lo recuerdo como era en vida, espero que sepa que es amado y al mismo tiempo también extrañado. Quiero decirle que ya después de un año lo entiendo y lo acepto, que espero que haya encontrado lo que estaba buscando, y que lo que hizo en vida nunca será olvidado.
Cuan desesperado estaba,
Para poder observarla solitaria.
Tan oscuro y opaco
Entre los reinos ella caminaba
Quiero que sepa que estoy justo ahora como el cada primero de noviembre, desesperada por verlo, que lo anhelo, que justo ahora lo entiendo. Que no veo mal aquel día en que me dijo que él, que él era el amor de su vida, que ahora comprendo la belleza en lo oscuro y opaco, quiero que me cuente de nuevo como puedo verlo. Como puedo apreciar los dos reinos, que ahora tengo fe, que aunque no pueda ver la línea de la vida y la muerte ahora sé que si existe, quiero decirle que hay hermosura en lo oscuro y que aunque no esté enamorada de él puedo entenderlo, que no le reclamo nada.
Me enamore de la muerte
No era alta ni afilada
No había nada que temerle
Ella merodeaba desolada
Él se enamoró de la muerte, fue hace 10 años y lo recuerdo como si fuera ayer, esta brillante y eufórico, aunque tal vez un poco temeroso. Aquel día él dijo con firmeza que no había que temerle, pero como no temerle si su solo presencia era intimidante, como no temerle si su figura intimidaba, él no era agraciado, no era alguien que te protegiera. Pero para él, para Harry era alguien comprantemente de confianza, le impresionaba su postura, y admiraba sus ropajes, el no veía el exterior, el solo vería su interior, el diría que estaba desolado.
Me enamore de la muerte
Vestía de negro y grandes prendas
No era atractivo ni fuerte
Caminaba entre ofrendas
El día en que Harry lo vio por primera vez me conto: estaba ahí su sombra se reflejaba por la luz de la vela, era sombroso, estaba ahí en el altar tomando un vaso de wiski de fuego. Por un segundo quise ser el, quise voltear al altar y verlo ahí, verlos juntos, Harry comiendo algún dulce y el tomando wiski. No lo hice, me faltaba fuerza, solo podría ver el resplandor de las velas.
Merodeando entre la vida
Me dedique a admirarlo
Pues yo ya sabía
Que nunca me llevaría
Cuando me desperté de mi ensueño eran las 12 am, voltea a un lado y ahí estaba como si me estuviera esperando, la carta que debía leer hace un año y no había tenido la fuerza ni ganas de leer, al verla supe que era el momento, a la luz de la vela la abrí, la inconfundible letra de Harry me hizo darme cuenta de cuan real era todo esto.
“Querida amiga.
He de decir que me sorprendo de escribirte no pensaba hacerlo, pero no me puedo ir sin despedirte, no a ti, tu que me escuchante, aunque sé que no podías comprenderme, trataste de ayudarme, no te preocupes no había nada que pudieras hacer que me hiciera cambiar de opinión, estoy bien con eso, sabes cuánto deseaba yo estar junto a él. Quiero esto, no podía dejarlo solo merodeando, el me necesitaba, pero sobre todo yo lo necesitaba a él, por años pensé que bastaría con estos días, con unos días al año, pensé que estaría feliz con eso, lo observe por años con admiración, lo ame a distancia pensé que estaría bien. Después no fue suficiente suplique, supliqué con por años que me llevara, suplique con lágrimas, gritos, y furia, suplique por días completos, él fue necio, fue persistente, tiene una vida que vivir, fue lo que siempre decía, pero yo seguiría insistiendo neciamente y fervientemente. Pero el nunca desistiría de su idéales
La muerte no me ama
Pues si me amara y adorara
Tanto como ella pronunciaba
Yo ya entre la vida no caminara
El solía decir que era por amor, que debía quedarme con la vida que merecía una vida feliz, que él me amaba más que yo por eso no me llevaría, pero yo no podía estar, volví suplique, reclame por el supuesto amor, le grite que si tanto me ababa que me dejara estar con él, que no podía ser feliz caminando entre la vida.
Primero de noviembre se sentía
Esperando,esperando seguiría
Hasta que la muerte me llevara
Cumpliendo con rapidez mi plegaria
La risa cristalina me distrajo de la lectura, fue sorprendente, mi mirada fue directamente hacia el colorido altar, ahí estaba tomado dulces, riendo, justo a él estaba aquella persona se lo llevo.
La muerte era imponente, esplendorosa y oscura, no brillante solo era opaca.
Tenía agarrado fuertemente la mano de mi amigo.
…
Al día siguiente tal y como el día del triste suceso amanecía brillante y esplendoroso. Mi mejor amigo murió, se dejó morir, y murió de la mejor forma que le podía desear, murió de amor, murió lentamente pero lo hizo, y por fin cumplió su sueño.
“Mi querida amiga espero que algún día entiendas lo que estoy a punto de hacer, espero que entiendas que no puedo esperar hasta que mi amada muerte me lleve de la mano”
Mi mejor amigo murió de amor,
Dreno su magia hasta la extinción
El último suspiro abandono su cuerpo
Y yo en su honor dejo esta composición,
Escribo esta poesía de amor
Que he de relatar en el día de muerto.