Una pelirroja se hallaba camiando distraida por la extensa playa, desorientada, se habia perdido y no sabía por donde ir para llegar a su hotel, molesta es como se hallaba, ella sabia que era despistada y más cuando se trataba de ubicarse para ir a un lugar, a lo lejos observó a un chico caminar con la vista fija en el mar, frunciendo el ceño lo miró tomar asiento en la arena sin importarle que el agua mojaba sus zapatos, tan solo estaba ahí, la pelirroja no le dió más vueltas al asunto y se dirigió hacia el pelinegro, ella necesitaba ayuda y no dudaria en pedirla, no pensaba quedarse toda la noche en esa playa, claro que no, ya estaba oscureciendo y necesitaba regresar a su hotel.
- Hola- la pelirroja intentó sonreir pero una mueca fue lo que logró, el pelinegro la miró y al contrario de la pelirroja este si le sonrió, pero era una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
La pelirroja quedó anonada mirando al chico delante suyo, era guapo y poseía unos ojos color esmeraldas, su piel no era ni tan blancha ni tan obscura, era un termino medio, moreno.
-¿Te puedo ayudar en algo?- la pelirroja salió de su ensoñación ante la voz firme con un toque de amabilidad del moreno delante suyo.
- Te parecera tonto, pero me he perdido y no veo nada mas que arena y agua, quiero regresar a mi hotel pero no se que camino tomar para llegar a la ciudad que esta cerca de aquí.
- Si gustas te puedo llevar, mi auto no se encuentra lejos de aqui, tampoco la ciudad pero se llega más rápido en movilidad.- ofreció el pelinegro se levantó y nuevamente le sonrió a la chica que lo miraba con las mejillas sonrosadas.
- No quiero ser una molestia.
- Tranquila, no serás ninguna molestia, estaba por irme de todas formas y llevarte no me cuesta nada.
- Bueno, si insistes- el pelinegro soltó una carcajada contagiando a la pelirroja, ambos comenzaron a caminar en silencia hasta el auto del pelinegro.
- Por cierto, me llamo Harry.
- Mucho gusto Harry, me llamo Ginny.
Ambos estrecharon sus manos con una sonrisa y comenzaron una charla tranquila mientras caminaban.
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Desde aquella vez que se conocieron en aquella playa se habian vuelto a ver por casualidad unas dos veces y en la tercera Harry la habia invitado a pasear e ir a comer a algun restaurante, Ginny muy feliz habia aceptado y desde esa vez todo habia empezado, se volvieron cercanos y cuando llegó el momento para que Ginny volviera a su ciudad natal fue cuando Harry le pidió que fuera su novia, lo cual Ginny aceptó contenta, ambos dejaron esa playa, regresando a la ciudad natal, comenzando su romance en ahí, siendo testigos tanto de momentos romanticos como de peleas, los meses pasaron y luego se volvieron años, tres años de relación donde habian superado muchas cosas juntas, fue una tarde de verano cuando Harry la llevó nuevamente a aquella playa donde se conocieron y fue en aquel lugar donde le pidió matrimonio, haciendo muy feliz a Ginny, encerrandola en una burbuja de felicidad, la noticia de su compromiso alegró a sus familias y amigos, quienes viajaron a aquella playa para organizar una fiesta en honor al compromiso, fiesta donde comenzó todo.
Fue en la misma fiesta de su compromiso, en aquel bar cerca de la playa donde Harry conoció al que más allá seria su perdición, aquel rubio de piel tan blanca como la leche, estaba acompañado de sus amigos, reian y bailaban, supo que habia caido cuando sus ojos se encontraron, esmeraldas contra lunas, porque aquellos ojos eran tan grises y brillantes como la luna, simplemente hermoso, sintió una corriente electrica recorrerle el cuerpo entero y supo que aquel rubio tambien lo habia sentido cuando este le sonrió coquetamente pese a tener la mirada nerviosa.
Regresó a la realidad cuando Ginny lo jaló hacia la pista de baile uniendo sus labios antes de comenzar a bailar, Harry nunca solia arrepentirse de nada pero esa noche se arrepintió de haberce comprometido con la pelirroja, pero no podia lastimarla asi, no podia decirle que ya no queria casarse con ella, no podia hacerle eso tan solo por haber quedado cautivado por un chico que no conocia.
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El sonido de prendas cayendo al suelo y labios chocando entre si, perdiendose en el otro llenaba aquella habitación, la desesperación con la que se besaban y anhelaban no concordaba con las lágrimas de dolor que caía por las palidas mejillas de aquel rubio, habia pasado un mes y medio desde que se habian conocido y tan solo habia pasado un mes desde que habian comenzado aquello, el rubio tomó el rostro del moreno que se habia robado su corazón pero que era prohibido para él, apartó sus labios y con dolor en la mirada le miró fijamente.
- P-por favor Harry, no lo hagas, no me hagas esto- sollozó el rubio abrazandose al pelinegro.
- Draco...- susurró con pesar el moreno abrazando a su amante, sintiendo un nudo formarse en su garganta, evitando que respire con normalidad, tomo entre sus manos el rostro afligido de su rubio, acercando sus labios al de su acompañante- no sabes cuanto me odio por todo esto, por todo el daño que te hago, por todo lo que te hago pasar, pero no puedo- su voz quebrandose ante sus palabras, mirando las cascadas que salian de los ojos de su amor, porque si, en tan poco tiempo se habia enamorado de ese rubio que conoció en aquella fiesta, ese rubio habia llenado el vacio que habia tenido en el corazón, un vacio que pensó que Ginny llenaria despues de casarse y formar una familia, pero tan solo habia necesitado a su rubio.
- P-pero no la amas a ella- susurró el rubio al borde de la desespercación, sintiendo su corazón partirse aún más al ver a su pelinegro negar con la mirada cargada de tristeza.
- Si, no la amo como te amo a ti, pero no puedo hacerle esto, estuvo por mas de tres años a mi lado.
- ¿Y que hay de mi? Si nunca pensaste en romper con ella, ¿Para que me enamoraste?- nuevamente mas sollozos acompañaron sus frases.
- Lo siento tanto mi amor.- el nudo en su garganta le evitaba hablar, por dentro se estaba muriendo, ojalá y existiera una forma de evitarle tanto sufrimiento a su amado.
- ¿Esta es nuestra última noche, verdad?
- Draco...
- No la vas a dejar Harry, lo he entendido, pero tampoco pienso estar con un hombre casado, te amo pero no me quiero hacer mas daño del que me estoy haciendo en estos momentos- con dolor nuevamente unió sus labios a los del pelinegro.
- Perdón... mi amor, perdóname- murmurró cuando sus labios se separaron por falta de aire, el rubio negó aun llorando y volvió a unir sus labios, sabia a despedida, sus labios sabian a despedida y ambos lo sabian.
Harry sabía que por mucho que Draco lo amara no se sacrificaria tanto, sabia que despues de esa noche ya no se volverian a encontrar como amantes, mañana lo veria entre los asientos en aquella capilla que Ginny habia escogido para contraer matrimonio, se casarian en aquella playa, en su ciudad, talves lo volveria a ver en una que otra reunión de amigos que haga Ginny, porque si, Draco compartia el mismo circulo de amigos que Ginny, resultó que Ginny era muy amiga de Pansy, la mejor amiga de Draco, volviendolo un amigo de Ginny y la pelirroja estaba encantada con el rubio, logrando que gracias a eso tanto Harry como Draco se conocieran.
La última prenda que cubria el cuerpo del rubio cedió cayendo al suelo y dejandolo desnudo, Harry se apartó para admirar el cuerpo de su amado, nunca se cansaba de verlo, su amado simplemente era perfecto, con lentitud, pidiendo que el tiempo se detuviera para nunca separarse de su amado, se acercó hundiendo su rostro entre la unión de su cuello y hombro, repartiendo besos que tenian sabor a despedida, Draco se estremeció ante los besos, deshaciendose de la camisa de Harry y tirandola por el cuarto lo acercó a su cuerpo, ladenado la cabeza para darle mas espacio a Harry, recorrió el cuerpo de su amado, tomando su tiempo mientras subia y bajaba sus manos por la extensa espalda del moreno, deseando borrar los pensamientos que tenia, deseando borrar ese sabor a despedida.
Harry lo tomó de los muslos elevandolo y haciendo que Draco rodee con sus piernas la cadera de Harry, el pelinegro lo llevó hasta la cama, recorriendo el cuerpo de su amado con suaves caricias que quemaba la piel lechoza del rubio, buscando sus labios y hallandolos con éxito los sello con los suyos, con delicadeza y sin romper el beso lo depositó en la cama, acomodandose entre las piernas del rubio, bajó sus besos hacia la barbilla y luego continuar su camino por el cuello, hombros deteniendose en los pezones para darles atención.
Draco era un desastre de gemidos y jadeos, apretando entre sus dedos los lacios cabellos de su amante, jadeando su nombre e implorando por más, Harry continuo su camino de besos por el plano vientre de Draco besando cada pedazo de su piel, bajando hasta su entrepierna, aun sin detener sus besos con una mano tomó el miembro de su amante y dandole suaves caricias haciendo que Draco jadee con mas fuerza, retorciendose por el placer que sentia.
- ¡Ahh!- jadeó con fuerza el rubio cuando el pelinegro se llevo su miembro a su boca, degustando del sabor de su amado, tomando todo lo que su boca le permitia tomar, chupando como si de una paleta se tratará, nublando la vista del rubio por todo el placer que sentia- H-Harry, mmm, Merlín, Harry m-me voy ¡Ahhh!- sin poder controlarse más se corrió dentro de la boca del pelinegro quien se trago todo, el pelinegro subió hasta los labios del rubio que se hallaba jadeando por su reciente corrida, pero no se negó cuando el pelinegro unió sus labios, haciendo que pruebe su propio sabor.
Draco enredó las piernas en la cintura del pelinegro el cual sin romper el beso tanteó con delicadeza la entrada de su rubio, dandole suaves caricias, robandole suspiros que él se tragaba, sin esperar nada Harry ingresó un dedo en la entrada de su amante, haciendolo sisear de incomodidad por la falta de lubricante, rompiendo el beso, el pelinegro retiró el dedo que habia ingresado en el rubio y tomando el pote de lubricante que se hallaba en la mesita de noche cerca de la cama, colocó una generosa cantidad entre sus dedos y volvió a acercar sus dedos a la entrada del rubio, ingresando un dedo sin previo aviso, haciendo que Draco gima con fuerza, moviendo su dedo en circulos e ingresando otro dedo, llevó su boca hasta los desatendidos pezones del rubio quien jadeaba con fuerza, Harry gruñó sin poder contenerse, los gemidos de su amante le hacian perder el juicio, amaba escucharlo gemir y jadear.
Luego de prepararlo por un buen tiempo, tomó un condón de la mesita de noche.
- N-no, sin eso, te... te quiero sentir sin el- sin decir nada Harry arrojó el condón al suelo, acomodandose entre las piernas abiertas del rubio.
Uniendo nuevamente sus labios alineó su miembro en la entrada de Draco ingresando de una sola estocada gruñendo al sentir la estreches alrededor de su pene, arrancandole un grito de placer al rubio, bajo sus besos concentrandose en el cuello del rubio, dejando marcas rojas que luego adquiririan un color violeta, las caderas del rubio comenzaron a moverse buscando mas de aquella sensación y sin esperar más el pelinegro comenzó a embestir lento pero preciso dentro de su amante, haciendolo delirar de placer, buscando su próstata, despues de tres embestidas más lo encontró derritiendo al rubio quien jadeaba sin parar, sus pequeños gritos de placer y sus murmullos inentendibles pidiendo mas tenia a Harry al borde la locura, haciendo que golpee ese lugar que volvia loco al rubio, quien rasguñaba la espalda del pelinegro, el pelinegro sujetaba fuertemente las caderas del rubio dejando tatuados sus dedos en la piel de porcelana, Draco tomo el rostro de su amado entre sus manos, buscando nuevamente sus labios, perdiendose entre los besos y embestidas que le entregaba Harry, cegado de placer y sin dejar de decir el nombre de su amante sintió que ya no podria aguantar mas, tan solo unas cuantas embestidas más y el rubio soltó un grito de placer, eyaculando entre ambos vientres, manchando el abdomen del moreno y el suyo propio, Harry gruñó de placer al sentir las paredes de Draco presionar su miembro, haciendo que eyacule dentro del rubio para luego desplomarce sobre el rubio sin llegar aplastarlo.
sus respiraciones eran irregulares y agitadas, mirandolo a los grises ojos, sin apartar la mirada susurró:
- Te amo y siempre te amaré.
Uniendo nuevamente sus labios y con la luna de testigo pasaron toda la noche entregandose a su amor, intentando borrar el sabor amargo que tenia la despedida, querian que el tiempo se detuviera, querian permanecer juntos pero sabian que dentro de poco se separarian.
Antes de que el sol terminara de salir, Harry se hallaba despierto, no habia dormido en toda la noche, ya listo se dirigió a la puerta mirando la espalda desnuda del rubio quien dormia en aquella cama que habia sido testigo de sus encuentros y muestras de amor, sin hacer mucho ruido y dejando su corazón en aquella habitación salió de ahi, dejando a un rubio que al escuchar la puerta cerrarse rompió en llanto, odiaba las despedidas, prefirió que el pelinegro se fuera en silencio, levantandose se acerco a la ventana mirando al pelinegro apartarse lentamente de esa cabaña, lo habia perdido, se habia enamorado y ahora lo habia perdido.
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Cuando el sol estaba en su punto mas alto una pelinegra tocó la puerta de aquella cabaña, al no recibir respuesta ingresó, encontrandose con un rubio vestido elegantemente.
- ¿Ya estas listo? te ves guapo Draco.
- Tú no te quedas atrás Pans, te ves hermosa.
- Gracias, ahora vamos, que ya es algo tarde- el rubio asintió sonriendo a su amiga quien si bien se dió cuenta que la sonrisa no le llegaba a los ojos, no dijo nada y ambos salieron de aquella cabaña, tomando el auto del rubio para dirigirse a la capilla donde se casarian Harry y Ginny.
La pelinegra habia insistido en conducir, lo cual Draco agradeció profundamente, cuando llegaron Pansy llevó al rubio hasta los primeros asientos, Draco queria llorar pero no podia, tenia que guardarse todo para el solo, los minutos pasaron y la capilla se llenó, todos vestian elegantes, todos se veian felices, esperaron por largo tiempo y la gente empezaba a hablar puesto que no habia señales de Harry, Draco tenia el pulso acelerado y miles de incognitas en la cabeza, las puertas se abrieron y una hermosa Ginny vestida en un elegante vestido de encajes blancos que le llegaban hasta los pies y en la cabeza el velo sujetado por una pequeña corona ingresaba con una sonrisa en el rostro y el ramo de flores en las manos, su sonrisa desapareció de su rostro al ver que no habia nadie mas que el padre esperando en el altar, buscó con la mirada y sintiendo la presión en su interior camino hasta el altar, entonces lo vió.
Vió a aquel rubio que tenia la cabeza gacha y la mirada perdida, vió en su cuello los chupones que no estaban camuflados y con el corazón hecho pedazos unió los hilos sueltos, el dia anterior Harry le habia dicho que iria con Draco a la playa para no nadar solo, que seria como su despedida de soltero y ella sin desconfiar habia aceptado gustosa, ahora entendia las miradas que compartian esos dos, ahora entendia el sentimiento que compartian, ahora todo estaba claro.
Tomando la mano del rubio lo sacó corriendo de ese lugar, las lagrimas caian por su rostro, ahora ella entendia todo, ahora entendia porque Harry se le quedaba viendo a Draco, comprendia porque Harry ya no la tocaba o le prestaba atención, ahora entendia porque Harry habia cambiado desde su compromiso.
- S-sube- ordenó al rubio y este subió a su vehiculo en el asiento de copiloto, sin decir nada pues algo le decia que Ginny sabia todo, si ella queria desquitarse con él, no la detendria.
Ginny tiró el ramo de flores al igual que sus tacos, se subió al auto y sin decir nada manejó hasta donde suponia estaria Harry.
cuando llegaron Ginny desgarró la parte de abajo de su vestido, ya que no le permitia correr con tranquilidad, Draco la miró con los ojos abiertos al ver que habia convertido el vestido largo en un pequeño que le llegaban un poco mas abajo de las rodillas, la pelirroja volvió a tomar la mano del rubio y lo jaló por la playa, detras de ellos venian algunos de los invitados, sus amigos mas cercanos quienes trataban de alcanzarlos, acelerando el paso estiró de Draco hasta la parte solitaria de la playa, donde se habian conocido ella y Harry y ahí lo encontró, en la misma posición que aquella vez, sentado en la arena sin importarle que el agua moje sus zapatos, con la mirada perdida en el horizonte.
Draco frenó de golpe, lo estaba llevando hacia Harry, Ginny soltó su mano y se acercó al pelinegro.
-¿Por qué no me dijiste que estabas enamorado de Draco? ¿Por qué no me dijiste nada?- todos los que la habian seguido miraban la escena, un rubio que estaba parado sin saber que hacer, un pelinegro sentado en la arena y una pelirroja sollozando de dolor.
- No queria lastimarte así.
- ¿Y preferiste lastimar al amor de tu vida?
- Ginny...
-¡¡¡ Yo lo hubiera entendido Harry!!! ¡No era necesario que me ilusiones con una maldita boda si no lo querias!
- Estuvimos 3 años juntos, no podia...
- ¡Si, si podias! No importaba si hubieramos estado 100 años, si encontraste al amor de tu vida debias decirmelo, lo hubiera aceptado.
- Pero lo he perdido ya, elegí tarde- un sollozo escapó de la garganta del pelinegro quien aun tenia la vista perdida en el horizonte- no puedo casarme porque lo amo Ginny, pero lo he perdido- Ginny le hizo señas a Draco quien con el corazón en la mano y las lagrimas deslizandose por su rostro se acercó.
- No voy a permitir que seas infeliz Harry, no quiero casarme contigo, no le voy a robar la felicidad a alguien más y hasta donde sé, él tambien te ama, ¿No es asi?- en ese momento Harry volteó para encontrarse con un rubio que asentia sin dejar de llorar, sin esperar nada e importandole poco la audiencia se levantó y envolvió al rubio entre sus brazos.
- Ginny- susurró el rubio viendo la tristeza de la pelirroja, pero ella negó, trató de sonreir pero el dolor era grande, muy grande que la destrozaba.
- S-solo quiero que sean felices, nada mas, estaré bien, solo necesito un tiempo a solas- y sin decir más salió corriendo de ahí, nadie la siguió por su petición de querer estar sola, lo cual ella agradecia.
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Las olas del mar chocaban con gran fuerza sobre la arena, un sonido realmente relajante, el lugar se hallaba tranquilo y algo solo, puesto que aun no terminaba de amanecer, el sol estaba despertando, dando inicio a un nuevo dia, la suave brisa golpeaba delicadamente el rostro entristecido de aquella pelirroja que tenia la vista perdida en las olas de mar, sus ojos se hallaban rojos por las tantas horas que le habia ofrecido a su llanto, pero pese a todo el dolor que sentía, ella sabia que habia hecho lo correcto, ya no tenia fuerzas para seguir llorando, ya no tenia fuerza para nada, su corazón se hallaba rasgado, destruido, pero no culpaba a nadie por su dolor, ni a ella misma, nadie tenia la culpa de lo que pasó, el destino tan solo hizo su trabajo sin importarle el dolor de nadie, el destino podia ser cruel, si, realmente lo era, pero tampoco era culpable.
- ¿Como estas? - escuchó que susurraban a su lado, una suave voz cargada de tristeza y amabilidad.
- Como la mierda, pero siento que hice lo correcto.
- Lo hiciste, demostraste que realmente lo amas, que tu amor es puro.
- ¿ Y de que sirve eso? De todas formas lo perdí.
- No lo perdiste, tan solo no era para ti Ginny.
- Lo amo tanto Luna, tanto que pese a saber que hice lo correcto el dolor me esta quemando.
- El dolor pasará, y por tu noble corazón el destino te taerá felicidad.
- Todo fue tan claro desde el principio, tan claro pero estuve ciega, feliz por todo lo que estaba pasando que no reparé en su dolor y mucho menos en el exterior, solo me quedé ahí, dentro de mi burbuja.
- Nadie sabia que esto pasaría Ginny, lo que realmente importa es que no fuiste egoista, dejaste que Harry sea feliz, no lo obligaste a amarte, que tu corazón sane con ese pensamiento, ya luego cuandollegue tu verdadera felicidad tu corazón sanará por completo.
- Gracias por tus palabras Luna, me ayudan mucho. Si no te molesta quisiera quedarme unos momentos aquí.- la rubia asintió para luego retirarse del lugar dejando a la pelirroja nuevamente sola.
La pelirroja se colocó de pie y comenzó a caminar lentamente permitiendo que el agua acaricié sus pies, tenia la mirada perdida y con una diminuta sonrisa permitió que sus recuerdos vuelen, viajando al pasado que la habia llevado a ir a ese lugar y amanecer llorando sin importarle nada, ni siquiera el ensuciar y romper el hermoso vestido de encajes blancos que traia puesto, se quitó el velo que estaba sujeto a una pequeña corona y la retuvo en sus manos, apreciandola.
Sonrió aun con pequeñas lagrimas deslizandose por sus mejillas.
- Fue lo mejor.- susurró mirando el horizonte y soltando un suspiro intentó regresar con sus amigos pero- mierda, me volví a alejar demasiado- se habia perdido, nuevamente, soltando una risa comenzó a caminar por la extensa playa.
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